La Audiencia absuelve a una pareja gambiana de la ablaci¨®n de sus dos hijas
Las ni?as, de siete y tres a?os, sufrieron la mutilaci¨®n genital a manos de su abuela durante un viaje a su pa¨ªs de origen La madre fue informada antes del viaje de las consecuencias legales y sanitarias que ese acto tiene en Espa?a
La m¨¦dico sospechaba que esas dos ni?as peque?as acabar¨ªan mutiladas. Por eso, poco antes de que viajaran de vacaciones a Gambia, durante una exploraci¨®n rutinaria realizada en 2006, avis¨® a su madre de las consecuencias sanitarias que tendr¨ªa esa pr¨¢ctica para sus hijas y de que, en Espa?a, la ablaci¨®n del cl¨ªtoris supone un delito castigado con hasta 12 a?os de c¨¢rcel que ella podr¨ªa afrontar. Casi cuatro a?os desp¨²es, el 25 de enero de 2011, durante otra revisi¨®n previa a otro viaje a Gambia, los facultativos descubrieron que ambas menores hab¨ªan sido mutiladas. La Audiencia Nacional acaba de absolver a sus padres al considerar que el delito se cometi¨® sin el consentimiento de los progenitores. Fue su abuela, la que lo hizo.
La sentencia relata c¨®mo la madre, una vez que llegaron al pa¨ªs africano, decidi¨® dejar el hogar de sus parientes para visitar a unos primos en otro pueblo. Para hacerlo, dej¨® a sus cuatro hijos, entre ellos a las ni?as, que entonces ten¨ªan tres y ocho a?os, al cuidado de la abuela de estas. Fue esta la que, aprovechando la ausencia de la madre, seg¨²n los magistrados, llev¨® a las dos menores a una determinada casa donde ella misma practic¨® la ablaci¨®n de sus cl¨ªtoris. La madre, seg¨²n la sentencia, solo se enter¨® a su vuelta porque se lo contaron sus hijas. Ese hecho "dio lugar a una discusi¨®n con su madre, abuela de aquellas, reproch¨¢ndole su actuar con el que no estaba conforme", explica la resoluci¨®n.
Los magistrados llegan a la conclusi¨®n de que la ablaci¨®n del cl¨ªtoris no la efectu¨® la madre por la exploraci¨®n psicol¨®gica de una de las v¨ªctimas que los facultativos que la practicaron consideraron cre¨ªble. Fue la hija mayor la que les manifest¨® que, cuando su madre se enter¨® de lo que hab¨ªa pasado, se enfad¨® con la abuela porque ella no le hab¨ªa dado su consentimiento para mutilarlas. La Sala tampoco reprocha a los padres que viajaran con las ni?as a su pa¨ªs arriesg¨¢ndose a que se produjera la ablaci¨®n. El "deber de cuidado" de los padres hacia sus hijos, "no puede comportar el que la familia no viajara a Gambia (...), lo que ser¨ªa llegar al extremo de romper los lazos con el resto de la familia por la mera sospecha de que ocurriera la mutilaci¨®n".
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