La rabia lleg¨® v¨ªa Marruecos

Inmediaciones de la plaza del Cristo de la Luz en Toledo, 13.30 de un tranquilo 1 de junio... hasta que un perro ataca a una ni?a china de seis a?os y escapa. Seis horas m¨¢s tarde, el mismo animal muerde a un beb¨¦ de dos a?os y a su padre y, 10 minutos despu¨¦s, a otro chaval de 12. M¨¢s tarde, aparece un chico de 17 a?os con otra mordedura. Todos leves, menos el beb¨¦, que pasa varios d¨ªas en la UCI del hospital Virgen de la Salud con mordeduras en la cara. A la 1.30, agentes de la Polic¨ªa Nacional y Local acorralan al can y lo abaten. No era un perro cualquiera, era un mestizo de cinco a?os, portador del virus de la rabia y responsable de que Espa?a haya decretado, el 6 de junio, el nivel de alerta 1 (el m¨¢s bajo) por un periodo m¨ªnimo de seis meses en los lugares por donde merode¨®, y de que haya perdido el certificado de pa¨ªs libre de rabia. El ¨²ltimo brote se produjo entre 1975 y 1978.

La pregunta es qu¨¦ hac¨ªa un perro rabioso dando vueltas, solo, por Toledo. El animal viv¨ªa en Catalu?a, en el municipio de Montcada i Reixac, con sus due?os, y hab¨ªa vuelto el 12 de abril a Espa?a despu¨¦s de recorrer Marruecos durante cuatro meses. Un pa¨ªs donde la rabia es end¨¦mica. Seg¨²n la reglamentaci¨®n de la Uni¨®n Europea sobre desplazamiento de animales de compa?¨ªa procedentes de terceros pa¨ªses, hay que certificar su vacunaci¨®n y realizar una muestra serol¨®gica (que permite comprobar la presencia de anticuerpos en la sangre) 30 d¨ªas despu¨¦s de la vacunaci¨®n y tres meses antes del desplazamiento. Procedimiento que no se cumpli¨®. A pesar de ello, el can entr¨® en Espa?a. Algo fall¨®. El due?o est¨¢ imputado por un presunto delito de imprudencia grave con resultado de lesiones graves.

Despu¨¦s de regresar, y durante el periodo de transmisibilidad de la enfermedad (del 1 de mayo al 1 de junio), el perro pas¨®, en compa?¨ªa de sus due?os, por varios municipios de Catalu?a (Barcelona, Piera, Banyoles, Porqueres), por Monz¨®n (Huesca), hasta que lleg¨® a Arg¨¦s (Toledo), de donde se escap¨® el d¨ªa 31 por la noche. Los due?os lo hab¨ªan atado para castigarlo por su comportamiento agresivo. A la ma?ana siguiente apareci¨® en Toledo, a 10 kil¨®metros de Arg¨¦s.

Las primeras investigaciones apuntan a que los propietarios del animal, a su regreso a Espa?a, ¡°hicieron todo lo posible por entrar irregularmente¡±, seg¨²n indica un informe del Ministerio de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente. El 5 de abril de 2013 intentan acceder por Algeciras, junto con el perro y otros dos canes, pero fueron devueltos al no tener cumplimentado ¡°el apartado cinco de la titulaci¨®n serol¨®gica¡±, donde se aprecia si la mascota ha cumplido con los controles establecidos. Repiten el intento siete d¨ªas m¨¢s tarde, por otra ruta. Y lo consiguen. Llegan a Algeciras el 12 de abril, de noche, pero esta vez procedentes de Ceuta. ¡°No se comprob¨®, al venir de esta ciudad, el apartado cinco¡±, siempre seg¨²n el mismo informe. ¡°Por tanto, de Marruecos a Ceuta entraron posiblemente por El Tarajal (paso fronterizo), no se sabe si legal o ilegalmente¡±, se?ala el mismo documento. Es un lugar con mucho tr¨¢nsito, por donde llegan a pasar una media de 15.000 veh¨ªculos al d¨ªa.

Se han dado varios casos en Francia de canes? procedentes del Norte de ?frica

¡°Lo ocurrido es un buen ejemplo que demuestra que la normativa est¨¢ ah¨ª por algo, porque una alarma epidemiol¨®gica no es ninguna tonter¨ªa y menos que haya varios heridos¡±, destaca Juan Emilio Echevarr¨ªa, investigador del Centro Nacional de Microbiolog¨ªa (CNM), laboratorio nacional de referencia para la rabia. Recuerda que el brote de 1975, con origen en M¨¢laga, afect¨® a 126 animales (perros y gatos) y cost¨® la vida a una persona. Se baraja como hip¨®tesis m¨¢s probable que lo importara un perro infectado desde el norte de ?frica, pero nunca se pudo verificar. Sin embargo, a?ade, ¡°en este caso no existe desconocimiento porque el perro iba vacunado, con su cartilla y pasaporte¡±. Los propietarios lo vacunaron el 1 de diciembre del a?o pasado, 12 d¨ªas antes de entrar en Marruecos, un tiempo insuficiente para generar inmunidad protectora.

El Ministerio de Sanidad asegura que el riesgo de transmisi¨®n de la rabia es muy bajo, y la probabilidad de que aparezcan casos en humanos es m¨ªnima. La transmisi¨®n a las personas se produce normalmente por una mordedura o por contacto directo con la saliva del animal infectado, en la piel no intacta o en mucosas. Al ser inoculado, se propaga por los nervios. En caso de que no se administre la profilaxis (suero y vacuna o vacuna solo, dependiendo de la gravedad de las lesiones), desemboca, entre tres y ocho semanas de incubaci¨®n despu¨¦s, en un coma que conduce, casi inevitablemente, a la muerte.

Las alarmas saltaron cuando el Centro Nacional de Microbiolog¨ªa confirm¨® el positivo, el 5 de junio. Es la cepa norteafricana, una de las que circulan con m¨¢s frecuencia por Marruecos. Se puso en marcha el plan de contingencia para el control de la rabia en animales dom¨¦sticos, y se constituy¨® una comisi¨®n t¨¦cnica, que declar¨® la alerta, porque no se pudo descartar que hubiera habido contacto con otros animales en las ¨¢reas afectadas. En Castilla-La Mancha se delimit¨® un ¨¢rea de restricci¨®n de 20 kil¨®metros alrededor del foco en Toledo (afectando a una peque?a zona de Aranjuez, en Madrid; y en Catalu?a se aplic¨® a Banyoles, Porqueres, Montcada i Reixac y Piera, informa Ant¨ªa Castedo.

¡°Nosotros, como t¨¦cnicos, mantenemos una vigilancia epidemiol¨®gica constante y, si ocurre algo, podemos solucionarlo, pero en el aspecto preventivo dependemos al 90% de la responsabilidad de las personas¡±, asegura Echevarr¨ªa. Sobre todo, a?ade, en un contexto geogr¨¢fico como el espa?ol, con ciudades como Ceuta y Melilla, en las que todos los a?os existe alg¨²n episodio por su proximidad con Marruecos. En Francia tambi¨¦n se han registrado varios casos en los ¨²ltimos a?os, y siempre son perros introducidos ilegalmente desde Marruecos que atraviesan la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica en autom¨®vil hasta su destino final. ¡°Es evidente que el riesgo de sufrir casos importados est¨¢ ah¨ª, como se acaba de demostrar¡±, concluye el investigador.