La lenta agon¨ªa de una ciudad que se muere de sed
Alrededor de 3,8 millones de habitantes de Ciudad de M¨¦xico se quedar¨¢n sin agua durante tres d¨ªas en un recordatorio de la fragilidad de un sistema desigual, obsoleto e insostenible

El grifo de la casa de Griselda M¨¦ndez escupi¨® un hilillo de agua hace m¨¢s de un a?o. ¡°No dio ni para lavar los trastos¡±, recuerda. Desde entonces, nada. Ella y sus vecinos del barrio de Iztapalapa, al este de Ciudad de M¨¦xico, son la ¨²ltima - y olvidada- parada de un sistema de suministro inmerso desde hace d¨¦cadas en una crisis permanente. A partir de este mi¨¦rcoles y por tres d¨ªas, un corte de agua masivo llevar¨¢ la escasez tan bien conocida por M¨¦ndez al resto de la capital y 3,8 millones de personas quedar¨¢n sin suministro. Un recordatorio de que viven en una ciudad que, poco a poco, muere de sed.
Todo empieza a m¨¢s de 100 kil¨®metros de distancia, en ese biber¨®n llamado Sistema Cutzamala. La cuenca de este r¨ªo, que gestiona la Comisi¨®n Nacional del Agua (CONAGUA), proporciona el 26% del agua consumida en la ciudad m¨¢s poblada del continente, donde conviven diariamente m¨¢s de 20 millones de personas. En 1982 se inaugur¨® la primera presa, la de Villa Victoria, para abastecer una urbe que no paraba de crecer. En la d¨¦cada siguiente se a?adieron seis presas m¨¢s, ubicadas en el vecino Estado de M¨¦xico y Michoac¨¢n.
Tras las presas, la siguiente parada es la planta potabilizadora de Los Berros, donde se filtran y bombean alrededor de 10.000 litros de agua por segundo hacia la capital, a trav¨¦s de una l¨ªnea de alta presi¨®n que recorre 75 kil¨®metros y que tiene unos 30 a?os de antig¨¹edad. El director general de Cuencas de Agua del Valle de M¨¦xico, Antonio Ju¨¢rez, recurre a una met¨¢fora automovil¨ªstica para ilustrar la fragilidad del sistema: ¡°Como nuestros coches, si no le damos el mantenimiento adecuado nos puede dejar tirados¡±.
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Idealmente, el autom¨®vil ser¨ªa reparado mientras se encuentra en movimiento. Eso es precisamente lo que se busca conseguir con las obras que empiezan este mi¨¦rcoles y que est¨¢n detr¨¢s del par¨®n de 72 horas. Con un coste de 25 millones de d¨®lares, los trabajos a?adir¨¢n una segunda tuber¨ªa en la planta de Los Berros para canalizar el agua hacia Ciudad de M¨¦xico (actualmente solo hay una). De esta manera, cuando en el futuro se hagan reparaciones en una l¨ªnea, la otra podr¨¢ seguir funcionando sin necesidad de parar todo el sistema.
La esperanza de estar ante la madre de todas las reparaciones, la definitiva, flota en el aire, pero es improbable que esto sea as¨ª. ¡°El objetivo es tener el menor n¨²mero de paros posibles; no quiere decir que no vayamos a tener otros¡±, reconoce Ju¨¢rez. ¡°El sistema es antiguo¡±. Antiguo y poco sostenible desde el punto de vista energ¨¦tico, ya que se tiene que elevar el agua a 1.100 metros para que fluya despu¨¦s por gravedad hacia la ciudad, a trav¨¦s de bosques y campos de ma¨ªz. Las cifras son b¨ªblicas: se utilizan 2.800 millones de kilowatts por hora -similar al consumo anual de electricidad en una ciudad de alrededor de 700.000 habitantes-, a un coste de m¨¢s de 80 millones de d¨®lares al a?o. Y ¨²nicamente para el bombeo.
En la capital: desigualdad, fugas y un acu¨ªfero sobreexplotado
Cutzamala es solo una parte del problema. Ya en la capital, el l¨ªquido se ramifica por cientos de kil¨®metros de tuber¨ªas, algunas de ellas en funcionamiento desde hace m¨¢s de un siglo. No sorprende que alrededor del 40% del agua se pierda en fugas. En un despacho donde luce una maqueta del Titanic, el m¨¢ximo responsable del Sistema de Aguas de Ciudad de M¨¦xico (SACMEX), Ram¨®n Aguirre, no esconde su preocupaci¨®n: ¡°No estamos en par¨¢metros razonables¡±, admite. ¡°No vamos a recuperar esa cantidad. El objetivo a medio plazo ser¨ªa perder solo el 20%¡±.
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Aguirre culpa a un presupuesto que, seg¨²n ¨¦l, no cubre ni la mitad de las necesidades de la red. Un d¨¦ficit agravado por un recorte de los recursos que el Ejecutivo federal destina a SACMEX de m¨¢s del 70% respecto a 2016. Para compensar, el nuevo Gobierno de la capital ha prometido un aumento del 50% del presupuesto del organismo hasta llegar a los casi 100 millones de d¨®lares anuales. Un incremento in¨¦dito para rescatar a un sistema que hace aguas.?
