Clases de verano... en alimentaci¨®n
Diversas Administraciones ponen en marcha actividades de apoyo para asegurarse de que los ni?os desfavorecidos hagan al menos una comida al d¨ªa
El calor inapelable de agosto se cuela por la puerta del comedor del colegio On¨¦simo Redondo. Huele a condimentos y a puchero. El centro, con 110 a?os de vida, es uno de los m¨¢s antiguos de Santa Cruz de Tenerife. Ha visto pasar a miles de ni?os, pero nunca en verano. Hasta ahora. Desde julio, abre sus puertas cada d¨ªa laborable a 50 escolares que se han apuntado a unos talleres de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica impulsados por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n del Gobierno de Canarias para dar respuesta a un problema bien distinto al deficiente dominio del ingl¨¦s: para garantizar que los ni?os de familias con pocos recursos comen. El refuerzo del ingl¨¦s es la excusa para evitar ser m¨¢s crudos y llamar a la campa?a por su nombre. ¡°Saber que todos los d¨ªas va a comer un plato caliente, para una madre, es un alivio. Es una suerte¡±, reconoce Mercedes Pruna a las puertas del colegio. Con unos ingresos de 800 euros y una hipoteca de 700, Pruna afirma que se las ve y se las desea para llegar a fin de mes. ¡°Nos ayuda la familia, si no fuera por ellos¡¡±, se lamenta.
El drama de los menores de contextos desfavorecidos que no se alimentan adecuadamente ha ido asomando con cuentagotas durante la crisis; las principales asociaciones de padres de alumnos (Ceapa y Concapa) ya advirtieron el pasado septiembre de las dram¨¢ticas consecuencias que pod¨ªan tener para miles de familias una reducci¨®n de las becas de comedor de entre el 30% y el 50% (depende de las autonom¨ªas). Pero ha sido este a?o cuando se ha hecho evidente o, al menos, cuando una serie de Administraciones (los Gobiernos de Canarias, Andaluc¨ªa y Extremadura, diputaciones como la de Valencia o Ayuntamientos como los de Barcelona, Terrasa, Tarragona y Amposta) han salido al paso para atajar un problema que amenazaba con recrudecerse en verano, al cerrar los colegios y, con ellos, los comedores escolares.
As¨ª, han puesto en marcha programas como el canario durante los meses estivales y que atienden al menos a 12.000 menores de 14 a?os. La mayor¨ªa de las iniciativas tienen varios puntos en com¨²n: se hacen en torno a los colegios y se acompa?an de otras actividades (ya sea el ingl¨¦s, campamentos de verano con juegos y refuerzos acad¨¦micos, como en Andaluc¨ªa y en algunas localidades catalanas). Ello, seg¨²n los expertos, permite reducir las reticencias que algunas familias podr¨ªan tener, por ejemplo, al acudir sin m¨¢s a un comedor social.
Canarias ofrece talleres de ingl¨¦s a m¨¢s de 6.000 escolares
Adem¨¢s, ¡°los colegios son los que detectan algunas situaciones preocupantes, como ni?os que se duermen, que van a clase sin el desayuno o incluso de chicos que se pelean por un bocadillo. El problema empieza a ser importante¡±, admite Luc¨ªa Linuesa, jefa de los Servicios Sociales de Terrassa.
En Canarias, una de las comunidades aut¨®nomas con mayor tasa de paro (cercano al 40%) y con un ¨ªndice de pobreza infantil del 29% (cuatro puntos por encima de la media nacional y nueve de la europea), 6.162 alumnos de 3 a 12 a?os de todo el archipi¨¦lago ¡ªla poblaci¨®n escolar total en estas edades es de 126.598¡ª se han matriculado en 132 centros para poder seguir disfrutando del servicio de comedor durante las vacaciones y mejorar su nivel de idiomas. El programa est¨¢ abierto a todas las familias, no solo a las desfavorecidas que lo usan gratis; hay padres que pagan.
Al On¨¦simo Redondo asisten chavales procedentes de tres colegios de la capital, algunos situados a varios kil¨®metros, de tal forma que tambi¨¦n se ha tenido que habilitar una l¨ªnea de transporte que paga el Ayuntamiento. Mientras los menores corren por los pasillos rumbo al comedor, Inma, una de las monitoras, explica: ¡°Es una labor muy importante y gratificante porque hay muchas familias que lo est¨¢n pasando muy mal. Esa hora de comedor es para ellos un verdadero desahogo. A veces, te das cuenta de que los ni?os vienen sin desayunar porque te preguntan insistentemente: ¡®?Cu¨¢ndo comemos?¡±. Inma (29 a?os) ha sido seleccionada por el Servicio Canario de Empleo para trabajar como monitora hasta que comience el nuevo curso.
