Galicia declara la guerra al jabal¨ª urbanita
La Xunta despliega un plan con desbroces, jaulas y cazadores con arco para combatir a los cerdos bravos que se refugian en las ciudades por la presi¨®n de las batidas en el campo
De ni?o cosechaba las varillas de los cohetes que aparec¨ªan hincadas en la tierra despu¨¦s de las fiestas patronales, hac¨ªa acopio de plumas en el gallinero y preparaba puntas de hierro en alguna de las fraguas que todav¨ªa funcionaban en su pueblo. As¨ª Manuel V¨¢zquez fabricaba sus propias flechas caseras. De jugar a los indios pas¨® enseguida a competir y llen¨® su casa de trofeos conquistados en campeonatos de tiro con arco 3D, el que se practica disparando a blancos dispuestos en un recorrido por el bosque. Hace 15 a?os empez¨® a cazar jabal¨ªes, y ahora que ya ha cumplido 42 se ha convertido en coordinador del grupo de arqueros del que planea echar mano el Gobierno gallego para acabar con las familias de cerdos salvajes que se han instalado en la ciudad de Lugo.
Seg¨²n sus cuentas, cobijados en diferentes zonas urbanas donde abunda la maleza hay 28 animales que de noche pasean en fila por lugares tan c¨¦ntricos como la ronda de la muralla romana. Habitan "en el pol¨ªgono industrial, en la zona de las termas, en la del hospital, en la de los pabellones, en la orilla del r¨ªo Rato... E ir¨¢n a m¨¢s", avisa. No solo porque "ahora que el clima ha cambiado las madres tienen dos celos al a?o en vez de uno", a raz¨®n de cinco rayones por parto, en oto?o y primavera. Sino porque el campo les ha declarado "la guerra" y, como "les dan estopa", los jabal¨ªes han emprendido el ¨¦xodo a la ciudad, donde no les pegan tiros, "en busca de refugio".
El cerdo bravo prolifera en Europa, es considerado un vecino problem¨¢tico en muchas ciudades espa?olas y en la Galicia envejecida y despoblada donde el monte ocupa dos tercios del mapa ha hallado su para¨ªso. Encuentra cultivos de patata y ma¨ªz, en medio de un paisaje desordenado donde lo rural y lo urbano se funden y se confunden. No obstante, aunque hay colectivos que defienden que en menos de un lustro se duplicaron, una portavoz oficial de la Conseller¨ªa de Medio Ambiente asegura que no se sabe cu¨¢ntos hay ni existen datos suficientes para afirmar si la poblaci¨®n de estos mam¨ªferos "crece, decrece o se mantiene".
"Est¨¢ invadiendo" el campo y "rompiendo el equilibrio ecol¨®gico", advierte un sindicalista agrario
Pero cada d¨ªa en la comunidad aut¨®noma se denuncian cuatro accidentes de tr¨¢fico y otros tantos casos de destrozos en propiedades agrarias y ganaderas a causa del jabal¨ª, as¨ª que las batidas se extienden ya todo el a?o y superan las 22.000 cada temporada. A falta de lobos y otros depredadores naturales de los jabatos, el cazador es el principal enemigo de esta especie.
Empujado por las circunstancias, con el tiempo el suido se ha internado en parques naturales donde est¨¢ prohibido el rifle, como las dunas de Corrubedo (Ribeira, A Coru?a) o la isla de Cortegada (Vilagarc¨ªa, Pontevedra, dentro del Parque Nacional das Illas Atl¨¢nticas). Y en la bajamar ha aprendido a alimentarse de almejas y berberechos. Pero tambi¨¦n ha emprendido la huida hacia el asfalto, y busca desperdicios humanos en los contenedores, o levanta el c¨¦sped de los jardines p¨²blicos a la caza de lombrices.
Mientras tanto, como todo el mundo lleva smartphone, el jabal¨ª urbanita corre como la p¨®lvora por las redes sociales. Aparece en v¨ªdeos captados por transe¨²ntes nocturnos, pisando la acera como un ciudadano m¨¢s, aparentemente pac¨ªfico e impasible pero seguramente asustado. A finales de a?o, junto a la muralla de Lugo, algunos vecinos vieron "un grupo de cuatro y otro de nueve". Hace unos d¨ªas, a las afueras, una mujer cont¨® "25 grandes y peque?os". Otros tres ejemplares enormes caminaban en fila entre coches de polic¨ªa. O se dejaban ver y casi tocar junto a la plaza de la Fonte dos Ranchos; como si supieran que el viejo top¨®nimo recuperado para sustituir al de Plaza del Ej¨¦rcito Espa?ol hac¨ªa referencia a los "ranchos", que en gallego son los cerdos y sobre todo los lechones.
