El cura que abus¨® de varias generaciones de ni?os
Dos nuevas v¨ªctimas elevan a cinco las personas que acusan al ¡°depredador¡± Francisco Carreras en Salamanca
Dos nuevas v¨ªctimas acusan de abusos de menores al sacerdote Francisco Carreras cuando era p¨¢rroco en Calzada de Valdunciel, en la provincia de Salamanca, en los a?os ochenta. Se unen a las tres que ya hab¨ªa localizado EL PA?S, una en ese municipio y otras dos en Sequeros, en la misma provincia, donde estuvo con anterioridad. Ya suman cinco. Todas estas personas coinciden en asegurar que puede haber decenas. ¡°En Calzada pasamos por su casa, al menos, desde los nacidos en 1968 hasta los de 1977, ni?os de ocho a trece a?os, ha abusado de varias generaciones de ni?os del pueblo, de todas las pandillas, de todas las clases sociales¡±, afirma una de las v¨ªctimas que han decidido contar su caso. Aportan por primera vez una foto de Carreras, de los a?os noventa. Todos estos casos habr¨ªan prescrito, pero se desconoce si hay afectados m¨¢s recientes.
Carreras, que ahora tiene 73 a?os, fue ordenado en Salamanca en 1973 y enviado a Estados Unidos en 1975, por razones que se ignoran, aunque ¨¦l hab¨ªa vivido all¨ª en su infancia. All¨ª fue acusado entonces de abusos en la archidi¨®cesis de Miami. Por esa raz¨®n fue expulsado por la Iglesia local y enviado de vuelta a Salamanca, con la advertencia de las acusaciones que pesaban contra ¨¦l, seg¨²n ha confirmado la citada archidi¨®cesis. Las denuncias posteriores en este pa¨ªs, en 2002 y 2011, que no prosperaron por prescripci¨®n, lo calificaban de ¡°depredador sexual¡±. A pesar de ello, el obispo salmantino de entonces, Mauro Rubio, ya fallecido, y sus dos sucesores, Braulio Rodr¨ªguez, ahora arzobispo de Toledo, y el actual, Carlos L¨®pez, lo fueron moviendo por distintos pueblos durante d¨¦cadas, hasta 2004. En este momento, seg¨²n las ¨²ltimas noticias de su paradero, reside en Valdejimena, un peque?o santuario de la provincia, aunque se hace pasar por fraile benedictino y no lo es, seg¨²n ha confirmado esta orden. M¨¢s de dos meses despu¨¦s de la primera informaci¨®n de este peri¨®dico, el obispado de Salamanca a¨²n no ha dado explicaciones y guarda silencio.
"Que derriben su casa, era la casa de los horrores"
¡°Si puedo pedir algo, me gustar¨ªa que el ayuntamiento de calzada de Valdunciel derribe su casa, que era la casa de los horrores¡±, dice Tom¨¢s, una de las dos nuevas v¨ªctimas localizadas por EL PA?S. La vivienda, una planta baja con un jard¨ªn trasero, lleva a?os abandonada y se encuentra en mal estado. Tom¨¢s confiesa que cada vez que pasa por all¨ª se le revuelve el est¨®mago y cree que ser¨ªa un gesto que agradecer¨ªan todos los chicos que alguna vez pasaron por all¨ª. Aunque no lo digan, porque asegura que las actividades del cura eran un secreto a voces: ¡°La otra cosa que quiero pedir es animar a las dem¨¢s v¨ªctimas, y muchos los conozco, a que den el paso de alzar la voz y contar lo que saben, para que la verdad salga a la luz¡±.
Los dos nuevos testimonios coinciden con los anteriores. Carreras fue p¨¢rroco en Calzada de Valdunciel, que ahora cuenta con 600 habitantes, entre 1983 y 1987. Era carism¨¢tico y muy respetado en el pueblo. Viv¨ªa en una casa a cien metros de la iglesia donde los ni?os iban a jugar, e incluso a dormir los fines de semana. ¡°Nos dec¨ªan nuestros padres: ?d¨®nde vais a estar mejor que en casa del cura? All¨ª ten¨ªa la m¨¢quina de videojuegos Atari, mesa de ping pong, todos los ¨²ltimos modelos de juguetes, dulces¡ Ven¨ªamos de familias humildes y muy devotas, y all¨ª hab¨ªa Coca-cola, nocilla, que en mi casa solo era los d¨ªas de fiesta. Tambi¨¦n nos daba dinero, a m¨ª me regal¨® un reloj Casio¡±, cuenta Tom¨¢s, nombre ficticio de una de las v¨ªctimas, que desea mantenerse en el anonimato. Ese era el cebo para lo que ocurr¨ªa luego: ¡°Abusaba de todos nosotros, en grupos de cuatro o cinco, y no dec¨ªamos nada, a qui¨¦n se lo ibas a contar. Ten¨ªa al pueblo abducido, lleg¨® a decir en misa que las mujeres de Calzada par¨ªan monstruos, porque dec¨ªa que nos port¨¢bamos mal, y o¨ªas decir a los mayores: ¡®A cuenta de los muchachos a ver si se va a ir el cura del pueblo¡¯¡±. Tom¨¢s afirma que ¨¦l sabe con seguridad de ocho v¨ªctimas m¨¢s, que ¨¦l haya visto con sus propios ojos.
