¡°Se busca padrino para estudiante pobre¡±
El autor defiende la responsabilidad social frente a la caridad organizada
Si estrangulas a alguien hasta que no le quede pr¨¢cticamente ox¨ªgeno, su cara delatar¨¢ que prefiere respirar, aunque sea mediante respiraci¨®n asistida, antes que morirse asfixiado. Si condenas a alguien al paro de larga duraci¨®n, con una familia a la que mantener, seguramente preferir¨¢ un minijob precario y esclavo que dejar morir de hambre a su familia. Si recortas y saqueas el dinero p¨²blico destinado a educaci¨®n, dedic¨¢ndolo a rescatar entidades bancarias y financieras que vivieron por encima de nuestras posibilidades, la caridad, el mecenazgo, las donaciones ¡°filantr¨®picas¡± y los ¡°padrinos¡± empezar¨¢n a parecer alternativas ¡°razonables¡±, o al menos alternativas posibles para algunos gestores universitarios, ante la destrucci¨®n y el desmantelamiento que vive actualmente la Universidad y la investigaci¨®n p¨²blica.
Es la denominada Doctrina del Shock que tan magistralmente ha analizado Noami Klein en su libro subtitulado El auge del capitalismo del desastre. La terapia de shock que se impone mediante reformas continuas, que destruyen instituciones y bienes p¨²blicos, generando ¡°atractivas oportunidades de mercado¡±, provocan situaciones de trauma colectivo que facilitan los programas de ajuste. Las sociedades en estado de shock, analiza esta autora, renuncian a valores que de otro modo defender¨ªan con entereza.
Esto es lo que entiendo que le est¨¢ pasando a la presidenta de la CRUE y rectora de la Universidad de M¨¢laga o al rector de la Complutense. Sus propuestas de crear bolsas de caridad captando ¡°donaciones¡± de empresas y particulares para costear los estudios a alumnado sin recursos, parecen confirmar que son v¨ªctimas del electroshock neoliberal.
La propuesta de ¡°bolsa de donativos¡± que la m¨¢xima autoridad universitaria nos presenta como alternativa a los recortes del Partido Popular no hace sino profundizar la l¨®gica brifonte del conservadurismo neoliberal m¨¢s rancio: recortar derechos b¨¢sicos, accesibles a toda la poblaci¨®n, para convertirlos en una mal entendida ¡°caridad¡± que ¡°generosos padrinos¡± otorgar¨¢n a algunos elegidos para ser rescatados del pozo sin fondo que a todos los dem¨¢s han arrojado los recortes sociales. Recortes en la financiaci¨®n p¨²blica destinada a los derechos y servicios b¨¢sicos, como educaci¨®n, porque se ha tomado la decisi¨®n pol¨ªtica de destinarlos a rescatar ¡°sus¡± bancos y ¡°sus¡± grandes consorcios empresariales y financieros.
Parece que volvemos a la ¨¦poca que el director de cine Berlanga retrataba en su pel¨ªcula ¡°Pl¨¢cido¡±, donde describ¨ªa la tradicional campa?a navide?a en la Espa?a de la posguerra basada en el lema "Siente a un pobre a su mesa". Convertir las Universidades p¨²blicas en ONGs que piden ¡°apadrinar¡± estudiantes no s¨®lo es de por s¨ª indignante en el actual contexto de recortes de derechos, sino que supone un aut¨¦ntico atentado contra los derechos conquistados por la ciudadan¨ªa y contra la obligaci¨®n pol¨ªtica ineludible consagrada en la Constituci¨®n de garantizar este derecho fundamental a la educaci¨®n. Retroceder a la ¨¦poca donde s¨®lo quienes ten¨ªan mecenas pod¨ªan acceder a los estudios superiores supone una regresi¨®n hist¨®rica en la conquista de los derechos sociales.
Seg¨²n esta filosof¨ªa de la mezquindad, parece que los 30.000 estudiantes que fuentes de EL PAIS calculan est¨¢n al borde de la expulsi¨®n de la Universidad por no poder pagar sus estudios universitarios, se ver¨¢n abocados a poner un anuncio en el peri¨®dico o deambular por las calles de nuestras ciudades con carteles que anuncien ¡°se busca padrino para estudiante pobre¡± para no ser expulsados de los ¡°templos del saber¡± por querer formarse y tener un t¨ªtulo universitario.
Recordemos que desde el 2010 el PP ha recortado 1.200 millones a las Universidades P¨²blicas y que las Comunidades Aut¨®nomas deben a las Universidades 1.000 millones de euros. Que el PP ha encarecido los precios de las matr¨ªculas de las Universidades P¨²blicas, oscilando la subida entre el 22% y el 92% en buena parte de las Comunidades gobernadas por partidos conservadores y much¨ªsimo m¨¢s los m¨¢steres y las repeticiones de curso, llegando en algunos casos al 362% de incremento. Igualmente el PP ha recortado sustancialmente las becas y ayudas a los estudios y ha endurecido los requisitos para conseguirlas y mantenerlas. Si a esto sumamos que han recortado m¨¢s de 13.000 puestos de trabajo en los ¨²ltimos cinco a?os en las Universidades p¨²blicas, mientras que el n¨²mero de estudiantes creci¨® casi en 90.000, nos encontraremos con el dilema del inicio: si estrangulas las Universidades p¨²blicas hasta que no les quede pr¨¢cticamente ox¨ªgeno, prefieren respirar, aunque sea mediante respiraci¨®n asistida, que morirse asfixiadas. El gran problema es el ¡°precio¡± de esa respiraci¨®n asistida.
