El saber cabe en una pantalla
Los cursos masivos abiertos ¡®online¡¯ (MOOC) facilitan el acceso a la ense?anza universitaria aunque no abaratan los precios
Al tiempo que completar una carrera universitaria se hace cada vez m¨¢s caro para el com¨²n de los mortales, cursar estudios universitarios se vuelve cada vez m¨¢s sencillo y barato. Parece un trabalenguas, o un acertijo, que se resuelve si entendemos el concepto de MOOC (cursos online abiertos y masivos, massive online open courses), que gracias a las nuevas tecnolog¨ªas permiten difundir el conocimiento acad¨¦mico a todo tipo de gente sin necesidad de pagar matr¨ªculas ni de tener una titulaci¨®n previa (en eso se diferencian de la universidad a distancia tradicional).
Pero los MOOC son bastante m¨¢s que el simple volcado en la web de la universidad de unos v¨ªdeos realizados por los profesores: los estudiantes deben participar activamente, y se otorgan certificados ¨Ccon distinto grado de prestigio¨C a los alumnos que completan los estudios. Los MOOC se desarrollan generalmente en colaboraci¨®n entre plataformas tecnol¨®gicas especializadas, como Coursera ¨Cnacida en la Universidad de Stanford¨C o Miriada X, y universidades u otros centros de conocimiento (museos, asociaciones profesionales, escuelas privadas, centros asociados a universidades, etc¨¦tera).
En un principio, los MOOC surgieron en Canad¨¢ con un af¨¢n conectivista ¨CcMOOC¨C. Eran m¨¢s interactivos y no contaban con un programa de aprendizaje tan r¨ªgido. Pero los que m¨¢s impacto han tenido finalmente han sido los MOOC, m¨¢s similares a los tradicionales (en financiaci¨®n y en planteamiento). Diecisiete de las 30 principales universidades del mundo tienen ya experiencias MOOC consolidadas, y en Espa?a se ha acogido este fen¨®meno ¡°con m¨¢s entusiasmo que en otros pa¨ªses de nuestro entorno¡±, asegura Carlos Delgado Kloos, catedr¨¢tico de la Universidad Carlos III de Madrid, una de las m¨¢s activas en los MOOC.
Donde hay que estar
Esta universidad madrile?a colabora con Miriada X, que tambi¨¦n trabaja con otra veintena de universidades espa?olas (la Complutense de Madrid, la Polit¨¦cnica de Valencia y la Pompeu Fabra de Barcelona, entre otras). La pr¨®xima reuni¨®n sectorial de tecnolog¨ªas de la Conferencia de Rectores de Universidades Espa?olas (CRUE), que se celebrar¨¢ en noviembre, estar¨¢ dedicada de forma monogr¨¢fica a los MOOC. ¡°La estrategia en nuestras universidades est¨¢ clara: hay que estar en los MOOC por si acaso¡±, resume Tom¨¢s Jim¨¦nez, secretario ejecutivo de la comisi¨®n sectorial TIC (Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n) de la CRUE.
El t¨¦rmino MOOC fue acu?ado en 2008 para bautizar un curso de la Universidad de Manitoba (Canad¨¢) que ten¨ªa 25 estudiantes de pago y presenciales y 2.300 estudiantes gratuitos y online. ?Ir¨¢ ganando peso el segundo tipo de alumnos y estudios en detrimento del primero, o simplemente aumentar¨¢ el n¨²mero de estudiantes totales?
Jim¨¦nez cree que hay lugar para la ¡°convivencia pac¨ªfica¡± entre los nuevos modelos y los tradicionales. Albert Sangr¨¤, director del eLearn Center de la Universitat Oberta de Catalunya, que es m¨¢s esc¨¦ptico en general, cree que los MOOC se usar¨¢n como herramienta de marketing por las universidades, y tambi¨¦n como cursos ¡°de nivelaci¨®n¡± para estudiantes que los necesiten.
Elena Valderrama, responsable en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona de los cursos realizados con Coursera, considera que el cambio afectar¨¢ a los cursos tradicionales, aumentando las tutor¨ªas y reduciendo horas de clase, que el alumno podr¨¢ ver online.
Formarse por libre
Sin necesidad siquiera de apuntarse a ning¨²n curso, cualquiera puede bucear en las webs de las universidades para encontrar un curso a su gusto y estudiarlo. No conseguir¨¢ ning¨²n t¨ªtulo, pero tampoco tendr¨¢ ninguna presi¨®n por aprobar el examen.La Universidad Carlos III est¨¢ adherida a un consorcio creado por el Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT), y los profesores que as¨ª lo desean cuelgan el material de sus clases en la secci¨®n OpenCourseWare. La red de universidades iberoamericanas Universia ha creado, de forma similar, el consorcio OCW Universia.
Los ¨²ltimos cursos publicados en la web de la Carlos III van desde Contrataci¨®n y Medios de las Administraciones P¨²blicas de Derecho P¨²blico hasta Principios de Ingenier¨ªa Inform¨¢tica. Se trata, en este caso s¨ª, de las transparencias, los v¨ªdeos y los documentos de texto utilizados en las clases, volcados directamente en la web.
El hecho de que los materiales se publiquen de forma gratuita no significa que puedan apropi¨¢rselos otras personas o docentes para sus propias clases. La legislaci¨®n sobre derechos de autor debe aplicarse en esos casos, con las dificultades l¨®gicas que implica el car¨¢cter internacional de las cuestiones intern¨¢uticas.