Este problema de infraestructura agrava la desigualdad?porque en Ciudad de M¨¦xico la barrera entre ricos y pobres no es solo monetaria; tambi¨¦n es l¨ªquida. Mientras ciertos barrios al oeste de la capital, generalmente los m¨¢s acomodados, disponen de un suministro ininterrumpido las 24 horas del d¨ªa, otros se tienen que conformar con una o dos horas. Los m¨¢s alejados y peor conectados al sistema de tuber¨ªas, como la zona de viviendas bajas y mal urbanizada donde vive Griselda M¨¦ndez, ni siquiera reciben eso; dependen enteramente del agua que transportan los camiones cisterna desde los pozos, la otra gran fuente de suministro.
Alrededor del 60% del l¨ªquido que consume la capital procede de cientos de perforaciones en la cuenca del Valle de M¨¦xico, donde subyace uno de los acu¨ªferos m¨¢s sobreexplotados del continente. El grado de presi¨®n sobre la cuenca es, seg¨²n CONAGUA, del 140% (en 2005 era del 120%), nivel que la ONU califica de muy alto. Es decir, la extracci¨®n supera en mucho la capacidad de renovaci¨®n de los acu¨ªferos. Concretamente, un d¨¦ficit de 6.000 litros por segundo, seg¨²n el portal especializado Agua.org. Los expertos creen que este abuso del acu¨ªfero provoca que la capital se hunda 80 cent¨ªmetros cada a?o, lo que puede contribuir al deterioro de las tuber¨ªas. A medida que se ha acabado el agua en las capas m¨¢s superficiales, los pozos se han tenido que cavar cada vez m¨¢s profundos - algunos alcanzan 2.000 metros tierra adentro.
Cada tres d¨ªas, Miguel, conductor de una pipa desde hace 20 a?os, llena su tanque en uno de los? pozos municipales y distribuye 200 litros por casa en una de las zonas con menos suministro de Iztapalapa. Familias como la de M¨¦ndez utilizan esa cantidad para ducharse, lavar la ropa y los platos. Despu¨¦s, la reciclan para las labores de limpieza y, si sobra, tambi¨¦n para las plantas. Algunas familias acaban de comprar un tinaco (dep¨®sito de agua) de 2.500 litros para almacenar agua que puedan utilizar en tiempos de cortes. La pregunta es si alguna vez se llenar¨¢.
La tensi¨®n provocada por la escasez estalla en tiempos de cortes como el ocurrido hace un a?o tras el terremoto del 19 de septiembre. Durante esas semanas ser pipero -como se conoce a los conductores de los camiones cisterna- se convirti¨® en una profesi¨®n de alto riesgo. Vecinos desesperados se sub¨ªan a los veh¨ªculos y obligaban a los conductores, pistola en mano, a llenar sus dep¨®sitos. Miguel ya est¨¢ acostumbrado a esos brotes de tensi¨®n. ¡°A veces la gente piensa que la culpa es nuestra¡±. Ante el corte que empieza este mi¨¦rcoles, no espera que se llegue a esos extremos. ¡°Otros se desmayan cuando no sale agua de la regadera o cuando no tienen para lavar su carro¡±, reflexiona. ¡°Aqu¨ª la gente valora el agua como nada y esta vez les han avisado con tiempo¡±.
Las grandes infraestructuras o la b¨²squeda de alternativas
SACMEX y CONAGUA han presentado el corte como un ¡°ejercicio de concientizaci¨®n¡± sobre la necesidad de cuidar el l¨ªquido. M¨¢s all¨¢ de impulsar el ahorro de los ciudadanos, ?qu¨¦ se est¨¢ haciendo para solucionar el problema de fondo? La estrategia de las autoridades pasa por reparar la infraestructura en pie y construir m¨¢s pozos y m¨¢s kil¨®metros de tuber¨ªa. ¡°Se puede traer agua de otras cuencas y aprovechar m¨¢s los manantiales¡±, explica Aguirre.
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Esta apuesta institucional choca con las nuevas generaciones de expertos en la materia, que abogan por buscar alternativas a las grandes infraestructuras. ¡°Estamos permanentemente parcheando, buscando maneras de traer agua de cuencas cada vez m¨¢s lejanas¡±, asegura la experta del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnolog?a (CONACYT), Helena Cotler. ¡°Deber¨ªamos aprovechar mejor los ecosistemas propios de la ciudad y frenar la urbanizaci¨®n descontrolada¡±.
Otra de las soluciones cae del cielo. El 30% de la lluvia que recibe Ciudad de M¨¦xico anualmente se desaprovecha directamente en el drenaje. ¡°Si se almacena, la cantidad es suficiente para abastecer a gran parte de la capital durante una temporada y se presionar¨ªa menos a los pozos y al sistema de presas¡±, explica Omar Arellano, profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Proyectos como Isla Urbana han surgido con ese objetivo. Instalan sistemas de captaci¨®n de agua en casas que no est¨¢n conectadas a la red de distribuci¨®n. En los barrios del sur, los que reciben las precipitaciones m¨¢s copiosas de la ciudad, ya hay unas 3.000 instalaciones que garantizan independencia de suministro durante un periodo de cinco a ocho meses. Por ahora son poco m¨¢s de 20.000 beneficiarios en la metr¨®polis m¨¢s grande del continente, pero la ambici¨®n es continuar expandiendo esa red.
Pese a estas iniciativas, todav¨ªa no se atisba una soluci¨®n de fondo a la agon¨ªa del agua en Ciudad M¨¦xico. De momento, hay un corte de suministro a la vuelta de la esquina y toca, como bien sabe Griselda M¨¦ndez, almacenar y cuidar el agua, y aguantar hasta que todo vuelva a su curso.?
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