Laura Luelmo, cronolog¨ªa de un crimen
Los investigadores de la Guardia Civil creen que el asesino confeso Bernardo Montoya rapt¨® y viol¨® a la joven la misma tarde que desapareci¨®
Los responsables de la Guardia Civil que han investigado la muerte violenta de la profesora zamorana, Laura Luelmo, en El Campillo (Huelva) dieron ayer pormenores de sus pesquisas. Luelmo, de 26 a?os, muri¨® a manos de su asesino confeso, el exrecluso Bernardo Montoya, de 50 a?os. La Guardia Civil sostiene que este la meti¨® forzosamente en su vivienda y la viol¨® la tarde del 12 de diciembre y que muri¨® ese d¨ªa. Las pruebas preliminares de la autopsia datan la muerte entre el 14 y el 15, sin embargo. Esta es la cronolog¨ªa de un crimen horrendo que ha puesto de relieve algunos agujeros del sistema en el control y la reinserci¨®n de determinado tipo de delincuentes.?
Mi¨¦rcoles 12 de diciembre, el d¨ªa de la desaparici¨®n.
16.20. Es la hora en la que Laura Luelmo env¨ªa su ¨²ltimo mensaje por WhatsApp a su novio: "No s¨¦ si saldr¨¦ a caminar, hace viento". Ese ¨²ltimo e inofensivo mensaje marc¨® una investigaci¨®n que durante los primeros d¨ªas trabaj¨® con la hip¨®tesis de que se tratase de una "desaparici¨®n accidental", seg¨²n explicaron este mi¨¦rcoles los responsables de la Guardia Civil. Laura Luelmo no sal¨ªa a correr, "por prescripci¨®n m¨¦dica", seg¨²n contaron, pero no se descartaba que hubiese salido a caminar y que se hubiese extraviado o ca¨ªdo accidentalmente.
17.22. Es la hora que marca el tique del supermercado de El Campillo, en el que Luelmo compr¨® media docena de huevos, dos botellas de agua y una bolsa de patatas.
18.10. Un vecino ve abierto el maletero del coche de Bernardo Montoya en la puerta de su casa. El Alfa Romeo negro se convirti¨® en una de las pistas a seguir desde que Montoya se convirti¨® en principal sospechoso.?
Entre las 17.22 y las 18.10 es el tiempo en el que los investigadores creen que se produce el crimen. "?l la espera en el poyete de su casa mientras manipula un brasero; la sorprende a la vuelta del supermercado, la fuerza a entrar en su casa, la maniata, la amordaza para que no chille y la tira contra el suelo. En el registro posterior de la casa los investigadores encuentran la compra (media docena de huevos y dos botellas de agua, faltaba una bolsa de patatas que su agresor se comi¨®). ?l?¡ªsiempre seg¨²n su relato¡ª se acuerda de que se ha dejado el brasero en la puerta y corre a meterlo en la casa, momento que supuestamente la joven aprovecha para levantarse del suelo y darle una patada en un costado. Es entonces cuando Montoya arremete contra ella y le golpea la frente contra el suelo. Unos golpes que resultaron mortales. Es posible que se asustara y la sacara de all¨ª precipitadamente para violarla despu¨¦s en el campo, donde se encontraron sus pantalones y sus bragas, cerca del cad¨¢ver. En todo caso, ella no fue consciente de nada". La autopsia, "a¨²n no finalizada", corroborar¨¢ o no est¨¢ hip¨®tesis.
Jueves 13 de diciembre, el d¨ªa de la denuncia.
8.30. Laura no se presenta en el instituto V¨¢zquez D¨ªaz, donde hab¨ªa conseguido su primer empleo como docente tras aprobar la oposici¨®n y apenas llevaba una semana de profesora de Dibujo. Una profesora del centro es quien le hab¨ªa alquilado la casa de El Campillo y es quien tambi¨¦n alerta a la Guardia Civil de Huelva pasadas unas horas. Casi al mismo tiempo, a media ma?ana, el padre de la joven interpone una denuncia por la desaparici¨®n de su hija en la comisar¨ªa de Polic¨ªa Nacional de Zamora.
Horas m¨¢s tade. La profesora del centro que hab¨ªa alquilado la casa a Laura Luelmo insiste en que manden una patrulla para ver si ella est¨¢ dentro. Acuden a la vivienda y entran con la llave de la casera "sin percibir nada extra?o dentro", asegura el coronel, que en ese momento todav¨ªa no hab¨ªa sido informado de la desaparici¨®n de la joven.
