Jorge Loring, el apologeta jesuita que llenaba plazas de toros
Representaba la faceta nacionalcat¨®lica de una congregaci¨®n que cambi¨® de rumbo tras el Vaticano II
En los d¨ªas en que fue elegido Pont¨ªfice el argentino Jorge Mario Bergoglio, de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, busqu¨¦ en la Red la opini¨®n de Jorge Loring, tambi¨¦n jesuita. Qui¨¦n mejor para juzgar desde el pasado semejante acontecimiento (?un Papa jesuita, por fin!). El padre Loring, como se le conoce, ha recorrido medio mundo dando charlas de catolicismo y reina en Internet como nadie con sotana, con una copiosa oferta de libros de enorme ¨¦xito (solo de Para salvarte se han vendido 1.300.000 ejemplares en Espa?a, varias ediciones en Am¨¦rica, m¨¢s las traducciones al ingl¨¦s, al ¨¢rabe, al hebreo, al ruso y al chino). Tambi¨¦n hay en la Red incontables conferencias suyas (se dice que mil), grabadas en todo tipo de formatos.
Pero Loring no opinaba en p¨²blico sobre el nuevo Papa. Parec¨ªa como si quisiera, con el silencio, subrayar las dos almas de la Compa?¨ªa de Jes¨²s a partir del Concilio Vaticano II: los hijos del combativo Ignacio de Loyola fieles al nacionalcatolicismo franquista, y los seguidores del suave sufriente Arrupe y su opci¨®n por la bien llamada teolog¨ªa de la liberaci¨®n. Loring era de los primeros, crecido como jesuita en la posguerra incivil, en medio de un acaloramiento religioso que llev¨® a su pol¨¦mica e imponente congregaci¨®n a conceder a Franco el t¨ªtulo de fundador (nada menos), y en un ambiente en el que, como dijo el tambi¨¦n jesuita Alfonso ?lvarez Bolado, las iglesias se llenaban porque la autoridad competente (militar, por supuesto) conduc¨ªa hasta su interior a fieles e infieles ¡°formados y cantando el Cara al Sol¡±.
Finalmente, el padre Loring, como urgido por un presentimiento, dej¨® escrita en la Red el pasado 11 de diciembre esta escueta declaraci¨®n sobre Francisco. ¡°Dios cuida su Iglesia hasta el fin del mundo. En cada momento pone el Papa adecuado. ?Parece que este est¨¢ para purificar la Iglesia!¡±.
Vendi¨® en Espa?a 1,3 millones de
Muri¨® en M¨¢laga 14 d¨ªas m¨¢s tarde, en la Navidad, a los 92 a?os. En la misa corpore insepulto, en la iglesia del Sagrado Coraz¨®n de esa ciudad, su hermano Jaime, tambi¨¦n jesuita, subray¨® la faceta principal del fallecido: ¡°Jorge ha sido un predicador incansable por todas partes. No paraba de comunicarse, super¨¢ndose, incorporando las nuevas tecnolog¨ªas e Internet. Me dec¨ªa: ¡®Tengo 600 correos por contestar¡¯. Y contestaba. Ten¨ªa pasi¨®n por comunicar la fe¡±.
Aunque nacido en Barcelona en 1921, el padre Loring siempre estuvo muy vinculado a M¨¢laga y a C¨¢diz, ciudad esta ¨²ltima que lo hizo hijo adoptivo en 2006 y cuyo Ayuntamiento mantuvo en su honor las banderas a media asta durante tres d¨ªas. Hab¨ªa estudiado en Madrid ingenier¨ªa, una carrera que abandon¨® para ordenarse sacerdote a los 33 a?os. Su padre, tambi¨¦n ingeniero, hab¨ªa sido asesinado en los primeros meses de la Guerra Civil, tambi¨¦n en Madrid.
Su lema era que no se puede anunciar
Brillante apologeta, de los que no abundan ya en la Iglesia romana, las ideas m¨¢s recias del padre Loring estaban m¨¢s cerca de Trento que del Vaticano II, aunque fue adapt¨¢ndose poco a poco a los nuevos tiempos eclesiales. ¡°Querr¨ªa ser amable con todos, pero no siempre puedes decir lo que los otros quieren o¨ªr¡±, se disculpaba. Esta es una de sus ¨²ltimas proclamaciones: ¡°La Iglesia siempre ha enterrado a sus enterradores¡±.
Resulta dif¨ªcil imaginar c¨®mo sus charlas en teatros, universidades, polideportivos o plazas de toros reun¨ªan casi siempre a miles de personas. Durante 25 a?os dio conferencias cada mes en tres factor¨ªas navales de C¨¢diz, ante 3.000 o 4.000 obreros cada una. Nunca decepcionaba. Parec¨ªa haber adivinado lo que ahora se atribuye al papa Francisco: que ¡°no se puede anunciar a Cristo con cara de cementerio¡±. No lo hac¨ªa Jorge Loring ni siquiera para argumentar sobre fuegos e infiernos bajo la Tierra.
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