¡°Me dijo que ella ser¨ªa mi ama y yo su esclava¡±: El rastro escalofriante de los abusos de NXIVM en M¨¦xico
La secta de Keith Raniere, acusado de tr¨¢fico de personas y explotaci¨®n sexual, ha dejado en su basti¨®n mexicano una marca imborrable
"Quiero platicarte algo, pero es sumamente secreto". Paulina, de 37 a?os, se qued¨® pasmada, esperando las palabras que seguir¨ªan. "No puedes hablar de esto con nadie, nunca, ni en tu lecho de muerte", le hizo prometer su amiga. Paulina fue a tomarse un caf¨¦ para averiguar de qu¨¦ se trataba todo. "Yo te voy a ayudar a que alcances todas tus metas, a que tengas la vida que t¨² quieras", le propuso su compa?era, de 39 a?os. Solo hab¨ªa una condici¨®n. "Me dijo que ella ser¨ªa mi ama y yo su esclava", recuerda Paulina: "Y acept¨¦".
Ambas hab¨ªan estado durante a?os en NXIVM (Nexium), la secta de Keith Raniere, un falso gur¨² de la superaci¨®n personal que fue declarado culpable el pasado 19 de junio de un rosario de cargos, entre ellos tr¨¢fico de personas con fines de explotaci¨®n, conspiraci¨®n para imponer trabajo forzado y extorsi¨®n. Su debacle se escenific¨® en una corte de Nueva York, pero las secuelas han dejado una marca imborrable en M¨¦xico. Fue dentro de las ¨¦lites mexicanas donde Raniere encontr¨® su ¨²ltimo refugio, donde defraud¨® a m¨¢s gente y donde NXIVM se enquist¨® en los c¨ªrculos pol¨ªticos y econ¨®micos m¨¢s influyentes del pa¨ªs. "Se destruyeron muchas vidas", cuenta Paulina, antes de clavar la mirada en el vac¨ªo.
El juicio de Raniere destap¨® una serie de atrocidades, cada una m¨¢s impresionante que la anterior. Vanguardia, como se hac¨ªa llamar entre sus seguidores, abus¨® de una mexicana de 15 a?os y encerr¨® a la hermana de la adolescente en un cuarto durante dos a?os, todo con la supuesta anuencia de sus padres. Cre¨® DOS, el grupo al que fue invitada Paulina, un har¨¦n secreto con decenas de esclavas sexuales que eran sometidas a dietas extremas y a las que marcaba como si fueran ganado: con las iniciales del l¨ªder a dos cent¨ªmetros de la vagina, sin anestesia y de por vida. Y logr¨® amasar una base de seguidores ricos, poderosos y dispuestos a mentir, amedrentar y amenazar para encubrir sus abusos.
2)¡°...Raniere and his co-conspirators will now face the consequences for the serious crimes they committed and the profound harm they have caused their victims.¡±
— US Attorney EDNY (@EDNYnews) June 19, 2019
Paulina perteneci¨® a la sucursal de San Pedro Garza Garc¨ªa, en el ¨¢rea metropolitana de Monterrey, uno de los bastiones del grupo. Fue aqu¨ª donde NXIVM abri¨® en los primeros a?os de la d¨¦cada pasada su primer centro en M¨¦xico. Fue aqu¨ª donde Raniere decidi¨® esconderse cuando estallaron las primeras filtraciones de abusos a finales de 2017. Y es la misma comunidad en donde vivieron seis de los 25 miembros m¨¢s cercanos a Vanguardia y tres de sus ocho esclavas principales. "Seguimos en shock, cada vez que sale una noticia nos ponemos a rezar para que nuestros nombres no aparezcan", admite Mar¨ªa, de 35 a?os, que ha accedido a hablar, como el resto de entrevistados que pasaron por el grupo, bajo anonimato.
