¡®Terapia¡¯ para gais: ¡°Tuve que quemar la foto de mi madre¡±
Las ¡®terapias de conversi¨®n¡¯ de homosexuales persisten en c¨ªrculos ultrareligiosos de EE UU. Vox las defiende en Espa?a. Un joven relata su experiencia en Indiana
Una noche de agosto de 2015 en un lugar de Indiana, Estados Unidos. Veinte siluetas saltan alrededor de una hoguera. Gritan. Disparan agua con pistolas de pl¨¢stico y se tiran trozos de tarta. Christopher Dean, un universitario morm¨®n de 23 a?os, se siente aturdido. No son cr¨ªos los que se divierten desliz¨¢ndose sobre unas lonas gigantes mojadas. Son hombres gais desnudos, como ¨¦l. Tienen prohibido tocarse. Acaban de renacer.
Christopher evoca ahora en Madrid, ante un caf¨¦ cortado, aquellos cuatro d¨ªas de terapia para dejar de ser homosexual con Brothers Road (El camino de los hermanos), una organizaci¨®n que opera tambi¨¦n en M¨¦xico, Israel y Polonia. ¡°Usaban la desnudez para dejar de sexualizar el cuerpo masculino, como para recuperar la inocencia¡±. Los miembros de aquel grupo solo ten¨ªan en com¨²n su vinculaci¨®n a alguna iglesia. ¡°Hab¨ªa j¨®venes, viejos, y alguno que hab¨ªa viajado de un pa¨ªs ¨¢rabe donde la homosexualidad era ilegal¡±. Terapias como esta, tambi¨¦n llamada ¡°de reparaci¨®n¡±, son denostadas por la Asociaci¨®n Mundial de Psiquiatr¨ªa por su ineficacia y el ¡°da?o y efectos adversos¡± que provocan.
Tales programas buscan traumas infantiles en la causa de la AMS (Atracci¨®n por el Mismo Sexo), nunca usan la palabra gay o lesbiana, y tratan de ¡°reforzar la masculinidad¡±. Como Christopher, casi 700.000 estadounidenses han recibido asistencia para ¡°reconducir¡± su orientaci¨®n sexual, la mitad adolescentes, seg¨²n un estudio de la Universidad de California en Los ?ngeles (UCLA) de 2018. En Espa?a, se han impartido en varias comunidades bajo el amparo del pol¨¦mico obispo de Alcal¨¢ de Henares (Madrid), Juan Antonio Reig Pl¨¤. En la web del obispado ofrecen recursos para ¡°curar¡± la homosexualidad, pr¨¢cticas castigadas por la ley madrile?a con multas de hasta 45.000 euros.
Vox defiende que los padres puedan llevar a sus hijos a esas terapias. Varios de sus cargos (entre ellos la l¨ªder en Madrid, Roc¨ªo Monasterio) batallan contra las leyes LGTBI auton¨®micas en la denominada Plataforma por las Libertades. Hasta han recurrido al Defensor del Pueblo. En plena semana reivindicativa del Orgullo, el partido ultra quiere imponer en la Comunidad de Madrid la derogaci¨®n de varios art¨ªculos de la norma regional.
Paralelamente, el mundo legisla contra los hom¨®fobos. Solo tres pa¨ªses proh¨ªben las pr¨¢cticas para convertirse en heterosexual (Malta, Brasil y Ecuador), pero hay varios que, como Espa?a o EE UU, las vetan en autonom¨ªas o estados. Arag¨®n, Comunidad Valenciana, Andaluc¨ªa y Madrid, en el caso espa?ol. En el norteamericano las castigan 18 estados. De ellos, cuatro (Nueva York, Colorado, Maine y Massachusets) han aprobado normas antiterapias este a?o y decenas de c¨¢maras legislativas ya tienen proyectos en este sentido. Las asociaciones LGTBI han enfocado sus esfuerzos desde 2014 en hacer que estas leyes se aprueben y han tenido ¨¦xito en Estados progresistas; no as¨ª en los conservadores, d¨®nde los republicanos se oponen a la prohibici¨®n.
