La f¨®rmula de EE UU para atraer familias a los colegios que nadie quiere llega a Espa?a
Los centros educativos p¨²blicos se al¨ªan con museos o institutos de investigaci¨®n para atraer a familias con niveles superiores de estudios
Las llaman escuelas estigmatizadas o no deseadas. Son colegios p¨²blicos que las familias con mayores niveles de estudios o rentas m¨¢s altas descartan para sus hijos aunque est¨¦n pr¨®ximos a su casa, en su mismo barrio. El Montessori de Rub¨ª (Barcelona), en Catalu?a, era uno de esos centros. ¡°Con el boom migratorio cambi¨® la composici¨®n del colegio, comenzaron a entrar m¨¢s alumnos extranjeros con perfiles socioecon¨®micos m¨¢s bajos y, a la vez, los aut¨®ctonos se empezaron a marchar. El cambio vino muy deprisa y no ten¨ªamos herramientas para actuar. Se nos etiquet¨® como colegio gueto¡±, cuenta Conchita Gimeno, directora del centro p¨²blico. El Montessori es lo que se conoce como colegio segregado, aquel en el que la situaci¨®n socioecon¨®mica de la mayor¨ªa de los alumnos no se corresponde con la de las familias del barrio.
Hace dos a?os, el Montessori de Rub¨ª entr¨® en la red de 23 escuelas Magnet (im¨¢n, en espa?ol) de Catalu?a, un programa inspirado en las magnet schools que Estados Unidos lanz¨® en la d¨¦cada de los setenta para animar a las familias blancas a matricular a sus hijos en colegios p¨²blicos con mayor¨ªa de negros. Aunque existen muchas diferencias entre el modelo estadounidense y el catal¨¢n ¡ªimpulsado en 2013 por la Fundaci¨®n Jaume Bofill en colaboraci¨®n con el Gobierno catal¨¢n y la Universidad Aut¨®noma de Barcelona¡ª, el eje es el mismo: conseguir una alianza entre los colegios y centros de investigaci¨®n potentes o centros culturales de referencia para devolver el prestigio a esas escuelas.
?Qu¨¦ ganan los colegios al asociarse con esos centros de investigaci¨®n? Llevar a las aulas otra forma de trabajar los temas, basada en el m¨¦todo cient¨ªfico. Hace dos a?os el Montessori de Rub¨ª se ali¨® con un centro especializado en rob¨®tica y t¨¦cnicas de impresi¨®n en 3D de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a. El objetivo es despertar en los peque?os inter¨¦s por las llamadas STEM (siglas en ingl¨¦s de ciencias, tecnolog¨ªa, ingenier¨ªa y matem¨¢ticas). Una de las mayores ventajas es que los alumnos acuden a las instalaciones de la universidad y all¨ª utilizan m¨¢quinas que un colegio p¨²blico no puede permitirse. Adem¨¢s, los estudiantes reciben tutor¨ªas de los ingenieros, que participan con los profesores en el dise?o de trabajos por proyectos.
Cortar piezas de madera con l¨¢ser con las formas del cuerpo humano para despu¨¦s encajarlas es un ejemplo. Hace unos meses, exhibieron algunas de sus creaciones en la plaza del pueblo en compa?¨ªa de los ingenieros de la universidad. ¡°Es muy potente, los vecinos conocen lo que hacen los ni?os y ven el potencial del colegio¡±, cuenta la directora.
El colegio p¨²blico Samuntada, en Sabadell, es uno de los mayores casos de ¨¦xito. Al entrar, se ven diferentes pabellones conectados por caminos de piedra y separados por espacios con c¨¦sped y muchas bicicletas de peque?as dimensiones aparcadas. Solo con visitar el aula de m¨²sica ya se nota que es singular; de las paredes cuelgan ukeleles y hay pianos y teclados. Hace a?os que dejaron la flauta. ¡°Hemos renovado todos los espacios con el dinero del AMPA y la ayuda de Magnet. Somos otra escuela¡±, cuenta Patricia Rey, la directora.
