Espa?a enfila hacia la prohibici¨®n de la prostituci¨®n
El Gobierno se inspira en el modelo abolicionista sueco en sus planes. Los clientes son cada vez m¨¢s j¨®venes. El 80% de las mujeres ejercen forzadas
En Espa?a hay al menos tres burdeles por cada hospital p¨²blico. En uno de los pa¨ªses con m¨¢s clientes de prostituci¨®n del mundo, el Gobierno quiere regular la trata y la explotaci¨®n sexual con una nueva ley que proteja a las v¨ªctimas forzosas. Su inspiraci¨®n es el modelo abolicionista sueco, que persigue a los clientes y presume de haber reducido la prostituci¨®n callejera a la mitad.
Hasta 40 millones de personas son prostituidas en el mundo, seg¨²n informes internacionales. Tres de cada cuatro tienen entre 13 y 25 a?os de edad. Interior ¡®cens¨®¡¯ a 14.000 prostitutas en Espa?a en 2017 aunque estima que son al menos el triple. Otros informes aluden a 100.000. La polic¨ªa estima que el 80% de ellas son v¨ªctimas forzadas, aunque no existen cifras oficiales. Algunas, como Luc¨ªa, captadas por su propia familia.
Suecia ha multado a 7.600 hombres desde 1999, unos pocos hasta con penas de c¨¢rcel
¡°Nunca me he cruzado con ninguna mujer que quiera hacer esto¡±, dice bajito Luc¨ªa (nombre falso), obligada a prostituirse por su hermana mayor. Viaj¨® desde su pa¨ªs de origen, en Am¨¦rica Latina, a Espa?a en 2016 con la promesa del oro de Europa. Tras un mes de empleada interna en una casa, se qued¨® sin trabajo. La hermana le insinu¨® que se acostara con hombres para saldar la deuda de 3.000 euros en su pa¨ªs. Ella se neg¨®. La encerr¨® en una habitaci¨®n. La puerta solo se abr¨ªa para que entrara un hombre nuevo. Y otro. Y otro. ¡°Todos eran mayores¡±, explica desde sus 22 a?os. ¡°Ninguno me pregunt¨® por qu¨¦ estaba encerrada¡±. Consigui¨® escapar una semana despu¨¦s. Tuvo suerte y acab¨® en un piso tutelado de la Asociaci¨®n para la Prevenci¨®n, Reinserci¨®n y Atenci¨®n de la Mujer Prostituida (APRAMP). Pas¨® un a?o oculta como v¨ªctima de trata y ahora es mediadora de la organizaci¨®n. Ella es la que visita los pisos clandestinos que escapan a los radares policiales y las callejuelas, como la c¨¦ntrica Ballesta de Madrid, donde otras est¨¢n atadas a una deuda y buscan clientes desde primera hora de la ma?ana.
La aprobaci¨®n de un sindicato de prostitutas en el Bolet¨ªn Oficial del Estado provoc¨® la semana pasada la retractaci¨®n inmediata del Gobierno y el relevo de la directora de Trabajo, Concepci¨®n Pascual. Al calor de la pol¨¦mica, el presidente, Pedro S¨¢nchez, anunci¨® que Espa?a tendr¨¢ una ley contra la trata y la explotaci¨®n sexual. El PSOE defiende sancionar ¡°la demanda y compra de prostituci¨®n¡± como hace Suecia. As¨ª lo recoge en su ¨²ltimo programa electoral aunque el Ejecutivo no aclara a¨²n si lo incluir¨¢n tal cual en un anteproyecto cuya elaboraci¨®n acaba de arrancar.
¡°La demanda es de carne fresca, las que vienen ahora son ni?as de 14 a 17 a?os buscando un sue?o que no existe¡±, dice Roc¨ªo Nieto
Los pa¨ªses abolicionistas consideran la prostituci¨®n como un atentado contra la mujer, incompatible con la igualdad de g¨¦nero y los derechos humanos. Suecia ha multado a m¨¢s de 7.600 hombres desde que empez¨® a perseguir al cliente en 1999, unos pocos hasta con penas de c¨¢rcel. Despu¨¦s se han sumado Noruega, Canad¨¢ o Islandia y, m¨¢s recientemente, Francia o Irlanda, con multas de hasta 2.000 euros por pagar por sexo.
En el lado opuesto, est¨¢n los pa¨ªses que la han legalizado y contemplan vender y comprar sexo como una actividad econ¨®mica m¨¢s. Es el modelo que siguen, entre otros, Dinamarca, Holanda o Alemania. El objetivo de la legalizaci¨®n era empoderar a las mujeres, terminar con la estigmatizaci¨®n y mejorar sus condiciones de trabajo. A falta de informes en profundidad, tanto el relator especial de Naciones Unidas sobre la trata de seres humanos como el Parlamento Europeo consideran que no han cumplido su objetivo. ¡°Hasta el momento, la investigaci¨®n muestra que donde la prostituci¨®n y las actividades relacionadas son legales, hay mayores entradas de tr¨¢fico en el mercado sexual¡±, se?ala un informe del Parlamento de 2014, Explotaci¨®n sexual y prostituci¨®n y su impacto en la igualdad de g¨¦nero.