La pelea tambi¨¦n es judicial. En 2012, cuatro homosexuales de Nueva Jersey presentaron una querella contra Jud¨ªos que Ofrecen Nuevas Alternativas de Curaci¨®n (JONAH, por sus siglas en ingl¨¦s) apelando a la ley de fraude al consumidor de EE UU, ya que ¡°no consiguieron lo que la terapia promet¨ªa¡±, tras someterse a un tortuoso proceso. Fue la primera vez que la terapia de conversi¨®n lleg¨® a un tribunal. El juez sentenci¨® que cualquier compa?¨ªa que relacione la homosexualidad con un desorden mental est¨¢ cometiendo un fraude.
El tratamiento aumenta el riesgo de que los menores sufran depresi¨®n, ansiedad y pensamientos suicidas, seg¨²n la Academia Americana de Pediatr¨ªa. En Espa?a, la presidenta de la Federaci¨®n de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Uge Sangil, conf¨ªa en la aprobaci¨®n de una ley estatal LGTBI que refleje el texto que han elaborado. ¡°El da?o que producen estas terapias es enorme¡±, dice, ¡°cuando ya lo pasamos mal por la discriminaci¨®n¡±.
Christopher, ahora un risue?o traductor asentado en Madrid, padece ataques de p¨¢nico. No pudo hablar de su experiencia hasta hace poco. ¡°Me cuesta crear relaciones normales, profundas, con un chico¡±, dice con aire m¨¢s sombr¨ªo, ¡°tengo confusi¨®n con mis sentimientos, no s¨¦ si lo que siento es amor rom¨¢ntico, amistad o qu¨¦. Creo que viene de la terapia¡±.
A?os atr¨¢s, visti¨® la camisa blanca y corbata de los misioneros mormones y estudiaba marketing y filolog¨ªa alemana en Utah. ¡°Fui a la terapia por presi¨®n social. Pod¨ªan echarme¡±. A trav¨¦s de conocidos, se acerc¨® a Brothers Road y en un fin de semana se someti¨® al primer programa, Journey to Manhood (Camino a la masculinidad), que se publicita a 650 d¨®lares en su web. ¡°Al principio sent¨ª un subid¨®n, porque est¨¢s con gente como t¨². Te liberas de toda la ansiedad y la tristeza al poder hablar¡±. El trauma infantil de Christopher, le dijeron, estaba en la mala relaci¨®n con su hermano. En los psicodramas simulaba abrazarle para curar su herida. El objetivo, aquellos d¨ªas, era construir hombres ¡°fuertes y buenos¡±, recuerda. Una masculinidad autentica, ¡°s¨ª¡±, observa, ¡°pero de la forma que te decimos nosotros¡±. Se trataba de ¡°conseguir relaciones normales con hombres heterosexuales¡±. Las pr¨¢cticas inclu¨ªan meterles en una habitaci¨®n, vigilados. ¡°Nos abraz¨¢bamos para sentir el cuerpo del otro¡±. Lo que no pod¨ªan evitar los omnipresentes voluntarios, que incluso dorm¨ªan con ellos, eran las erecciones que ven¨ªan con las caricias. "Siempre te gustaba alguien. Pero era imposible que pasase algo".
Los conservadores estadounidenses insisten, al igual que Vox, en que la prohibici¨®n de estos programas atenta contra la libertad individual. ¡°Los clientes deben tener la libertad de buscar ayuda para vivir su vida como lo deseen y discutir sus objetivos terap¨¦uticos¡±, defiende David Pruden, director de la Asociaci¨®n Nacional para la Investigaci¨®n y la Terapia de la Homosexualidad (NARTH, por sus siglas en ingl¨¦s), al que pertenecen los terapeutas que imparten los pol¨¦micos cursos.
