Especies universitarias en v¨ªas de extinci¨®n
Filolog¨ªa, literatura o danza son algunas de las carreras con menos demanda y con salidas laborales m¨¢s complejas Los recortes reabren el debate sobre su supervivencia
Cada vez que Isaac del Valle tiene que hablar de su formaci¨®n toma aire. ¡°Literatura Comparada. ?Con qu¨¦?¡±, bromea normalmente la gente. Aunque se licenci¨® en F¨ªsicas, dej¨® de lado la din¨¢mica cu¨¢ntica y realiz¨® un m¨¢ster en corrientes literarias. Una formaci¨®n minoritaria que se convirti¨®, este a?o, en grado en la madrile?a Universidad Complutense. Durante el curso 2012-2013 se han impartido en Espa?a 7.406 titulaciones oficiales, entre grados (carreras de cuatro a?os), m¨¢steres (especializaci¨®n de dos a?os de duraci¨®n) y doctorados, seg¨²n la Estad¨ªstica de Universidades, Centros y Titulaciones, extra¨ªda de los registros de las universidades espa?olas.
Licenciatura de Piloto, Estudios Occitanos, Filolog¨ªa Hebrea, o grado en Ciencias de la Danza son algunas de estas carreras; las m¨¢s peque?as, con una salida laboral compleja, no siempre con muchos alumnos y en el punto de mira del Ministerio de Educaci¨®n.
Medicina fue la primera carrera que se imparti¨® en algo parecido a una universidad; concretamente, en la Escuela M¨¦dica Salernitana, al sur de Italia, en el siglo IX. Le sigui¨® Derecho. Ambas formaciones siguen atrayendo hoy d¨ªa un gran n¨²mero de alumnos. Un ejemplo: Anatolio Alonso, el alumno que con un 9,95 obtuvo la mejor nota de Selectividad en Madrid el pasado junio, est¨¢ pensando en estudiar Medicina.
De la ciencia y el derecho se pas¨® a las obras p¨²blicas, la ling¨¹¨ªstica, la m¨²sica o el medio ambiente. Los centros educativos superiores se multiplicaron. El curso pasado, en Espa?a hab¨ªa 81 universidades, 50 p¨²blicas, 27 privadas y 4 privadas vinculadas a la Iglesia.
La sostenibilidad estaba en boca de todos a mediados de los noventa. La ecolog¨ªa importaba, y Ra¨²l Garc¨ªa Vald¨¦s decidi¨®, en 1999, matricu?larse en Ciencias Ambientales. Casi 15 a?os despu¨¦s sigue enfrascado en el tema: lee su tesis enmarcado en el programa doctoral Cambio clim¨¢tico y sociedad en septiembre.
La Universidad de Lleida ofrece un grado en Estudios Occitanos, una lengua romance que hablan apenas dos millones de personas en Europa
¡°La suerte y las becas son las que me han permitido llegar hasta aqu¨ª¡±, cuenta Garc¨ªa Vald¨¦s, de 33 a?os, en un descanso de su investigaci¨®n. Muchas carreras y estudios animaban, en la ¨¦poca de esplendor econ¨®mico, a entrar en sus facultades gracias a becas y apoyos financieros. Una pol¨ªtica cuestionada desde el comienzo de la crisis y que puede afectar a las formaciones menos demandadas, como la de Estudios Sem¨ªticos e Isl¨¢micos y otras especializaciones en ling¨¹¨ªstica.
El v¨ªnculo primigenio entre la universidad y la vida profesional provoc¨® que, a medida que se presentaban nuevos retos para la sociedad, surgieran formaciones cada vez m¨¢s espec¨ªficas.
