Esta pel¨ªcula ha superado el ¡®examen¡¯ del sexismo
Una pol¨¦mica clasificaci¨®n por g¨¦nero nacida en Suecia se abre paso Festivales y salas de Europa y EE UU planean adoptarla para denunciar la desigualdad
La clasificaci¨®n por g¨¦nero empieza a abrirse paso en el cine despu¨¦s de que un grupo de salas suecas lanzara hace un mes una pol¨¦mica iniciativa para medir la presencia de mujeres en las pel¨ªculas que proyectan. La idea ha prendido a una velocidad que ha sorprendido hasta a los propios promotores. En cuesti¨®n de semanas, docenas de festivales y cines de medio mundo se han puesto en contacto con los suecos para copiar un modelo que aspira a llamar la atenci¨®n sobre la desigualdad de g¨¦nero en la industria cinematogr¨¢fica.
El sistema en cuesti¨®n se inspira en un test nacido en 1985 de la mano de Alison Bechdel, una dibujante de c¨®mic estadounidense. En una de sus vi?etas, uno de los personajes dice que solo ve pel¨ªculas en las que aparezcan al menos dos mujeres hablando entre ellas y en las que la conversaci¨®n no gire en torno a un hombre. Esos criterios, que nacieron casi como una broma, se han convertido en las tres principales preguntas del test aplicado al cine. La inspiraci¨®n primigenia se remonta a Virginia Woolf y a sus observaciones sobre la presencia y el papel de la mujer en la literatura.
El sello se da al filme en el que al menos dos mujeres hablan y no de un hombre
El epicentro de esta iniciativa contagiosa se sit¨²a en Bio Rio, una peque?a sala de cine alternativa de Estocolmo. Bio Rio y otras cuatro salas del pa¨ªs se inventaron una clasificaci¨®n y un logo que indicara que hab¨ªa superado la prueba de Bechdel. As¨ª, adem¨¢s de medir la violencia o el sexo, el espectador recibir¨¢ informaci¨®n sobre si la pel¨ªcula es m¨¢s o menos sexista.
Ellen Tejle es la joven directora de Bio Rio y la responsable de que medio mundo hable ahora de la prueba de Bechdel resucitada. ¡°Quisimos hacer algo para visibilizar el hecho de que las mujeres son invisibles en el cine. Algo concreto. Est¨¢ bien hablar de los problemas del mundo, pero lo que realmente importa es hacer algo¡±. Lo que Bio Rio y otros cuatro cines del pa¨ªs hicieron fue pasar el test a las pel¨ªculas que pensaban programar. Y se asustaron.
Hollywood suspende
??La trilog¨ªa de Tolkien. Ninguna de las tres entregas de El se?or de los anillos supera el test de Bechdel, la prueba que mide el sexismo en un filme. A pesar de que la adaptaci¨®n a la gran pantalla de los libros de J. R. R. Tolkien cuenta con varios personajes femeninos relevantes, no coinciden en escena, por lo que nunca llegan a intercambiar l¨ªneas de di¨¢logo entre ellas.
??El joven mago. Tampoco sale bien parada otra adaptaci¨®n literaria, la saga Harry Potter. Dos de los filmes inspirados en novelas de J. K. Rowling no pasan la prueba: Harry Potter y el c¨¢liz de fuego y Harry Potter y las reliquias de la muerte 2. En ellas, llegan a aparecer varias mujeres en pantalla, pero no mantienen ning¨²n di¨¢logo entre s¨ª, otro de los requisitos imprescindibles.
??'Avatar'. En la taquillera Avatar, dirigida por James Cameron, ocurre algo parecido: s¨ª que aparecen mujeres a la vez y en alguna ocasi¨®n llegan a intercambiar palabras entre s¨ª, pero no se puede considerar que mantengan una conversaci¨®n real. Solo hay una excepci¨®n: un di¨¢logo entre Neytiri y su madre. Pero en este caso, el tema del di¨¢logo es Jake, un hombre, por lo que tampoco supera el test.
??Cine cl¨¢sico. En los cl¨¢sicos tambi¨¦n hay ejemplos de filmes que suspenden el test de Bechdel. La trilog¨ªa original de La guerra de las galaxias es un ejemplo. Solo hay tres personajes femeninos con nombre y en ninguna de las tres pel¨ªculas intercambian una palabra entre ellas. De la segunda trilog¨ªa, los episodios I y II s¨ª que superan la prueba, pero el tercer episodio vuelve a suspender por no conseguir cumplir los tres requisitos necesarios.
??Hero¨ªna espacial. A pesar de estar protagonizada por una mujer, Sandra Bullock, Gravity tampoco logra el aprobado. El argumento de la pel¨ªcula del mexicano Alfonso Cuar¨®n hace que sea la ¨²nica mujer en pantalla y, en buena parte de la pel¨ªcula, la ¨²nica persona. Por lo tanto, no cumple ninguno de los requisitos para superar la prueba de sexismo.
