?Qui¨¦n debe ser funcionario?
Los puestos vitalicios en la Administraci¨®n est¨¢n cada vez m¨¢s cuestionados Algunas profesiones requieren esa seguridad, pero no es necesaria en todas
![Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital 12 de Octubre de Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UOUHF4TQ7UUPL2CTK7HV3E7GJU.jpg?auth=43dd55dfb402d8f1d8df946b87b038dd49f403671d22a5c20c6640e9c03f682e&width=414)
El funcionario ha sido una figura denostada, puesta permanentemente en cuesti¨®n por chistes de bar y por sesudos estudios acad¨¦micos, y duramente criticada en los ¨²ltimos a?os desde posiciones que repiten una y otra vez palabras como ¡°despilfarro¡± o¡°ineficacia¡±. Pero la figura del funcionario se cre¨® en Espa?a en el siglo?XIX por consenso, con la convicci¨®n de que hab¨ªa que acabar con la pr¨¢ctica de que cuando llegaba un partido al poder, sus trabajadores entraban en las Administraciones, y cuando sal¨ªa comenzaba de nuevo el trasiego de sustituir a unos por otros.
¡°El funcionario tiene su raz¨®n de ser. Fue un acuerdo de los grandes partidos, no lo olvidemos, para que personas con unos conocimientos determinados ocuparan esos puestos y quedaran fuera de la lucha partidista¡±, explica Juan Oliva, profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Castilla-La Mancha especializado en salud.
![Los funcionarios en Espa?a](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RAH4WYSWGPT4TRND4ZZS26C734.png?auth=a443a25973df0350faf68c95762317b89ebe907d928df968a1009b39beef56bf&width=414)
Hoy, cada vez m¨¢s voces aseguran que ya no es necesaria (al menos no en todas las profesiones que hoy engloba el funcionariado) la seguridad de tener puestos de trabajo pr¨¢cticamente vitalicios ¡ªa los que accede por m¨¦rito¡ª que, sostienen, no fomentan el esfuerzo y la mejora por la falta de incentivos. El consejero de Sanidad de Madrid, Javier Fern¨¢ndez Lasquetty, dijo el lunes que no cree que los m¨¦dicos de la sanidad p¨²blica deban ser funcionarios. Seg¨²n el consejero, que tiene paralizado en los tribunales su plan para privatizar la gesti¨®n de seis hospitales p¨²blicos, el sistema actual se ha vuelto ¡°en contra¡± de los m¨¦dicos, porque ¡°no tienen incentivos para mejorar su desempe?o m¨¢s all¨¢ de la pura motivaci¨®n altruista¡±.
¡°Hace falta una revisi¨®n de la funci¨®n p¨²blica, que ha cambiado muy poco, pero la propuesta de Madrid no es para mejorar el servicio p¨²blico, sino por los planes de privatizaci¨®n¡±, asegura el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Vigo Santiago Lago Pe?as. El especialista defiende cambiar el sistema, pero para mejorarlo (y tener m¨¢s herramientas para incentivar y penalizar), no para quitarlo y sustituirlo por otro ¡°que no est¨¢ funcionando¡±, asegura.
Adem¨¢s, en un contexto de recortes presupuestarios en los servicios p¨²blicos y grandes movilizaciones en contra, muchos creen que no es el mejor momento para un debate sosegado sobre un posible cambio (numerosos expertos han planteado esa misma objeci¨®n a la regulaci¨®n de los servicios m¨ªnimos en las huelgas). De hecho, el responsable de ense?anza de CC?OO, Francisco Garc¨ªa, interpreta que se quiere castigar y controlar a aquellos que est¨¢n encabezando la marea blanca de la sanidad o la marea verde de la educaci¨®n, entre otras cosas, protegidos por su condici¨®n de funcionarios. ¡°Quieren privatizar el sistema y devolverlo al siglo XIX¡±, asegura Garc¨ªa.
La figura del funcionario ¡ªentendida como aquella persona que ha alcanzado un puesto fijo, de por vida, en una Administraci¨®n p¨²blica¡ª existe en todos los pa¨ªses desarrollados, ya que nadie pone en cuesti¨®n que ese nivel de seguridad es necesario para ejercer ciertas profesiones, al menos para aquellas que requieren ejercer ¡°la autoridad administrativa¡±, por ejemplo, un polic¨ªa, un inspector de Hacienda, un juez¡
En Europa, hay dos grandes modelos: el que ampl¨ªa el radio a muchas profesiones (como Francia o Espa?a) o lo restringe a unas pocas, como el anglosaj¨®n, donde sanitarios y docentes son empleados contratados. En 2009, los trabajadores p¨²blicos en Espa?a eran el 13,1% de la poblaci¨®n activa, frente al 21,9% de Francia, el 26% de Suecia o el 29% de Dinamarca, seg¨²n la OCDE; sin embargo, en Espa?a son funcionarios el 57% de los empleados p¨²blicos, en Francia el 73%, en Dinamarca el 36% y en Suecia solo el 1%.
