No es la polio, es chantaje pol¨ªtico
Los ataques a vacunadores dejan a 290.000 ni?os expuestos a una enfermedad que incapacita de por vida Pakist¨¢n es el ¨²nico pa¨ªs donde suben los casos
Entre las ocho de la ma?ana y las cinco de la tarde, la polic¨ªa acordona el barrio elegido, se interrumpe el servicio de telefon¨ªa m¨®vil y queda prohibido viajar de paquete en motos o bicicletas. El objetivo de la operaci¨®n es proteger a los equipos que vacunan contra la polio, una actividad de alto riesgo en Pakist¨¢n. Al menos 26 personas fueron asesinadas el a?o pasado por colaborar en la tarea y ya van otros 11 en lo que va de ¨¦ste. El esfuerzo por erradicar esa enfermedad, que adem¨¢s de Pakist¨¢n s¨®lo es end¨¦mica en el vecino Afganist¨¢n y en Nigeria, se ha convertido en reh¨¦n del enfrentamiento entre el Gobierno central y los talibanes y otros grupos extremistas.
Una enfermedad a extinguir
?Qu¨¦ es? La polio es una enfermedad v¨ªrica que invade el sistema nervioso y puede causar par¨¢lisis en horas. El pat¨®geno se transmite f¨¢cilmente en entornos de pobreza y poca higiene.
?C¨®mo se trata? Solo se evita con vacunaci¨®n.
?Cu¨¢ntos casos hay? Solo queda polio end¨¦mica en Nigeria, Pakist¨¢n y Afganist¨¢n. En 2013 hubo 400 casos registrados, 160 en estos tres pa¨ªses. El resto se consideraron importados. Pakist¨¢n es el ¨²nico en el que los diagnosticados est¨¢n subiendo.
Vigilancia. India ha sido el ¨²ltimo pa¨ªs declarado libre de la enfermedad.
¡°Sufrimos muchas presiones, de la sociedad y tambi¨¦n personales. Nos da miedo salir a vacunar despu¨¦s de lo que ha sucedido, no podemos realizar nuestro trabajo sin protecci¨®n especialmente en las ¨¢reas donde la seguridad es precaria¡±, conf¨ªa por tel¨¦fono desde Karachi Fahmida, una vacunadora del programa gubernamental para la erradicaci¨®n de la poliomielitis.
Fahmida se refiere al asesinato de tres asistentes sanitarios a finales de enero cuando iniciaban la actual campa?a de vacunaci¨®n. Unos hombres que viajaban de paquete en sendas motocicletas dispararon contra ellos en dos barrios de las afueras de Karachi (Sindh). El pasado martes, otro ataque mat¨® a uno de los polic¨ªas que custodiaban a los enfermeros en Dera Ismail Khan (Khyber Pakhtunkhwa). Su compa?ero result¨® gravemente herido. Las asociaciones de vacunadores de ambas provincias suspendieron el trabajo.
¡°En la actualidad, 290.000 ni?os paquistan¨ªes no pueden ser inmunizados debido a las dificultades de acceso¡±, declara Fadela Chaib, una portavoz de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
Justo cuando la Iniciativa Global para la Erradicaci¨®n de la Polio (GPEI, en sus siglas inglesas) consideraba la desaparici¨®n de esa enfermedad al alcance de la mano, han surgido grupos en Pakist¨¢n (y en Nigeria) que boicotean el esfuerzo a¨²n a riesgo de que sus ni?os queden paral¨ªticos de por vida. El primero de esos pa¨ªses es el ¨²nico en el que aumentaron los casos de polio el a?o pasado, 93 frente a los 58 de 2012. En lo que va de ¨¦ste ha habido nueve m¨¢s. Y lo que es m¨¢s preocupante, la OMS ha vinculado con una cepa paquistan¨ª el brote que en noviembre ¨²ltimo dej¨® discapacitados a 13 ni?os en Siria. Tambi¨¦n el caso aparecido esta semana en Kabul.
Los talibanes creen que la vacuna es una triqui?uela para espiarles
Los talibanes y otros extremistas, sobre todo en las zonas tribales, ven los programas de inmunizaci¨®n como una triqui?uela para espiarles. Tal idea qued¨® reforzada cuando se revel¨® que la CIA hab¨ªa utilizado al m¨¦dico paquistan¨ª Shakeel Afridi para montar una falsa vacunaci¨®n y poder confirmar la identidad de Osama Bin Laden antes de la operaci¨®n que acab¨® con su vida en 2011. As¨ª que fomentan el bulo de que se trata de una conspiraci¨®n de Occidente para causar infertilidad a sus ni?os o una treta del Gobierno para controlar la natalidad, y atacan a los equipos m¨¦dicos y a las fuerzas de seguridad que les protegen.
¡°La oposici¨®n a la vacuna est¨¢ relacionada con los problemas del pa¨ªs, aunque es algo oscuro. Yo he viajado de Norte a Sur y de Este a Oeste, y no he sentido ese rechazo en ning¨²n sitio. Sin embargo, en cuanto empiezan las campa?as, alguien resulta asesinado¡±, explica Javed Ali, el coordinador m¨¦dico de M¨¦dicos Sin Fronteras en Pakist¨¢n. En su opini¨®n, ¡°nadie se opone a la erradicaci¨®n, el problema es c¨®mo lograrla¡±.
