Los gobiernos y el derecho a un aire limpio
La autora recuerda que la Uni¨®n Europea declar¨® que nuestra salud a¨²n no tiene suficiente protecci¨®n
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud ha alertado que la contaminaci¨®n del aire es el mayor riesgo ambiental para la salud. La exposici¨®n a esa contaminaci¨®n afecta a nuestra salud: muertes prematuras, enfermedades cardiovasculares y respiratorias adem¨¢s de absentismo laboral, entre otros impactos, los cuales tienen a su vez una gran repercusi¨®n econ¨®mica. Dicha contaminaci¨®n incide tambi¨¦n en el cambio clim¨¢tico.
El relator especial de las Naciones Unidas para los derechos humanos y el medio ambiente ha se?alado que el derecho a respirar un aire limpio es un factor vital del derecho a un medio ambiente saludable, el cual, a su vez, es esencial para el derecho a la vida. Por tanto, incide tambi¨¦n en los derechos del ni?o, que son m¨¢s vulnerables, y en los derechos a la salud y a la inviolabilidad del domicilio, entre otros, muchos de ellos reconocidos en nuestra Constituci¨®n.
Los efectos adversos de la mala calidad del aire en los derechos humanos imponen a los Estados, en sus niveles de gobierno: estatal, auton¨®mico y municipal, importantes obligaciones exigi¨¦ndoles adoptar de inmediato medidas de protecci¨®n contra esos efectos. Como indica el Relator Especial de la ONU, estas obligaciones o responsabilidades son diversas, requiriendo a los gobiernos que no violen el derecho a respirar aire puro con actos cometidos por ellos; adem¨¢s de exigirles que protejan ese derecho frente a violaciones cometidas por terceros y establezcan, apliquen y hagan cumplir leyes, poli?ticas y programas para hacerlo efectivo, finalmente tambi¨¦n deben evitar la discriminacio?n y las medidas regresivas.
Estas responsabilidades de los gobiernos frente a la ciudadan¨ªa son muy espec¨ªficas en la UE y est¨¢n recogidas, principalmente, en la Directiva de Calidad del Aire Ambiente. El pasado a?o, el Tribunal de Cuentas de la UE ¡°audit¨®¡± esa Directiva y declar¨® que nuestra salud a¨²n no tiene suficiente protecci¨®n. Por ello, recomend¨® una acci¨®n m¨¢s eficaz, la actualizaci¨®n de esa Directiva, priorizar la pol¨ªtica de calidad del aire y fomentar la concienciaci¨®n y la informaci¨®n del p¨²blico. Pero tambi¨¦n hay que concienciar a la clase pol¨ªtica que, cuando gobierna, contrae responsabilidades que conllevan derechos de la ciudadan¨ªa, algo que parece olvidar en tiempos de campa?a electoral, pero que no puede omitir cuando pasa a desempe?ar labores de gobierno.
Algunos ciudadanos han iniciado acciones judiciales en diversos tribunales de pa¨ªses de la UE para exigir estos derechos Los tribunales los est¨¢n reconociendo, obligando a los gobiernos a adoptar medidas. Por ejemplo, esta semana el Tribunal de Justicia de la UE, en un caso de contaminaci¨®n del aire contra la ciudad de Bruselas, ha dictaminado que los ciudadanos tienen derecho a reclamar ante un tribunal c¨®mo las autoridades est¨¢n vigilando la contaminaci¨®n, incluyendo la ubicaci¨®n de los puntos de muestreo, y que el cumplimiento de los l¨ªmites de contaminaci¨®n no debe evaluarse utilizando la media de los valores registrados en los puntos de muestreo sino que basta que ese l¨ªmite se supere solo en un punto de muestreo. As¨ª, esta decisi¨®n judicial ha concretado mucho m¨¢s a¨²n la responsabilidad de las autoridades.
Por todo ello, cada vez son m¨¢s las responsabilidades que tienen los gobiernos frente a la ciudadan¨ªa para proteger el aire que respiramos, el mismo que respiran los responsables pol¨ªticos y sus familias.
Ana Barreira es directora del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente. Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica para EL PA?S.
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