¡°Nos dec¨ªan que si no hac¨ªamos m¨¢s con menos ¨¦ramos malos m¨¦dicos¡±
Los jefes de atenci¨®n primaria que han prendido la rebeli¨®n sanitaria en Galicia relatan las ¡°trampas¡± de diez a?os de austeridad
Los dolores de la sanidad p¨²blica tras diez a?os de recesi¨®n y austeridad han desencadenado un hecho ins¨®lito en una Espa?a reacia a conjugar el verbo dimitir. Una veintena de jefes de centros de salud de la comarca de Vigo renunciaron en bloque a sus cargos el pasado diciembre para no ser ¡°c¨®mplices¡± del destrozo de los recortes. Su rebeli¨®n desde el coraz¨®n del sistema ha hecho m¨¢s da?o al Gobierno de Alberto N¨²?ez Feij¨®o que las masivas protestas ciudadanas de los ¨²ltimos a?os y ha desembocado en la convocatoria de una huelga en toda la atenci¨®n primaria gallega los pr¨®ximos 9, 10 y 11 de abril. ¡°Nos hemos sentido como mulas de carga con orejeras¡±, resume el pediatra Luciano Garnelo. ¡°Los de arriba nos dec¨ªan que si no ¨¦ramos capaces de hacer m¨¢s con menos es que ¨¦ramos malos profesionales y nos lo cre¨ªmos. Hasta que un d¨ªa nos dimos cuenta de que no, de que la culpa no era nuestra¡±.
Garnelo es uno de los cuatro jefes m¨¦dicos dimitidos que han accedido a relatar c¨®mo han vivido esta d¨¦cada de recortes presupuestarios. ?l y sus colegas han tenido que encajar, por un lado, las presiones de los responsables de la Conseller¨ªa de Sanidade que los conminaban a ¡°reorganizar el servicio con migajas¡±. Y, por otro, afrontar las obligaciones de una demanda en aumento de los pacientes, cada vez m¨¢s envejecidos y golpeados en su salud f¨ªsica y mental por el emprobrecimiento que les provoc¨® la crisis, y las quejas de sus compa?eros sobrecargados de trabajo. ¡°La labor del mando intermedio ha sido tremenda durante estos a?os¡±, lamenta Pilar Cobas, exjefa del ambulatorio de Val Mi?or y otra de las facultativas que ahora lucha para que el Gobierno gallego dote a la atenci¨®n primaria de los medios que merece.
El filo de la tijera presupuestaria empez¨® a sentirse en los ambulatorios cuando el Servicio Gallego de Salud (Sergas) jubil¨® repentinamente a todos los m¨¦dicos de 65 a?os. Algunos se enteraron porque ¡°les cortaron el correo electr¨®nico¡±. ¡°Llegaron un d¨ªa a su consulta y les dijeron que ya no trabajaban ah¨ª; hasta jubilaron a gente por burofax¡±, recuerda Cobas. Despu¨¦s de despedir a los experimentados, le toc¨® el turno a los MIR, que empezaron a abandonar en masa la sanidad p¨²blica al acabar su formaci¨®n por la precariedad laboral que se instaur¨®.
Fue as¨ª, explican, c¨®mo Espa?a se fue quedando sin facultativos, una carencia a la que en Galicia la Xunta culpa de todos los males de la sanidad, pero que, seg¨²n reprochan colegios profesionales, sindicatos y sociedades cient¨ªficas, no cay¨® del cielo. ¡°Nosotros tambi¨¦n llegamos a creernos eso de que no hab¨ªa m¨¦dicos y de que por eso no cubr¨ªan las bajas de los compa?eros, pero no hay sustitutos si los tratas mal y se van a otro sitio. Fuimos lentos en ver todo esto¡±, confiesa Susana Aldecoa, exjefa de servicio del centro del salud de Beiramar de Vigo y presidenta de la Asociaci¨®n Gallega de Medicina Familiar y Comunitaria.
El trabajo se multiplic¨® y los profesionales menguaron. Tambi¨¦n se empez¨® a resentir el material. ¡°Si algo se romp¨ªa, ten¨ªas que mandar 20 escritos para que te hicieran caso. Luego te dec¨ªan que ya te lo hab¨ªan enviado, pero a ti no te llegaba nada¡±, describe Luis L¨®pez Vilar, exjefe del ambulatorio del barrio vigu¨¦s de Teis. Mientras ellos ¡°gestionaban la miseria¡± a duras penas, la Administraci¨®n anunciaba e inauguraba alg¨²n nuevo centro de salud. ¡°Es m¨¢s vistoso que conservar lo viejo¡±, esgrime Cobas.
