Sin tiempo para pasar consulta
Las protestas de m¨¦dicos de Andaluc¨ªa y Catalu?a ponen el foco sobre el problema de la atenci¨®n primaria en la sanidad, golpeada por a?os de restricciones por la crisis
En este mes, medio mundo brindar¨¢ por el deseo ¨ªntimo m¨¢s necesario: ?Salud! Los guardianes de este tesoro son los sanitarios de Atenci¨®n Primaria (AP), la primera l¨ªnea del Sistema Nacional de Salud en la batalla contra los virus, bacterias y ansiedades pero que lucha ahora, adem¨¢s, por revertir las secuelas de la crisis econ¨®mica en el sector. Las competencias en Sanidad est¨¢n transferidas a todos los Gobiernos auton¨®micos desde 2001, pero, aunque los m¨¦dicos de Andaluc¨ªa y Catalu?a hayan protagonizado las protestas de estos d¨ªas, el fondo de las quejas es el mismo en todas las comunidades: la falta de tiempo para atender a cada paciente.
Ante las protestas continuas de los m¨¦dicos en los ¨²ltimos a?os, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social acord¨®, en la reuni¨®n del 16 noviembre con el Foro de M¨¦dicos de Atenci¨®n Primaria, que iba a elaborar un documento que abordara la situaci¨®n. Eso se tratar¨¢ en un Consejo Interterritorial exclusivo para tratar la AP, como demandan los sindicatos del sector.
"La situaci¨®n afectaba a nuestra salud mental¡±
Cuatro d¨ªas de huelga con un seguimiento superior al 60%. Cuatro d¨ªas de consultas vac¨ªas y batas blancas en la calle. Eso fue lo que hizo falta en Catalu?a para que la Generalitat pusiese sobre la mesa de negociaci¨®n un paquete de medidas urgentes de 100 millones de euros para reducir la sobrecarga de los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria del Instituto Catal¨¢n de la Salud (ICS).
La situaci¨®n era insostenible. Lo repite Llu¨ªs Capacete, de 62 a?os y m¨¦dico del centro de atenci¨®n primaria (CAP) Centre de Sabadell, que tiene una poblaci¨®n de referencia de 31.000 habitantes. En su mochila lleva 39 a?os con la bata, la mayor¨ªa como m¨¦dico rural. ¡°Hay mucha saturaci¨®n. En mi CAP llegamos a ser seis m¨¦dicos con m¨¢s de 2.000 pacientes, y este centro es el que tiene m¨¢s gente mayor de todo Sabadell, con m¨¢s patolog¨ªas cr¨®nicas¡±, explica. Suele tener una media de 38 visitas presenciales, aunque con las no presenciales llega a las 42 y, en algunos picos, supera las 50 diarias. ¡°En tres d¨ªas llegu¨¦ a ver 139 pacientes¡±, asegura.
Capacete ya est¨¢ curtido en las protestas. Durante los primeros recortes de la ¨¦poca del president Artur Mas inici¨® un proceso contencioso contra el ICS porque, asegura, "cambiaron el r¨¦gimen de guardias para cerrar centros". Tambi¨¦n impuls¨® una recogida de firmas para remover a su gerente territorial y particip¨® en otros conatos de huelga. El paro, esta vez, cree que era necesario: "La situaci¨®n empezaba a afectar a nuestra salud mental".
Este doctor asegura que esta huelga ha servido para ¡°empoderar a los profesionales j¨®venes para que vean que se puede poner contra las cuerdas a los que abusan¡±. Y apunta: ¡°No es un mal acuerdo, pero es pobre, y no va a poder compensar la situaci¨®n. Pero han reconocido por primera vez que hay una sobrecarga¡±. A ¨¦l le toc¨® el jueves hacer servicios m¨ªnimos y el viernes volvi¨® al trabajo. Tuvo 29 visitas. ¡°La gente ha procurado no venir. Algunos incluso se excusaban y nos daban ¨¢nimos¡±, resum¨ªa ese d¨ªa. Asume con resignaci¨®n que la pr¨®xima semana ser¨¢ ca¨®tica, pues la huelga oblig¨® a posponer citas.
En 2015, la prestigiosa revista m¨¦dica The Lancet la situ¨® entre las 10 mejores del mundo. Un a?o despu¨¦s, cay¨® al puesto 19, donde contin¨²a estancada hasta hoy.