En 2013 entraron en la red y han tenido alianza con el Instituto Catal¨¢n de Paleontolog¨ªa y con el hospital p¨²blico Taul¨ª, pegado al centro. En cinco a?os las familias con estudios superiores han pasado de representar el 5% del total al 25%. Los alumnos de infantil asistieron a una extracci¨®n de sangre y luego participaron en la organizaci¨®n de una campa?a de donaci¨®n; tambi¨¦n vieron el v¨ªdeo de un parto y dos matronas llevaron una simulaci¨®n de un embarazo hecho con un globo, agua y un mu?eco. Han estudiado los efectos del aceite de palma y tambi¨¦n montaron un museo con r¨¦plicas cedidas por el Paleontol¨®gico en el recreo de la escuela.
¡°El problema es que las familias no escogen el centro que quieren, descartan los que no quieren para sus hijos. Es una din¨¢mica de huida y no de elecci¨®n¡±, se?ala Ismael Palac¨ªn, director de la Fundaci¨®n Jaume Bofill, dedicada a la investigaci¨®n educativa. Seg¨²n varios estudios publicados por la instituci¨®n, las familias suelen tener en cuenta el tipo de alumnado del centro y no tanto el proyecto educativo o el profesorado. Por eso, el revulsivo es hacer que el colegio sea suficientemente atractivo como parar restar fuerza al prejuicio de clase.
En Espa?a, la segregaci¨®n escolar ¡ªla separaci¨®n de los ni?os en diferentes colegios seg¨²n su perfil socioecon¨®mico¡ª afecta al 46,8% de los centros educativos del pa¨ªs ¡ªnueve de cada diez son p¨²blicos¡ª. Catalu?a es la segunda comunidad, por detr¨¢s de Madrid, con el mayor nivel de segregaci¨®n, seg¨²n un informe de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. All¨ª, el 30% de los alumnos tendr¨ªan que cambiar de colegio para conseguir aulas m¨¢s heterog¨¦neas.
Implicaci¨®n del profesorado
¡°Se trata de ofrecer algo que el resto de escuelas no tienen y hay que construir un proyecto s¨®lido que requiere una implicaci¨®n total por parte del profesorado¡±, explica Roser Argem¨ª, responsable del programa Magnet de la Bofill, que despu¨¦s de m¨¢s de seis a?os empieza a ver resultados. Antes de entrar en Magnet, el porcentaje de alumnos extranjeros en varias de esas escuelas superaba el 70%. Aunque todav¨ªa no tienen una cifra global, porque cada centro evoluciona a un ritmo, en algunos ya ha bajado al 20%.
En el Montessori de Rub¨ª las mejoras son todav¨ªa modestas. El cambio m¨¢s significativo es que han conseguido atraer la atenci¨®n de nuevas familias del pueblo; de las 15 que visitaron el colegio hace dos a?os en las jornadas de puertas abiertas, han pasado a 52 este curso. ¡°Ten¨ªamos la autoestima muy baja, ve¨ªamos que no quer¨ªan venir al colegio. Ahora muchas de las familias nos dicen que aunque no somos su primera opci¨®n, no lo han descartado. Es nuestro primer logro¡±, asegura la directora. Los docentes han recibido m¨¢s de 90 horas de formaci¨®n al a?o, financiadas por el programa Magnet.
Mar¨ªa, que prefiere no dar su nombre real, decidi¨® hace cuatro a?os matricular a su hijo en un colegio Magnet de Barcelona. Ella y su pareja tienen estudios universitarios. ¡°No somos h¨¦roes por llevarle a un centro estigmatizado. No es un sacrificio, sino una convicci¨®n. Nos atrajo mucho el proyecto educativo ligado al arte. Adem¨¢s, el colegio condiciona tu red de relaciones y este se parece m¨¢s a la Barcelona real, por la diversidad¡±, cuenta. Ese centro tiene una alianza con el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona.
