El aborto ya es legal en Irlanda
La norma, aprobada este jueves, permite la interrupci¨®n del embarazo hasta la semana 12 y hasta los seis meses en casos de peligro para la vida o salud de la mujer
La cat¨®lica Irlanda estrenar¨¢ el a?o nuevo con una ley de despenalizaci¨®n del aborto que el jueves por la noche, y tras un acalorado debate de diez horas, culmin¨® su tramitaci¨®n parlamentaria en el Senado. La nueva normativa, ya s¨®lo pendiente de la r¨²brica del presidente de la Rep¨²blica, responde a la acelerada modernizaci¨®n de una sociedad que s¨®lo en a?os recientes ha avalado los m¨¦todos anticonceptivos, el divorcio y el matrimonio igualitario, y que en el refer¨¦ndum de hace siete meses se pronunci¨® de forma contundente a favor de legalizar la interrupci¨®n del embarazo.
Dos meses de debates en las dos c¨¢maras del Parlamento -durante los que se llegaron a plantear tres centenares y medio de enmiendas- han sido necesarios para sellar una norma que contempla el aborto legal en las primeras doce semanas de gestaci¨®n sin que la mujer tenga que justificar su decisi¨®n. Ese periodo podr¨¢ extenderse hasta los seis meses en casos extremos de peligro para la vida o la salud de la madre o si el feto no pudiera sobrevivir fuera del cuerpo de la mujer. Una de las escasas enmiendas que acabaron prosperando elimina el requisito planteado inicialmente de que el m¨¦dico que certifique un aborto sea el mismo que lo practique.
Formalmente, lo que la ciudadan¨ªa vot¨® en el plebiscito del pasado mayo fue la derogaci¨®n de la Octava Enmienda a la Constituci¨®n que proh¨ªbe casi totalmente el aborto al equiparar el derecho a la vida de la madre con el del feto. Uno de los casos recientes que suscit¨® m¨¢s movilizaciones en contra de ese precepto constitucional fue el de Savita Halappanavar, quien en 2012 falleci¨® de una septicemia despu¨¦s de que se le negara la interrupci¨®n del embarazo.
La cuesti¨®n que m¨¢s se subray¨® a lo largo de la campa?a del refer¨¦ndum de la pasada primavera fue sin embargo la hipocres¨ªa de una sociedad anclada en el conservadurismo cat¨®lico que durante d¨¦cadas mir¨® hacia el otro lado mientras miles de mujeres se ve¨ªan forzadas a desplazarse a otros pa¨ªses para interrumir su embarazo (la mayor¨ªa a Liverpool, la ciudad inglesa m¨¢s cercana). Se estima que en el ¨²ltimo cuarto de siglo, 170.000 embarazadas han realizado esos ¡°viajes solitarios¡±, en definici¨®n del ministro de Sanidad irland¨¦s, Simon Harris, al felicitarse por la inminente implementaci¨®n de una ley sobre el aborto que les pondr¨¢ fin. ¡°Hoy les decimos que seremos nosotros quienes cuidaremos de ellas¡±, apostill¨® un Harris emocionado.
El primer ministro irland¨¦s, Leo Varadkar, entiende que el grueso de la ciudadan¨ªa expres¨® su respaldo a la nueva ley en aquella votaci¨®n de mayo que ha calificado de ¡°revoluci¨®n silenciosa¡±. En una Irlanda donde el 78% de la poblaci¨®n se declara cat¨®lica, pero tambi¨¦n donde la Iglesia ha visto muy disminuida su autoridad moral a ra¨ªz de los esc¨¢ndalos de abusos sexuales por parte del clero, dos de cada tres sufragios (el 66,4%) se pronunciaron por la abolici¨®n de la Octava Enmienda. El s¨ª gan¨® en todas las circunscripciones menos una (Donegal, y con un resultado ajustado), entre mujeres y hombres, tambi¨¦n entre todos los grupos de edad salvo el de los mayores de 65 a?os.
Aunque todav¨ªa influyente, la Iglesia apenas hizo campa?a en contra y sus miembros optaron en muchos casos por el silencio. La clase pol¨ªtica, por su parte, se declar¨® en general a favor de la modernizaci¨®n o, como en el caso de los dos partidos dominantes (Fianna F¨¢il y Fine Gael) opt¨® por dejar la decisi¨®n a la ¡°conciencia¡± de sus votantes, sin emitir consignas.
El desenlace del refer¨¦ndum, y sus consecuencias que se plasmar¨¢n en la promulgaci¨®n definitiva de la ley, previsiblemente a finales de a?o, deja reducida la situaci¨®n en el vecino norte a una anomal¨ªa. Porque las ciudadanas del Ulster, donde la restrictiva normativa impide el aborto incluso en los casos de violaci¨®n o anomal¨ªa fatal del feto, siguen vi¨¦ndose obligadas a trasladarse a otos lugares si desean interrumpir un embarazo.
La posici¨®n del partido mayoritario en la provincia aut¨®noma brit¨¢nica (los unionistas radicales del DUP) frena por el momento cualquier reconsideraci¨®n del asunto, mientras al otro lado de la frontera la Rep¨²blica acaba de aprobar una legislaci¨®n que se alinea con la de la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos. ¡°Queremos una Constituci¨®n moderna para un pa¨ªs moderno¡±, ha sido la sentencia de Leo Varadkar, el primer ministro m¨¢s j¨®ven en la historia de Irlanda, homosexual e hijo de un inmigrante indio. ?l mismo es un reflejo de la enorme transformaci¨®n de un pa¨ªs en el que los j¨®venes, las mujeres y las generaciones cosmopolitas est¨¢n derrotando al catolicismo m¨¢s conservador.
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