A¨²n as¨ª, con un gasto por ciudadano de unos 1.500 euros anuales, la mitad que Alemania, Francia o Reino Unido, Espa?a cuenta con la esperanza de vida m¨¢s alta del mundo, una sanidad p¨²blica puntera y unos m¨¦dicos que son los profesionales m¨¢s valorados por los ciudadanos en las encuestas del CIS de cada a?o. ?D¨®nde est¨¢ el truco? ¡°En los m¨¦dicos, que nos dejamos la piel, tenemos una profesi¨®n vocacional y sacrificamos todo por la salud del paciente¡±, despeja Vicente Matas, vocal de Atenci¨®n Primaria en la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial.
¡°El da?o de la crisis a la atenci¨®n primaria ha sido enorme; es la base de todo el sistema sanitario y los m¨¦dicos tenemos una presi¨®n asistencial tremenda; es un ritmo de trabajo estresante¡±, explica Concha S¨¢nchez Pina, presidenta de la Sociedad Espa?ola de Pediatr¨ªa de Atenci¨®n Primaria (SEPAP).
Seg¨²n datos del ministerio, el 38% de los m¨¦dicos de familia tienen cupos de entre 1.500 y 2.000 pacientes, lo que supone casi 44 consultas diarias. ¡°Podr¨ªamos reivindicar muchas cosas necesarias, pero hemos llegado a tal l¨ªmite que lo ¨²nico que pedimos es tiempo¡±, lamenta Cristina S¨¢nchez Qu¨ªlez, secretaria de atenci¨®n primaria de la Confederaci¨®n Estatal de Sindicatos M¨¦dicos (CESM).
¡°Al principio de la crisis asumimos los cupos de pacientes de otros compa?eros de baja o de vacaciones a coste cero, para evitar que los recortes afectaran a los enfermos; pero la crisis ya ha pasado y eso se ha convertido en una obligaci¨®n que nos impone la Administraci¨®n¡±, se queja S¨¢nchez Qu¨ªlez. ¡°Nosotros hemos colaborado en los tiempos dif¨ªciles, pero los Gobiernos se han aprovechado de eso. Y hasta aqu¨ª hemos llegado¡±, se planta.
La m¨¦dico, como todos los facultativos de atenci¨®n primaria consultados, confiesa que muchas veces renuncian a pedirse bajas necesarias para no sobrecargar a los compa?eros: ¡°En Madrid se han dado dos casos de m¨¦dicos que han sufrido un infarto en plena consulta. Venden que Espa?a est¨¢ mejor, pero a la sanidad no le hacen caso¡±, sentencia la secretaria de CESM.
Lo que le ocurri¨® la semana pasada a V¨ªctor Pedrera, m¨¦dico de familia en el Centro de Salud San Blas, en Alicante, ilustra esta queja. ¡°Hoy he tratado a mis pacientes m¨¢s los de mi compa?ero, que est¨¢ de vacaciones. El ¨ªndice de sustituci¨®n es cero. Muchos d¨ªas acabo con 40 pacientes, empiezo con 25 citados y entre urgencias, imprevistos...¡±, se lamenta. ¡°Al final vas a destajo, es muy estresante porque el nivel de responsabilidad es alt¨ªsimo y, adem¨¢s, te sientes muy frustrado por no estar haciendo las cosas como se deben hacer. Yo siento que no doy lo que puedo dar en mi trabajo. Sientes como si estuvieras achicando agua de un oc¨¦ano con un cubo¡±, contin¨²a.
Las consultas est¨¢n saturadas. Los m¨¦dicos, sobrepasados. Y eso, a pesar de la voluntariedad, ya se ha trasladado al paciente. El bar¨®metro sanitario del CIS de 2014 reflejaba que el 57,6% de los usuarios no consegu¨ªa cita para el mismo d¨ªa con su m¨¦dico de cabecera. En el publicado este a?o ese porcentaje es ya del 62,5%. La temida demora ha entrado ya en la atenci¨®n primaria.
Entre 2010 y 2014, la inversi¨®n en todo el Sistema Nacional de Salud se redujo en un 12,5%. Si esta cifra es preocupante, en atenci¨®n primaria fue peor, llegando al 16,1%.
