El caos del certificado energ¨¦tico
El documento, necesario para vender o alquilar una casa, es todav¨ªa muy desconocido La picaresca se extiende cuando su implantaci¨®n es a¨²n m¨ªnima
Guerras de precios, falta de inspecci¨®n, desconocimiento. El certificado de eficiencia energ¨¦tica se est¨¢ implantando en Espa?a de forma desordenada y sin que los consumidores sepan realmente de qu¨¦ se trata. En apenas tres meses, unas 168.000 construcciones han registrado estos certificados, 110.000 entre Madrid y Catalu?a. La cifra se antoja baja en un pa¨ªs con 3,4 millones de viviendas vac¨ªas, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
Hay abierta una guerra de precios, que oscilan entre los 35 y los 200 euros
Este certificado es obligatorio desde junio para los propietarios que quieran vender o alquilar sus construcciones. Es un informe sobre el consumo de energ¨ªa que debe evaluar un t¨¦cnico superior, normalmente, un arquitecto o un ingeniero, y en el que se califica la eficiencia con letras que van de la A a la G, igual que se eval¨²a a los electrodom¨¦sticos. Las sanciones por incumplimientos de la normativa van de los 300 a los 600 euros.
La cara de quienes quieren alquilar o vender una vivienda es un poema cuando alguien les habla del documento. ¡°?Certificado de qu¨¦?¡±, preguntan. En las inmobiliarias est¨¢n m¨¢s que habituados a escuchar sus quejas. Que si es un sacacuartos, otro invento del Gobierno para recaudar¡ Pero se trata de una imposici¨®n de la Uni¨®n Europea para intentar que las casas consuman cada vez menos electricidad y as¨ª reducir las emisiones de CO2. Llega con a?os de retraso y despu¨¦s de una amenaza de multa millonaria.
Eficiencia de la A a la G
???Qu¨¦ es el certificado energ¨¦tico? Es un informe que emite un t¨¦cnico superior, arquitecto o ingeniero, en el que se califica el gasto energ¨¦tico de una vivienda. Se punt¨²a con letras, de la A (m¨¢s eficiencia) a la G, igual que las etiquetas que tienen los electrodom¨¦sticos. El documento, de diez a?os de validez, debe incluir una serie de consejos para ahorrar energ¨ªa.
???Qui¨¦n debe solicitarlo? Los propietarios de construcciones (viviendas, locales, edificios) que quieran alquilarlas o venderlas.
???Es obligatorio? S¨ª, desde junio es necesario tenerlo y registrarlo en la comunidad aut¨®noma en la que se encuentre la construcci¨®n. Las sanciones por incumplimientos de esta normativa van desde los 300 euros a los 6.000 euros.
???Cu¨¢nto cuesta? Los precios van desde los 35 euros hasta los 200, dependiendo de ofertas. Los colegios de arquitectos e ingenieros, profesionales a los que el Ministerio de Industria considera habilitados para expedir certificados, aconsejan a los consumidores que acrediten la profesionalidad de quienes se los ofrecen.
???Para qu¨¦ sirve? Para que los propietarios de estas construcciones conozcan el gasto energ¨¦tico que tienen y la forma de reducirlo. A los inquilinos o compradores les sirve de referencia para elegir.
???Qui¨¦n lo impone? Las directivas y reglamentos de la Uni¨®n Europea que buscan una reducci¨®n de emisiones de CO2. Espa?a es el ¨²ltimo pa¨ªs que lo ha implantado y se ha hecho con m¨¢s de dos a?os de retraso.
???Se est¨¢n poniendo multas? En Madrid se han abierto expedientes por calificaciones que no se ajustaban a la realidad de la vivienda y en Barcelona por consumidores que no estaban conformes con el producto que hab¨ªan contratado.
???C¨®mo puedo tramitarlo? Los ingenieros industriales recomiendan que se contrate a un profesional legalmente competente y que se exija que el t¨¦cnico acuda al inmueble a certificar. Tambi¨¦n que compruebe que, junto con la calificaci¨®n, le entregan una propuesta de mejora de las condiciones de su vivienda, exigida por el Real Decreto. El ¨²ltimo paso es registrarlo en la comunidad aut¨®noma. Ese servicio se lo puede ofrecer tambi¨¦n el t¨¦cnico.
???Hay que pagar tasas por registrarlo? La mayor¨ªa de los registros de estos certificados son gratuitos. Los de pago var¨ªan desde los tres euros de Castilla-La Mancha hasta los 22,45 euros de Extremadura, seg¨²n datos de Certicalia. Catalu?a, donde no hay tasas, estudia implantarlas.
Tres meses despu¨¦s de su implantaci¨®n, el desorden llega de muchos frentes. Las comunidades aut¨®nomas, encargadas de crear los registros de estos certificados y de vigilar que las calificaciones sean correctas, llevan ritmos muy diferentes. Madrid y Catalu?a han arrancado e incluso ya tramitan algunas sanciones. En Arag¨®n, por ejemplo, todav¨ªa no se ha abierto el registro. Andaluc¨ªa est¨¢ teniendo problemas con la inscripci¨®n online. ¡°Se est¨¢ haciendo de forma presencial y est¨¢n teniendo bastantes problemas¡±, indican los t¨¦cnicos.