Cuando la capa de ozono se agujereaba en el ?rtico se necesitaban profesionales con estudios en esa ¨¢rea. Ahora que la econom¨ªa se agujerea, esas formaciones pasan a un segundo plano. ¡°No hay ninguna sociedad que necesite tanta gente preparada en unas ¨¢reas y que, en cambio, haya escasez en otras¡±, sentenci¨® el ministro Jos¨¦ Ignacio Wert durante una entrega de premios el a?o pasado. El responsable de Educaci¨®n, Cultura y Deporte abr¨ªa la veda y cuestionaba as¨ª las formaciones de letras y su amplia presencia en la oferta educativa. De los 1.929 grados impartidos en la Universidad p¨²blica en el curso 2012-2013, un 34% estaban dedicados a las Ciencias Sociales y Jur¨ªdicas; el 27,7%, a Ingenier¨ªa y Arquitectura; el 16,3%, a las Artes y Humanidades; el 11,5%, a las Ciencias de la Salud, y el 10,6 %, a la Ciencia.
¡°Todo depende de lo que se entienda por Universidad¡±, resume In¨¦s S¨¢nchez, Coordinadora de Representantes de Estudiantes de las Universidades P¨²blicas (Creup). ¡°Si se ve solo como un sitio para formar gente que luego se emplee, o si posee una funci¨®n m¨¢s profunda que ayude a la persona a formarse en todo tipo de aspectos¡±, agrega.
La finalidad utilitarista de la Universidad se hizo evidente en los noventa, cuando pasar por el campus parec¨ªa una obligaci¨®n. As¨ª, un 28% de los espa?oles de entre 25 y 64 a?os posee estudios superiores. Una cifra que supera la media de la OCDE (26%) y de la UE (24%) y que ha provocado que los t¨ªtulos universitarios en Espa?a no sean tan rentables para el que los posee.
En la privada, un grado en Dise?o de Interiores o en Organizaci¨®n de Eventos se puede impartir con siete personas. Actualmente, en la p¨²blica parece impensable: se optar¨ªa o por unir alumnos o por eliminar la carrera.
POCA DEMANDA
¡°Las carreras art¨ªsticas ampl¨ªan la oferta acad¨¦mica de un centro, aportan prestigio, perfil comercial y son bastante m¨¢s econ¨®micas a la hora de montarlas que una de ciencias¡±, reconoce un comercial de una universidad privada que prefiere mantenerse en el anonimato. Durante la presentaci¨®n del informe Universidad, universitarios y productividad, Francisco P¨¦rez, autor del mismo y director de investigaci¨®n del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE-BBVA), incid¨ªa en el tema: ¡°No es un problema de exceso de n¨²mero de universidades, sino m¨¢s bien de la oferta de titulaciones con poca demanda en muchas de ellas¡±.
?Debemos dejar de estudiar griego antiguo, lat¨ªn o hebreo porque ya no parecen tener utilidad? ?Podemos permitirnos olvidar milenios de cultura? ?La Universidad es un espacio abierto de intercambio de cultura o un centro de negocios? Estas preguntas subyacen cuando se plantea la eliminaci¨®n de carreras por su poca rentabilidad laboral. El occitano es una lengua romance del sur de Europa de origen medieval. Dos millones de personas entre Francia, Espa?a e Italia lo hablan. La Universidad de Lleida, fundada en 1279, ofrece un grado en Estudios Occitanos. Es una de las carreras con menos matr¨ªculas de toda Espa?a. ?Debe desaparecer?
¡°[Este ensayo pretende] Dejar constancia de la metamorfosis de qu¨¦ se entend¨ªa a¨²n por cultura cuando mi generaci¨®n entr¨® a la escuela o a la Universidad y la abigarrada materia que la ha sustituido, una adulteraci¨®n que parece haberse realizado con facilidad en la aquiescencia general¡±, escribe Mario Vargas Llosa en la introducci¨®n a La civilizaci¨®n del espect¨¢culo, una reflexi¨®n que ahonda en la, en ocasiones perversa, relaci¨®n entre la cultura y el entretenimiento en el siglo XXI. Algo parecido est¨¢ pasando en la Universidad: el utilitarismo de las carreras nos est¨¢ haciendo olvidar la importancia de la investigaci¨®n y la profundizaci¨®n en algunos temas para la sociedad.
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