¡°En 2010, vimos que poqu¨ªsimas lo superaban. Daba igual el g¨¦nero o de qu¨¦ pa¨ªs procedieran. Nos dimos cuenta de que se trata de un problema sist¨¦mico¡±, cuenta Tejle en la cafeter¨ªa de su cine. Los datos, por ejemplo, de la Academia de Cine de Nueva York indican que el 30,8% de los actores que intervienen con voz en las pel¨ªculas son mujeres. Un tercio de ellas aparecen parcialmente desnudas o en posturas con evocaciones sexuales. Kathryn Bigelow es la ¨²nica mujer que ha ganado un Oscar. M¨¢s datos: ellas compran la mitad de las entradas de cine que se venden en EE UU. Estudios de otras academias e instituciones ofrecen datos similares.
El sistema se puso en pie hace apenas un mes y desde entonces cines y festivales de medio mundo contactan con Tejle para decirle que se suman a la iniciativa. En recientes encuentros del sector en EE UU en octubre y en Grecia en noviembre, a Tejle le sorprendi¨® la enorme aceptaci¨®n de sus colegas. El canal escandinavo de televisi¨®n Viasat Film ha decidido adoptar la clasificaci¨®n. Cines de Eslovenia, Reino Unido, Irlanda, Francia y EE UU han manifestado su intenci¨®n de usarla y han pedido las ya famosas pegatinas blanquinegras con el lema: ¡°Aprobado. Bechdel test¡±. En las carteleras, en los t¨ªtulos de cr¨¦dito y en los programas de los cines se pueden ver los adhesivos. Hay un festival, el Bluestocking Film Series de Portland, en EE UU, que ya solo programa cintas que hayan pasado el test. En Bio Rio, solo un 30% de las pel¨ªculas proyectadas el ¨²ltimo mes superaron la prueba.
A partir de enero, multitud de cines suecos secundar¨¢n la iniciativa, que apoya tambi¨¦n el Instituto de Cine de Suecia. Esta instituci¨®n se toma muy en serio la cuesti¨®n de la igualdad. Sus estatutos establecen que las pel¨ªculas hechas por hombres o por mujeres recibir¨¢n la misma financiaci¨®n. El a?o pasado se marcaron un plan con el que pretenden lograr la igualdad en el cine sueco en 2015. ¡°La diversidad y la representaci¨®n de distintas perspectivas significa calidad. Adem¨¢s es cuesti¨®n de salud democr¨¢tica. Si las mujeres suman el 50% de la poblaci¨®n, ?por qu¨¦ sus historias deben tener menos valor?¡±, reflexiona Tove Torbi?rnsson, directora de Pel¨ªculas y Sociedad en el Instituto sueco. Torbi?rnsson se explaya en un tema que le apasiona y que considera prioritario. Cree que la desigualdad en el cine no es m¨¢s que un reflejo de los desequilibrios de poder entre g¨¦neros en la sociedad. Y desmenuza la vertiente cinematogr¨¢fica: ¡°Cuando una mujer hace una pel¨ªcula, se dice que es para un p¨²blico femenino. Cuando la hace un hombre, se supone que es para todos los p¨²blicos. ?Qu¨¦ sentido tiene eso?¡±.
Los cr¨ªticos alertan del riesgo de censura y del deterioro de la calidad
Torbi?rnsson localiza el problema en los largos, donde se mueve m¨¢s dinero. ¡°Lo normal es que los hagan hombres y, por tanto, siempre es m¨¢s dif¨ªcil pelear por los que no se ajustan a lo que se considera normal¡±. En particular, le preocupan los segundos y terceros filmes de las directoras. ¡°Es m¨¢s dif¨ªcil que a las mujeres les den una segunda oportunidad. Es como si no tuvieran derecho a hacer pel¨ªculas malas y los hombres s¨ª¡±.
Algunos cr¨ªticos han levantado la voz alertando de posibles censuras. Otros temen que la calidad se resienta. ¡°Si esto hace que los cineastas en el futuro piensen en estas cuestiones durante el proceso creativo, entonces es peligroso. Muchas pel¨ªculas feministas nunca habr¨ªan superado el test: filmes de Marguerite Duras, Chantal Akerman... por no mencionar Ingmar Bergman¡±, dijo el investigador cinematogr¨¢fico al frente de la fundaci¨®n Ingmar Bergman, citado por la agencia France Presse. Rom¨¢n Gubern, historiador de medios de comunicaci¨®n, entiende que esta prueba es coherente con la historia y la cultura suecas, pero ¡°no muy cient¨ªfica realmente¡± y que tiene ¡°solo un valor relativo¡±.
¡°Se trata de lanzar un mensaje¡±, se defiende Torbi?rnsson. ¡°No estamos hablando de censurar. Es simplemente un experimento. El hecho de que haya causado tanto revuelo, quiere decir que aqu¨ª hay tema, que hemos tocado nervio¡±.
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