Los animalistas cargan contra los arqueros: dicen que la agon¨ªa de sus presas es "especialmente dolorosa"
En los ¨²ltimos meses los jabal¨ªes emigrados del campo tambi¨¦n han sido fotografiados en barrios de otras ciudades, como A Coru?a y Vigo. De momento han causado algunos accidentes viales en zonas periurbanas, pero el portavoz de los arqueros vaticina otras posibles "desgracias": "Cualquier d¨ªa un ni?o se acercar¨¢ a un ray¨®n y la madre atacar¨¢", porque las hembras "defienden a muerte a sus cr¨ªas". El plan con el que la Conseller¨ªa de Medio Ambiente intenta atajar el asunto contempla los desbroces, la colocaci¨®n de jaulas trampa en rincones urbanos que trata de mantener en secreto y la autorizaci¨®n de esperas nocturnas a cargo de arqueros voluntarios.
En esto Galicia no es pionera.?Otros territorios, como Madrid o Vitoria, adoptaron hace ya a?os los mismos m¨¦todos. Adem¨¢s del equipo de arqueros de Lugo, esta semana se han sumado otros grupos voluntarios para tres zonas de Vigo. Manuel V¨¢zquez asegura que por ahora no han salido a cazar y que aguardan la llamada de la Xunta. E insiste muchas veces en que solo actuar¨¢n "si no funcionan las jaulas".
El secretario de desarrollo rural de Uni¨®ns Agrarias, Jacobo Feij¨®o, pide que se empleen m¨¢s recursos para frenar al jabal¨ª en su propio medio, antes de llegar a las ciudades, porque "est¨¢ invadiendo" el campo y "rompiendo el equilibrio ecol¨®gico". El cerdo salvaje, defiende el sindicalista agrario, ¡°es el gran vector de transmisi¨®n¡± de la peste porcina africana, algo que tambi¨¦n ha recordado estos d¨ªas la conselleira de Medio Ambiente, ?nxeles V¨¢zquez.
Plataforma por la Convivencia ?tica con la Fauna
Pero la pol¨¦mica ya se ha disparado antes de que los arqueros salgan a la calle con sus chalecos de camuflaje. Varios colectivos c¨ªvicos y de defensa medioambiental han fundado la Plataforma po la Convivencia ?tica coa Fauna Silvestre, que exige que se hagan estudios rigurosos para demostrar el aumento de manadas de jabal¨ªes en las ciudades. El grupo denuncia la "falta de transparencia" sobre "los acuerdos a los que han llegado la Xunta, el Ayuntamiento de Lugo, la polic¨ªa y la Federaci¨®n de Caza". Y advierte de que "las batidas nocturnas podr¨ªan vulnerar la ley" auton¨®mica porque est¨¢n previstas para "situaciones probadamente insostenibles" y no hay "ninguna certeza cient¨ªfica" de que esto ocurra.
En la bajamar las piaras han aprendido a alimentarse de almejas y berberechos
Por su parte, la Asociaci¨®n Animalista Libera! y la Fundaci¨®n Franz Weber (FFW) tachan de "bulos" algunas de las afirmaciones de la Xunta y han llevado esta semana su protesta al Senado de la mano de la representante de Izquierda Unida por Pontevedra Vanessa Angustia. Seg¨²n Rub¨¦n P¨¦rez, portavoz de Libera, las declaraciones de la conselleira sobre la transmisi¨®n de enfermedades solo sirven para generar "falsa alarma" porque "no hay ning¨²n caso documentado en toda Galicia ni en Espa?a", y el ejemplo m¨¢s cercano se ha detectado en B¨¦lgica.
Los animalistas cargan sobre todo contra las autorizaciones a arqueros porque, dicen, la agon¨ªa de sus presas es "especialmente dolorosa". Si el impacto de la saeta es "en el pulm¨®n los jabal¨ªes morir¨¢n por asfixia" y "si son heridos en la zona abdominal podr¨¢n agonizar largo tiempo", reprocha la senadora: "Es una crueldad extrema para atajar un conflicto sobredimensionado".
"Los verdaderos cazadores no matamos por matar. Con los animales no se juega", responde en su defensa el portavoz de los arqueros lucenses. "Un arma de fuego es mucho m¨¢s destructiva y peligrosa. En mi vida habr¨¦ matado unos 50 jabal¨ªes. Tiro a 10 metros para no fallar, y siempre apunto al coraz¨®n":
-Sienten la punzada de la flecha. Y notas que se agitan un poco... Echan a andar. Y a los tres o cuatro metros caen.
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