Si los colegios son los primeros en detectar los casos, luego son los servicios sociales de los Ayuntamientos los que suelen tomar las riendas. Ellos han sido en el caso canario los que han seleccionado a los beneficiarios del servicio de comedor. En Andaluc¨ªa, la Consejer¨ªa de Salud y Bienestar Social est¨¢ desarrollando su programa (con un presupuesto de 1,6 millones de euros) junto a esos servicios municipales y tambi¨¦n con distintas entidades y organizaciones. Ofrecen actividades extraescolares y de refuerzo acad¨¦mico en 57 escuelas de verano. Atienden a 4.000 ni?os, dentro del plan de las tres comidas diarias que la Junta de Andaluc¨ªa puso en marcha a finales del curso pasado.
Una de las escuelas est¨¢ en el colegio Esperanza Aponte, de San Juan de Aznalfarache (Sevilla). All¨ª, 15 chavales apuran la media hora de juego antes de ir a comer. Unos, con la pelota; otros, a la carrera, en un pabell¨®n deportivo sombr¨ªo y con algunos ventanales rotos. ¡°Vamos, recogemos los materiales¡±, les insta uno de los monitores. ¡°Ana, Cristina, recogemos¡±, insiste. En pocos minutos y en fila india, salen del recinto camino del comedor. Son cerca de las 14.00. La ONG Asamblea de Cooperaci¨®n por la Paz es la encargada de coordinar este servicio para 80 escolares de 3 a 14 a?os.
¡°Saber que todos los d¨ªas tendr¨¢ un plato caliente es un alivio¡±, dice una madre
La Junta de Andaluc¨ªa puso en marcha a finales del curso pasado el programa de garant¨ªa alimenticia en m¨¢s de un centenar de colegios de la comunidad. La medida, a la que ahora se ha dado continuidad en verano, ha atendido a cerca de 11.000 estudiantes. ¡°La mayor¨ªa de los alumnos ya se beneficiaron en junio de esta ayuda¡±, precisa Mar¨ªa Jos¨¦ Rosillo, trabajadora de los servicios sociales del Ayuntamiento. ¡°Conocemos casos de familias que, desgraciadamente, solo comen una vez al d¨ªa. Hay hogares que lo est¨¢n pasando realmente mal¡±, agrega.
Tras lavarse las manos, los 15 escolares se re¨²nen con el resto de sus compa?eros en el comedor. ¡°Hoy hemos pintado con acuarelas¡±, le comenta uno de ellos a su amigo. ¡°Nosotros hemos jugado al ahorcado¡±, le replica. En medio de la algarab¨ªa comienza el almuerzo. El men¨²: potaje de garbanzos, croquetas con ensalada, mel¨®n, pan y agua. ¡°En invierno se ofrecen dos platos calientes pero ahora en verano, con el calor, solo se les pone uno. El segundo es algo m¨¢s ligero¡±, explica Paqui Torres, ayudante de cocina de la empresa que ofrece el catering.
Para los padres, este servicio de comedor supone ¡°una preocupaci¨®n menos¡±. Francisco Alcalaz, parado, tiene unos ingresos de 600 euros y un alquiler de 370. ¡°Si no existiera esta ayuda, mis hijos no se quedar¨ªan sin comer, pero seguramente no lo har¨ªan tan bien como aqu¨ª¡±, admite a las puertas del colegio. All¨ª recibir¨¢n poco despu¨¦s a quienes en una bolsa de pl¨¢stico llevan la merienda y el desayuno para el d¨ªa siguiente: un zumo, un bocadillo de pavo, un pl¨¢tano y dos paquetes de galletas.
¡°Esto nos est¨¢ ayudando mucho. Aunque siempre podemos hacer un esfuerzo econ¨®mico para que nunca falte al menos un plato de comida, es una tranquilidad saber que aqu¨ª siguen teniendo el servicio de comedor y adem¨¢s clases de apoyo para aprender idiomas¡±, dice, de vuelta en Santa Cruz de Tenerife, Ana, una de las madres del On¨¦simo Redondo. Su marido se qued¨® en paro dos meses antes que ella y han vuelto a vivir con sus padres.
Hay planes similares en Andaluc¨ªa, Extremadura, Catalu?a o Valencia
¡°En casa no comemos bien, no vemos la fruta. Comer todos los d¨ªas macarrones [los bancos de alimentos solo dan comida envasada] no es bueno¡±, explicaba hace unos d¨ªas Rosal¨ªa Rodr¨ªguez antes de dejar a su hija de 10 a?os en el colegio Agust¨ª Bartra de Terrassa, donde el Ayuntamiento ha puesto en marcha un programa de actividades y comidas veraniegas. ¡°Me gusta venir aqu¨ª porque aqu¨ª como. En casa no tenemos luz y no puedo comer all¨ª¡±, soltaba Dolores, de siete a?os.