Hay abierta una guerra de precios que van desde los 35 a los 200 euros. Los colegios de arquitectos e ingenieros advierten de que si no se empieza a denunciar los certificados que est¨¢n mal hechos su sentido se desvirtuar¨¢. ¡°No me gustar¨ªa que se quedara en un proceso burocr¨¢tico m¨¢s¡±, pide Jos¨¦ Manuel Pinazo, catedr¨¢tico de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia y uno de los profesionales con mayor prestigio en climatizaci¨®n de edificios. ¡°El certificado no es solo una letra, tambi¨¦n son los consejos que incluye el t¨¦cnico para conseguir un ahorro energ¨¦tico¡±, reivindica.
El certificado lo tiene que firmar un t¨¦cnico superior que deber¨ªa visitar la vivienda para evaluar la calidad de los cerramientos, el consumo de energ¨ªa de los electrodom¨¦sticos o el grosor de las paredes. El problema es que muchos certificados, a¨²n respaldados por un profesional habilitado, se est¨¢n haciendo sin ese trabajo de campo, seleccionando las opciones que vienen por defecto en los programas inform¨¢ticos. Se encuentran online, sin visita o con informaci¨®n telef¨®nica. Algunos llegan a ofrecer la m¨¢xima calificaci¨®n permitida: la A.
¡°Es bastante complicado que en Espa?a se llegue a una A o a una B, por la forma en la que se ha construido¡±, explica Javier M¨¦ndez, director del gabinete t¨¦cnico del Colegio de Aparejadores de Madrid. El a?o de construcci¨®n tiene una gran influencia sobre la calificaci¨®n. Antes de 1980 no hab¨ªa normativa de eficiencia energ¨¦tica de los edificios. Hasta 2007, ¨²nicamente se hac¨ªa hincapi¨¦ en el aislamiento olvidando factores como la orientaci¨®n y la protecci¨®n solar. Conseguir que una vivienda obtenga una A es posible, pero en casos muy contados. En Catalu?a, por ejemplo, el 0,1% de las 65.000 etiquetas de calificaci¨®n que se han emitido han recibido una A.
Hasta ahora, la mitad de las construcciones que ha tramitado el certificado ha recibido una E. ¡°Algunos propietarios se asustan porque piensan que est¨¢n debajo del aprobado, pero no deben de llevarse esa impresi¨®n¡±, explica In¨¦s Garc¨ªa, portavoz de la plataforma de certificadores Certicalia, encargada de poner en contacto a los due?os de las viviendas con t¨¦cnicos de su zona.
Por temor a fraudes, el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid ha pedido a la comunidad madrile?a que revise todas las viviendas que tengan calificaci¨®n A o B. La Comunidad de Madrid confirma que tienen varios expedientes abiertos porque los datos que recog¨ªa el certificado no se correspond¨ªan con la realidad. En Catalu?a est¨¢n trabajando en un decreto propio para solucionar algunas contradicciones de la normativa estatal, como que no se especifique que se ha de hacer una visita para estudiar la vivienda. ¡°Hemos tramitado algunas denuncias de consumidores a los que han dado un producto que no es el correcto¡±, cuenta Juan Jos¨¦ Escobar, jefe de gesti¨®n energ¨¦tica del Instituto Catal¨¢n de la Energ¨ªa.
Las administraciones o las tasadoras que trabajan con los bancos ¡ªdue?os del mayor n¨²mero de viviendas¡ª intentan hacerse un hueco en este mercado. ¡°Es comprensible que si se les da un gran volumen de trabajo se abarate el precio¡±, concede Jorge Marco, socio de la Red de Certificadores Energ¨¦ticos, que re¨²ne a t¨¦cnicos de todo el pa¨ªs.
M¨¢s alterado est¨¢ el arquitecto t¨¦cnico Miguel ?ngel Izquierdo, uno de los fundadores de un grupo que se autodenomina Certificadores Energ¨¦ticos Indignados. ¡°Los mismos que crearon la burbuja inmobiliaria con tasaciones altas nos est¨¢n haciendo ahora las certificaciones energ¨¦ticas, nos est¨¢n dejando las migajas porque no podemos competir con sus precios¡±. Tambi¨¦n se quejan de que la Administraci¨®n tambi¨¦n ha entrado en el negocio. El Instituto Municipal de la Vivienda de Madrid, por ejemplo, los oferta por 180 euros.
Algunas evaluaciones se efect¨²an sin visitar los inmuebles
En los carteles de Se vende o Se alquila de Madrid apenas se ven las etiquetas, documento que deben entregar los registros cuando se formaliza la inscripci¨®n de los certificados, y que es obligatorio exhibir. ¡°En muchos anuncios de pisos se indica que est¨¢ pendiente de calificaci¨®n¡±, cuenta una joven que busca piso y que tampoco sabe muy bien en qu¨¦ consiste el certificado. Muchos clientes esperan hasta haber alquilado o vendido para hacer este tr¨¢mite. Pero eso impide al que compra o alquila negociar el precio en funci¨®n de la eficiencia energ¨¦tica. ¡°Son pocos los que saben que han de disponer de la certificaci¨®n energ¨¦tica o la etiqueta para realizar publicidad¡±, explica Miguel ?ngel P¨¦rez, del departamento jur¨ªdico de Tecnocasa. ¡°Pero podr¨ªan ser sancionados¡±, recuerda Jes¨²s Rodr¨ªguez Cortezo, presidente del Consejo de Colegios de Ingenieros Industriales.
Pinazo, el profesor experto en climatizaci¨®n, conf¨ªa en que los ciudadanos se familiaricen con estos t¨¦rminos. Los primeros clientes de Certicalia fueron propietarios belgas e ingleses radicados en Baleares. ¡°Ya lo conoc¨ªan. En sus pa¨ªses se implantaron antes¡±, explican en la empresa.
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