Once obispos espa?oles han encubierto casos de abusos en los ¨²ltimos cuarenta a?os
La investigaci¨®n de EL PA?S sobre pederastia en la Iglesia acredita las maniobras para ocultar casos y trasladar a curas acusados por v¨ªctimas sin abrir procesos can¨®nicos
Un total de 11 obispos espa?oles, jefes en sus di¨®cesis, han ocultado durante los ¨²ltimos 40 a?os casos de pederastia de los que tuvieron constancia, impidiendo con ello que se conocieran p¨²blicamente dichos hechos. La lista se eleva a 17 con otros acusados de silenciarlos de alg¨²n modo. El encubrimiento se hizo por varias v¨ªas: mantener al supuesto abusador en su destino sin investigar los hechos, trasladarlo de parroquia ante las primeras quejas e incluso enviarlo a otro pa¨ªs.
A trav¨¦s de sentencias can¨®nicas, documentos in¨¦ditos o confesiones de varias di¨®cesis, EL PA?S ha acreditado que al menos 11 obispos, algunos ya fallecidos, evitaron investigar las denuncias de abusos que hab¨ªan conocido en ocho casos y los encubrieron: Teodoro ?beda (que fue obispo de Mallorca), Jes¨²s Sanz (Oviedo), Antonio Briva (antiguo obispo de Astorga), Jos¨¦ Mar¨ªa Cases (lo fue de Segorbe-Castell¨®n), Mauro Rubio (antiguo responsable de Salamanca), Braulio Rodr¨ªguez (Toledo), Carlos L¨®pez (Salamanca), Ricard Maria Carles (fue obispo de Barcelona), el cardenal Llu¨ªs Mart¨ªnez i Sistach (em¨¦rito de Barcelona), Juan Jos¨¦ Omella (Barcelona), tambi¨¦n purpurado, y Juli¨¢n L¨®pez (Le¨®n). Otros seis prelados han contribuido tambi¨¦n a silenciar estos casos o est¨¢n acusados de ocultarlos: el cardenal Carlos Osoro (Madrid), el tambi¨¦n purpurado Antonio Mar¨ªa Rouco (em¨¦rito de Madrid), Juan Antonio Men¨¦ndez (Astorga), Alfonso Mili¨¢n (em¨¦rito de Barbastro), Atilano Rodr¨ªguez (Sig¨¹enza-Guadalajara) y Ra¨²l Berzosa (em¨¦rito de Ciudad Rodrigo).
La norma can¨®nica, recogida en una orden papal de Juan Pablo II en 2001, obliga a los obispos a comunicar al Vaticano todos los casos de los que tenga conocimiento. "Cada vez que el ordinario o el jerarca reciba una noticia a menos veros¨ªmil de un delito m¨¢s grave hecha la investigaci¨®n previa, pres¨¦ntela a la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe", aparece en la norma.?No obstante, desde la publicaci¨®n del nuevo c¨®digo p¨ªo benedictino en 1917 ya aparec¨ªa tipificado el delito de pedofilia en la ley eclesial (canon 2359 secci¨®n segunda) y en el que se obligaba a suspender de sus funciones al culpable. Posteriormente, con la redacci¨®n de la instrucci¨®n Crimen Sollicitationis por P¨ªo XI en 1922 se introducen las penas para abusos de menores. Esta ley fue renovada en 1962 por Juan XXIII y enviada a todos los obispos del mundo. En ella, aparece la obligaci¨®n de denunciar el delito en el plazo de un mes, bajo pena de excomuni¨®n. Una vez realizada la denuncia, el denunciante era advertido de guardar confidencialidad tambi¨¦n bajo pena de excomuni¨®n.
Tras la cumbre del Vaticano sobre pederastia, las v¨ªctimas contin¨²an reclamando medidas concretas para frenar los abusos y que se investigue el pasado, para que los encubridores y los abusadores que no han salido a la luz sean juzgados. En pa¨ªses como Francia, la justicia ha sentado en el banquillo a altos cargos de la Iglesia por encubrir casos. Este mes, el cardenal galo Philippe Barbarin ha sido condenado a seis meses de c¨¢rcel (exentos de cumplimiento) por silenciar en 2014 un delito de pederastia cuando era obispo de Lyon. Hace una semana anunci¨® que presentar¨ªa su dimisi¨®n al papa Francisco.