Seg¨²n datos de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, el gasto por habitante sufri¨® recortes de casi un tercio en algunas comunidades, como Castilla-La Mancha o Andaluc¨ªa. En todo el Estado, la parte del PIB destinado a Sanidad ha ido cayendo a?o tras a?o: en 2009 era del 6,5%; cinco a?os despu¨¦s era del 6% y los presupuestos para 2018 han recortado a¨²n m¨¢s hasta dejarlo en un 5,8% del PIB, una cifra lejana ya al 7% que los m¨¦dicos consideran m¨ªnimo.
¡°El problema no es s¨®lo de dinero, es de c¨®mo se invierte¡±, explica S¨¢nchez Qu¨ªlez, ¡°y vende m¨¢s recortar las listas de espera en especialistas, crear grandes hospitales con m¨¢quinas car¨ªsimas, cosas muy medi¨¢ticas con rentabilidad pol¨ªtica¡±.
S¨¢nchez Pina critica que los responsables de la Sanidad ¡°pecan de construir grandes hospitales con las m¨¢quinas m¨¢s costosas; a los pol¨ªticos les encanta inaugurarlos. Pero si la base del sistema, que es la atenci¨®n primaria, no funciona, las urgencias los saturar¨¢n y las listas de espera ser¨¢n interminables: ese magn¨ªfico edificio se caer¨¢ estrepitosamente por no asegurar bien sus cimientos¡±.
Baja reposici¨®n
Una de las medidas contra la crisis m¨¢s nefastas para el sector fue la reducci¨®n de las tasas de reposici¨®n al 10%: de cada 10 m¨¦dicos que se jubilaron, s¨®lo se contrat¨® a uno. Aunque hace un a?o el Gobierno restaur¨® esa tasa al 100%, se han perdido 27.800 plazas de atenci¨®n primaria, seg¨²n datos del Ministerio de Pol¨ªtica Territorial y Funci¨®n P¨²blica. Pero los enfermos son los mismos, y la poblaci¨®n est¨¢ cada vez m¨¢s envejecida y por tanto m¨¢s necesitada de un m¨¦dico de cabecera.
Y tambi¨¦n los m¨¦dicos envejecen. El 60% en atenci¨®n primaria tiene m¨¢s de 50 a?os. Hay m¨¢s m¨¦dicos mayores de 60 a?os (17,7%) que menores de 40 (17,7%). En pediatr¨ªa, esta situaci¨®n es m¨¢s grave: 210.000 ni?os se quedar¨¢n sin especialista cada a?o durante el pr¨®ximo lustro. La presidenta de los pediatras afirma que s¨®lo el 75% de las plazas est¨¢n cubiertas por titulados. ¡°El modelo de asistencia infantil espa?ol est¨¢ en grave peligro de desaparecer por la falta de previsi¨®n y la mala gesti¨®n de la Administraci¨®n¡±, alerta S¨¢nchez Pina.
¡°No hay pediatras porque los recortes han creado unas condiciones laborales precarias en atenci¨®n primaria. Se trabaja mejor en los hospitales y en la sanidad privada; la presi¨®n asistencial que viven en los centros de salud es insoportable¡±, explica, ¡°muchos toman ansiol¨ªticos para poder pasar consulta¡±. Y advierte: ¡°Es terrible decirlo, pero o se toman ya medidas o llegar¨¢ un momento en que s¨®lo tendr¨¢n pediatra los ni?os con dinero¡±.
¡°La falta de tiempo repercute en los pacientes¡±
Poco antes de las ocho de la ma?ana, Carmen Gonz¨¢lez enciende el ordenador del centro de salud del barrio de El Perchel, en M¨¢laga. Tiene casi todas las citas cubiertas. Una cada siete minutos durante cuatro horas, con un descanso de 30 minutos. No pinta mal, pero la realidad es otra. La atenci¨®n al primer paciente, a las 8.15, dura 16 minutos. La segunda, 7 minutos, y las dos siguientes superan los 12. Son apenas las nueve de la ma?ana y ya hay un retrasado acumulado de 20 minutos. ¡°Es lo que decimos a los gerentes y jefes: que se vengan una semana y ver¨¢n c¨®mo el d¨ªa a d¨ªa no tiene nada que ver con la teor¨ªa¡±, subraya. ¡°La falta de tiempo repercute en los pacientes, que son los principales perjudicados¡±, a?ade resignada.
