¡°La Conferencia Episcopal Espa?ola debe dar justicia a las v¨ªctimas¡±

El jesuita Hans Zollner es uno de los principales expertos en prevenci¨®n y tratamiento de casos de abusos a menores por parte del clero. Hombre de la m¨¢xima confianza del Papa en este asunto, psic¨®logo, presidente del Child Protection Center en la Universidad Gregoriana y miembro de la comisi¨®n que Francisco cre¨® a su llegada para tratar una cuesti¨®n que se ha convertido en un asunto principal de este pontificado. Prueba de ello es la hist¨®rica reuni¨®n convocada en febrero en el Vaticano con todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo. Zollner, que recientemente ha liderado el proyecto de creaci¨®n de un m¨¢ster para la prevenci¨®n de abusos, no pone pa?os calientes: algunos pa¨ªses han avanzado mucho y otros, como Espa?a, pueden hacer ¡°mucho m¨¢s¡±.

Pregunta. Los abusos son la principal fuente de descr¨¦dito de la Iglesia actual. ?Cu¨¢nto cree que tardar¨¢ en resolver esta crisis?

Respuesta. En algunos pa¨ªses estamos en un buen punto para trabajar en la protecci¨®n de menores y dar justicia a las v¨ªctimas. En otros, por razones culturales y pol¨ªticas, la cuesti¨®n a¨²n no ha llegado al nivel de ser algo evidente en la discusi¨®n p¨²blica. La Iglesia deber¨¢ interesarse por este asunto durante mucho tiempo.

P. ?Cu¨¢les son los pa¨ªses m¨¢s avanzados?

En Espa?a ya se est¨¢ moviendo alguna cosa, pero queda mucho por hacer

R. En EE UU, Canad¨¢ y Australia se habla desde hace 35 a?os. En Irlanda desde hace 20, en Alemania desde hace nueve. Y en esos pa¨ªses, donde ha habido una mayor atenci¨®n, la Iglesia tambi¨¦n se ha tomado m¨¢s seriamente la asunci¨®n de medidas para la prevenci¨®n y llegan menos denuncias.

P. ?Espa?a ha tomado las medidas necesarias?

R. No conozco bien la situaci¨®n. Estuve hace tres a?os y empezamos una mesa de trabajo en Salamanca donde estaba representada toda la variedad de la Iglesia. Ahora ya se est¨¢ moviendo alguna cosa, pero queda mucho por hacer.

P. ?En qu¨¦ punto se encuentra respecto a pa¨ªses como Alemania, el ¨²ltimo en pasar cuentas con su pasado?

R. En la clasificaci¨®n general los anglosajones y los de Centroeuropa est¨¢n m¨¢s avanzados. Y los otros pa¨ªses europeos han, al menos, tomado consciencia. S¨¦ que la Iglesia espa?ola se ha comprometido en algunas di¨®cesis. Pero veo que la Conferencia Episcopal tiene mucho que hacer.

P. Han creado una comisi¨®n sin v¨ªctimas, sin expertos independientes, no hay pol¨ªticos y la preside alguien acusado de encubrimiento por las v¨ªtcimas. ?Es una comisi¨®n o un lifting?

R. La Conferencia Episcopal alemana tambi¨¦n cre¨® una comisi¨®n que se ocupaba del tema. Fue un paso adelante. Luego lo hicieron los obispos en 2010. Y hace tres a?os pidieron a un grupo de expertos independientes una investigaci¨®n de lo sucedido. El resultado se present¨® hace siete semanas. Lleva tiempo, pero va acompa?ado de la toma de conciencia de la sociedad.

P. Y de la Iglesia.

R. Claro. El lenguaje para hablar de sexualidad es importante. Y la capacidad de admitir errores, aunque se pierda credibilidad y te haga quedar mal.

P. Dice que la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) podr¨ªa hacer m¨¢s. ?Qu¨¦ deber¨ªa hacer?

Es importante admitir errores, aunque se pierda credibilidad

R. Dar justicia a las v¨ªctimas y hacer todo lo posible para que no haya m¨¢s abusos en el contexto eclesial. Hacer un trabajo de intervenci¨®n, prevenci¨®n y acogida a las v¨ªctimas. Veo que es necesario dar pasos como han hecho los franceses, una comisi¨®n que tratar¨¢ todas las denuncias y trabajar¨¢ con las v¨ªctimas para escuchar su voz. La Iglesia espa?ola tiene muchas instituciones caritativas, sociales, educativas... Y la formaci¨®n del personal que trabaja con los j¨®venes es fundamental.

P. El responsable de finanzas de la CEE dice que el n¨²mero de abusos de la Iglesia espa?ola es irrelevante.

R. No conozco los casos. No s¨¦ a qu¨¦ se refiere. Pero sabemos por la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe que las denuncias vienen de todos los pa¨ªses. As¨ª que no es que no haya. No s¨¦ lo que considera una referencia para comparar. Adem¨¢s, siempre digo que no podemos hacer comparaci¨®n con otros ambientes. Un abuso cometido por un sacerdote tiene un peso m¨¢s grave, representa la confianza en Dios. Y si esa confianza se destruye, es m¨¢s grave.

