Gema Varona: ¡°Las v¨ªctimas viven los abusos como un incesto espiritual¡±
La presidenta de la Sociedad Vasca de Victimolog¨ªa asegura que si la Conferencia Episcopal no act¨²a deber¨ªan hacerlo otras entidades
La especialista y presidenta de la Sociedad Vasca de Victimolog¨ªa Gema Varona (Madrid, 1969) lleva a?os investigando la secuelas en las v¨ªctimas de abusos sexuales, especialmente dentro de la Iglesia Cat¨®lica. Desde el 2013 ha tratado con v¨ªctimas, ha escuchado sus testimonios y los ha analizado cualitativamente para crear un marco te¨®rico victimol¨®gico determinado. ¡°La hip¨®tesis es que dentro de la Iglesia el impacto en las v¨ªctimas, que se conoce como traici¨®n de la confianza espiritual, es m¨¢s grande y cualitativamente diferente del que se produce, por ejemplo, en el ¨¢mbito familiar¡±, afirma. Este a?o ha iniciado un estudio, el primero en Espa?a, junto con un equipo del Instituto Vasco de Criminolog¨ªa ¡ªfinanciado por el Ministerio de Econom¨ªa e integrado por la Universidad de Barcelona y la Universidad Oberta de Catalunya¡ª sobre la identificaci¨®n de abusos sexuales en la Iglesia y las claves en prevenci¨®n y reparaci¨®n de las v¨ªctimas. Pese a tener una carta del nuncio papal, las di¨®cesis espa?olas no le han facilitado datos para su investigaci¨®n. ¡°Las respuestas fueron de indiferencia y muy pobres. Hubo algunas contradictorias¡±, comenta. Tras las recientes publicaciones sobre los casos de pederastia que las di¨®cesis espa?olas han silenciado, Varona opina que la respuesta que est¨¢ teniendo la Iglesia no solo es insuficiente para las v¨ªctimas, sino que tambi¨¦n les est¨¢ produciendo un gran da?o psicol¨®gico.
Pregunta. ?Cu¨¢les son las principales secuelas en alguien que ha sufrido este tipo de abusos?
Respuesta. Los principales problemas son la quiebra de la autoestima, un sentimiento de culpa y verg¨¹enza. A eso, se le une una gran confusi¨®n, ya que estas personas no logran entender que el abusador sea alguien que se supone que es su protector. Hay que tener en cuenta que el agresor es la persona en la que la v¨ªctima y su familia han depositado su confianza. Viven esa confusi¨®n como un incesto espiritual. Esto desemboca en una p¨¦rdida de confianza en los dem¨¢s y en su futuro, de ah¨ª que en los casos m¨¢s graves pueden llegar al suicidio.
P. ?Existe alg¨²n patr¨®n de victimizaci¨®n que se repite en estas personas?
R. Estas personas, adem¨¢s de sufrir el impacto de haber sido abusados, sufren una segunda experiencia de victimizaci¨®n cuando comunican su caso ante la Iglesia y esta lo silencia, le quita importancia o le hace sentir culpable. Eso hace much¨ªsimo da?o, de ah¨ª que haya v¨ªctimas que est¨¦n muy dolidas con la respuesta de la Iglesia ante los casos de pederastia. Tambi¨¦n vemos que estas v¨ªctimas, mayormente hombres, lo que quieren es que esos delitos no se vuelvan a repetir. No tienen un inter¨¦s privado, es un inter¨¦s social.
P. Ante esta situaci¨®n ?qu¨¦ pregunta cree que habr¨ªa que hacerle a la Iglesia?
R. ?Despu¨¦s de todo lo que se est¨¢ publicando y est¨¢ saliendo, va a hacer algo m¨¢s o simplemente va a aguantar el chaparr¨®n hasta que, como en otros pa¨ªses, salga un caso gordo? La Conferencia Episcopal Espa?ola ha anunciado que van a formar una comisi¨®n y en ella no hay ninguna v¨ªctima. Una comisi¨®n donde el tratamiento es exclusivamente jur¨ªdico es miope. ?C¨®mo va a funcionar si no hay ninguna v¨ªctima que les explique cu¨¢les son los fallos que hay en el protocolo? Es un tema de derechos humanos. Si la Iglesia no da una respuesta, otras instituciones tienen que hacerlo.