Media ma?ana. A la salida del registro de la casa de Luelmo, los agentes de la Unidad de Polic¨ªa Judicial se encuentran con un vecino, Bernardo Montoya, que sale de su casa, justo enfrente de la de la desaparecida. Le preguntan por ella y ¨¦l contesta: "No sab¨ªa ni que viviese alguien en esa casa". Laura solo llevaba tres d¨ªas all¨ª asentada. Los agentes observan, no obstante, que porta "una serie de objetos": una canasta y una manta, explicitar¨¢n despu¨¦s, aunque no es la manta que us¨® el asesino para deshacerse de Laura. Lo identifican y mandan sus datos a la central. Enseguida el sistema salta y muestra el rosario de antecedentes de Bernardo Montoya, con media vida en la c¨¢rcel (22 de sus 50 a?os), y que hab¨ªa salido ¡ªtras cumplir dos a?os y nueve meses por un robo con violencia¡ª el pasado 22 de octubre de la c¨¢rcel de Huelva. Montoya pasa a ser "el sospechoso con may¨²sculas", seg¨²n el coronel Romero. Se precinta la casa de Laura Luelmo.
Noche. Una patrulla de la Guardia Civil permanece en el lugar supuestamente para controlar su vivienda. Sin embargo, "el objetivo es detectar cualquier movimiento del vecino de enfrente". Un vecino ve a Montoya que se acerca ocult¨¢ndose hacia su casa: "Pegado a la pared, se asoma dos veces hasta la esquina de la calle, y se va r¨¢pido al ver que hay una patrulla de la Guardia Civil en la puerta. No vuelve m¨¢s". Esa actitud huidiza le pone a¨²n m¨¢s en el foco de los investigadores, que siguen recabando datos.
Viernes 14 de diciembre, comienza la vigilancia
8.00. El coronel Ezequiel Romero, jefe de la comandancia de Huelva, es informado de los hechos y asegura que "desde el principio se percibe que es un poco raro", sobre todo porque la familia asegura que "es una chica m¨¢s bien miedosa, que no tiende a alejarse de lugares donde no haya gente". Afrontan el caso desde "la b¨²squeda y desde la investigaci¨®n", asegura.
8.30. El padre de Laura y su pareja se encuentran ya en El Campillo. Vuelven a entrar en la casa de Laura y detectan que faltan "unas zapatillas de deporte y unas mallas", algo que incide sobre la hip¨®tesis de que haya salido a caminar y haya podido tener alg¨²n tipo de accidente, recuerdan.
Investigaci¨®n. Despu¨¦s se sabr¨¢ que Bernardo Montoya estuvo esa ma?ana en el Centro de Salud de Cortegana aquejado de un dolor en las costillas, supuestamente de la patada que le hab¨ªa dado Laura Luelmo para defenderse. Y que acudi¨® a un vis a vis con una interna de la c¨¢rcel de Huelva con la que supuestamente manten¨ªa una relaci¨®n sentimental.
Tarde. Comienza a realizarse y a organizarse la b¨²squeda.
S¨¢bado 15 de diciembre, primera batida
Ma?ana. Tienen la geolocalizaci¨®n del tel¨¦fono m¨®vil de Laura que ubica su ¨²ltima se?al, de las 21.00 del mi¨¦rcoles, en los alrededores de El Campillo. Desde primera hora se organizan profesionales y voluntarios para barrer cinco kil¨®metros a la redonda de El Campillo, buscando a la joven zamorana. Se incorpora el helic¨®ptero, los perros, y los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacu¨¢ticas) para buscar en las muchas pozas de la zona.
La Investigaci¨®n sigue su curso. "No tenemos nada m¨¢s que los antecedentes del sospechoso, no tenemos nada que nos diga que es ¨¦l. Mantenemos abiertas todas las posibilidades"; insiste el coronel Romero. "Pero adem¨¢s de estar pendientes de si regresa a su casa ya sabemos que tiene familia en Cortegana (Badajoz) y alertamos a las unidades de all¨ª por si le vieran a ¨¦l o a su Alfa Romero negro", apunta el coronel Romero.
Tarde. Localizan el coche en las proximidades de la casa de su padre, en Cortegana. Por la tarde, Bernardo Montoya sale con su veh¨ªculo en direcci¨®n a Sevilla, as¨ª lo registran las c¨¢maras de Cortegana. Se dirige a la casa de otros familiares en Palos de la Frontera (Huelva). Ese mismo d¨ªa piden refuerzos y especialistas en seguimientos que llegan desde Madrid.
Domingo 16 de diciembre, segunda batida
8.00. Centro de operaciones en El Campillo. Comienza una segunda batida ampliada a 10 kil¨®metros a la redonda del pueblo. Acuden m¨¢s voluntarios y se incorporan m¨¢s unidades policiales y m¨¢s medios, incluidos forestales, grupos de cazadores conocedores de la zona y drones. Cada grupo que sale es coordinado por un especialista del Instituto Armado para sistematizar la b¨²squeda por sectores con mapas. "Concretamente, se bati¨® la zona noroeste, donde apareci¨® al d¨ªa siguiente el cuerpo de Laura. "Se pas¨® por all¨ª porque se consideraba una zona probable, pero pudo pasar desapercibida a las personas que peinaban esa parte del terreno. Yo estuve all¨ª. Y hasta que no estaba a metro y medio no se ve¨ªa. Es una zona de jaras, y estaban aplastadas con el peso de su cuerpo. Es relativamente normal que no la vieran", justific¨® el coronel Romero.