A esa ¡°pol¨ªtica de fachada y apariencia¡± atribuyen los exjefes sanitarios dimitidos la raz¨®n por la que la atenci¨®n primaria ha sido la gran perdedora en esta d¨¦cada de recortes. En Galicia, desde 2009, los centros de salud han perdido no solo presupuesto -400 millones de euros, seg¨²n la Asociaci¨®n Gallega en Defensa de la Sanidad P¨²blica-, sino que su gesti¨®n ha pasado a depender de los responsables hospitalarios de cada ¨¢rea sanitaria. ¡°Aqu¨ª gusta mucho la pol¨ªtica de apariencia, presentar aparatitos nuevos para salir en la prensa¡±, reprueba Garnelo.
En Vigo esta descompensaci¨®n ha sido mucho peor, a?aden, porque en plena crisis se construy¨® un nuevo hospital para fusionar dos viejos centros y se inaugur¨® en 2015 con una mudanza muy conflictiva. ¡°El drenaje de fondos hacia el nuevo hospital ?lvaro Cunqueiro fue total y las listas de espera aumentaron¡±, afirman. Fue precisamente al intentar derivar a sus pacientes al especialista cuando estos m¨¦dicos se dieron de bruces con otras de las ¡°perversiones¡± de la austeridad sanitaria.
Las "trampas" de las listas de espera
Garnelo, Cobas, Aldecoa y L¨®pez se atropellan cuando describen las ¡°trampas¡± en las que cayeron durante estos a?os al intentar derivar a sus enfermos al hospital. Se extendi¨®, por ejemplo, la teleconsulta, un sistema de consulta hospitalaria sin presencia del paciente en el que el m¨¦dico de cabecera hace un primer tanteo con el especialista para calibrar la gravedad del caso. Lo que empez¨® como una opci¨®n se convirti¨® en la ¨²nica posibilidad de acceso a estas citas y, seg¨²n ellos, los obst¨¢culos para que finalmente el enfermo fuera atendido eran constantes. ¡°Fue una manera de cerrarle la puerta del hospital a nuestros pacientes¡±, describe Garnelo.
Pero no fue la ¨²nica, recalcan. Cuando a un enfermo no se le daba una cita hospitalaria por falta de hueco pasaba al denominado ¡°buz¨®n virtual¡±, un ¡°agujero negro en el que puede haber miles de pacientes esperando que luego van al centro de salud a preguntar ¡®?qu¨¦ hay de lo m¨ªo¡±. Hay otros casos en los que se toma nota del nombre del paciente que pide la cita y ¡°se le dice que ya se le llamar¨¢¡±, a?aden. ¡°Son todas ellas formas de camuflar datos que usan los gestores sanitarios para crear una realidad ficticia sobre la situaci¨®n de la sanidad¡±, sostiene Garnelo.
Presionado por la sonora dimisi¨®n del 80% de los jefes de los centros de salud de Vigo, el Gobierno de Feij¨®o puso en marcha unas mesas de trabajo para dise?ar un nuevo modelo de atenci¨®n primaria en toda Galicia. El borrador de reforma que sali¨® de esas reuniones no ha contentado a casi nadie por su falta de concreci¨®n. ¡°Ninguna propuesta tiene cifras y plazos concretos¡±, critica Aldecoa, quien recuerda que llevan a?os alertando a la Administraci¨®n de que ¡°esto iba a reventar¡± y que las cartas que llegaron a enviar a los gestores sanitarios ¡°ni siquiera fueron contestadas¡±. La Xunta firm¨® el a?o pasado un plan estrat¨¦gico para el ¨¢rea viguesa consensuado con los profesionales, pero ¡°luego lo meti¨® en un caj¨®n¡±. ¡°Aquello sali¨® de dos a?os de trabajo y no se aplic¨® y ahora pretenden que nos creamos lo del nuevo modelo de atenci¨®n primaria que han hecho en ocho horas de reuniones¡±, a?ade L¨®pez Vilar.
La veintena de jefes dimisionarios de Vigo, que se definen como un grupo ¡°plural, ajeno a posiciones partidistas¡±, ya ha anunciado que secundar¨¢ los tres d¨ªas de huelga convocados en abril por la Coordinadora Galega de Atenci¨®n Primaria: ¡°Acumulamos entre 20 y 30 a?os de experiencia. Somos los que en los ochenta creamos la atenci¨®n primaria, los que hicimos los programas y las evaluaciones, los que pusimos las mesas y las sillas. Ahora nuestro malestar ha estallado¡±.
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