Una espiral de problemas de pareja llev¨® a Paulina a DOS, que hab¨ªa surgido en 2015 como un grupo de sumisi¨®n sexual dentro, pero hasta cierto punto en paralelo, de NXIVM. Era una salida a una situaci¨®n desesperada. Pero el precio para entrar era alto e iba m¨¢s all¨¢ del dinero. Lo llamaban "colateral" y era una garant¨ªa comprometedora para asegurar que no revelar¨ªa la existencia del grupo secreto: desde la factura de una propiedad hasta la confesi¨®n de una infidelidad. "Puedes hacer una carta, aunque sea diciendo mentiras, pero que comprometa a alguien que quieras", le explicaron y ella entreg¨® una carta siguiendo esas instrucciones.
Pero no acab¨® ah¨ª. Cada mes deb¨ªa entregar un nuevo colateral. "Me pidieron que entregara fotos desnuda y lo hice", confiesa. Deb¨ªa, adem¨¢s, mandar cada ma?ana un mensaje de texto a su ama: "Good morning, master". Si no lo hac¨ªa, hab¨ªa "consecuencias". "Era b¨¢sicamente un castigo f¨ªsico, algo que te doliera pero que no te hiciera da?o", explica Paulina. Tambi¨¦n deb¨ªa portar una cadena que le recordara todo el tiempo que ten¨ªa una "ama".
El siguiente paso era la cauterizaci¨®n con las iniciales de Raniere. "Es como un tatuaje, me dec¨ªan, lo llamaban hot stamping (impresi¨®n t¨¦rmica)", relata Paulina. "Me dijo que el s¨ªmbolo era como una runa con un significado muy bonito, pero que me lo explicar¨ªan luego". Unos d¨ªas antes de que se hiciera la ceremonia para marcarla aparecieron las primeras filtraciones sobre el grupo secreto. Y explot¨® el esc¨¢ndalo. "Me salv¨¦ por muy poco", dice angustiada Paulina, que no volvi¨® a o¨ªr de DOS y permaneci¨® en NXIVM hasta su disoluci¨®n formal en agosto pasado. "Aun as¨ª siento mucha verg¨¹enza e impotencia, pod¨ªan haber hecho conmigo lo que quisieran", admite.
NXIVM se fund¨® en 1998 en Albany, la capital de Nueva York, como una marca que agrupaba varias empresas. La mayor¨ªa de sus clientes segu¨ªan los Executive Success Programs (ESP), cursos de autoayuda con enfoque empresarial. Estaba Jness, el grupo de mujeres; la Sociedad de Protectores, para hombres, y Rainbow, un sistema escolar que pretend¨ªa ense?ar siete idiomas a ni?os antes de que terminaran el jard¨ªn de infantes, entre otros. Todas las creaciones de Raniere ten¨ªan un precio. Un curso de cinco d¨ªas de ESP, por ejemplo, pod¨ªa alcanzar los 3.000 d¨®lares (unos 2.670 euros).
NXIVM era diferente de otros cultos porque ten¨ªa un manto de racionalidad, sin explicaciones esot¨¦ricas ni milagros. El ¨²nico fen¨®meno sobrenatural era el l¨ªder, alabado como "la persona m¨¢s inteligente del mundo". "En todo era muy bueno, eso siempre me hizo dudar", bromea entre risas Rub¨¦n, de 40 a?os, que tambi¨¦n tom¨® el curso en San Pedro. Su filosof¨ªa se basaba en un c¨®ctel de plagios de la psicolog¨ªa motivacional, programaci¨®n neuroling¨¹¨ªstica, cienciolog¨ªa y los postulados ultraindividualistas de Ayn Rand. "Nada era nuevo ni original, pero serv¨ªa", asegura Rub¨¦n.
