Vecinos y comerciantes de Ciudad de M¨¦xico hacen frente a un masivo corte de agua con muchas caras

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72 horas sin agua en el Valle de M¨¦xico

La lenta agon¨ªa de una ciudad que se muere de sed

Todas las alcald¨ªas y municipios afectados por el corte de agua en Ciudad de M¨¦xico

Unos almacenan agua en jacuzzis y otros en cubetas. Son dos maneras de abordar el corte masivo de suministro que afecta a Ciudad de M¨¦xico desde el mi¨¦rcoles. El primer m¨¦todo es el de Josele C¨¦sarman, vecina de Polanco, uno de los barrios m¨¢s caros de la capital. El segundo, m¨¢s humilde, es el empleado por Leonor Cabrera, residente de Guerrero, un barrio popular del centro. Durante tres d¨ªas y salvando la brecha socioecon¨®mica que las separa, a ambas mujeres les ha unido la necesidad de cuidar el l¨ªquido. Pese a dejar sin agua a 3,8 millones de personas, el corte ha tenido tambi¨¦n claros ganadores: las empresas privadas que han suplido la falta del suministro para aquellos que pudieran pagar.

Cuando la Comisi¨®n Nacional del Agua (CONAGUA) anunci¨® hace un mes el par¨®n de 72 horas, provocado por unos trabajos de reparaci¨®n, los habitantes de Ciudad de M¨¦xico empezaron a planear. Cada uno, seg¨²n sus medios. ¡°Fue la psicosis¡±, dice M¨®nica Gonz¨¢lez, mientras pasea a su perrito en el Parque Lincoln de Polanco. ¡°Todo el mundo andaba alterado, comprando cubetas y garrafones¡±.

¡°Yo me voy a Valle de Bravo el fin de semana¡±, dice Claudia Gurtz, bolso de piel al hombro. ¡°All¨ª no faltar¨¢ el agua¡±, asegura en referencia a este destino predilecto de la ¨¦lite capitalina, situado al pie de una presa al oeste de la capital. A pesar de tener listos los planes de huida, ella todav¨ªa no ha notado el corte. Como es habitual en los edificios de los barrios acomodados, tanto Gonz¨¢lez como Gurtz disponen de una cisterna grande con capacidad para varios miles de litros. Y adem¨¢s han llenado cubetas. Toda precauci¨®n es poca en las zonas de la capital que nunca han vivido un corte de esta magnitud.?

A unos siete kil¨®metros de Polanco, Leonor Cabrera no se marcha a ning¨²n lado. Ella vive el par¨®n con normalidad, acostumbrada a incidentes de este tipo. Trabaja en un ba?o p¨²blico en la colonia Guerrero y sabe lo importante que es el agua - ¡°lo m¨¢s bendito que Dios nos ha dado¡±, dice. Con o sin corte, desde peque?a le ense?aron a ahorrar, a ducharse con una cubeta entre las piernas para aprovecharla, despu¨¦s, en la limpieza del lavabo. Tan interiorizado tiene al ahorro que se indigna cuando ve a gente utilizar litros y litros para lavar sus coches.

La antelaci¨®n con la que se anunci¨® la interrupci¨®n del suministro ha evitado que se produjeran episodios de violencia como los vividos hace un a?o tras el terremoto, cuando partes de la ciudad se quedaron sin agua de repente. Hasta ahora, solo ha habido peque?os incidentes. A Cabrera, por ejemplo, le sustrajeron uno de los dos tambos que ten¨ªa para limpiar los ba?os p¨²blicos y en algunos barrios han intentado robar los enormes dep¨®sitos comunitarios que se instalaron antes del corte.

Aparte de alborotar, en mayor o menor medida, la vida de los vecinos de la capital, el par¨®n tambi¨¦n ha tenido un impacto econ¨®mico significativo. La C¨¢mara de Comercio Servicios y Turismo en Peque?o de la capital (Canacope) ha calculado que 135.000 comercios han cerrado hasta el lunes, con p¨¦rdidas por ventas no realizadas de alrededor de 10 millones de d¨®lares, si bien el corte coincide con el puente de D¨ªa de Muertos durante el que muchas tiendas cierran. Los m¨¢s vulnerables han sido los minoristas que necesitan agua para trabajar, desde restaurantes a gimnasios y lavander¨ªas.

Mart¨ªn Villegas, due?o de un restaurante de pambazos en la colonia Guerrero, es uno de ellos. Ha calculado que perder¨¢ unos 500 d¨®lares. Sin agua no puede lavar las verduras ni los trastos y el ba?o se pone hecho una porquer¨ªa, por lo que cerrar es inevitable. Contratar un cami¨®n cisterna privado para suministrarle durante estos tres d¨ªas no est¨¢ sobre la mesa. ¡°Son demasiado caros y con el corte los precios han subido¡±. De costar alrededor de 60 d¨®lares antes del par¨®n, el precio de 10.000 litros ofrecido por los servicios de suministro privado se ha disparado hasta superar los 100 d¨®lares. Estas empresas son las grandes beneficiadas del corte.

La subida de precios no ha afectado a todos por igual. Cuanto menos se compra, m¨¢s caro sale el litro, por lo que los peque?os comercios (con menos capacidad de almacenamiento y poder de mercado) han salido perdiendo frente a las grandes superficies. Por ejemplo, el Lomas Plaza, un lujoso centro comercial de 60.000 metros cuadrados cerca de Polanco, ha pagado 50 d¨®lares por cada uno de los camiones cisterna que ha contratado para los d¨ªas del par¨®n. Es la mitad de lo que podr¨ªa abonar por la misma cantidad de agua un restaurante de diez mesas.

Otros lugares habituales de la ¨¦lite ni siquiera se han tenido que molestar en contratar agua a externos. Plaza Carso, un enorme complejo comercial y de oficinas construido por el billonario mexicano Carlos Slim, tiene la concesi¨®n de un pozo natural que abastece de agua al conjunto. Es uno de los m¨¢s de 2.000 t¨ªtulos de extracci¨®n en la zona metropolitana de Ciudad de M¨¦xico que CONAGUA ha otorgado a particulares y empresas por periodos que van de los 5 a los 30 a?os prorrogables. Con escaso control y poco detalles sobre los precio de las concesiones, los pozos privados tambi¨¦n han hecho negocio durante los d¨ªas del corte.

Pero la temporada de vacas flacas acaba pronto. CONAGUA ha anunciado que este s¨¢bado se volver¨¢ a bombear agua hacia la ciudad, aunque el suministro a¨²n puede tardar varios d¨ªas en restablecerse. Con la vuelta a la normalidad, regresar¨¢n los emigrados de Valle de Bravo a su suministro ininterrumpido y los jacuzzis recuperar¨¢n su antigua funci¨®n. Para los habitantes de colonias como Guerrero o Iztapalapa, en cambio, la normalidad no supondr¨¢ tan gran diferencia, al sufrir de cortes frecuentes durante todo el a?o; las cubetas, siempre a mano en caso de que del grifo no salga agua.