Caso Can Picafort (Mallorca)
En los hechos probados de la ¨²nica sentencia can¨®nica publicada en los medios, Teodoro ?beda, obispo de Mallorca desde 1972 hasta 2003, aparece como conocedor de una denuncia civil de abusos por el Pere Barcel¨® a una ni?a a finales de los noventa. El catequista Mateu Ferrer que presenci¨® los hechos y otro sacerdote trasladaron lo sucedido a dos responsables de la di¨®cesis. Ferrer tambi¨¦n denunci¨® los hechos ante la justicia civil e intent¨® contactar con el obispo a trav¨¦s del vicario episcopal de la di¨®cesis para saber "si colaborar¨ªan" en el proceso. "Haz lo que quieras. En todo caso, ganaremos nosotros", dice Ferrer que le contest¨® el responsable cuando le confes¨® que ya hab¨ªa denunciado a los tribunales.?El caso fue archivado. A?os despu¨¦s una v¨ªctima denunci¨® a Barcel¨® en la di¨®cesis, y en 2013 se inici¨® un proceso can¨®nico. Los dos vicarios a los que le comunicaron los delitos confiesan en sus declaraciones que informaron a ?beda de varias notificaciones que hab¨ªan recibido de la fiscal¨ªa de menores y de particulares, pero que desconoces si el obispo hizo algo. Los jueces eclesi¨¢sticos que instruyeron el caso en 2013 argumentan: ¡°Con el paso del tiempo, se ha han dejado de encubrir a estas personas, que por el cargo que ejerc¨ªan ante a sociedad adornadas de una honradez fuera de toda duda. Se miraba, con frecuencia para otro lado, disminuyendo los hechos que aparec¨ªan¡±.
Caso archidi¨®cesis de Oviedo
El caso m¨¢s reciente es el del arzobispo de Oviedo, Jes¨²s Sanz. En 2015 una v¨ªctima acudi¨® para pedirle ayuda sobre los abusos que hab¨ªa sufrido por parte del sacerdote Eustasio S¨¢nchez Fonseca de 1984 a 1996. Ese mismo sacerdote fue denunciado por la familia de la v¨ªctima en los noventa por abusar tambi¨¦n de su hermana peque?a, pero la madre dice que, por miedo, minti¨® en las diligencias. El caso se archiv¨®. La v¨ªctima asegura que?Sanz le argument¨® a V. C. que era la palabra del sacerdote contra la de ella. No lo apart¨®, no abri¨® un proceso can¨®nico ni inform¨® a la Congregaci¨®n para la Doctrina de Fe, seg¨²n afirm¨® hace cuatro meses la archidi¨®cesis de Oviedo. Tampoco lo hizo, seg¨²n la versi¨®n de las afectadas, el cardenal, vicepresidente de la CEE y arzobispo de Madrid Carlos Osoro?en 2002, cuando ejerc¨ªa como arzobispo en Oviedo, en el momento en que la madre de las dos supuestas v¨ªctimas se reuni¨® con ¨¦l para pedirle que apartase a S¨¢nchez Fonseca. El cardenal de Madrid asevera que no recuerda nada. "Despu¨¦s de denunciar mi caso en la justicia y en los medios, nadie de la Iglesia me ha llamado", comenta la afectada.
Caso de La Ba?eza (Le¨®n)
Otros episodios fueron denunciados ante los responsables cuando los hechos sucedieron, pero se encubrieron. Javier, su hermano y otro ni?o m¨¢s pidieron ayuda al director del seminario de La Ba?eza, Gregorio Rodr¨ªguez (fallecido) y luego al tutor de sexto curso, Francisco Javier Redondo (hoy vicario de Ponferrada) porque el sacerdote Jos¨¦ Manuel Ramos Gord¨®n abusaba de ellos. El cura sigui¨® en el colegio y las agresiones continuaron hasta que abandonaron el centro en 1989. Un curso de abusos. Unos quince a?os despu¨¦s, Javier escribi¨® al Papa y el caso se reabri¨®. La investigaci¨®n concret¨® que el obispo de entonces Antonio Briva fue informado de los hechos. El actual obispo de Astorga y actual presidente de la comisi¨®n antipederastia de la CEE, Juan Antonio Men¨¦ndez, insinu¨® en una reuni¨®n con antiguos seminaristas en 2017 que el obispado, en su d¨ªa, tom¨® medidas y traslad¨® al cura a la parroquia de T¨¢bara (Zamora) en 1990. Men¨¦ndez, que puso la pena de Ramos Gord¨®n durante el proceso, silenci¨® la condena a la opini¨®n p¨²blica y permiti¨® que el sacerdote oficiase tres misas y los feligreses de T¨¢bara le hicieran un homenaje. Desde entonces, Javier ha pedido en los medios que el Vaticano reabra su caso para que se castigue a los sacerdotes que encubrieron su caso y a¨²n siguen vivos.