Porque las ¡°donaciones¡± filantr¨®picas pueden ser una ¨ªnfima minor¨ªa, como la pensionista que relata la rectora de M¨¢laga, que se ofrec¨ªa a pagarle los estudios a un alumno que se hubiera quedado fuera de la ense?anza superior por problemas econ¨®micos. Es loable este gesto de solidaridad y apoyo, pero la inmensa mayor¨ªa de los ¡°fil¨¢ntropos¡± son quienes tienen recursos y se han enriquecido lo suficiente como para enfocarlo como una ¡°oportunidad¡± y una inversi¨®n, con su correspondiente desgravaci¨®n fiscal por supuesto. Porque lo que se ha venido comprobando en el ¨¢mbito anglosaj¨®n, donde estas pr¨¢cticas son m¨¢s habituales, es que quien paga manda.
Son los patrocinadores y donantes quienes establecen las pol¨ªticas y orientaciones de las Universidades. Tal como nos augura la nueva reforma universitaria auspiciada por el PP en Espa?a, pero cuyas estrategias b¨¢sicas ya se empezaron a implementar con anterioridad, introduciendo los Consejos Sociales como espacios de participaci¨®n empresarial y que se est¨¢ convirtiendo en lobby de presi¨®n de las grandes compa?¨ªas y donantes en el ¨¢mbito universitario. No son precisamente los movimientos sociales, las plataformas antideshaucios, las ONGs, los movimientos feministas, quienes est¨¢n sentados en los Consejos Sociales. No son precisamente los trabajadores y trabajadoras de este pa¨ªs, expoliados sistem¨¢ticamente por las reformas laborales o de pensiones y que han dejado su piel para que sus impuestos rescataran a los bancos, los que pueden hacer donaciones. Es esa Espa?a del 1%, la ¡°marca Espa?a¡±, la que De Guindos afirma que crecer¨¢ en el 2014 por las reformas hechas por ¡°sus¡± dirigentes pol¨ªticos, la que puede verlo como una ¡°oportunidad¡± de negocio.
Se genera as¨ª un c¨ªrculo vicioso, donde los recortes en la financiaci¨®n p¨²blica de la universidad son considerados como ¡°incentivos¡± para que las universidades p¨²blicas busquen financiaci¨®n privada. De esta forma, en todo el mundo, las universidades est¨¢n ofreciendo sus instalaciones cient¨ªficas y su inestimable credibilidad acad¨¦mica para que las grandes empresas las utilicen. Los donantes imponen su logotipo en las paredes y los espacios universitarios, vuelven a bautizar los edificios y promueven c¨¢tedras a cambio de una denominaci¨®n que revela el origen de los fondos. La investigaci¨®n que proviene de estas c¨¢tedras responde a los intereses de quienes las patrocinan, no s¨®lo porque son quienes las financian y ante quienes hay que demostrar la eficacia de su inversi¨®n a trav¨¦s de resultados ¡°tangibles¡± y que produzcan ¡°beneficios¡±, sino tambi¨¦n porque recortan y definen los temas e intereses de las investigaciones, as¨ª como las prioridades de las mismas. De esta forma, el valor mercantil de las investigaciones prevalece sobre su contenido cient¨ªfico. La ¡°disciplina por el dinero¡± que se impone en el mundo universitario, al dejar al mercado la decisi¨®n acerca del reparto de los recursos y las recompensas, introduce muy serias amenazas en la vida intelectual y el pensamiento, tan peligrosas como las del maccarthismo ideol¨®gico.
La penetraci¨®n de la l¨®gica del beneficio conduce a que los rectores y las rectoras de las propias Universidades p¨²blicas acaben desempe?ando un papel similar al de los representantes de comercio, siendo valorados por su capacidad para conseguir fondos privados. Mientras, se est¨¢ poniendo en el disparadero a los estudiantes con menos recursos, porque los que son herederos de la ¡°marca Espa?a¡±, de ese 1% enriquecido, no tienen ni tendr¨¢n problema para seguir en la Universidad cinco o cincuenta a?os.
El problema de fondo no s¨®lo es que las pol¨ªticas neoliberales y neoconservadoras se est¨¦n aplicando para excluir a buena parte de la poblaci¨®n que fue incluida en los ¨²ltimos treinta a?os en el sistema educativo universitario, sino que se est¨¢ produciendo una mutaci¨®n de la propia concepci¨®n de la Universidad p¨²blica como un derecho. Porque esta filosof¨ªa de la mezquindad apela al altruismo, frente al derecho. A la caridad vol¨¢til y discrecional de los donantes privados, frente a la responsabilidad de los poderes p¨²blicos. Como si de nuevos pobres se tratara, los estudiantes tendr¨¢n ahora que pasar la gorra y pedir limosna si quieren estudiar.
La educaci¨®n es una cuesti¨®n de responsabilidad colectiva y social, no de caridad individual organizada. No se trata de cuestionar la virtud moral de quien se conmueve y siente piedad por sus semejantes, proponiendo actos de solidaridad o apoyo. Se trata de que un Estado Social y de Derecho debe garantizar con sus pol¨ªticas p¨²blicas los derechos de su ciudadan¨ªa, no disfrazar bajo un sentido caritativo y moral su responsabilidad pol¨ªtica en la amputaci¨®n de los derechos de nuestros estudiantes.
Enrique Javier D¨ªez Guti¨¦rrez. Profesor de Did¨¢ctica y Organizaci¨®n Escolar de la Universidad de Le¨®n y Coordinador del ?rea Federal de Educaci¨®n de IU
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