Perverso juego para las becas
Se ha querido vender la reducci¨®n de las ayudas como fomento de la cultura del esfuerzo Con el salario m¨¢s frecuente, de 15.500 al a?o, el respaldo para estudiar es ahora m¨¢s necesario
Como es imposible hacer m¨¢s con menos, el Ministerio de Educaci¨®n, decidido a aplicar un recorte general de 3.000 millones de euros, ha reducido tambi¨¦n el presupuesto dedicado a las becas. Una vez que, en los primeros meses de 2012, conocimos los planes de este Gobierno para cumplir con los objetivos de d¨¦ficit aun a costa de la educaci¨®n ¡ªentre otras partidas¡ª, a nadie pod¨ªa sorprender que el dinero dedicado a esta partida tambi¨¦n menguara, pues es una decisi¨®n consecuente con el esp¨ªritu liberal del PP.
Por eso, es dif¨ªcil de entender la dial¨¦ctica utilizada por el ministro de Educaci¨®n, Jos¨¦ Ignacio Wert, y su n¨²mero dos, Montserrat Gomendio, para intentar convencernos de que exigir una nota m¨¢s alta para poder optar a una beca era una estrategia para fomentar la cultura del esfuerzo. Es una versi¨®n capaz incluso de lograr ingenuos adeptos dispuestos a confiar en las buenas palabras, pero dif¨ªcil de mantener porque, sencillamente, no se corresponde con la verdad.
En enero, el Ministerio de Educaci¨®n anunci¨® que no convocar¨¢ para el pr¨®ximo curso las becas S¨¦neca, que son algo as¨ª como las Erasmus a nivel nacional para fomentar la movilidad de los estudiantes. Son becas que premian fundamentalmente a los alumnos con mejores expedientes. Su desaparici¨®n ¡ªesperemos que temporal¡ª no produjo ning¨²n esc¨¢ndalo. Si no hay dinero, parece l¨®gico que los buenos estudiantes se conformen con lo que ya tienen.
En el ministerio se aleg¨® entonces que se dar¨ªa prioridad a las becas generales, pero como se ve, cuatro meses despu¨¦s, se incumple tal promesa y se hace con un argumento falaz porque si lo importante fuera esa idolatrada cultura del esfuerzo nunca se habr¨ªan eliminado las becas S¨¦neca. Solo las protestas de ahora por exigir mejores notas para las becas generales y la desautorizaci¨®n de su propio Gobierno, el martes, en el Congreso, por fin el ministro abandon¨® en parte su argumentaci¨®n torticera del esfuerzo y confes¨® las dificultades de ¡°acomodar¡± de la mejor manera unos ¡°recursos escasos¡±. ?Acab¨¢ramos! ?Por qu¨¦ no se admiti¨® antes? ?Por qu¨¦ intentar mantener la ficci¨®n en contra de toda l¨®gica?
La educaci¨®n espa?ola ha mejorado ostensiblemente en los ¨²ltimos a?os; sobre todo entre la poblaci¨®n m¨¢s joven, pero tiene todav¨ªa muchos problemas que solo una inversi¨®n sostenida y una mayor eficiencia ser¨ªa capaz de resolver. El gasto en relaci¨®n al PIB est¨¢ por debajo de la media de la OCDE, pero el gasto por alumno (debido a la menor natalidad) est¨¢ por encima o estaba en 2011, porque los brutales recortes de los dos ¨²ltimos a?os van a tener un impacto inmediato en las estad¨ªsticas comparadas.
Las becas tienen una primera repercusi¨®n evidente en equidad. Permiten estudiar a los que, por falta de recursos econ¨®micos, tendr¨ªan que abandonar el Bachillerato o renunciar a una carrera a pesar de aprobar sus cursos como los dem¨¢s. Gracias a las becas, el sistema logra una masa cr¨ªtica m¨¢s amplia de personas con estudios, lo que conforma, por tanto, una sociedad m¨¢s competitiva. El sistema instaurado en Espa?a en 1961 era el modelo propio de un pa¨ªs mucho m¨¢s pobre que solo pod¨ªa becar a los mejores alumnos. Volver a aquello esgrimiendo un argumento falso es una manera de intentar regresar disimuladamente a aquella pobreza y a aquella menor cultura que redujo nuestras posibilidades competitivas.
El espect¨¢culo pol¨ªtico al que asistimos con este asunto es lamentable, porque adem¨¢s de utilizar argumentos falaces se trata de cap¨ªtulos que requieren cantidades ¨ªnfimas de dinero en t¨¦rminos comparativos. El Gobierno central dedica a las becas apenas 1.400 millones de euros anuales. Subir las tasas universitarias ¡ªmuy bajas con respecto a pa¨ªses de nuestro entorno¡ª exig¨ªa mantener y elevar las becas (cuyo gasto es solo un tercio de la media de la OCDE) para evitar injusticias. Se est¨¢ haciendo, justamente, todo lo contrario mientras se elaboran juegos de palabras que lanzan mensajes perversos. ?Qu¨¦ significa eso de que en vez de pagar por el estudio se est¨¢ pagando para estudiar? El INE acaba de publicar unos datos demoledores: el salario anual m¨¢s frecuente en Espa?a en 2011 fue de 15.500 euros anuales. Es suficientemente expl¨ªcito sobre la necesidad de aumentar las becas para el estudio o para estudiar. Da lo mismo.
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