Catalu?a ha sido una de las pocas comunidades donde se est¨¢n poniendo cifras ¡ªlas escuelas de Barcelona detectaron el pasado junio 2.865 escolares con malnutrici¨®n¡ª a un problema difuso, de dif¨ªcil cuantificaci¨®n y cuya existencia se rechaza en muchos lugares. Porque una cosa es desnutrici¨®n (no tener qu¨¦ llevarse a la boca), y, otra la malnutrici¨®n, como el caso extremo del ni?o de Giron que tomaba ¡°bocadillos m¨¢gicos¡± de pan con pan. Y ah¨ª, ni?os que no desayunan, que no comen fruta o solo toman pasta est¨¢ el problema. Muchas Administraciones, sin embargo, no creen necesarios los planes de comedores veraniegos. ¡°No han llegado peticiones concretas¡±, contestaban a este diario esta semana las diputaciones de Castell¨®n y Alicante cuando este peri¨®dico pregunt¨® sobre la iniciativa de la de Valencia que garantiza comida a 2.500 escolares durante el verano.
Sin embargo, fue el Gobierno canario quien primero empez¨® a estudiar la magnitud de la situaci¨®n. A principios del curso pasado, un informe de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n descubri¨® que el 16% de los alumnos se hab¨ªan dado de baja del comedor escolar porque ya no pod¨ªa pagar la cuota. As¨ª, al comienzo del tercer trimestre movilizaron dos millones de euros para que pudieran volver a los comedores sin tener que pagar y han continuado el programa con las aulas de verano.
La iniciativa andaluza para garantizar la alimentaci¨®n a los chicos y chicas de familias desfavorecidas se empez¨® aplicar unos meses despu¨¦s, en junio, en los colegios ubicados en las denominadas ¡°zonas de transformaci¨®n social¡± con un presupuesto de dos millones de euros, contempla rozar los 50.000 beneficiaros para el pr¨®ximo curso, seg¨²n la consejer¨ªa. Y, en septiembre, en una segunda fase, se buscar¨¢ a menores en riesgo de exclusi¨®n social fuera de dichas zonas. Se localizar¨¢n a trav¨¦s de los informes de servicios sociales que ejercer¨¢n de intermediarios entre esta consejer¨ªa, la de Educaci¨®n y las familias. Tras el inicio del curso, se notificar¨¢ a los centros escolares el n¨²mero de beneficiarios nuevos cada semana para incluirlos en la red.
En Extremadura, no se han cubierto las 2.500 plazas que se han ofrecido en 18 comedores escolares en las ocho principales localidades de la regi¨®n durante los meses de julio y agosto, aunque la afluencia ha crecido en este ¨²ltimo mes, seg¨²n publican varios medios locales.
Al igual que en el programa andaluz, los escolares hacen actividades l¨²dicas y despu¨¦s se llevan a casa comida para la cena y el desayuno del d¨ªa siguiente.
¡°Se nos parte el alma al saber que pueden venir sin desayunar¡±, se?ala una cocinera
El Ejecutivo regional canario se plantea ahora ofrecer tambi¨¦n desayunos a partir de septiembre. ¡°Hemos cumplido con el objetivo que nos marcamos, que era el de formar y poner en marcha una actividad de comedores que era necesario extender a aquellas familias con dificultades y que nadie que no tenga recursos y que est¨¦ en edad de usar los comedores escolares se quede sin hacerlo y los desayunos tendr¨¢n el mismo objetivo a partir de septiembre¡±, explica Jos¨¦ Miguel P¨¦rez consejero de Educaci¨®n del Gobierno canario.
En el On¨¦simo Redondo de Santa Cruz de Tenerife, el men¨² de los ni?os no se diferencia de las comidas que se ofrecen a lo largo de curso: potaje, sopa, pescado, hamburguesas. Un servicio de catering llega puntual todas las ma?anas a dejar la comida, que es calentada y servida por un grupo de cuatro cocineras. La m¨¢s veterana es Isabel, quien se emociona cuando habla de los ni?os. ¡°Aqu¨ª al menos comen bien y se est¨¢n formando. Se nos parte el alma al saber que pueden no venir desayunados o que pueden no tener la posibilidad de cenar. Eso es algo que se nos escapa¡±. Las natillas marcan el final del almuerzo. Los ni?os corren al encuentro del autob¨²s chapurreando alguna que otra palabra en ingl¨¦s y, lo que es m¨¢s importante, con el est¨®mago lleno.
Con informaci¨®n de Ivanna Vallesp¨ªn y Pilar Almenar.
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