Sentar al futuro a la mesa de negociaci¨®n

Hace ya a?os que el fil¨®sofo Daniel Innerarity plante¨® que la lucha contra el cambio clim¨¢tico y la defensa del medio ambiente pasaba por sentar al futuro a la mesa de negociaci¨®n. Hoy es la juventud movilizada en Juventud por el Clima y #FridaysForFuture la que reivindica su espacio en la conversaci¨®n global. ?Por qu¨¦ ahora y no antes? ?Por qu¨¦ ha tardado tanto en emerger con fuerza esta ola verde? La respuesta, como siempre, ser¨¢ m¨²ltiple y habr¨¢ que esperar un tiempo para poder componer todo el puzle, pero algunos elementos se muestran ya a las claras.

Los j¨®venes que se est¨¢n movilizando por el clima son adolescentes que apenas han llegado a la universidad. Tanto en su educaci¨®n primaria como en la secundaria han estado escuchando como m¨²sica de fondo un mensaje ambiental convertido en cantinela de lo pol¨ªticamente correcto pero con poco fondo transformador. Han asumido ¡ªy han forzado a sus familias¡ª a reciclar los residuos en casa, recorren el pasillo reproch¨¢ndonos que dejemos la luz encendida, se han conmovido ante im¨¢genes de tortugas repletas de pl¨¢stico que les han llevado a meter en la mochila su botella de aluminio de dise?o, y hace tiempo que denostaron al coche privado como s¨ªmbolo de estatus.

Sin embargo, estos j¨®venes comprueban d¨ªa a d¨ªa c¨®mo las evidencias del cambio clim¨¢tico son cada vez m¨¢s claras, c¨®mo la contaminaci¨®n del aire envenena sus pulmones y c¨®mo la comunidad cient¨ªfica alerta de la necesidad de dar un giro a nuestro modelo de desarrollo si queremos parar, o al menos, ralentizar el desastre. Son los mismos j¨®venes cuyas vidas, en Europa, se han desarrollado en buena medida en los a?os m¨¢s duros de la crisis y ya son conscientes de que el futuro es algo incierto, inestable, cercano a los videojuegos dist¨®picos con los que pasan horas. ¡°Somos los que vamos a sufrir las consecuencias¡±, nos dicen.

Hac¨ªa falta una chispa para que prendiera la hoguera, y esa chispa ha sido una peculiar y carism¨¢tica adolescente sueca capaz de llegar a los foros m¨¢s influyentes. A partir de ah¨ª, ha saltado un movimiento que comparte caracter¨ªsticas con otras movilizaciones de los ¨²ltimos a?os, lo que ha llevado a hablar de un ¡°15-M clim¨¢tico¡±. Con las redes sociales como medio natural para extender el mensaje, estos j¨®venes, que desbordan con creces a las organizaciones ambientalistas, articulan un discurso transversal para reivindicar a quienes nos gobiernan ¡°acci¨®n pol¨ªtica frente a la crisis clim¨¢tica¡±.

Es dif¨ªcil saber si este movimiento cuajar¨¢ m¨¢s all¨¢ de las movilizaciones pero ya hemos aprendido que en los tiempos l¨ªquidos en que vivimos cuando las reivindicaciones salen a la calle, antes o despu¨¦s, entran al Parlamento. La juventud ha pedido sentarse a la mesa de negociaci¨®n como portavoces del futuro que son.