¡°Me reun¨ª con Carlos Osoro para decirle que apartara al cura que abus¨® de mis hijas y no hizo nada¡±
La madre de una v¨ªctima denuncia la inacci¨®n de la Iglesia ante las denuncias de abuso que present¨® al actual cardenal de Madrid, por entonces arzobispo de Oviedo
El silencio que V. C. guard¨® durante m¨¢s de una d¨¦cada era tan ensordecedor que no pod¨ªa soportarlo. Explot¨® cuando ten¨ªa 19 a?os. Su secreto: Eustasio S¨¢nchez Fonseca, Tito, el sacerdote con el que viv¨ªa junto con su madre en una comunidad cristiana en Campo de Caso (Asturias), tambi¨¦n hab¨ªa abusado de ella desde los cinco hasta los 14 a?os.?"Cuando empec¨¦ la universidad en 2002, los recuerdos de los abusos me vinieron como un flashback. No aguant¨¦ y lo cont¨¦ todo. No denunci¨¦.?En esos momentos, todav¨ªa est¨¢s asimilando que alguien te rob¨® la infancia y tienes que poner todo eso en orden antes de poder hacer algo", narra V. C. Su madre cuenta que, a pesar de no denunciar, acudi¨® a pedir ayuda a la Iglesia. ¡°Habl¨¦ con un sacerdote amigo m¨ªo y consigui¨® que fuera a hablar con el arzobispo Carlos Osoro. Quer¨ªamos que Tito no abusara de m¨¢s ni?os. El arzobispo me dijo que hablar¨ªa con ¨¦l. A las semanas, el cura al que ped¨ª consejo me dijo que Tito lo neg¨®. La di¨®cesis no hizo nada y no volv¨ª a saber nada m¨¢s¡±, relata la madre.?
Seis a?os antes, en 1996, su hermana peque?a de 11 a?os se intent¨® suicidar para escapar del terror que sent¨ªa cuando supuestamente S¨¢nchez Fonseca la agred¨ªa. En la cama del hospital se lo confes¨® a su madre. Solo lo hizo una vez. "Cuando me cont¨® lo que pasaba se me encogi¨® el coraz¨®n. Despu¨¦s, no abri¨® la boca con la psic¨®loga del hospital", cuenta C. R., su madre.?Despu¨¦s, y durante las diligencias que abri¨® un juez a causa de una denuncia que puso un familiar, tampoco dijo nada, su madre lo desminti¨®. "Ten¨ªa mucho miedo. No quer¨ªa que me quitaran la custodia de las ni?as y dije que se lo hab¨ªa inventado. Fueron unos momentos horribles", relata C. R.?En aquellos d¨ªas, V. C. no fue capaz de contar que S¨¢nchez Fonseca hac¨ªa lo mismo con ella. "El caso se archiv¨® y lo incre¨ªble es que Tito sigui¨® abusando de las ni?as", dice la madre.
Osoro, actual arzobispo y cardenal de Madrid, asevera que no recuerda haberse reunido con ella y tampoco tiene constancia de aquel caso. ¡°Fue hace 17 a?os y dice que no le suena el nombre del sacerdote ni de las v¨ªctimas¡±, afirma un portavoz del obispado madrile?o. En 2002, la norma can¨®nica obligaba a los obispos a comunicar a la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe los casos de los que tuvieran conocimiento y a abrir una investigaci¨®n en los tribunales eclesi¨¢sticos. El sacerdote con el que habl¨® la madre recuerda el episodio, pero tampoco recuerda si ¨¦l intercedi¨® para que tuviera una entrevista con el por entonces prelado de Oviedo.?
No fue la ¨²ltima vez que V.C. pidi¨® ayuda a la Iglesia. En 2015, tras a?os de terapia y, como ella cuenta, con menos verg¨¹enza y m¨¢s valor, escribi¨® una carta al actual arzobispo, Jes¨²s Sanz. En la misiva le narraba el mismo episodio que 13 a?os antes llev¨® su madre al obispado. Meses despu¨¦s Sanz la recibi¨® con el escrito en la mano. ¡°Me dijo que era mi palabra contra la suya. Incluso me habl¨® de que era un sacerdote muy querido y muy adelantado a su tiempo¡±, cuenta V.C.?La archidi¨®cesis de Oviedo afirm¨® hace unos meses que no abri¨® un proceso como dicta el c¨®digo can¨®nico.?Cuando vas a la Iglesia a contar esto esperas que te digan: 'Vamos a ayudarte' o 'por favor, denuncie esto'. Pero luego parece que, en lugar de acusar a una persona, est¨¢s atacando a toda la Iglesia. No es as¨ª", explica V. C.
La afectada acudi¨® a la justicia civil. Denunci¨® su caso, present¨® informes psicol¨®gicos que certifican que sufri¨® abusos y tanto S¨¢nchez Fonseca como su hermana y conocedores del caso acudieron a testificar. El acusado neg¨® los hechos y el juez no admiti¨® a tr¨¢mite que el arzobispo Sanz fuese a declarar. No sirvi¨® de mucho: tras un recurso, la Audiencia Provincial decret¨® que el caso hab¨ªa prescrito. "Sentenciaron que deb¨ªa aplicarse la ley vigente en el momento en el que se hab¨ªan cometido los sucesos, en este caso la de 1995, donde los delitos prescriben 15 a?os despu¨¦s de haberse cometido y no despu¨¦s de cumplir la mayor¨ªa de edad", cuenta. "Este hombre sigue libre. Desde que puse la denuncia y desde que sal¨ª en EL PA?S contando mi historia nadie de la di¨®cesis se ha intentado poner en contacto conmigo", explica.
El arzobispado insiste en que el caso, "tras la declaraci¨®n de las menores, ya fue archivado el 16 de marzo de 1997 por la fiscal¨ªa del Tribunal Superior de Justicia de Asturias".?No obstante, la denuncia de los a?os noventa solo hace referencia a la hermana de V. C., la ¨²nica supuesta v¨ªctima que declar¨®. Tampoco ha habido una investigaci¨®n, ni can¨®nica ni civil, sobre dicho caso. Adem¨¢s de que en el nuevo proceso que se abri¨® en los tribunales, la madre y su hija menor confesaron que mintieron por miedo durante las diligencias.
El pol¨¦mico traslado de parroquia
S¨¢nchez Fonseca ha marcado huella en los pueblos en los que ha oficiado como p¨¢rroco. En 2002, mismo a?o en el que la madre de las supuestas v¨ªctimas se entrevist¨® con Osoro, comenz¨® a dar misa en San Rom¨¢n de Candamo, localidad en la que lleg¨® a acoger a un joven senegal¨¦s en su casa. Cuando en 2012 el arzobispo decidi¨® trasladarle, seg¨²n los vecinos e insinuaciones de S¨¢nchez Fonseca por varias quejas de algunos vecinos, los feligreses salieron a la calle a protestar y recoger firmas. Comenz¨® a trabajar en C¨¢ritas en Valdesoto y en 2013 fue nombrado sacerdote adscrito en Pola de Siero y Valdesoto hasta 2018, cuando pas¨® a formar parte de la unidad pastoral de Pola de Siero. V. C. relata que, durante la reuni¨®n con Sanz, el arzobispo le asegur¨® que ya hab¨ªa apartado a S¨¢nchez Fonseca "por otros motivos" y que "un compa?ero le estaba vigilando".
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