La educaci¨®n inclusiva trasciende la escuela
La exclusi¨®n de algunos menores de campamentos de verano, de la que hemos tenido conocimiento en los ¨²ltimos d¨ªas, es sin duda una mala noticia
La capacidad de las sociedades de cuidar de todos sus miembros, en especial de los m¨¢s vulnerables, es una medida de su nivel de humanizaci¨®n. Nos habla del respeto a la diversidad, de la cohesi¨®n social, de la valoraci¨®n del bien com¨²n, en ¨²ltimo t¨¦rmino del compromiso moral de los ciudadanos y ciudadanas.
La educaci¨®n inclusiva es una de las herramientas m¨¢s poderosas para avanzar en estos valores. La convivencia de ni?os, ni?as y j¨®venes en contextos que promueven la participaci¨®n de todos ellos, y el desarrollo que ello conlleva, es la v¨ªa esencial para avanzar en la inclusi¨®n social. Los centros escolares son el lugar privilegiado para garantizar este derecho de los menores, por la trascendencia de lo que en ellos se aprende y por el impacto de tantas horas de vida en com¨²n. Pero, nos educamos en otros entornos cuya influencia puede incluso superar la de la escuela. No suele haber dudas acerca del papel de la familia. Sin embargo, la conciencia es menor cuando se refiere a los espacios de ocio y tiempo libre que se comparten con los iguales, a pesar de que quienes son expertos en el desarrollo evolutivo nos trasmiten que estas actividades son esenciales para establecer los lazos de amistad, para sentirse aceptado y querido y consolidar con ello una imagen de nosotros mismos que promueva una s¨®lida y protectora autoestima.
La familia y los educadores que se hacen cargo de estos espacios m¨¢s informales tienen una responsabilidad muy grande y necesitan las condiciones y la preparaci¨®n necesarias para llevarla a cabo. Hay que velar por el buen funcionamiento de todas las instituciones educativas, pero hay tambi¨¦n que apoyarlas.
La exclusi¨®n de algunos menores de campamentos de verano, de la que hemos tenido conocimiento en los ¨²ltimos d¨ªas, es sin duda una mala noticia. Pero querr¨ªamos rescatar lo positivo que resulta comprobar la importancia que los medios le han dado y las reacciones que han suscitado en amplios sectores, incluidos los responsables de estas actividades, para que estas situaciones no se vuelvan a repetir. Interpretamos estas respuestas como un reflejo de la sensibilidad social que sin duda es cada d¨ªa mayor. Confiamos en que esta reacci¨®n de alarma pueda, por una parte, servir de b¨¢lsamo para las familias, pero tambi¨¦n nos comprometemos a avanzar, junto con el resto de las administraciones, en una educaci¨®n m¨¢s inclusiva en todos los ¨¢mbitos en los que esta tiene lugar.
Isabel Cela¨¢ Di¨¦guez es ministra de Educaci¨®n y Formaci¨®n Profesional y portavoz del Gobierno en funciones.
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