Lunes 17 de diciembre, encuentran el cuerpo
La tercera batida, sin escatimar en medios de ninguna clase, vuelve a insistir en los mismos 10 kil¨®metros a la redonda de El Campillo. "Queremos estar seguros de que no dejamos nada sin mirar", dice el Coronel.
12.30. Un voluntario de la Cruz Roja encuentra unas ropas y da el aviso. El cuerpo, semidesnudo, presenta signos de violencia a simple vista: "Se ve claramente que han efectuado claras agresiones sobre ella", dice el coronel Romero. Avisan a los especialistas de los Equipos de Inspecci¨®n Ocular (ECIO) que llegan desde Madrid para analizar el cad¨¢ver y todas las muestras posibles que puedan ser encontradas en el lugar.
18.30. La juez del juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Valverde del Camino ordena el levantamiento del cad¨¢ver que es trasladado al Instituto Anat¨®mico Forense de Huelva, donde ha permanecido hasta este mi¨¦rcoles.
Investigaci¨®n. Montoya permanece oculto. No ha salido a la calle. Y ya han pedido el mandamiento judicial correspondiente para entrar en su casa.
Martes 18 de diciembre, la detenci¨®n
8.30. Desde primera hora de la ma?ana los movimientos se han centrado en la casa de Bernardo Montoya. Intentan entrar, pero finalmente tienen que romper un cristal y una puerta para acceder a una destartalada vivienda cerrada a cal y canto.? Los investigadores y la secretaria judicial salen de all¨ª, tras horas de registro, convencidos de que ese es el lugar del crimen.
12.00. Detienen a Bernardo Montoya, que se mueve con su coche (ya previamente balizado por los investigadores). Pasa por Huelva, da una vuelta por el hospital Juan Ram¨®n Jim¨¦nez ¡ªdice que para ir al ba?o, pero que no par¨® al ver un coche de la Polic¨ªa Nacional¡ª. Se dirige de nuevo hacia El Campillo, pero se mete por un camino, y se adentra en una zona forestal. Al sentirse perseguido trata de huir a pie campo a trav¨¦s, pero es finalmente arrestado.
Mi¨¦rcoles 19 de diciembre, la confesi¨®n
6.00. Tras horas de interrogatorio, Bernardo Montoya confiesa que es el asesino de Laura Luelmo en un relato inveros¨ªmil de los hechos a la luz de las pruebas ya recopiladas por los investigadores. Su manifestaci¨®n, en presencia de su abogado, est¨¢ llena de falsedades con las que trata de evitar ser acusado de agresi¨®n sexual y eludir as¨ª una posible condena a prisi¨®n permanente revisable.
11.45. Se conocen los resultados preliminares de la autopsia que revelan que Laura Luelmo fue agredida sexualmente y que muri¨® en alg¨²n momento entre el 14 y el 15 de diciembre, dos d¨ªas despu¨¦s de desaparecer. Bernardo Montoya ha mentido en su confesi¨®n. Los investigadores creen, no obstante, que Laura Luelmo "muri¨® el mismo d¨ªa que desapareci¨®" y que esos son solo unos resultados forenses "previos" a la finalizaci¨®n de todos los an¨¢lisis, que "a¨²n contin¨²an". En todo caso, insisten en que la v¨ªctima "no pudo ser consciente de nada".
13.00. El ya asesino confeso es trasladado hasta su propia casa, la escena del crimen para que aporte datos en relaci¨®n con los objetos de la chica que faltan y los Equipos de Inspecci¨®n Ocular entran con toda la artiller¨ªa para encontrar cualquier huella o resto que arroje luz en el brutal asesinato. Hay "abundantes restos de sangre", sobre todo en una de las dos habitaciones, en la que golpe¨® a la chica contra el suelo. Est¨¢ todo fregado con lej¨ªa y los muebles corridos para tapar manchas de sangre como la del suelo. El detenido asume los hechos y se?ala los lugares en los que arroj¨® tanto la manta en la que envolvi¨® a la joven, en el margen de la carretera por donde la llev¨® hasta el paraje conocido como Las Mimbreras, como sus enseres y la bater¨ªa del m¨®vil, en un contenedor de basura pr¨®ximo al cementerio. El terminal del tel¨¦fono no ha sido encontrado, el asesino confeso asegura que "lo rompi¨®".
Jueves 20 de diciembre, la inspecci¨®n del coche
8.30. Desde primera hora los equipos de Inspecci¨®n Ocular trabajan incesantemente en la recopilaci¨®n de pruebas e indicios, tanto en la casa del asesino como en su coche. En ambos aparecen restos org¨¢nicos. El detenido permanece en dependencias policiales hasta pasar a disposici¨®n judicial. Al d¨ªa siguiente la juez lo manda a la prisi¨®n de Huelva, donde permanece en una celda de aislamiento.
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