Un mes de ¡®primavera¡¯ informativa
El ente p¨²blico cierra con un noticiero de 12 horas de duraci¨®n Los trabajadores colaron a la hasta ayer silenciada presidenta de la v¨ªctimas del metro
Al borde de la muerte, mientras Canal 9 agonizaba en directo, el ente p¨²blico valenciano sald¨® ayer una de sus grandes deudas con la sociedad valenciana. Por la puerta de atr¨¢s y esquivando a la polic¨ªa, Beatriz Garrote, presidenta de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Metro, entr¨® por primera vez en plat¨® guiada por trabajadores. Han hecho falta siete a?os y casi un centenar de concentraciones para que su voz se oyera en la televisi¨®n valenciana. Fue el gran momento del informativo de 12 horas con el que la emisora p¨²blica se despidi¨® de la audiencia.
Canal 9 ha sido un paradigma de control pol¨ªtico de un medio de comunicaci¨®n p¨²blico. Nada escapaba a la supervisi¨®n de la direcci¨®n de la empresa, convertida en la correa de transmisi¨®n de los mensajes del Gobierno de la Generalitat. El 5 de noviembre de 2013, este modelo salt¨® por los aires al conocerse la decisi¨®n del presidente, Alberto Fabra, de cerrar el ente p¨²blico. Desde ese momento, los trabajadores tomaron el mando convirtiendo lo que hasta ahora era una televisi¨®n amable con el Gobierno en una plataforma de cr¨ªticas al Ejecutivo del PP.
La directora del ente p¨²blico, Rosa Vidal, se neg¨® a echar la persiana y tras su dimisi¨®n y la de su equipo, los trabajadores de Radio Televisi¨®n Valenciana (RTVV) abrieron el abanico tem¨¢tico a contenidos hasta ahora impensables en los medios p¨²blicos valencianos. Colectivos de impulso a la educaci¨®n en la lengua propia, como Escola Valenciana, la propia Beatriz Garrote o grupos musicales vetados por su tendencia pol¨ªtica, como Al Tall u Obrint Pas, vieron la puerta abierta a lo que se hab¨ªa convertido en un nuevo altavoz de la sociedad valenciana. O, como sucedi¨® ayer, caras hist¨®ricas de profesionales arrinconados en la emisora se acercaron para despedirse, mientras periodistas de fuera de la casa entraban en directo para solidarizarse con los trabajadores. I?aki Gabilondo o Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de la Televisi¨®n, conectaron por tel¨¦fono para dar sus mensajes de apoyo.
En los pasillos, los profesionales de RTVV proteg¨ªan el acceso al centro de control de emisiones de los intentos de cortar la se?al. El m¨¢s esperp¨¦ntico lo protagoniz¨® Francisco Signes, un t¨¦cnico externo, apodado Paco Telefunken, que tras acudir a la sala de m¨¢quinas de la cadena y ante la oposici¨®n de los trabajadores, acab¨® por negarse. ¡°Yo no corto Canal 9¡±, se?al¨® poco despu¨¦s ante las c¨¢maras que le entrevistaban en directo. En esos momentos el Estudio 3 estaba ocupado por partidos de la oposici¨®n junto con periodistas de la casa.
Como en las ¨²ltimas semanas, el Partido Popular hab¨ªa pasado de monopolizar la programaci¨®n, a dejar de acudir a unos programas que ahora le eran cr¨ªticos.Durante todo este tiempo, los trabajadores se hab¨ªan disculpado en diversas ocasiones por haber mostrado durante a?os la visi¨®n de la realidad valenciana que conven¨ªa a la Generalitat. Como cuando el Caso G¨¹rtel no existi¨® para Canal 9 o se pas¨® de puntillas por el accidente de metro que cost¨® la vida a 43 personas en julio de 2006. Este acto de contricci¨®n p¨²blica ante las c¨¢maras llegaba para algunos ciudadanos demasiado tarde y resultaba obsceno al ser pronunciado por algunas de las caras de quienes hab¨ªan sido hasta poco antes portavoces de la manipulaci¨®n del canal p¨²blico.
Durante este mes, la Generalitat ha intentado acabar con esta primavera informativa. Finalmente, lo consigui¨® ayer con una orden judicial. Y Canal 9 fue a negro. Eran las 12.19.
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