¡°Hay riesgo serio de depresi¨®n entre los j¨®venes¡±

David Stuckler quiso ser doctor y empez¨® a estudiar la carrera en Estados Unidos, cuando se top¨® con un problema m¨¦dico que le hizo descubrir las deficiencias de la pol¨ªtica sanitaria. Cambi¨®, entonces, los tratados de Medicina por los libros de Econom¨ªa y Pol¨ªtica y se dedic¨® a investigar el impacto de la econom¨ªa y las distintas opciones pol¨ªticas en la salud de sus ciudadanos. No se arrepiente. ¡°En medicina trabajas con tus pacientes, uno a uno, y aqu¨ª el impacto de tu trabajo afecta a toda una poblaci¨®n¡±, apunta.

Tras un r¨¢pido vistazo a la carta, el joven brit¨¢nico, nacido en 1982, se decide por un caf¨¦ con leche, que toma despacio. ¡°Es inc¨®modo hablar y comer al mismo tiempo¡±, se excusa, pero termina la charla hambriento y desaparece con rapidez en busca de algo de comida.

El libro que promociona es un buen ejemplo de c¨®mo el hombre es el ¨²nico animal que tropieza no dos, sino incansablemente en la misma piedra. ¡°Tenemos ejemplos evidentes de los estragos causados por estas pol¨ªticas durante la Gran Depresi¨®n y los primeros a?os de la Rusia poscomunista, pero siempre volvemos a caer en el mismo error¡±.

Stuckler relata decenas de ejemplos de c¨®mo los recortes adoptados por muchos de los pa¨ªses en crisis han da?ado de forma terrible la salud de sus ciudadanos. Y siguen haci¨¦ndolo. ¡°Cuando le digo a la gente que Grecia sufre un brote de malaria por haber recortado los programas de prevenci¨®n de plagas, no se lo creen. Es un ejemplo de que cuando los programas sanitarios funcionan no se perciben, pero cuando se eliminan tienen consecuencias terribles¡±, advierte.

Es lo que est¨¢ pasando en toda Europa con la reducci¨®n de los programas p¨²blicos de entrega de jeringuillas, ¡°la principal causa para que el contagio del sida se haya disparado en la regi¨®n¡±. Su mensaje es que no es la crisis, sino las pol¨ªticas que se adoptan para atajarla.

¡°Hay quien puede decir que incluso la crisis puede tener efectos positivos sobre la salud, porque se utiliza menos el coche, se camina m¨¢s y se toma menos comida preparada. Pero ese tambi¨¦n es un mensaje simplista¡±.

La conversaci¨®n es desordenada y de pronto confiesa que es su primera visita a Madrid y que horas m¨¢s tarde viajar¨¢ tambi¨¦n por vez primera a Andaluc¨ªa. Pero conoce bien c¨®mo funciona nuestro sistema sanitario. ¡°Nuestro trabajo de campo en Espa?a est¨¢ muy centrado en Catalu?a y, m¨¢s en concreto, en Barcelona¡±, admite. Stuckler advierte que las consecuencias del recorte del presupuesto sanitario en un 13% no se ver¨¢n en toda su magnitud hasta dentro de unos a?os.

Si tuviera que optar por un solo programa que salvar de las garras de los recortes, ser¨ªan los planes para que la gente volviera a trabajar. ¡°Esto es especialmente cierto en el caso de los hombres. La gente tiene que tener una raz¨®n por la que levantarse de la cama por las ma?anas y luchar por su futuro¡±.

Lo cierto es que la salud mental es una de las grandes perdedoras e ignoradas de la crisis. ¡°Hay toda una generaci¨®n de j¨®venes que va a tener muy dif¨ªcil encontrar un futuro y hay un riesgo elevado de depresi¨®n entre ellos, incluso si la econom¨ªa se recupera¡±.