Espa?a y Rusia pactan el marco de futuras adopciones

Ya hay acuerdo en materia de adopci¨®n internacional entre Espa?a y Rusia. La reuni¨®n que a finales de la semana pasada mantuvieron en Madrid representantes de ambos Gobiernos ha dado sus frutos y el texto est¨¢ siendo ultimado, seg¨²n fuentes gubernamentales. Finalmente, no se ha impuesto la retroactividad exigida por Mosc¨² en los seguimientos psicol¨®gicos a los que los ni?os son sometidos hasta que cumplen los 18 a?os. Era el aspecto m¨¢s complicado de la negociaci¨®n. Ahora, el documento tiene que seguir los tr¨¢mites internos de cada pa¨ªs para su entrada en vigor, que probablemente se demore, al menos, hasta primavera. Las fuentes consultadas conf¨ªan, sin embargo, en que este ¡°nuevo clima¡± permita que se agilice el proceso de adopci¨®n de ni?os rusos por parte de unas 500 familias espa?olas que vieron c¨®mo, desde el pasado agosto, los juicios quedaban paralizados en cumplimiento de una instrucci¨®n del Tribunal Supremo ruso que urg¨ªa a que el convenio bilateral fuese firmado.

El objetivo de Mosc¨² es que los ni?os no sean criados por homosexuales

A comienzos de verano, Rusia prohibi¨® la adopci¨®n a los homosexuales y a las familias monoparentales, y el 29 de agosto el Supremo de dicho pa¨ªs dio un paso m¨¢s all¨¢ al paralizar los juicios con los pa¨ªses que permiten el matrimonio gay hasta que se firmen convenios bilaterales que garanticen que se va a cumplir su legislaci¨®n.

El Gobierno de Putin pretende asegurarse de que el menor no ser¨¢ criado en ning¨²n caso por homosexuales, ni siquiera cuando se encuentre en situaci¨®n de desamparo ¡ªpor fallecimiento de los padres adoptivos o cuando la tutela les sea retirada y vuelva a manos de la Administraci¨®n¡ª y el Estado haya de buscarle una nueva familia, algo que en Espa?a solo ocurre en el 1% de los casos. En materia de adopciones internacionales impera la legislaci¨®n del pa¨ªs de origen de los ni?os, por lo que Espa?a ha de adaptarse a la nueva normativa, que establece, entre otros aspectos, la obligaci¨®n de someter al menor a controles peri¨®dicos ¡ªuna evaluaci¨®n que refleje el grado de adaptaci¨®n en su nuevo entorno¡ª hasta que cumpla los 18 a?os, momento en el que pierde su nacionalidad rusa. El problema es que Mosc¨² pretend¨ªa imponer esta norma con car¨¢cter retroactivo. En Espa?a han sido adoptados 12.300 ni?os rusos desde 1997; de ellos, 10.000 siguen siendo menores. Finalmente, se ha acordado que a estos cr¨ªos no les afecte la nueva condici¨®n, salvo en casos muy excepcionales, aquellos en los que el chaval est¨¦ en desamparo.

El texto ya est¨¢ ultimado, seg¨²n fuentes del Gobierno. Ahora, ambos pa¨ªses han de cotejar que las ¨²ltimas notas tomadas durante la reuni¨®n por representantes del Ministerio de Educaci¨®n ruso y de los ministerios de Sanidad y de Exteriores espa?oles son correctas. En dos o tres semanas el convenio podr¨ªa llegar al Consejo de Ministros. Despu¨¦s, al ser un tratado internacional, tendr¨ªa que continuar su tramitaci¨®n en las Cortes.

El proceso no desbloquea la situaci¨®n de las 500 familias espa?olas que esperan poder traer a casa a quienes ya sienten sus hijos. El Gobierno ha elaborado un certificado en el que se explica c¨®mo es la legislaci¨®n espa?ola en la materia y lo ha enviado al Ministerio de Educaci¨®n ruso. Las familias tambi¨¦n lo remitir¨¢n a los jueces que llevan sus expedientes. El Ejecutivo espera que el acuerdo alcanzado la semana pasada genere un nuevo clima y conf¨ªa en que el Tribunal Supremo ruso emita una nueva instrucci¨®n que permita dar salida a los juicios de adopci¨®n que han sido paralizados.

El Gobierno de Putin renuncia a aplicar su nueva ley retroactivamente

¡°Nos reunimos con representantes del Ministerio de Sanidad y les expusimos nuestra situaci¨®n. Tambi¨¦n hicimos llegar a la delegaci¨®n rusa una carta en la que expresamos nuestra urgencia por buscar una soluci¨®n¡±, afirma Luis Miguel Garc¨ªa, madrile?o de 39 a?os que, desde hace un a?o y medio, espera la llegada de Denis, el ni?o ruso que ha sido asignado a ¨¦l y a su esposa. ¡°Tenemos todo preparado. Su habitaci¨®n, su ropa... Incluso tenemos zapatos de tres tallas porque no estamos seguros de cu¨¢l ser¨¢ la suya¡±, indica. Garc¨ªa teme que su espera se prolongue muchos meses m¨¢s. ¡°Durante todo este tiempo nuestro hijo seguir¨¢ estando en la base de datos rusa. Si una familia de Vladivostok [regi¨®n de la que procede Denis] reclama al ni?o, nos quitar¨¢n la asignaci¨®n¡±, se lamenta. Pero no pierde la esperanza. Conf¨ªa en que las autoridades dejen la burocracia a un lado.