P. ?Es importante obligar a los obispos a denunciar a la justicia?

R. La l¨ªnea de la Iglesia es que se siga la legislaci¨®n del pa¨ªs donde est¨¢. En Espa?a no es obligatorio, como en Italia. Pero no hay una obligaci¨®n legal solo, tambi¨¦n moral. En algunos pa¨ªses como Francia s¨ª existe. Yo distinguir¨ªa entre un abuso que se consuma en el presente, donde s¨ª creo que habr¨ªa que hacer todo para se haga justicia en los tribunales. Pero si hablamos, como suele ser en el 95% de los casos, de abusos cometidos hace m¨¢s de 25 a?os, hay que poder respetar si la v¨ªctima no quiere ir a la polic¨ªa. Muchas veces no quiere porque ser¨ªa dif¨ªcil verificar los hechos ante un tribunal sobre algo que pas¨® hace tanto. Hay que valorar c¨®mo se respeta la voluntad de la v¨ªctima y la necesidad de justicia.

Ser homosexual no conduce al abuso de menores, el n¨²cleo es el abuso de poder

P. Pero donde es obligatorio hay menos casos.

R. No dir¨ªa tanto. Adem¨¢s, depende de la fiabilidad del sistema judicial. En pa¨ªses donde la polic¨ªa o el sistema judicial es corrupto, es dif¨ªcil implantar esa ley.

P. No es el caso de Espa?a, donde quiz¨¢ ser¨ªa de ayuda.

R. S¨ª, se puede introducir y hablarlo. Pero ser¨¢, seg¨²n muchos expertos, importante salvaguardar el derecho de la v¨ªctima de decidir si quiere o no denunciar. Se deben ponderar las medidas.

P. Pero en las l¨ªneas gu¨ªa de 2011 de Benedicto XVI se reconoc¨ªa esa obligatoriedad.

R. S¨ª, la de colaborar con las autoridades civiles.

P. Eso no se hace todav¨ªa siempre en Espa?a.

R. No lo conozco bien, yo creo que s¨ª... Pero es necesario que se haga.

P. El Gobierno ha anunciado que cancelar¨¢ la prescripci¨®n del delito para los abusos a menores. ?Cree que ser¨¢ ¨²til?

R. Aqu¨ª tambi¨¦n hay una gran discusi¨®n. ?Por qu¨¦ solo estos cr¨ªmenes? En Alemania no sucede y el ministro de justicia se ha pronunciado en contra. El ¨²nico delito ah¨ª imprescriptible es el asesinato. El sistema judicial de prescripci¨®n tiene un sentido. Se puede discutir una prolongaci¨®n, claro. La Iglesia de hecho, tiene el derecho de levantar esa prescripci¨®n en algunos casos. Se podr¨ªa regular as¨ª.

P. ?Qu¨¦ debemos esperar del encuentro de febrero de los obispos para hablar de abusos?

R. Espero que trate la cuesti¨®n de la responsabilidad y de la transparencia, ya sea del obispo o del provincial. Tambi¨¦n de la colaboraci¨®n con el Estado. En resumen, cu¨¢l es la responsabilidad de cada uno.

No pensemos que esto se resolver¨¢ como un milagro de un d¨ªa para otro. Necesitamos una legislaci¨®n, una atenci¨®n a las l¨ªneas gu¨ªa y trabajar para un cambio de cultura

P. ?Salir sin medidas concretas podr¨ªa ser visto como un mero acto propagand¨ªstico?

R. Espero que haya cosas concretas. Pero no pensemos que esto se resolver¨¢ como un milagro de un d¨ªa para otro. Necesitamos una legislaci¨®n, una atenci¨®n a las l¨ªneas gu¨ªa y trabajar para un cambio de cultura. Y eso llevar¨¢ tiempo. As¨ª que para m¨ª lo principal es qu¨¦ pasos se seguir¨ªan despu¨¦s del encuentro.

P. Los conservadores de la Iglesia dicen que hay una relaci¨®n entre el alto n¨²mero de homosexuales que hay en la Iglesia y los abusos.

R. La cuesti¨®n es el abuso de poder. Y el Papa lo hizo presente en su Carta al Pueblo de Dios. Es el n¨²cleo. Si es homosexual o heterosexual no lleva al abuso. Y eso lo dicen todos los psiquiatras, psic¨®logos o terapeutas como yo. Tampoco el celibato. La pregunta principal es c¨®mo vives las relaciones con las otras personas. No todos los sacerdotes que abusan de chicos varones se declaran homosexuales. Antiguamente solo hab¨ªa relaciones con los varones, y eso explica una parte de este fen¨®meno.

P. El propio Papa ha sido acusado de encubrir abusos. ?Ya nadie es intocable en este asunto?

R. El Papa, en cierto modo, ha permitido ser criticado. Y eso va en la l¨ªnea de todo lo que hemos visto desde hace 13 meses con el #MeToo. Los dioses de Hollywood y del deporte, que eran intocables hasta ese momento pese a que la gente sab¨ªa que exist¨ªan los abusos, de golpe fueron tocables. Lo mismo pas¨® con el ex cardenal McCarrick, o el arzobispo de Adelaide en Australia.