La escuela concertada halla en el bachillerato una v¨ªa de subvenci¨®n

Es una avanzadilla de lo que se avecina esta legislatura en Madrid: 1.500 alumnos de bachillerato con renta baja van a estudiar este curso por primera vez en un centro privado con una beca que puede llegar a los 3.000 euros. Y la intenci¨®n es que en cuatro a?os todos los centros con primaria y secundaria privados sufragados con dinero p¨²blico puedan solicitar el concierto. Un total de 70.000 bachilleres estudiaron con subvenci¨®n en Espa?a el a?o pasado en cinco regiones (el 11,3% del total en 465 colegios), pero la cifra puede casi duplicarse en cuatro a?os si PP y Ciudadanos cumplen su compromiso de concertar el bachillerato (de 16 a 18 a?os) en Madrid y Andaluc¨ªa, autonom¨ªas con gran peso demogr¨¢fico.

El bachillerato es una oportunidad para la escuela concertada en un contexto de fuerte ca¨ªda de la natalidad, que en Espa?a ha bajado casi un 30% en 10 a?os, e implicar¨¢ una p¨¦rdida de alumnos con el consiguiente cierre de aulas si la tendencia no se corrige. Al ser una etapa educativa no obligatoria ¡ªlos chicos deben asistir a clase hasta los 16 a?os¡ª, la Ley Reguladora del Derecho a la Educaci¨®n (LODE, 1985) no contempl¨® que el Estado pagase los profesores y el mantenimiento de centros privados, como ocurre en primaria o secundaria. Pero cada vez m¨¢s autonom¨ªas conciertan vali¨¦ndose de que las competencias educativas est¨¢n transferidas. Las que est¨¢n en manos de la izquierda sin concierto ¡ªArag¨®n, Castilla-La Mancha, Cantabria, Asturias, Canarias o La Rioja¡ª no se lo plantean. Mientras Comunidad Valenciana batalla para cerrar aulas.

La Administraci¨®n invierte de media unos 5.600 euros por alumno y curso y el avance de la concertada exigir¨ªa un mayor desembolso econ¨®mico. Solo en Madrid hay 42.000 bachilleres en colegios privados (de un total de 100.000) y en Andaluc¨ªa 23.800 (de 123.000).

¡°Se est¨¢ pervirtiendo el sentido del concierto, que se cre¨® cuando se prolong¨® la educaci¨®n obligatoria a los 14 a?os y luego a los 16 y no hab¨ªa suficientes plazas en la escuela p¨²blica¡±, recuerda Francisco Garc¨ªa, secretario general de la Federaci¨®n de Ense?anza de Comisiones Obreras. Cree que el foco no deb¨ªa estar en concertar el bachillerato, sino en reforzar el apoyo a los rezagados, amparar a los ni?os desfavorecidos o volver a desdoblar las clases para lograr una ense?anza m¨¢s personalizada. ¡°De los 9.000 millones de euros que ha perdido Educaci¨®n desde 2012, la mayor parte ha sido en la ense?anza p¨²blica¡±, se lamenta Garc¨ªa.

Para la izquierda la escuela subvencionada debe ser subsidiaria de la estatal, mientras que para la derecha debe primar ¡°la libre elecci¨®n de los padres¡±.? El l¨ªder del PP, Pablo Casado, prometi¨® en campa?a ampliar el bachillerato concertado a todas las comunidades ¡°para que la concertada pueda llegar hasta la prueba de acceso a la Universidad¡± y en Madrid la presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso se lo ha tomado al pie de la letra: ¡°No queremos que haya alumnos que tengan que cambiar de instituto por falta de recursos¡±. Un portavoz de Educaci¨®n detalla que el concierto es un compromiso del pacto entre PP y Ciudadanos que se desarrollar¨¢ esta legislatura. Comenzar¨¢n con una prueba piloto y se instaurar¨¢ escalonadamente. El secretario de CC OO se indigna: ¡°Madrid ha sido el paradigma de los recortes en educaci¨®n mientras regalaba 100 terrenos p¨²blicos a empresas para concertar sus colegios¡±.

Hoy parte de las familias espa?olas optan por cambiar a sus hijos a un instituto, gratuito, al llegar al bachillerato. As¨ª se ahorran entre 300 y 400 euros de mensualidad. El trasvase fue acusado durante la crisis. M¨¢s leve en a?os posteriores. El pasado curso hubo 26,4 bachilleres por grupo en la p¨²blica por 25,5 alumnos en la privada, cuando en primaria (20.8 frente a 24,4) y secundaria (24,8 frente a 26,5) se invierte la cifra porque la subvencionada apura el ratio por clase, en opini¨®n de los defensores de la escuela p¨²blica para cobrar cuotas ¡°voluntarias¡±.

En 2015 el Gobierno socialista de Susana D¨ªaz se neg¨® a concertar en Andaluc¨ªa porque no ¡°satisfac¨ªa las necesidades de escolarizaci¨®n¡± pero el binomio PP y Cs, que sustenta el nuevo Gobierno andaluz, tiene otros planes. ¡°Habilitaremos progresivamente la implantaci¨®n del bachillerato concertado¡±, reza su acuerdo. Desde el departamento de Javier Imbroda no se aportan m¨¢s datos, est¨¢ en estudio su implantaci¨®n.

¡°El concierto del bachillerato no es una reivindicaci¨®n nueva pero en los ¨²ltimos a?os nos hemos centrado en que no se perdiese en otras etapas obligatorias¡±, sostiene Jos¨¦ Mar¨ªa Alvira, secretario general de Escuelas Cat¨®licas. ¡°En Madrid se ha planteado m¨¢s veces, mientras en Andaluc¨ªa llega con el cambio de Gobierno y tienen que empezar de cero¡±, prosigue. En Murcia hay 27 colegios con esta etapa concertada y no se cita en el pacto de Gobierno.

El Pa¨ªs Vasco, con la tasa m¨¢s alta de concertada de Espa?a, fue el primero en subvencionar esta etapa en 1987. En Catalu?a Convergencia i Uni¨®, se sum¨® en 1993. De sus 90.000 bachilleres, 12.000 estudiaron el pasado curso con esta f¨®rmula. Previsiblemente la cifra no ir¨¢ a m¨¢s, porque Enseyament depende de Esquerra Republicana que vigila m¨¢s los conciertos. En 1998 se sumaron los navarros y en 2007 lleg¨® a Baleares con Jaume Matas. Hoy los socialistas all¨ª no quieren concertar o quitar aulas.

El pacto PP-Ciudadanos en Castilla y Le¨®n, un referente en calidad educativa, no contempla la extensi¨®n del bachillerato concertado. Se subvencion¨® hace dos d¨¦cadas a 13 centros (con 1.700 alumnos) y no se plantea m¨¢s en una comunidad que pierde poblaci¨®n. En Galicia Alberto N¨²?ez Feijo¨® (PP) no se ha pronunciado y pronto habr¨¢ elecciones.

La escuela privada sin subvenci¨®n, concentrada en las grandes ciudades, se ve perjudicada. Elena Cid, de la asociaci¨®n de colegios privados independientes CICAE es tajante: ¡°Es una competencia desleal en una etapa no obligatoria. No garantiza la gratuidad, sino que los centros concertados tengan mejores resultados econ¨®micos con el copago¡±.