La reconciliaci¨®n del ¡®Homo sapiens¡¯ con la naturaleza
Es cr¨ªtico que las fuerzas pol¨ªticas alcancen un pacto de estado para la transici¨®n energ¨¦tica
En su ensayo Sapiens. De animales a dioses, Yuval Noah Harari, hace un an¨¢lisis de los efectos causados en el planeta por el ser humano: ¡°El registro hist¨®rico hace que Homo sapiens aparezca como un asesino ecol¨®gico en serie¡±. Esta calificaci¨®n la realiza para periodos previos a la industrializaci¨®n, en los que los seres humanos ten¨ªamos mucha menor capacidad destructiva por unidad de tiempo que la que tenemos en la actualidad (nuestros ancestros requer¨ªan miles de a?os para generar, por ejemplo, p¨¦rdidas de biodiversidad similares a las que los Homo sapiens actuales podemos hacer en unos pocos a?os). Ciertamente hemos hecho muchas cosas malas, pero tambi¨¦n muchas buenas en t¨¦rminos sociales y econ¨®micos. Los Homo sapiens actuales, a diferencia del de hace 3.000 a?os, tenemos la capacidad organizativa y tecnol¨®gica de revertir en parte los problemas que hemos ocasionado en el planeta y en los seres que lo habitamos y que lo habitar¨¢n en el futuro.
Gran parte de dichos problemas se agravaron en la ¨¦poca posindustrial, debido a un insostenible modelo de producci¨®n y consumo, que se vio alimentado por un modelo energ¨¦tico basado en la quema de combustibles f¨®siles que, aunque ayud¨® a un impresionante crecimiento socioecon¨®mico, ha provocado numerosos problemas medioambientales, entre los que destacan el cambio clim¨¢tico ¨Cprovocado por los gases de efecto invernadero (GEI)¨C y la contaminaci¨®n local ¨Cprovocada por la emisi¨®n de part¨ªculas o componentes de nitr¨®geno y azufre¨C.
Los cient¨ªficos del clima llevan a?os alertando de los graves problemas que los GEI generan: incremento de temperaturas medias del planeta y aumento de fen¨®menos extremos (olas de calor o fr¨ªo, huracanes, inundaciones, aumento del nivel del mar, sequ¨ªas, transmisi¨®n de enfermedades, desaparici¨®n de especies...). Esto est¨¢ ocurriendo ya y en todos los lugares del planeta con mayor o menor virulencia. Espa?a es especialmente sensible al cambio clim¨¢tico. Algo parecido se?alan los expertos en salud con el agravamiento de diversas enfermedades provocadas por la contaminaci¨®n local.
El coste que generan todos estos problemas es enorme y aumentar¨¢ con el tiempo. Seg¨²n estudios del Banco Mundial, la p¨¦rdida econ¨®mica mundial que generar¨¢n de manera conjunta el cambio clim¨¢tico y la contaminaci¨®n local alcanzar¨¢ en 2050 el 2,2% del PIB. Parte de estos costes ya est¨¢n siendo pagados por los ciudadanos (y no por sus causantes), a trav¨¦s de los impuestos, que deben destinarse a arreglar las infraestructuras o a subsidiar a los agricultores o a tratar a los enfermos que ingresan en hospitales. Ello sin contar el incalculable coste que representa la p¨¦rdida de biodiversidad e, incluso, de vidas humanas.
Por ello, el proceso de descarbonizaci¨®n, lejos de ser un proceso caro, es todo lo contrario: permite eliminar las causas que generan y generar¨¢n los graves problemas descritos. Adem¨¢s, las tecnolog¨ªas limpias (renovables, veh¨ªculos el¨¦ctricos, etc.) que permiten solucionar los problemas, est¨¢n en un proceso de disminuci¨®n de costes impresionante, que las sit¨²a en muchos sitios del mundo ¨Cya en la actualidad y con visos de seguir haci¨¦ndolo¨C como la alternativa m¨¢s competitiva.
Este proceso es el objetivo del Acuerdo de Par¨ªs de 2015. La gran mayor¨ªa de los pa¨ªses del mundo lo firmaron, presentando compromisos ¨Ccada pa¨ªs en funci¨®n de sus capacidades¨C para luchar contra el cambio clim¨¢tico. Los compromisos ser¨¢n revisados cada cinco a?os, siendo en 2020 la primera revisi¨®n.
El Secretario General de la ONU ha convocado para el 23 de septiembre en Nueva York a todos los agentes (Administraciones, instituciones, sociedad civil, empresas, ONG...) a un evento cuyo fin es motivar la presentaci¨®n de objetivos ambiciosos y urgentes en 2020. Para ello se han organizado nueve ramas de acci¨®n que cubren temas diversos. Cada rama est¨¢ liderada por unos pa¨ªses y por unas instituciones. A Espa?a se le ha asignado la de Dinamizadores Sociales y Pol¨ªticos, que abordar¨¢ temas de calidad del aire, empoderamiento de la mujer o transici¨®n justa.