NXIVM se caricaturiza como un s¨¦quito de ilusos y millonarios perversos, pero esconde un fen¨®meno mucho m¨¢s complejo. Nadie lleg¨® repentinamente a inscribirse al club de esclavas sexuales de Raniere. A la inmensa mayor¨ªa se le prometi¨® la f¨®rmula del ¨¦xito, herramientas para mejorar, una comunidad de apoyo. "La secrec¨ªa [secretismo] y la exclusividad eran parte del cach¨¦, se les vend¨ªa como un privilegio", afirma el psicoterapeuta Javier Falc¨®n: "Tambi¨¦n era parte del modelo de negocios de Raniere: no iba por todos, identificaba a personas poderosas pero vulnerables y las exprim¨ªa lo m¨¢s que se pudiera". Por eso, gran parte de los 8.000 mexicanos que estuvieron en ESP nunca tuvo idea de lo que suced¨ªa realmente o cre¨ªa que las acusaciones contra el l¨ªder eran mentira.
Los convencidos, sin embargo, se adentraban a un mundo de terminajos y reglas claramente definidas. En la terminolog¨ªa de Raniere, hab¨ªa que luchar contra los "par¨¢sitos" (los enemigos y las personas negativas). Hab¨ªa que hacer "persistencias" (cumplir metas diarias definidas previamente). Hab¨ªa que estar en contacto permanente con el coach. Hab¨ªa que apuntarse a "intensivos" con sesiones de hasta 12 horas.
La regla m¨¢s importante de todas era pagar. Raniere estructur¨® su culto como un fraude piramidal: cada miembro ten¨ªa un rango y las jerarqu¨ªas lo reg¨ªan todo. Para subir hab¨ªa que desembolsar cada vez m¨¢s dinero y reclutar. Pero era una escalera sin final. Nadie llegaba al mismo rango que Vanguardia. Y era una carretera al abismo, cuanto m¨¢s avanzabas, m¨¢s te hund¨ªas. Despu¨¦s de pagar casi 10.000 d¨®lares en cursos, que ni siquiera le permitieron alcanzar el segundo nivel de ocho, Regina, una empresaria de Monterrey de 45 a?os, dijo basta y dej¨® el grupo hace cuatro a?os: "Llega un momento en que despiertas".
Preceptos como la devoci¨®n justificada por el dinero encajaron como anillo al dedo en la alta sociedad de San Pedro Garza Garc¨ªa, considerado por Standard & Poors como el municipio m¨¢s acaudalado de Latinoam¨¦rica. El PIB per c¨¢pita de los sampetrinos supera los 25.000 d¨®lares, casi tres veces la media de M¨¦xico. La semilla mexicana de NXIVM germin¨® en un campo de rascacielos corporativos, concesionarias de coches de lujo y tiendas de dise?ador.
"Gran parte del ¨¦xito de NXIVM se explica m¨¢s por las caracter¨ªsticas de la burgues¨ªa regiomontana que por lo que ofrec¨ªa el grupo", comenta Roberta Garza, una periodista local que ha seguido al culto durante los ¨²ltimos 20 a?os. La presencia de la organizaci¨®n estaba normalizada, no como secta, sino como cualquier proveedor de coaching. El recuento de sus pr¨¢cticas turbias se hab¨ªa concentrado en Estados Unidos y lleg¨® hace dos a?os a la prensa mexicana.
"Es una sociedad cerrada, superficial y lo que eres se define por cu¨¢nto dinero tienes", asegura Falc¨®n: "Cuando rascas esa c¨¢scara de grandiosidad hay un enorme vac¨ªo emocional y mental". Esos vac¨ªos fueron explotados al m¨¢ximo por Raniere. "Les dijo: 'no solo voy a darte todo, voy a darte un prop¨®sito y permitir que te lo ganes", agrega. NXIVM, explica Falc¨®n, es como decenas de fraudes que aprovechan las vulnerabilidades y anhelos de la gente, solo que sus v¨ªctimas eran los ricos y famosos.