Caso de Manuel Villar (Castell¨®n)
El antiguo obispo de Castell¨®n Jos¨¦ Maria Cases (fallecido en 2002) tambi¨¦n fue informado de que el cura Antonio Gil Gargallo de Artana abus¨® de Manuel Vilar en 1982, por entonces con 12 a?os. Varias personas de la di¨®cesis, entre ellas el obispo, entrevistaron a Vilar. El sacerdote fue trasladado a su localidad natal. La di¨®cesis asegura que ¡°no tiene en su archivo documentaci¨®n sobre el caso¡±, que la decisi¨®n del traslado ¡°corresponde a una pena can¨®nica¡± y que ¡°la debi¨® tomar el obispo y comunicarla de forma verbal¡±. El obispado a?ade que, ¡°seg¨²n los hechos, el traslado incluy¨® una severa amonestaci¨®n verbal del obispo de no regresar a Artana¡±.
Caso de la di¨®cesis de Salamanca
En el caso de Javier Paz y otras dos v¨ªctimas del cura Isidro L¨®pez en los ochenta y los noventa en Salamanca, los obispos de esta ciudad Mauro Rubio (de 1964 a 1995) y Braulio Rodr¨ªguez (de 1995 a 2002, luego arzobispo de Valladolid y actual arzobispo de Toledo) ignoraron las denuncias que les hab¨ªan llegado durante sus mandatos contra este sacerdote. As¨ª consta en la sentencia can¨®nica de 2014 a la que tuvo acceso EL PA?S, mediante una grabaci¨®n de su lectura a las v¨ªctimas, pues no se les dio copia. La causa fue instruida por el obispo actual de Salamanca, Carlos L¨®pez, entre 2011 y 2014, pero durante el proceso can¨®nico no apart¨® al abusador, pese a que hab¨ªa confesado, y sigui¨® oficiando en una parroquia y en contacto con menores. Paz se sinti¨® maltratado durante los tres a?os que dur¨® el proceso y en 2014 hizo p¨²blico su caso en los medios. Pero hay un cuarto obispo que supo de este caso, seg¨²n denuncia Javier Paz. Asegura que en 2010 acudi¨® a pedir ayuda junto con su madre a un viejo amigo de la familia, el obispo de Barbastro, Alfonso Mili¨¢n. ¡°Solo me dijo que ten¨ªa que perdonarme a m¨ª mismo, olvidar y seguir adelante¡±, recuerda la v¨ªctima. Mili¨¢n, contactado por este peri¨®dico, dice que no recuerda esa conversaci¨®n.
Los ¨²ltimos tres obispos de Salamanca, adem¨¢s, encubrieron el caso de abusos de Francisco Carreras, un sacerdote expulsado de la di¨®cesis de Miami en 1981 por varias denuncias de pederastia. Rubio lo acogi¨® a pesar de la advertencia expresa de la di¨®cesis estadounidense y, del mismo modo que hicieron sus sucesores en el cargo, lo traslad¨® por varias parroquias. Al menos cinco personas de la provincia de Salamanca han asegurado que sufrieron abusos de Carreras, dos en Sequeros y tres en Calzada de Valdunciel. Carreras lleg¨® a oficiar como p¨¢rroco en 12 localidades desde su llegada de Miami hasta 2004 y tambi¨¦n fue profesor en dos colegios p¨²blicos y uno religioso. En la actualidad reside en un santuario de la provincia y no se le ha abierto ning¨²n proceso can¨®nico. Ni Braulio Rodriguez ni Carlos L¨®pez han querido hablar con este diario para contar su versi¨®n de los hechos. Mauro Rubio ha fallecido. La di¨®cesis no ha dado ni una sola explicaci¨®n del caso de Carreras.
Caso de archidi¨®cesis de Barcelona
A los movimientos de parroquias se le sumaban los traslados al extranjero. Un ejemplo claro fue el caso del sacerdote Jordi Senabre, imputado por abusar de un ni?o de 12 a?os en 1988 en Poliny¨¤ (Barcelona). Antes de que se celebrase el juicio, el cardenal y arzobispo de Barcelona Ricard Maria Carles firm¨® en 1990 el traslado a Ecuador de Senabre como misionero, seg¨²n ha descubierto EL PA?S. Lleg¨® a ser detenido en 1994 en Uruguay por una orden de captura de la justicia espa?ola, pero la extradici¨®n no prosper¨®. En el momento de la huida el cardenal Llu¨ªs Mart¨ªnez i Sistach era obispo auxiliar (posteriormente fue obispo de Tortosa y arzobispo de Tarragona) y cuando Carles dej¨® el cargo le sustituy¨® como prelado de la ciudad condal en 2004. En su cargo, continu¨® encubriendo la fuga del acusado. Se desconoc¨ªa su paradero, y los detalles de su fuga, hasta que EL PA?S le ha localizado en una parroquia de Ecuador. El actual arzobispo, Juan Jos¨¦ Omella, tampoco ha abierto a investigaci¨®n contra Senabre, ni le ha pedido que regrese a la di¨®cesis, ni ha tomado medidas.