Garc¨ªa, de CC?OO, defiende el funcionariado en sentido amplio ¡ª¡°para garantizar el mantenimiento de los servicios p¨²blicos con independencia del poder pol¨ªtico¡±¡ª y en particular de los profesores. ¡°En las escuelas hace falta una independencia, una pluralidad de visiones, de perspectivas y valores para poder formar a ciudadanos libres¡±, asegura.
Tambi¨¦n en el caso de los m¨¦dicos es importante la estabilidad en el empleo, opina Jos¨¦ Mar¨ªa Molero, portavoz del sindicato m¨¦dico SIME. ¡°Si un facultativo no est¨¢ sujeto a renovaciones de contrato continuas ni a cambios de trabajo mejora la continuidad asistencial y la relaci¨®n m¨¦dico-paciente y, al final, la eficiencia del sistema¡±, argumenta. Molero recuerda la ¡°contradicci¨®n¡± en la que incurre Lasquetty cuando habla de falta de incentivos: ¡°Su consejer¨ªa tiene paralizada desde hace cinco a?os la aplicaci¨®n de la carrera profesional, que reconoce m¨¦ritos y experiencia¡±.
Fernando Castillo, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo de la Universidad de Granada, rechaza el t¨®pico de que los funcionarios no est¨¢n incentivados ni pueden perder su puesto. ¡°Hay un r¨¦gimen disciplinario que contempla faltas muy graves y separaci¨®n de servicio. Es cierto que sucede pocas veces, pero es por falta de capacidad de gesti¨®n de las Administraciones. Y claro que hay pol¨ªticas de incentivos, muy variables entre comunidades, pero que se apliquen depende de tener gestores p¨²blicos profesionales, y no los tenemos. Aqu¨ª director general puede ser cualquiera. Pueden hacerlo, pero los gestores ni incentivan ni castigan¡±, se?ala. Castillo, sin embargo, reconoce la ¡°rigidez¡± del sistema y la necesidad de reformas. Opina tambi¨¦n que ¡°en ning¨²n sector es imprescindible que haya puestos vitalicios, excepto la justicia y alguno m¨¢s, como los abogados del Estado o los inspectores¡±. ¡°La garant¨ªa de la estabilidad en el empleo parece aconsejable para garantizar la imparcialidad. Pero no creo que sea imprescindible en educaci¨®n ni en sanidad¡±, se?ala.
En la parte universitaria, la desfuncionarizaci¨®n docente es una reclamaci¨®n contin¨²a desde muchos sectores. La comisi¨®n de expertos que, por encargo del ministro Jos¨¦ Ignacio Wert, redactaron recomendaciones para la reforma universitaria, propusieron en febrero una doble v¨ªa de acceso: una para funcionarios y otra para contratados indefinidos, lo que permitir¨ªa ¡°proporcionar¡± una transici¨®n hacia una ¡°desfuncionarizaci¨®n¡±. Dos de los expertos, los profesores de Derecho ?scar Alzaga y Mariola Urrea, sin embargo, emitieron un voto particular en contra: hablaban de ¡°un riesgo para la plena independencia investigadora¡± de los profesores contratados, pues las figuras de funcionarios son ¡°la garant¨ªa constitucional que comporta la libertad de c¨¢tedra¡±.
¡°La extensi¨®n de la estabilidad laboral reforzada para profesionales de la sanidad, ense?anza, servicios sociales, etc¨¦tera, sin tener la misma significaci¨®n, sirve para que los que nos atienden en los servicios p¨²blicos personales, se alejen del ¨¢nimo de lucro y su motivaci¨®n se cimente en la satisfacci¨®n por el trabajo bien hecho y por ayudar a los dem¨¢s¡±, insiste Jos¨¦ Ram¨®n Repullo, profesor de Planificaci¨®n y Econom¨ªa de la Salud en la Escuela Nacional de Sanidad. Y esa calidad beneficia sobre todo a los ciudadanos, a?ade.
¡°Yo soy funcionario¡±, dice el profesor universitario Oliva. ¡°Y no encuentro ninguna raz¨®n objetiva por la que tenga que serlo; tampoco un m¨¦dico. Solo tiene sentido con la judicatura o la inspecci¨®n. En un pa¨ªs sensato, donde las plazas se consiguen por m¨¦rito, no es necesario. Lo que ocurre es que mucho me temo que pasar¨¢ lo mismo que vivimos en el siglo?XIX. Lo estamos viendo en Corporaciones locales, diputaciones... Y con los llamados asesores, que no son funcionarios, pero asesoran a un partido y cuando llega otro ya no valen. Este es el problema de verdad¡±, a?ade.
Muchos expertos recuerdan la m¨¢xima de cambiar las cosas hasta no encontrar una soluci¨®n mejor. El profesor Santiago Lago recuerda a quien quiera poner en marcha alg¨²n otro sistema, que con el actual se est¨¢n compensando unos sueldos relativamente bajos (comparados con el sector privado) con esa seguridad econ¨®mica. Es decir, ?se pagar¨ªa m¨¢s si ya no fueran funcionarios? Y, si no se pagase m¨¢s, ?c¨®mo se conseguir¨ªa competir con la empresa privada para atraer a buenos profesionales?
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