Desde Hetaira advierten de que perseguir al cliente o multar a las mujeres con normativas municipales las destierran a lugares m¨¢s peligrosos
Alemania, que liberaliz¨® la prostituci¨®n en 2002, es hoy el? gran burdel de Europa, con gigantescos locales con colas de clientes atra¨ªdos por la tarifa plana de sexo, cerveza y salchichas por 70 euros. Como hay m¨¢s oferta, se han reducido las tarifas por encima del 20% y solo entre un 1 y un 5% de mujeres se han inscrito en el registro obligatorio de prostitutas.
Espa?a est¨¢ en un tercer grupo con Italia donde la prostituci¨®n es alegal, aunque con matices. La Ley de Seguridad Ciudadana, popularmente conocida como Ley Mordaza, incluye sanciones leves por ¡°exhibici¨®n obscena¡± y graves por ofrecer o pedir servicios sexuales en zonas p¨²blicas donde pueda haber menores. En tres a?os, de 2015 a 2017, han tramitado 1.250 sanciones por infracci¨®n grave y 597 leves, seg¨²n datos del Ministerio de Interior, que no aclara cu¨¢ntas fueron multas a clientes y cu¨¢ntas a prostitutas. Adem¨¢s hay 51 ordenanzas municipales, seg¨²n la antrop¨®loga de la Universidad de Comillas Carmen Meneses, que la proh¨ªben en lugares p¨²blicos. La mayor¨ªa, a?ade esta experta, persiguen a las mujeres.
La puerta solo se abr¨ªa para que entrara un hombre nuevo. Y otro. Y otro. ¡°Todos eran mayores¡±, explica Luc¨ªa. ¡°Ninguno me pregunt¨® por qu¨¦ estaba encerrada¡±
¡°La demanda es de carne fresca, las que vienen ahora son ni?as de 14 a 17 a?os que llegan a Europa buscando un sue?o que no existe¡±, explica Roc¨ªo Nieto, una de las responsables de APRAMP. Lleva 35 a?os en la asociaci¨®n y asegura que en este tiempo ha visto como los clientes son cada vez m¨¢s j¨®venes y las peticiones ¡°cada vez m¨¢s perversas¡±. Crecen los servicios en los que ellos piden que les laman el ano o mantener relaciones sin preservativo. Y ¡°si t¨² no lo haces, lo har¨¢ otra¡±. Nieto defiende una ley abolicionista, pero con suficiente presupuesto y alternativas de trabajo para que las prostitutas puedan salir de un mercado en el que el volumen de dinero negro llega a cifras mareantes.
La prostituci¨®n mueve hasta 160.000 millones de euros a nivel mundial, seg¨²n datos de la web sobre el mercado negro Havocscope que cita el Parlamento Europeo en sus informes, un montante que supera el Producto Interior Bruto de Marruecos. En Espa?a son 22.800 millones anuales, la mitad del gasto educativo patrio.
La prostituci¨®n mueve 160.000 millones de euros en el mundo, un montante que supera el PIB de Marruecos. En Espa?a son 22.800 millones, la mitad del gasto educativo
Colectivos como Aprosex o Hetaira, que piden dar derechos a las prostitutas que ejercen por voluntad propia, han declinado hacer declaraciones en estos d¨ªas tras la pol¨¦mica por la aprobaci¨®n del sindicato. Desde Hetaira advierten de que perseguir al cliente o multar a las mujeres con normativas municipales las destierran a lugares m¨¢s peligrosos donde est¨¢n m¨¢s desprotegidas. La antrop¨®loga Carmen Meneses, experta en el estudio acad¨¦mico de la prostituci¨®n, cree que el mejor camino para abordar este tema es crear cooperativas de mujeres y garantizarles derechos. Pide un debate social y pol¨ªtico sosegado y ¡°no criminalizar¡± a las mujeres. No cree que sea posible abolir la prostituci¨®n.
¡°Para que no haya oferta hay que acabar con la demanda¡±, resume Jos¨¦ Nieto, inspector jefe de la Unidad contra Redes de Inmigraci¨®n Ilegal y Falsedad Documental (UCRIF Central). Los agentes no persiguen a las que ejercen libremente pero, a?ade, ¡°esas son minor¨ªa¡±. ¡°He visto much¨ªsimas esclavas, nosotros s¨ª las vemos¡±, asegura. Pide la colaboraci¨®n de los clientes -¡°yo prefiero llamarlos puteros¡±, dice- para acabar con las redes de trata. ¡°Si tan seguros est¨¢n de que las chicas est¨¢n ah¨ª porque quieren, que las inviten a tomar un caf¨¦ fuera o a ir al cine, a ver si pueden. Si permanecen hasta las cinco de la ma?ana encima de un tac¨®n, ?de verdad lo hacen porque quieren? ?Es eso un trabajo?¡±.
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