Despu¨¦s del primer acercamiento, Christopher se enrol¨® en la terapia de Indiana, que comenz¨® a oscuras, desnudo en una litera, tremendamente inc¨®modo por la necesidad de orinar. Voluntarios tambi¨¦n desnudos recorr¨ªan los pasillos. ¡°Le¨ªan textos sobre la gestaci¨®n. Luego son¨® la grabaci¨®n de un parto, recuerdo al m¨¦dico diciendo, ¡®empuja, empuja¡¯. Se encendieron las luces y gritaron: ¡®Venga, salid, hab¨¦is nacido¡±. Fue cuando se lanzaron al jard¨ªn y lo celebraron con pistolas de agua y tarta.
Otro d¨ªa se organiz¨® una fiesta. Uno a uno, sus compa?eros desaparec¨ªan. Eso le gener¨® mucho temor. ¡°Los llevaban a encontrarse con mujeres, hermanas o esposas de los que hab¨ªan pasado por all¨ª¡±. Ya con ellas, escenificaban a gritos su furia contra las mujeres. Luego ensayaban t¨¦cnicas de seducci¨®n. ¡°Quem¨¢bamos fotos de nuestras madres, para acabar con una relaci¨®n que pudiera ser el origen de nuestra homosexualidad¡±. El miedo regres¨® cuando les metieron en una sala oscura. ¡°Nos manchaban con pintura roja en la pierna. Era nuestra herida¡±.
Christopher sigui¨® enganchado a la organizaci¨®n. Fue de voluntario a Polonia. Pero cada vez se sent¨ªa m¨¢s solo y m¨¢s culpable por estarlo. Intent¨® salir con mujeres. ¡°Fue desastroso¡±. Cuando vino a Espa?a, hace dos a?os y medio, se permiti¨® vivir como gay. Se alej¨® de la religi¨®n. Su padre tambi¨¦n. Lleg¨® el vac¨ªo que dejaron tantos a?os unido a los mormones y la ansiedad. A sus 27 a?os, dice: ¡°Poder contar esto y ayudar a otros es para m¨ª un prop¨®sito. Hay que ilegalizar esas terapias¡±.
?Y los dem¨¢s? ¡°Hay de todo. Algunos se casaron. Uno de ellos, con una mujer asexual, lleva una vida gay. Los dos est¨¢n contentos. Un terapeuta lo abandon¨® todo y ahora vive con su novio¡±.
Aversi¨®n y "reparaci¨®n"
¡°Si ser gay no te define, no tienes por qu¨¦ serlo¡±, es el lema de la cl¨ªnica Tom¨¢s de Aquino, en Los ?ngeles. El difunto psic¨®logo Joseph Nicolosi la fund¨® en 1980 y convirti¨® la desprestigiada terapia de conversi¨®n ¡ªfamosa por utilizar t¨¦cnicas de aversi¨®n que inclu¨ªan electroshock¡ª en ¡°terapia de reparaci¨®n¡±, bajo el supuesto de que la atracci¨®n hacia una persona del mismo sexo es producto de un trauma infantil, y como tal, puede ¡°curarse¡±.
Su disc¨ªpulo David Pickup dice haber sufrido abusos sexuales de ni?o. Seg¨²n cuenta, esa experiencia deriv¨® en que durante la pubertad se sintiera, sin desearlo, atra¨ªdo hacia otros hombres. Para eliminar esos sentimientos, el entonces joven creyente acudi¨® a una ¡°terapia de reparaci¨®n¡± que, en sus palabras, le salv¨® la vida y lo ayud¨® a hacer desaparecer los impulsos homosexuales. Ahora, como psicoterapeuta, ofrece dichos servicios en Texas.
La contraparte, sin caer en el juego sem¨¢ntico, defiende que no hay nada que ¡°reparar¡± y que, al contrario, estas t¨¦cnicas da?an de forma muy grave. Un estudio entre j¨®venes enviados por sus padres a este tipo de programas, como propugna Vox, hall¨® tasas m¨¢s altas de depresi¨®n, pensamientos suicidas, intentos de suicidio y adicciones, adem¨¢s de baja autoestima.
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