Lobo vivo, lobo muerto
La pol¨¦mica regresa a la sierra de la Culebra despu¨¦s de que los ecologistas se ¡®cuelen¡¯ en la subasta para cazar ejemplares
El destino de los ocho lobos que se subastan para su caza en la reserva regional de la sierra de la Culebra (Zamora) se ha decidido este a?o a golpe de clic. Despu¨¦s de que un grupo ecologista, Lobo Marley, anunciara su intenci¨®n de participar en la puja para librar de la muerte a alguno de los ejemplares, el municipio de Villardeciervos, un pueblo de la reserva, decidi¨® evitar problemas. Por eso, para que los conservacionistas no estuvieran presentes en la tradicional subasta del lobo que se organiza a mano alzada cada a?o en el municipio, se ha hecho por Internet, a diferencia de la de venados y corzos, que ha continuado celebr¨¢ndose en un bullicioso sal¨®n del pueblo lleno de cazadores. La Junta de Castilla y Le¨®n asegura que el sistema telem¨¢tico permite que la licitaci¨®n se abra a m¨¢s clientes.
En la reserva zamorana viven unos 90 lobos, de los que est¨¢ previsto abatir ocho la pr¨®xima temporada
Cazar al lobo sale caro. Este a?o ha alcanzado un precio medio de 4.000 euros, que se incrementa en 2.500 si se cobra la pieza. Los ecologistas han pujado por los animales, pero sin presentarse como asociaci¨®n, y se niegan a desvelar cu¨¢ntos han conseguido salvar hasta que no finalice el proceso administrativo por el temor de que, al no ser cazadores, se anule su oferta. La actuaci¨®n ha despertado una pol¨¦mica adormecida en una comarca acostumbrada a convivir con el c¨¢nido y el eterno enfrentamiento lobo-ganadero. Jos¨¦ Manuel Soto, miembro de la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG), opina que ¡°no puede haber todos los lobos que se quiera¡±. ¡°Llevamos a?os con las mismas manadas y la especie no tiene ning¨²n peligro de desaparecer, en todo caso somos nosotros los que estamos en peligro¡±. El a?o pasado se cazaron 74 lobos en toda Castilla y Le¨®n. En 2012 se registraron en la comunidad 748 ataques al ganado, con 1.923 cabezas muertas (2,5 por ataque). En la reserva hay un promedio de entre 15 y 20 ataques, en los que se matan muy pocas piezas.
Soto huye de los extremismos, como la iniciativa de Lobo Marley, y recuerda que el dinero de la caza se reparte entre los 41 pueblos de los 12 t¨¦rminos municipales de la reserva. El a?o pasado ascendi¨® a 130.000 euros. Y, sobre todo, reniega de las personas que vienen de fuera a intentar ¡°implantar sus normas sin contar con los de aqu¨ª¡±.
En este escenario sobreviven unos 100 peque?os ganaderos, que han adaptado sus manejos al depredador. ¡°Antes ¨¦ramos muchos m¨¢s¡±, sonr¨ªe Alfonso. Sus 40 vacas sestean tranquilas en un prado. A su vera descansan ocho terneros. Est¨¢n a salvo. Cuatro mastines las vigilan, y para llegar hasta ellas hay que atravesar un pastor el¨¦ctrico (valla electrificada). ¡°Con el lobo no puedes tener al ganado suelto. Realmente, lo que hacen los perros es ahuyentarlos¡±, aclara.
Desde hace unos a?os, la poblaci¨®n de la Culebra ha aumentado con un grupo de empresarios que centran su negocio en el avistamiento del lobo y que abogan por no matarlo. ¡°El lobo vivo es un recurso incre¨ªble y tratamos de demostrarlo. Es necesario tiempo para cambiar la mentalidad en la Culebra, pero se puede conseguir¡±, argumenta Fernando Mullor, un enamorado del entorno, due?o del centro de turismo rural Santa Cruz. Lleg¨® hace 14 a?os para no marcharse. A pesar de su rechazo a que se cace a la especie, no comparte la iniciativa de Lobo Marley. ¡°Personalmente estoy de acuerdo con muchas de las opiniones de Lobo Marley, pero la idea de entrar en la subasta no me parece acertada. Ellos se van, pero esta es nuestra casa y tenemos que vivir con nuestros vecinos, tambi¨¦n con los ganaderos¡±, aclara Mullor.