¡°Si queremos una sociedad cohesionada, con capacidad de empat¨ªa, esto solo se aprende en la escuela con relaciones personales. Tener compa?eros con situaciones complicadas te ense?a a preocuparte por temas que de otra forma no conocer¨ªas¡±, indica Aina Tarabini, profesora de Sociolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y coatura del primer estudio de la red Magnet catalana. Seg¨²n esa evaluaci¨®n, la participaci¨®n de los alumnos en las actividades de clase ha aumentado un 77% en esos centros. ¡°Antes la mayor¨ªa de familias estaban preocupadas por si tendr¨ªan o no beca de comedor. Ahora por c¨®mo evaluamos. Eso tiene un efecto sobre el profesorado, que siente mayor presi¨®n y exigencia. As¨ª se transforma un colegio¡±, cuenta la directora del Samuntada.?
?Qu¨¦ pasa con los resultados acad¨¦micos en esos centros? En Magnet a¨²n no han hecho la comparativa. En los sesenta el informe Coleman, referente en la literatura cient¨ªfica educativa, demostr¨® el llamado ¡°efecto compa?ero¡±. ¡°Las aspiraciones, autoestima y rendimiento de los alumnos m¨¢s desfavorecidos mejoran en aulas con una composici¨®n m¨¢s variada, mientras que los resultados de los m¨¢s avanzados no empeoran¡±, explica Xavier Celorrio, profesor de Sociolog¨ªa de la Educaci¨®n de la Universidad de Barcelona.
Adem¨¢s de la implicaci¨®n del profesorado, que cuenta durante todo el curso con un experto en innovaci¨®n educativa de la Jaume Bofill que les asesora sobre el cambio de modelo pedag¨®gico, es ¡°imprescindible¡± la implicaci¨®n de los Ayuntamientos, explica Tarabini, de la Aut¨®noma de Barcelona. ¡°El colegio solo no puede cambiar la composici¨®n de sus aulas, los Ayuntamientos tienen que asegurar una matriculaci¨®n equilibrada de los alumnos desfavorecidos, de forma que se repartan en diferentes centros y tienen que abrir oficinas de informaci¨®n para dar a las familias a conocer esos centros como opciones educativas interesantes¡±, a?ade.
Las dificultades del profesorado
En los ¨²ltimos a?os, la Comisi¨®n Europea, el Comit¨¦ de Derechos del Ni?o y la ONU han urgido a Espa?a a revisar y aprobar pol¨ªticas que frenen la segregaci¨®n escolar. El estudio Magnitud de la segregaci¨®n escolar por nivel socioecon¨®mico, publicado en 2018 por dos investigadores de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, refleja una gran disparidad entre regiones: Baleares o Galicia presentan una baja segregaci¨®n ¡ªentre Suecia y Finlandia, los pa¨ªses con la tasa m¨¢s baja de la Uni¨®n Europea¡ª, mientras en Madrid es "alt¨ªsima" ¡ªentre Hungr¨ªa y Rumania, los dos pa¨ªses con la mayor tasa de la UE¡ª.
"No sabemos si los docentes huyen de los centros escolares con altos niveles de segregaci¨®n o directamente no los escogen, pero muchas veces est¨¢n sobresaturados por la falta de medios para atender situaciones complicadas", se?ala ?lvaro Ferrer, coautor del estudio De la segregaci¨®n socioecon¨®mica a la educaci¨®n inclusiva, de Save the Children. Seg¨²n el informe, que analiza los datos del ¨²ltimo informe PISA de 2015, ese tipo de centros disponen de menos recursos ¡ªun 40% de ellos no ofrece actividades extraescolares¡ª y el nivel formativo de los profesores es inferior. La alta movilidad del profesorado imposibilita el desarrollo de proyectos educativos estables.
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