El tiempo dedicado es la principal batalla de los facultativos andaluces. Piden un m¨ªnimo de 10 minutos por persona. Tambi¨¦n mayor flexibilidad en sus agendas para no tener que atender con un reloj en la mano. Y m¨¢s ayuda en consulta, porque dicen verse obligados a ejercer de celadores o enfermeros. Es una batalla que inici¨® el Sindicato M¨¦dico de M¨¢laga y, finalmente, toda Andaluc¨ªa par¨® el martes. Entre sus reivindicaciones, una mayor cobertura de las bajas o un programa contra las agresiones, seg¨²n explica Rafael Carrasco, presidente del Sindicato M¨¦dico Andaluz.
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) reconoce algunas de estas necesidades. Las incluyen en la Estrategia de Renovaci¨®n, impulsada con la colaboraci¨®n de los propios m¨¦dicos. Les sorprende que las protestas se intensifiquen ahora. ¡°Hace unos a?os hubiera sido m¨¢s comprensible¡±, explica Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez, director del Distrito Sanitario M¨¢laga. La Junta de Andaluc¨ªa ha contratado a 1.700 profesionales en el ¨²ltimo a?o. Su presidenta, Susana D¨ªaz, no se compromete a los 10 minutos y pide tiempo para que ¡°se empiecen a notar las mejoras¡±.
¡°S¨¦ que tengo que esperar un poco, pero que te atiendan el tiempo necesario es important¨ªsimo. Por eso no me cambio de m¨¦dico¡±, asegura Mar¨ªa Jos¨¦ Chac¨®n. Es la ¨²ltima paciente de la ma?ana y sale 70 minutos m¨¢s tarde de lo previsto. Y su m¨¦dico no ha descansado. Ha tardado 11,2 minutos en atender a cada uno de sus 28 pacientes y faltan las visitas domiciliarias y solventar casos en el Centro de Alta Resoluci¨®n del distrito.
45 citados en una tarde m¨¢s las urgencias
"Hoy est¨¢ esto tranquilito, es que los viernes por la tarde nadie se pone enfermo", afirma con retranca Yolanda Carrasco. La doctora P¨¦rez de la Campa acude a su consulta a las 15.00. Ya hay pacientes esperando en ese momento. Carrasco ten¨ªa cita a las 4.00, pero ha llegado antes. All¨ª charla con otra conocida del barrio sobre lo mayor que est¨¢ la ni?a. Carrasco pidi¨® hora el mi¨¦rcoles y se la dieron el viernes. Cada cinco minutos, a veces siete, entra un paciente. "Son 20 a?os en un centro de salud y ya he cogido agilidad", presume la m¨¦dico del centro de salud Rosa de Luxemburgo de San Sebasti¨¢n de los Reyes (Madrid). La tarde del viernes hab¨ªa 45 citados, pero aparecieron cinco urgencias menores, que la m¨¦dico de familia sortea entre una y otra cita previa.
En un momento dado, un se?or entra "por la cara", seg¨²n otro que espera turno. "No deber¨ªa atenderle, que pida su hora como todos", se queja. Los dem¨¢s asienten. Permanece en la consulta durante casi 10 minutos. Era el familiar de un enfermo urgente: la doctora pidi¨® ambulancia y tramit¨® un aviso al 061. Los de fuera siguen pensando que hay gente con mucha cara. Nadie sabe lo que pasa detr¨¢s de esa puerta.
Una se?ora aparece con su hijo adolescente con un dolor en la pierna y, ya que est¨¢, aprovecha para pedir la revisi¨®n m¨¦dica completa; no tiene por qu¨¦ pero la doctora, resuelta la urgencia, le revisa, rellena la historia cl¨ªnica y le recomienda una vacuna. Mientras, esperan fuera seis pacientes, pero el retraso es de apenas 20 minutos.
Cuando salen la madre y el hijo, hay 15 minutos a puerta cerrada. En la sala de espera nadie dice nada, pero todos se miran pregunt¨¢ndose ¡°?qu¨¦ har¨¢?¡±. Burocracia: anota en una ficha un cambio de tratamiento, tramita una baja y acuerda con la enfermera la vacuna del chico.
A las 17.30 se toma unos minutos de descanso. ¡°No est¨¢ el d¨ªa complicado y voy en hora¡±, se alegra. Y aprovecha para ir al ba?o. Un lujo, dice, que pocas veces se puede permitir. Ventajas de los viernes milagrosos.
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