¡°Jam¨¢s en la vida olvidar¨¦ los gritos de los fusilados¡±
El veterano es uno de los cinco supervivientes de las Brigadas Internacionales
Se cruzaron por casualidad en una plaza de Marsella. Se miraron de arriba abajo y se fundieron en un abrazo. Ambos hab¨ªan sido brigadistas internacionales y hab¨ªan combatido contra el Ej¨¦rcito golpista durante la Guerra Civil espa?ola. Lo supieron enseguida porque llevaban puesto el mismo traje, el que regal¨® el Gobierno republicano a los brigadistas cuando tuvieron que abandonar Espa?a. ¡°El doctor Juan Negr¨ªn nos visti¨® y nos dio 310 francos¡±, recuerda Josep Almud¨¦ver, mientras ense?a la fotograf¨ªa de su encuentro, en Marsella, con el tangerino Antonio Arenas. ¡°No nos conoc¨ªamos de nada, pero al vernos vestidos con el mismo traje supimos que ten¨ªamos en com¨²n Espa?a y la Rep¨²blica¡±, explica el excombatiente, de 94 a?os, sin inmutarse por la molesta arena de la playa de la Malva-rosa de Valencia que levanta el fuerte viento de poniente.
Tocado con una boina y con un aire al doctor Gachet que pint¨® Van Gogh, Almud¨¦ver espera en una terraza a unos amigos franceses y valencianos para comer en un conocido restaurante del paseo mar¨ªtimo. No probar¨¢n la t¨ªpica paella frente al mar. ¡°No porque no la hagan buena aqu¨ª, ?eh?, pero es que ya se sabe que como en casa, ninguna, y a nosotros nos sale de categor¨ªa¡±, interviene Antoni Sim¨®, historiador y amigo del brigadista, al que acoge en su casa de Alc¨¤sser, a 15 kil¨®metros de Valencia. Residente en Francia, Almud¨¦ver asiente y apura su refresco.
Ha sido un hombre de acci¨®n toda su vida. Y sigue sin parar, yendo all¨¢ donde le reclaman para contar su lucha en institutos, universidades y foros diversos. Naci¨® en Marsella, fruto de otro encuentro casual. Su madre, valenciana, trabajaba en un circo de gira por Europa cuando estall¨® la I Guerra Mundial. En la ciudad francesa conoci¨® al que ser¨ªa su marido, que hab¨ªa abandonado su Alc¨¤sser natal para eludir las represalias: intent¨® quemar la iglesia ante la negativa del cura a dejar bailar y celebrar una verbena.
La Alegr¨ªa de la Huerta. Valencia
- Un refresco de lim¨®n: 2,50 euros.
- Una cerveza: 2,50.
Total: 5 euros.
El hispanofranc¨¦s Josep Almud¨¦ver hered¨® la militancia y el oficio de alba?il de su padre. Cuando se declara la Guerra Civil ya viv¨ªa con su familia en Valencia y se alist¨® en el Ej¨¦rcito republicano a?adi¨¦ndose a?os. Lo descubrieron y lo mandaron a casa. Volvi¨® al frente y le hirieron. Se recuper¨® y vio la oportunidad de reincorporarse inmediatamente con la Brigada Garibaldi. Lo aceptaron como franc¨¦s, traductor y combatiente. Y cuando los brigadistas se marcharon de Espa?a por decisi¨®n del Comit¨¦ de No Intervenci¨®n, se las apa?¨® para regresar a Valencia. Era el final de la guerra. Despu¨¦s huy¨® con su padre al puerto de Alicante. All¨ª fue recluido en el campo de concentraci¨®n de Albatera.
El tono vitalista del brigadista, que posteriormente fue maqui, se ensombrece. ¡°No s¨¦ por qu¨¦, pero siempre me obligaban a mirar los fusilamientos de los que intentaban escapar del campo de concentraci¨®n. Jam¨¢s en la vida olvidar¨¦ los gritos de los fusilados¡±, afirma. Mira un instante el horizonte, se reincorpora y contin¨²a con la conversaci¨®n.
Conserva una extraordinaria agilidad f¨ªsica y mental. Dice que conoce a algunos de los cinco brigadistas que quedan vivos, seg¨²n la Asociaci¨®n de Amistad con los Brigadistas Internacionales, de los m¨¢s de 45.000 que llegaron a Espa?a para luchar por la Rep¨²blica. ¡°Yo soy de los pocos que puedo viajar. Y no voy a dejar de hacerlo mientras pueda¡±, concluye.
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