P. ?A qu¨¦ instituciones se refiere?
R. Es un asunto que tambi¨¦n compete a otro tipo de entidades, como la fiscal¨ªa. El hecho de que muchos delitos hayan prescrito no quita para que no se pueda dar otro tipo de respuesta, como la creaci¨®n de comisiones de investigaci¨®n, como la que se hizo en Alemania.
P. ?Cambiar la prescripci¨®n del delito es otra de esas medidas?
R.?La prescripci¨®n solo tiene beneficio para el agresor. Explicar eso a la v¨ªctima es muy dif¨ªcil. Es necesario alargarlo o que no prescriba. La justicia penal es importante. Las v¨ªctimas buscan en ella un mensaje de solidaridad por parte de la sociedad y la pena ser¨ªa un signo. Sin embargo, no colma todas sus necesidades. Debe de haber otro tipo de respuestas, por ejemplo, que la duraci¨®n de los tratamientos se adapte a sus necesidades y que no sean limitados.
P. ?Qu¨¦ ocurre con los casos donde el sacerdote y los responsables de encubrir el delito han muerto?
R. Creo que este tipo de v¨ªctimas tienen una serie de derechos que van m¨¢s all¨¢ de una sentencia que en su d¨ªa no pudo hacerse. Cuando los casos han prescrito, las v¨ªctimas siguen teniendo derecho a la verdad. Lo hemos visto el caso de los beb¨¦s robados.?
P. ?En esas respuestas se incluye una reparaci¨®n econ¨®mica?
R. El derecho a la reparaci¨®n econ¨®mica es leg¨ªtimo. No obstante, mandar un mensaje de que a las v¨ªctimas lo que les interesa es el dinero es volver a hacerles da?o. No est¨¢n especialmente interesadas en el dinero, pero evidentemente se tienen que pagar una serie de tratamientos. La Iglesia tiene miedo, sobre todo si vemos lo que pasado en algunas di¨®cesis de EE UU que se han arruinado. Tambi¨¦n hay v¨ªctimas que dicen que como la Iglesia solo le preocupa el tema indemnizatorio van a empezar a hablar es ese lenguaje para ver si as¨ª les hacen caso.
P. Muchas han acudido a los medios para denunciar su caso ?Es peligroso esa exposici¨®n?
R. Las v¨ªctimas est¨¢n cansadas porque sienten que no se les ha escuchado y ven una puerta donde pueden hablar, pero eso puede tener un coste personal elevado. Lo necesario es explicarles antes c¨®mo va a ser tratado su tema y qu¨¦ difusi¨®n va a tener. No obstante, hay que destacar que muchas v¨ªctimas han empezado a denunciar sus abusos despu¨¦s de haber le¨ªdo otros testimonios en la prensa y eso es un aspecto muy positivo.
P. ?Existe un perfil ¨²nico de este tipo de abusador?
R. Depende del periodo en el que fueron cometidos los abusos. Nos hemos encontrado casos desde los internados franquistas hasta comunidades que segu¨ªan las ense?anzas de la teor¨ªa de la liberaci¨®n. Lo que vemos en el abusador es la idea de oportunidad. El agresor, muchas veces, elige a una v¨ªctima que est¨¢ pasando por una situaci¨®n de vulnerabilidad: una v¨ªctima que su familia est¨¢ mal econ¨®micamente y depende de la ayuda que le ofrece la Iglesia o que la v¨ªctima va mal en las clases y el sacerdote se ofrece a ayudarle con los deberes. El abusador de menores tiene peor pron¨®stico que un abusador de adultos. Sabemos que ha agredido a m¨¢s de un menor. Y si eso se combina con enviarlo a otras parroquias donde la gente no le conoce o incluso a misiones en pa¨ªses donde hay otro contexto sociocultural donde el sacerdote tiene m¨¢s autoridad, se pone en riesgo a m¨¢s personas.
Si conoce alg¨²n caso que no ha sido denunciado o no est¨¢ recogido en esta informaci¨®n, puede hac¨¦rnoslo llegar a trav¨¦s de la direcci¨®n de correo electr¨®nico?abusos@elpais.es
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