En su ¨²ltima visita a San Pedro, Raniere se refugi¨® en una residencia del exclusivo fraccionamiento de La Joya, en donde una imponente barda marr¨®n y una caseta con guardias de seguridad custodian casas cuyo valor oscila entre uno y tres millones de d¨®lares. Cuentan quienes ten¨ªan acceso a su s¨¦quito m¨¢s cercano que sus caminatas a plena madrugada y los rumores que lo caracterizaban desde entonces como un depredador sexual incomodaban a esa comunidad de vecinos, que estuvo a punto de echarlo varias veces. No pis¨® en esos d¨ªas, a finales de 2017, las oficinas de su imperio mexicano. Estaba huyendo.
La sede del grupo, en la calle de Via Savotino, est¨¢ en una antigua zona residencial reconvertida en corredor comercial. El ¨²ltimo domicilio conocido de ESP y de Rainbow luce desierto. Ning¨²n letrero lo identifica, ning¨²n coche aparca ah¨ª. Solo cuelga una lona con la leyenda de "se renta" de sus paredes blancas.
Antes del esc¨¢ndalo, el sitio era un basti¨®n. "Los cap¨ªtulos de M¨¦xico eran m¨¢s importantes que el resto por los millones de d¨®lares que se recaudaban y porque Raniere nunca tuvo el mismo acceso y penetraci¨®n a las familias ricas y a los pol¨ªticos en Estados Unidos", asegura Frank Parlato, el hombre detr¨¢s del Frank Report, un blog que difundi¨® las primeras filtraciones contra Raniere.
NXIVM operaba como una compleja red social. ?dgar Boone, un convencido de la superaci¨®n personal proveniente de una dinast¨ªa radiof¨®nica del norte de M¨¦xico, fue el primer espiano mexicano y el que tiene todav¨ªa el mayor rango en la organizaci¨®n, un cintur¨®n azul. Boone fue el sherpa de Raniere en M¨¦xico, seg¨²n const¨® durante el juicio. Muchos creyentes se dejaban seducir por sus ense?anzas y su carisma en peque?os talleres en Estados Unidos y M¨¦xico que se abrieron paso con la publicidad del boca a boca. Vanguardia no hubiera pisado suelo mexicano sin el frenes¨ª de sus seguidores. Y ?dgar Boone era uno de sus vendedores estrella. Documentos internos detallan que Boone reclut¨® a su hermano Omar, jefe de ESP en San Pedro y a su cu?ada Loreta Garza, licenciataria local de Jness y Rainbow, tambi¨¦n se?alada como esclava sexual.
Otro de sus referidos fue Alejandro Betancourt, socio del centro de Ciudad de M¨¦xico y reclutador de Emiliano Salinas Occelli, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari y se?alado como coconspirador de Raniere durante el juicio. Otras miembros regiomontanos de la c¨²pula de NXIVM nombrados durante el caso fueron Rosa Laura Junco, hija del due?o del peri¨®dico Reforma, y Daniela Padilla, ambas se?aladas dentro del c¨ªrculo de esclavas principales de Raniere. ?dgar Boone es tambi¨¦n, junto al empresario de Guadalajara Jack Levy, quien se qued¨® al frente del cap¨ªtulo mexicano de ESP, de acuerdo con su antiguo representante legal, cuando el hijo del exmandatario rompi¨® con el grupo el a?o pasado. EL PA?S busc¨® a Omar Boone, al exabogado de ESP M¨¦xico y a otros miembros de la c¨²pula local, pero no recibi¨® respuesta.
Tras la captura de Raniere, en marzo de 2018, la membres¨ªa pas¨® de ser un signo de exclusividad a un estigma. Al principio, los m¨¢s fieles sal¨ªan a defenderlo. Despu¨¦s vino la desbandada y el gur¨² se qued¨® solo. "Casi todos eran gente que conoc¨ªamos y amigos nuestros", dice anonada Mar¨ªa. "Honestamente, creo que fue una pendejada que se marcaran", agrega molesta: "Muchos familiares se acercaron a preguntar si yo estaba marcada tambi¨¦n, te puedo mostrar que no".
