Y ahora, ?qu¨¦? C¨®mo va a aplicar el Vaticano las conclusiones de la cumbre contra la pederastia
La Santa Sede anuncia un proceso de seguimiento para crear medidas concretas tras la cumbre, pero la impunidad de los obispos sigue siendo la clave para la soluci¨®n
El trabajo empieza hoy, sostiene el Vaticano. Esta ma?ana el Papa se reunir¨¢ con el comit¨¦ organizador de la cumbre celebrada los ¨²ltimos cuatro d¨ªas para tratar de dar forma a los asuntos tratados en la lucha contra los abusos a menores. Pero el problema principal son los obispos y su resistencia a aceptar la situaci¨®n de sus di¨®cesis y actuar en consecuencia. Muchos de ellos se sienten acosados por la prensa injustamente, como explic¨® la periodista Valentina Alazraki, que departi¨® con ellos tras su impecable ponencia sobre transparencia. Siguen creyendo que los abusos en la Iglesia son irrelevantes comparados con otros ¨¢mbitos y, en muchos casos, contin¨²an sin acatar las directrices impuestas desde la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe (CDF) en Roma.
El Papa ha anunciado ya la creaci¨®n de una suerte de vadem¨¦cum, un manual de instrucci¨®n y normas que deber¨¢n aplicar (ya estaba hecho antes de la cumbre). No hay pistas sobre por qu¨¦ esta vez s¨ª deber¨ªa acatarse. Tambi¨¦n una suerte de grupo de intervenci¨®n para di¨®cesis sin recursos (no se sabe de d¨®nde saldr¨¢n los efectivos ni si piensan contar con los investigadores oficiales) y una nueva ley contra los abusos y la pornograf¨ªa infantil para la Ciudad del Vaticano. Una an¨¦cdota en el problema real, teniendo en cuenta el reducid¨ªsimo n¨²mero de gente que vive dentro de los muros (muchos curiales duermen fuera y algunos de los ¨®rganos principales, como la CDF, est¨¢n en suelo italiano).
Los expertos consideran que se necesita una reforma a fondo de los juicios. Hasta la fecha, m¨¢s del 90% de los procesos llevados a cabo por la CDF se basan en decretos administrativos donde la v¨ªctima queda totalmente desasistida tras prestar su declaraci¨®n. Solo a trav¨¦s de procesos judiciales aut¨¦nticos recuperar¨ªan sus derechos, tendr¨ªan asistencia hasta el final y se someter¨ªan a un juicio transparente. Pero para ello se necesitan canonistas en todos los pa¨ªses (cinco por cada juicio) y mucho m¨¢s personal. Imposible por el momento. En parte por ello, para evitar la exposici¨®n de la a menudo superficial tramitaci¨®n de estos procesos, se han mantenido los archivos cerrados.
El comit¨¦ organizador de la cumbre pondr¨¢ en orden las ideas tratadas y buscar¨¢ un esquema de trabajo para los pr¨®ximos meses. Pero es casi imposible que haya grandes reformas a corto y medio plazo. Faltan medios, voluntad y fortaleza para afrontar una combativa resistencia en las di¨®cesis locales. Es dif¨ªcil tambi¨¦n que se imponga la obligatoriedad de denunciar a los tribunales civiles de forma global. Por eso el Papa f¨ªa su discurso al cambio de mentalidad y evit¨® concretar ninguna medida. La cumbre, sin embargo, ha estado perfectamente organizada y ha dado una visibilidad extraordinaria al problema y redobla la presi¨®n autoimpuesta por el Papa en este tema. El juicio ser¨¢ cada vez m¨¢s severo
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