La especie encontr¨® refugio en la Sierra de la Culebra mientras desaparec¨ªa de muchos lugares de la Pen¨ªnsula perseguida como una alima?a. Ahora la reserva es una de las principales zonas loberas de Espa?a. En sus 65.000 hect¨¢reas, al noroeste de Zamora, en la linde con Portugal y Galicia, viven entre nueve y diez manadas (unos 90 ejemplares), adem¨¢s de otros dos o tres grupos itinerantes. En toda la comunidad hay seguras 132 manadas y 69 probables, seg¨²n datos de la Junta de Castilla y Le¨®n. La especie se puede cazar por encima del r¨ªo Duero, y est¨¢ protegida por debajo de ese l¨ªmite y tambi¨¦n en Portugal.
¡°Aqu¨ª encuentran un territorio tranquilo y muy despoblado¡±, explica Vicente Matell¨¢n, jefe de la guarder¨ªa forestal de la reserva regional. Son 8.200 habitantes repartidos en 41 localidades. La decoraci¨®n de las oficinas de los forestales en Villardeciervos recuerda el papel que juega la caza en el entorno. Pieles de lobo o un ejemplar completo disecado se entremezclan con cornamentas de diferentes especies y tama?os. En un lugar destacado de la pared cuelga la cabeza de un lobo que muestra los dientes en actitud fiera, escoltado por las impresionantes cuernas de dos venados. ¡°Lo abatimos hace a?os, despu¨¦s de que atacara a ocho ovejas¡±, relata Matell¨¢n, que se declara no cazador.
?l y su gente, ¡°12 celadores¡±, son los encargados de dirigir las jornadas de caza, y de su preparaci¨®n, que dura ¡°todo el a?o¡±. No dejan un cabo suelto. Los forestales acompa?an siempre a los cazadores, que deben partir satisfechos. De los lobos subastados, seis se capturan a la espera y otros dos en monter¨ªas. La espera se realiza en peque?os refugios, siempre bien camuflados, en los que apenas caben dos personas sentadas. Cerca de uno de ellos corre un manantial en el que se observan las huellas de los c¨¢nidos. Agua, comida, vegetaci¨®n, el lugar ideal para observar las andanzas del lobo y para abatirlo.
Las empresas de ecoturismo tratan de demostrar que no cazar a la especie aumentar¨ªa los ingresos en la zona
All¨ª acechar¨¢n durante horas. Hasta que aparezca la pieza. ¡°O no, porque no hay una f¨®rmula cient¨ªfica; la primera regla es la paciencia, el lobo es un animal muy listo¡±, advierte Matell¨¢n. La temporada de caza arranca en noviembre y finaliza en enero. A unos 50 metros del refugio han depositado el cad¨¢ver de un corzo, a modo de cebo. De momento, solo para acostumbrar a los lobos. Las tornas cambiar¨¢n al abrirse la temporada, brujulear por esos lares implicar¨¢ su muerte. Las piezas m¨¢s codiciadas son la hembra y el macho alfa, de entre 35 y 40 kilos. Seg¨²n va pasando la temporada de caza del lobo y se acerca la ¨¦poca reproductiva, se evita abatir a estos ejemplares.
En el otro extremo de la reserva, en Robledo, perteneciente a Puebla de Sanabria, aguarda un magn¨ªfico centro de interpretaci¨®n del lobo. El alcalde de Puebla de Sanabria, Jos¨¦ Fern¨¢ndez, lo muestra con orgullo y cierta resignaci¨®n. A pesar de estar acabado hace dos a?os y haber costado casi cinco millones, sigue cerrado y los cercados en los que se iban a instalar lobos est¨¢n vac¨ªos. ¡°Estamos en ello y la previsi¨®n es que se abra este a?o¡±, contestan desde la Junta de Castilla y Le¨®n. ¡°La intenci¨®n era que actuara como centro dinamizador del turismo en toda la reserva¡±, explica el regidor. En el entretanto, ganaderos, cazadores, empresarios y vecinos intentan encontrar el equilibrio, con un epicentro: el lobo como recurso. El tiempo dir¨¢ si cineg¨¦tico o no.
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