Ali se muestra convencido de que ¡°la presi¨®n occidental para acabar con la polio lleva a un enfoque radical¡±. Apoya su argumento con el hecho de que ¡°hace poco se ha vacunado de paperas sin resistencia¡±, algo que atribuye a la diferente estrategia utilizada. Mientras la prevenci¨®n de esta enfermedad es un servicio rutinario, en el caso de la polio se impone incluso por la fuerza (las consecuencias de contraer esta tambi¨¦n son m¨¢s graves, apunta).
Es una cr¨ªtica que comparten otros expertos, como Emmanuel Baron y Claire Magone, para quienes ¡°en situaciones de conflicto entre movimientos insurgentes y gobiernos, cuanto mayor esfuerzo despliegan las autoridades para vacunar a todos los ni?os, m¨¢s hacen esos grupos para demostrar su poder de influir, positiva o negativamente, en el objetivo de la erradicaci¨®n, sabedores de que cualquiera que sea su postura recibir¨¢n una amplia cobertura medi¨¢tica¡±.
Ali es muy cr¨ªtico con la ¡°militarizaci¨®n¡± del programa. ¡°Si env¨ªas a los vacunadores con escolta armada, provocas el rechazo de comunidades que tienen sus propios se?ores de la guerra¡±, afirma. Fahmida admite que ¡°la presencia de los guardias plantea problemas con algunas familias¡±, pero asegura que entienden que es la ¨²nica forma de alcanzarles.
El m¨¦dico subraya, adem¨¢s, que en comunidades que carecen de los servicios b¨¢sicos, cuando de repente llegan los vacunadores, despiertan recelos. ¡°De ah¨ª que, como sucedi¨® en Wazirist¨¢n del Norte el a?o pasado, exijan que les den electricidad a cambio de su cooperaci¨®n¡±, se?ala.
En ese feudo talib¨¢n, la imposibilidad de acceso para los sanitarios desde hace 18 meses se ha traducido un brote de polio con 35 afectados el a?o pasado y 7 en ¨¦ste. Los defensores de la erradicaci¨®n recuerdan que mientras existan casos incluso en esas regiones remotas, habr¨¢ riesgo de que se extienda la enfermedad al resto del mundo.
¡°No quiero que haya m¨¢s ni?os paral¨ªticos como yo¡±
¡°Me un¨ª al programa de concienciaci¨®n social [sobre la polio] hace dos a?os porque quiero erradicar esta enfermedad incurable. Mi vida ha sido muy dif¨ªcil y no quiero que haya ni?os que tengan que pasar por lo que yo he pasado¡±, relata desde Karachi por tel¨¦fono Abrar Khan, de 22 a?os.
El joven ten¨ªa tres a?os cuando contrajo el virus de la polio. Sus padres le han contado que de repente un d¨ªa empez¨® a caerse cada vez que intentaba andar. El m¨¦dico diagnostic¨® que hab¨ªa tenido un ataque de polio. Creci¨® sin poder corretear como el resto de los ni?os del barrio. As¨ª que al enterarse de la posibilidad de ser voluntario para promover la vacunaci¨®n, no lo dud¨®.
¡°Mucha gente rechaza la vacuna porque piensa que se va a inocular una enfermedad a sus hijos, que es pecado o que se trata de una estrategia de control de natalidad. Nuestra situaci¨®n pol¨ªtica hace que la gente viva en la pobreza, sin servicios sanitarios y se opone porque quiere otras cosas primero como electricidad o educaci¨®n. No hay conciencia de la importancia de la inmunizaci¨®n¡±, aduce Khan para explicar el recelo de algunos sectores.
¡°Cuando me un¨ª al programa en mi barrio [Muslim Mujahid Colony, en Baldia Town, Karachi], hab¨ªa 100 familias que se negaban a vacunar a sus hijos; hice una campa?a puerta a puerta y les dije: ¡®M¨ªrenme; estoy discapacitado a causa de esta enfermedad; no quiero que haya m¨¢s ni?os como yo¡¯, y 70 familias aceptaron la vacuna¡±, cuenta en ingl¨¦s. No obstante, reconoce que ¡°hacer cambiar de actitud a la gente no es cosa f¨¢cil; no se consigue ni en un d¨ªa ni en diez¡±. ¡°Tenemos que concentrarnos en la educaci¨®n¡±, sugiere.
La violencia en el distrito de Baldia oblig¨® el pasado lunes a retrasar la vacunaci¨®n. Ocho personas, incluida una menor, resultaron muertas y otras nueve heridas, en un tiroteo el d¨ªa anterior, seg¨²n inform¨® una televisi¨®n local. ¡°No he recibido amenazas, pero mi madre me ha pedido que deje el trabajo porque es demasiado arriesgado¡±, admite Khan que dice no sentir miedo. ¡°Estoy trabajando por mi pa¨ªs y mi gente. Adem¨¢s, la vida de cada uno est¨¢ en manos de Dios¡±, concluye.
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