Caso di¨®cesis Ciudad Rodrigo
En otros casos judicializados por un tribunal civil con sentencias condenatorias, los obispos no abrieron una investigaci¨®n can¨®nica y mantuvieron al sacerdote pederasta en sus destinos. Es el caso del actual obispo de Le¨®n, Juli¨¢n L¨®pez, que en 1998, cuando era obispo de Ciudad Rodrigo no le impuso una pena can¨®nica y ocult¨®, sin hacerlo p¨²blico a los fieles, que hab¨ªa sido condenado a un a?o de prisi¨®n (que no cumpli¨®). Seg¨²n el relato de la familia de una segunda v¨ªctima, pact¨® con ellos que no denunciasen a cambio de trasladarlo a otro pueblo. L¨®pez lo niega. Los sucesivos obispos, Atilano Rodr¨ªguez?(actual prelado en la di¨®cesis de Sig¨¹enza-Guadalajara) y Ra¨²l Berzosa, en el cargo hasta 2019, continuaron manteniendo a Gal¨¢n en varias parroquias y en contacto con menores. En la actualidad, el cura forma parte de la vicar¨ªa judicial, encargada de juzgar, entre otras cosas, los casos de abusos. La di¨®cesis no ha querido aclarar qu¨¦ obispo volvi¨® a destinarle a una parroquia tras la condena. Atilano Rodr¨ªguez tampoco ha querido aclararlo y se remite a la di¨®cesis.
Caso archidi¨®cesis de Madrid
En determinados episodios es complicado conocer el nivel de encubrimiento o de implicaci¨®n de los obispos en casos de abusos conocidos. En la mayor¨ªa de los casos, las reuniones que mantienen con las v¨ªctimas o denunciantes no constan en ning¨²n registro, por lo que habitualmente siempre hay dos relatos contradictorios: el de los afectados y el de la Iglesia. Por ejemplo, en los a?os 2000 unos catequistas de la archidi¨®cesis de Madrid denunciaron a un cura de Aluche por abusar de una menor. El cl¨¦rigo fue condenado a dos a?os de c¨¢rcel y el arzobispado a pagar una indemnizaci¨®n como responsable subsidiario de 30.000 euros. Los catequistas aseguraron que acudieron a la justicia civil porque el obispado no hizo nada cuando le comunicaron lo sucedido por carta. Adem¨¢s, seg¨²n cuentan, el por entonces arzobispo, el cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, les expuls¨® y ejerci¨® presiones para que el caso no saliera a la luz.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es.
Una v¨ªctima acusa al cardenal Osoro de tapar un caso
Hace cuatro meses EL PA?S public¨® la historia de V. C., la v¨ªctima que en 2015 acudi¨® al arzobispo de Oviedo, Jes¨²s Sanz, para pedirle ayuda por los abusos que hab¨ªa sufrido por parte del sacerdote Eustasio S¨¢nchez Fonseca Tito, de 1984 a 1996. Seg¨²n la afectada, Sanz no hizo nada. "Me dijo que era mi palabra contra la suya", cuenta ella, que acudi¨® al a?o siguiente a la Justicia civil.
Ese mismo sacerdote fue denunciado en 1996 por la familia de la supuesta v¨ªctima por abusar tambi¨¦n de su hermana peque?a. La ni?a, ingresada en el hospital tras intentar suicidarse con 11 a?os, le cont¨® a su madre que Tito abusaba de ella. V. C., que por entonces tambi¨¦n era v¨ªctima, no dijo nada. La madre cuenta que, por miedo, mintieron ante el juez en las diligencias. El caso se archiv¨®.
Cuando en 2002 V. C. afirm¨® que ella tambi¨¦n fue agredida por S¨¢nchez, su madre pidi¨® ayuda a la Iglesia. Cuenta que se reuni¨® con el arzobispo de entonces, Carlos Osoro (actual cardenal de Madrid). ¡°El arzobispo me coment¨® que hablar¨ªa con ¨¦l. A las semanas, me dijeron que S¨¢nchez lo neg¨®. La di¨®cesis no hizo nada y no volv¨ª a saber nada m¨¢s¡±, relata la madre. El cardenal asevera que no recuerda haberse reunido con ella y tampoco tiene constancia de aquel caso. ¡°Fue hace 17 a?os y Osoro dice que no le suena el nombre del sacerdote ni el de las v¨ªctimas¡±, afirma un portavoz del obispado madrile?o.
La di¨®cesis de Oviedo insiste en que dicho caso, ¡°tras la declaraci¨®n de la menor, ya fue archivado¡± por la Justicia. No obstante, dicha denuncia solo hace referencia a una de las j¨®venes. En 2018, el acusado fue nombrado sacerdote de la unidad pastoral de Pola de Siero (Asturias).
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