Los v¨ªdeos con contenidos acad¨¦micos deber¨¢n durar a lo sumo, se?ala Delgado Kloos, 10 minutos, que es el tiempo m¨¢ximo en el que el estudiante mantiene su atenci¨®n. ¡°Despu¨¦s conviene que realice una actividad distinta, como responder a un cuestionario, antes de seguir visualizando otro v¨ªdeo¡±. La tecnolog¨ªa, a su juicio, puede ser muy ¨²til para profundizar en los detalles, ¡°como en una retransmisi¨®n televisiva de un evento deportivo¡±, pero tambi¨¦n se pierde el ¡°ambiente del estadio¡±. El valor a?adido de los MOOC, a?ade Jim¨¦nez, es dar la visi¨®n de conjunto.
El contacto directo entre estudiantes y profesores, por tanto, deber¨¢ mantenerse, aunque sea de otra manera. Esta nueva realidad puede afectar a la estructura docente, en particular a la contabilizaci¨®n de la carga de los profesores, y a las infraestructuras que debe proveer la universidad.
En la Carlos III han creado la Unidad de Tecnolog¨ªa Educativa e Innovaci¨®n Docente (UTEID), desde la cual se hace un seguimiento de la evoluci¨®n de las herramientas educativas que van apareciendo, se elaboran gu¨ªas de buenas pr¨¢cticas docentes y se apoya al profesor en la creaci¨®n de los nuevos tipos de contenidos, proporcionando la infraestructura y medios necesarios tanto en hardware como en software.
?Puede ganar peso la figura del profesor, puede llegar a ¡°independizarse¡± de la Universidad? La mayor¨ªa de plataformas MOOC trabajan con universidades, pero unas pocas lo hacen con profesores directamente. En este caso, el comit¨¦ que vela por la calidad de los cursos en cada plataforma tiene un papel m¨¢s determinante.
Valderrama cree que, si no independencia, s¨ª les da mucha m¨¢s libertad en el planteamiento de nuevos temas no contemplados en los cursos ¡°convencionales¡±, ya sea por tratarse de campos emergentes, por tratarse de temas que nunca han estado contemplados en los estudios reglados o de materias vistas ¡°de otra manera¡± para hacerlas llegar a una determinada audiencia. Sangr¨¤, por su parte, opina que ¡°en muchos casos, seg¨²n c¨®mo evolucione el fen¨®meno de los MOOC, no les quedar¨¢ otra que buscarse la vida por su cuenta¡±.
Certificaci¨®n
Las plataformas que dan soporte a los cursos certifican por defecto (y gratuitamente) a los alumnos que los completan, pero nadie garantiza fehacientemente que haya sido el propio alumno el que ha realizado los ex¨¢menes. Por una m¨®dica cantidad, ofrecen un servicio de signature track que certifica de forma m¨¢s fiable el trabajo del alumno, aunque aun as¨ª sigue sin tener validez acad¨¦mica (es decir, que no se puede convalidar con cr¨¦ditos universitarios, por ejemplo).
Para que los MOOC sean financieramente sostenibles ser¨¢ necesario que haya diversos niveles de participaci¨®n de pago: partiendo de una o varias modalidades que ofrecer¨¢n distintos niveles de acceso a tutor¨ªas individualizadas, hasta llegar a modalidades en las que la universidad no solo certificar¨¢ la realizaci¨®n del curso, sino que permitir¨¢ obtener cr¨¦ditos en titulaciones regladas.
Esta ¨²ltima modalidad ya existe en EE UU a trav¨¦s del certificado ACE. Las posibilidades son muchas: podr¨ªan plantearse, por ejemplo, titulaciones tipo m¨¢ster hechas de la combinaci¨®n de cursos propios con cursos MOOC de otras instituciones.
Sangr¨¤ advierte de que el sector corporativo aspira a desplazar a la universidad como agente de certificaci¨®n, aunque la segunda seguir¨¢ teniendo un papel fundamental, a juicio de Delgado Kloos. Valderrama sostiene que, sencillamente, en el futuro ser¨¢ ¡°la propia sociedad ¨C?el mercado laboral?¨C¡± la que d¨¦ validez pr¨¢ctica a un certificado, al optar por los que tengan un curso y no otro.
Una de las cuestiones que m¨¢s se les critican a los MOOC es el alto porcentaje de abandono. ¡°Hay dos tipos de alumnos¡±, explica Valderrama. ¡°Los que se apuntan por afici¨®n o curiosidad y los que pretenden mejorar profesionalmente¡±. Obviamente son los primeros los que m¨¢s abandonan, pero en todo caso Valderrama no cree que las renuncias deban ¡°asustar tanto. En un MOOC, los costes no son directamente proporcionales al n¨²mero de alumnos, y el coste de profesor es casi el mismo con 10.000 o con 20.000 alumnos, aunque est¨¢ claro que es fundamental poder medir bien la tasa de estudiantes que no terminan los ciclos online¡±. La posibilidad de que los pa¨ªses en desarrollo se beneficien de los MOOC es evidente, se?ala Jim¨¦nez, debido a que no ser¨ªan necesarias a priori grandes infraestructuras. Aunque, como a?ade Sangr¨¤, no est¨¢ tan claro que sea a coste cero. Adem¨¢s, est¨¢ la cuesti¨®n de si los cursos se adaptar¨¢n a las diferencias culturales.
En todo caso, y aunque no supongan una revoluci¨®n en cuanto a costes y conocimiento, Sangr¨¤ considera que el balance de los MOOC es bueno: ¡°Todo lo que sea hacer m¨¢s accesible el conocimiento es muy positivo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.