El cambio clim¨¢tico es un problema esencialmente generado por el hombre, que nos est¨¢ afectando exponencialmente ahora y aqu¨ª (por lo que hay que actuar urgentemente y con ambici¨®n). Sus costes ya est¨¢n siendo pagados por los ciudadanos aunque no lo sepan, por lo que urge una reforma fiscal que instaure el principio de ¡°quien contamina, paga¡± que sustituya las aportaciones a presupuestos que realizan los ciudadanos por nuevos impuestos a las actividades contaminantes. Luchar contra el cambio clim¨¢tico es menos costoso que no hacerlo y es una fuente de oportunidades (motivada por la disrupci¨®n de costes de las tecnolog¨ªas no emisoras), generando empleo y crecimiento econ¨®mico sostenible.
A quienes m¨¢s ayuda la lucha contra el cambio clim¨¢tico es a los m¨¢s desfavorecidos, porque son los que m¨¢s sufren sus efectos y menos pueden protegerse. Pero tambi¨¦n hay que apoyar a los colectivos vulnerables a los que coyunturalmente podr¨ªan perjudicar las medidas adoptadas en la transici¨®n. Por ejemplo, a trabajadores de comarcas mineras o de algunos empleados del sector tradicional del autom¨®vil, a los que habr¨¢ que buscar mecanismos de formaci¨®n y reubicaci¨®n dentro de actividades ya existentes o en los numerosos empleos que genera la nueva econom¨ªa; las empresas deben apoyar creando empleos sostenibles y las distintas administraciones deben generar entornos (apoyos sociales, fiscales, regulatorios...) que permitan que parte de las inversiones que generan empleo verde acuda a dichas regiones o sectores. Un ejemplo paradigm¨¢tico de nuevo empleo se da en los sectores que suministran componentes de los parques e¨®licos marinos. Algo similar ocurrir¨¢ en la transformaci¨®n del sector transporte hacia veh¨ªculos el¨¦ctricos, en los fabricantes de bater¨ªas, en sectores de aislamiento de edificios, empresas de reforestaci¨®n...
Tambi¨¦n hay que dar apoyo a los ciudadanos de baja renta a los que les afecte significativamente el incremento de los impuestos a las actividades contaminantes (por ejemplo al di¨¦sel o gasolina que requieren para trasladarse). Para ello las Administraciones deben generar mecanismos que compensen dichos efectos, bien porque la reforma fiscal ambiental haga aplicaciones graduales y atenuadas a dichos colectivos, bien porque el sistema redistributivo compense en parte dichos efectos (por ejemplo, compensando las subidas en el uso de combustibles con bajadas equivalentes en la electricidad; apoyando al aislamiento de sus viviendas; otorgando ayudas a la compra de veh¨ªculos el¨¦ctricos o al uso de transporte p¨²blico...).
Para que la sociedad entienda el origen y la gravedad de los problemas existentes y los costes que se est¨¢n generando si no se act¨²a con ambici¨®n y urgencia, y conozca las oportunidades que surgen en la transici¨®n y los mecanismos de apoyo que se prev¨¦n para los colectivos vulnerables, es b¨¢sico informarla. Una ciudadan¨ªa formada y concienciada es vital para llevar a cabo los trascendentales cambios en nuestros modelos de consumo a trav¨¦s de sus millones de decisiones cada d¨ªa.
Por otro lado, dada la trascendencia y profundidad de los cambios necesarios, que requieren fuertes inversiones en las pr¨®ximas d¨¦cadas, es preciso disminuir las incertidumbres existentes, para lo que es cr¨ªtico que las fuerzas pol¨ªticas alcancen un pacto de estado que gu¨ªe la hoja de ruta de todos.
La descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa es inherentemente buena, llena de oportunidades y genera un mundo mejor y m¨¢s sostenible para nosotros y para las generaciones futuras. Quien defienda el mantenimiento del statu quo, como ocurre con algunos responsables de empresas petroleras o carboneras, deber¨ªa demostrar si los beneficios para la sociedad que aporta el inmovilismo o la lentitud en la acci¨®n compensan los graves problemas que se seguir¨ªan manteniendo en dicho statu quo y que se incrementar¨ªan en el futuro.
Los cient¨ªficos nos lo avisan. La naturaleza responde. Nuestros j¨®venes, en nombre suyo y de las generaciones futuras, nos apelan a actuar con urgencia y ambici¨®n. La tecnolog¨ªa existe. Los beneficios son evidentes. ?A qu¨¦ esperamos? Empecemos a reconciliar a Homo sapiens con la naturaleza.
Carlos Sall¨¦ es director de Pol¨ªticas Energ¨¦ticas y Cambio Clim¨¢tico de Iberdrola
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