Con cada revelaci¨®n explosiva en el juicio, las sospechas se multiplicaron: cu¨¢nto sab¨ªa cada qui¨¦n, qu¨¦ pasaba tras bambalinas, hasta d¨®nde llegaron para complacer a Vanguardia. Los miembros menos involucrados a¨²n se preguntan en qu¨¦ se hab¨ªan metido y c¨®mo se hab¨ªa pasado de hablar de un curso de superaci¨®n personal a una secta criminal. Y la respuesta, coinciden los entrevistados, es que el proceso de lavado de cerebro tom¨® tiempo. "No pasa por arte de magia", opina Falc¨®n.
Casi todas las esclavas de DOS se curtieron en ESP y Jness, que predicaba el machismo bajo la fachada de la empoderaci¨®n femenina. "Hombres y mujeres no son iguales", escribe Raniere para Jness: "Los hombres que tienen muchas mujeres son vistos como sementales, pero las mujeres que tienen muchos hombres son vistas como putas, esto sigue siendo as¨ª en occidente". "Desde que estuvimos en Jness, muchas nos fij¨¢bamos metas propias y nos castig¨¢bamos colectivamente con dietas si alguna de las otras no llegaba a su objetivo", reconoce Paulina: "Te dice mucho de c¨®mo terminamos en DOS".
"Todo fue una farsa", reflexiona Regina. Con el colapso de NXIVM hubo gente que lo perdi¨® todo. "Lo m¨¢s triste es que Raniere hizo todo lo contrario a lo que predicaba", lamenta Rub¨¦n. "?Estuve en una secta?", se pregunta Mar¨ªa: "No s¨¦, creo que ha habido mucho amarillismo, si me dices que est¨¢bamos planeando un suicidio colectivo o que me obligaron a estar para toda la vida, te dar¨ªa la raz¨®n... Pero yo no acept¨¦ nada de eso".
La sentencia del juicio se conocer¨¢ a finales de septiembre. Los miembros m¨¢s visibles de la c¨²pula mexicana del grupo han negado cualquier v¨ªnculo criminal con Raniere. Pese a que fueron se?alados durante el caso y a que se present¨® evidencia en su contra, ning¨²n miembro mexicano se enfrenta a cargos en Estados Unidos. No se ha hecho p¨²blica ninguna demanda en M¨¦xico contra el grupo. No ha habido, incre¨ªblemente, ninguna consecuencia legal y los motivos de esa omisi¨®n a¨²n son objeto de debate y no han quedado del todo claros. "Nadie niega que Raniere es un degenerado, pero contarnos el cuento del monstruo que actu¨® solo lo hace parecer como algo excepcional y eso no sirve", afirma Falc¨®n: "Siguen estando todos los ingredientes para que esto vuelva a pasar".
La membres¨ªa est¨¢ dividida. Algunos seguidores de Raniere siguieron impartiendo cursos privados hasta principios de este a?o y planean, aseguran disidentes, seguir operando en M¨¦xico con los mismos preceptos de NXIVM, pero sin la imagen del gur¨², bajo un nombre diferente y con a¨²n m¨¢s discreci¨®n que antes. Otros miembros solo piensan en dejar atr¨¢s esta pesadilla. "Casi todos est¨¢n viendo c¨®mo seguir con sus vidas", dice Paulina: "Me da miedo pensar que esto se puede repetir".
Hace un par de meses, Paulina se rencontr¨® con su antigua "ama", la mujer en la que confi¨® ciegamente. Ella se disculp¨®, entre l¨¢grimas. V¨ªctimas de la misma estafa, creyendo que hac¨ªan lo correcto, cientos de fotos ¨ªntimas y secretos inconfesables de mujeres acabaron en lo que les hab¨ªan dicho era un "sitio seguro" en Albany. "Es dif¨ªcil enojarte con una persona desecha, completamente rota", cuenta: "Acced¨ª a hablar porque mi historia es la de muchas mujeres".
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