Adelgazar con bacterias
Un experimento con gemelos y ratones muestra que los microbios intestinales influyen en la obesidad Los de los gordos causan m¨¢s acumulaci¨®n de grasa
![Javier Sampedro](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ff4fe3a63-24aa-4307-b98b-0898f7504501.png?auth=ad0967079a714237e587294667ed2519efe395806827a3a666768bfa07b00933&width=100&height=100&smart=true)
![Una mujer subida en una b¨¢scula.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ADWZQ5DJTBEE3V3FAWLSFZQ2PA.jpg?auth=fab6d5de918fca605250e3e1eb4037f850fa846239ca47e3ba8fb0900f655b32&width=414)
A estas alturas todo el mundo sabe que la obesidad es el camino seguro hacia el infarto, el ictus, el c¨¢ncer y todos los dem¨¢s jinetes del Apocalipsis, pero el ¨²nico remedio eficaz conocido contra ella ¡ªpasar hambre y penalidades¡ª sigue sin gozar de la aceptaci¨®n fervorosa por la poblaci¨®n que los m¨¦dicos desear¨ªan. Los cient¨ªficos dan a conocer hoy un posible remedio del futuro inmediato: tragarse las bacterias adecuadas. Puede parecer una guarrer¨ªa, pero peor a¨²n es morirse de cualquier cosa horrible. Si est¨¢ usted gordo, lea lo que sigue.
En el experimento, que presenta la revista Science, los intestinos los ponen los ratones, pero las bacterias las ponen los humanos. En concreto, parejas de gemelos humanos que, pese al enorme parecido que tienen entre s¨ª, discrepan en lo m¨¢s importante a estos efectos: uno est¨¢ gordo y el otro flaco. Tras saber esto, la investigaci¨®n se resume f¨¢cilmente: los ratones han sido manipulados para no tener bacterias en el intestino; pues bien: si les metes bacterias intestinales del gemelo gordo, engordan; y si se las metes las del gemelo flaco, adelgazan. As¨ª de simple.
Vanessa Ridaura, Jeffrey Gordon y sus colegas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Saint Louis, el CNRS en Marsella, la Universidad de Copenhague y otra media docena de instituciones que han intervenido en el trabajo publicado en Science consideran sus resultados un paso importante hacia las terapias probi¨®ticas contra la obesidad. Aunque muchos lectores tendr¨¢n archivado el t¨¦rmino probi¨®tico en la misma carpeta mental que el crecepelo de las pel¨ªculas del oeste, la investigaci¨®n de hoy tiene todos los papeles en regla y es probablemente la primera que puede convertir ese concepto en una estrategia biom¨¦dica ¨²til.
Los bacilos del gemelo delgado hicieron adelgazar a los ratones gordos
Estudios anteriores de secuenciaci¨®n gen¨®mica (lectura de los genes) hab¨ªan indicado que la obesidad de una persona est¨¢ influida por la variedad de los genes microbianos que contiene su intestino grueso. De hecho, el efecto beneficioso de las frutas y verduras se debe, probablemente, a que una dieta rica en fibra estimula la diversidad bacteriana en el tubo digestivo.
El trabajo dirigido por los cient¨ªficos de Washington va mucho m¨¢s all¨¢ al demostrar directamente que los microbios del intestino humano transmiten ¡ªal menos a los ratones¡ª cualidades como el hecho de estar gordo o delgado. Y el cuidadoso dise?o experimental con parejas de gemelos ha permitido empezar a identificar los microbios concretos implicados en el milagro. Por ejemplo, las bacterias del g¨¦nero bacteroides, un grupo de bacilos gram-negativos, tienen efectos particularmente beneficiosos al proteger a los ratones contra las consecuencias de la acumulaci¨®n de grasa corporal.
Los investigadores de Washington observaron ya en sus experimentos iniciales que los ratones que recib¨ªan los microbios de los gemelos gordos acumulaban m¨¢s grasa que sus colegas ¡ªlos que los recibieron de los gemelos delgados¡ª, y ello con independencia de la dieta que tomaban los animales. Se preguntaron entonces cu¨¢les eran los componentes responsables de ese efecto.
La dieta t¨ªpica occidental, mucha grasa y poca fibra, no servir¨ªa
Y el siguiente experimento fue lo que el coordinador del trabajo, Jeffrey Gordon, director del Centro de Ciencias Gen¨®micas y Biolog¨ªa de Sistemas de la Universidad de Washington, llama sonoramente ¡°la batalla de los microbiota¡±. Consiste en criar juntos ambos tipos de ratones para que se intercambien sus bacterias intestinales. ¡°Los ratones, por expresarlo con delicadeza, se intercambian sus microbios f¨¢cilmente¡±, dice Gordon. Estos animales, como muchos otros, tienen la costumbre de comerse los unos las heces de los otros.
El resultado fue que, tras solo 10 d¨ªas de cohabitaci¨®n coprof¨¢gica, los ratones gordos adquirieron los rasgos de sus vecinos flacos. No solo adelgazaron, sino que sus indicadores metab¨®licos, que se hab¨ªan disparado a la zona roja de la escala tras recibir los microbios del gemelo gordo, empezaron a normalizarse, aproxim¨¢ndose a los de los ratones flacos cuyas heces se hab¨ªan comido. As¨ª de estimulante es la vida en una comunidad de roedores de laboratorio.
No todo son buenas noticias, sin embargo, porque el efecto protector observado en la anterior ¡°batalla de los microbiota¡± no se da si los ratones gordos reciben una dieta occidental t¨ªpica, a base de mucha grasa y poca fibra. Las bacterias de los gemelos delgados hacen adelgazar a los ratones gordos, pero solo con dietas vulgares que no se conviertan en un festival lip¨ªdico. ¡°Ahora tenemos una estrategia para identificar las interacciones relevantes entre la dieta, la masa corporal y los microbios intestinales¡±, dice Gordon, ¡°y pensar sobre las cualidades de nuestras dietas insanas que pueden estimular a las bacterias a que hagan el trabajo necesario para mejorar nuestro bienestar¡±.
Esperemos que la coprofagia no sea el factor determinante.
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