¡°Nos masturbaba, nos hac¨ªa felaciones, nos pon¨ªa documentales de culturismo para que nos gustaran los hombres¡±, recuerda Jos¨¦, otra v¨ªctima de nombre falso. Cuenta que varias veces se fueron de excursi¨®n con ¨¦l en su Renault 4 verde, cuatro chicos, al lago de Sanabria o a Las Batuecas, y en las acampadas abusaba de ellos. ¡°Era violento, a veces te pegaba, a m¨ª dos o tres veces. Es un canalla diab¨®lico y ojal¨¢ le metieran en la c¨¢rcel de por vida¡±. Jos¨¦ luego ha tenido problemas psicol¨®gicos y ha necesitado tratamiento. Afirma que uno de los chicos se lo dijo a su padre, que era guardia civil en el pueblo, pero no sabe si la familia hizo algo.
Carreras tambi¨¦n les pon¨ªa pel¨ªculas de terror, como Poltergeist o El Exorcista. ¡°Ten¨ªamos ocho o diez a?os, as¨ª nos met¨ªa miedo con el diablo y esas cosas¡±, recuerda Tom¨¢s. Hac¨ªan sesiones de espiritismo en las que convocaba demonios ¡°y al mismo tiempo nos met¨ªa mano¡±. En ocasiones les hac¨ªa fotos con su c¨¢mara Polaroid.
Hay muchas lagunas en torno a la misteriosa trayectoria de Carreras. Cambi¨® varias veces de destino y pas¨® por muchos otros pueblos de la provincia de Salamanca: Castellanos de Villiquera, Palacios Rubios, Poveda de las Cintas, Villaflores, Valdunciel, Carbajosa de la Armu?a, Naharros de Valdunciel, San Crist¨®bal de la Cuesta y Mata de la Armu?a. EL PA?S descubri¨® que hab¨ªa dado clases en dos centros p¨²blicos de Salamanca, el Campo Charro y el Rufino Blanco, y en un colegio privado de formaci¨®n profesional, el Lorenzo Milani. Algunos de sus alumnos han relatado que tambi¨¦n les hac¨ªa fotos, abordaba temas sexuales o escabrosos en clase y en alguna ocasi¨®n les invit¨® a ir a su casa. Tambi¨¦n vivi¨® en Salamanca en un piso con menores. No obstante, el obispado de la ciudad siempre se ha negado a dar cualquier informaci¨®n sobre los lugares en los que ejerci¨® su actividad y la informaci¨®n que tiene sobre ¨¦l. La delegaci¨®n de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de Castilla y Le¨®n en Salamanca tambi¨¦n deniega informaci¨®n sobre los colegios e institutos por los que pas¨®, en cumplimiento de la ley de protecci¨®n de datos.
EL PA?S ha averiguado ahora que antes de irse a Miami, en torno a 1975, dio clases en el colegio de monjas El Pilar, de Vitigudino. Esos a?os fue p¨¢rroco de algunos peque?os pueblos de esa zona: Ahigal de Villarino, Robledo Hermoso y Sanch¨®n de la Ribera, seg¨²n los boletines de la di¨®cesis.
?l siempre contaba que hab¨ªa nacido en Estados Unidos, pero en realidad era de Cuba y estudi¨® en los maristas de Cienfuegos, en la isla caribe?a. Despu¨¦s se habr¨ªa trasladado a Estados Unidos. Entre otros nuevos detalles, la hemeroteca de la prensa local salmantina revela que la di¨®cesis le hizo un homenaje en 1998 por su carrera, en coincidencia con las bodas de oro del obispo em¨¦rito Mauro Rubio, organizado por su sucesor, Braulio Rodr¨ªguez. Rubio fue quien le acept¨® en la di¨®cesis en 1981 a sabiendas de sus antecedentes. En 2011 la prensa salmantina se hizo eco de las denuncias en Estados Unidos y el obispado sali¨® en su defensa con indignaci¨®n. Defini¨® su trayectoria como "intachable".
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.