Mechthild Heil: ¡°Los obispos se han dado cuenta tras los abusos de que no se puede seguir as¨ª¡±
Las mujeres cat¨®licas de Alemania piden igualdad y acceso a todos los cargos en el incipiente di¨¢logo reformista de la Iglesia


Mechthild Heil es parlamentaria conservadora alemana, del partido de la canciller Angela Merkel. Pero es adem¨¢s la presidenta de la poderosa comunidad de mujeres cat¨®licas alemanas, en pie de guerra para exigir igualdad en la Iglesia y el acceso a todos los puestos reservados hasta ahora solo para los hombres. Unas 450.000 mujeres pertenecientes a 4.000 asociaciones de todo el pa¨ªs, forman la KfD, por sus siglas en alem¨¢n, que participa en el incipiente proceso de di¨¢logo reformista de la Iglesia alemana y al que Roma se opone.
Esta semana, los obispos alemanes se re¨²nen para hablar de este y otros asuntos y all¨ª se presentaron el lunes Heil y sus compa?eras para exigir que las escucharan. El papel de la mujer en la instituci¨®n es uno de los cuatro bloques tem¨¢ticos que la Iglesia alemana tiene previsto debatir este invierno en el llamado camino sinodal, el foro que Roma teme que abra una peligrosa grieta en la Iglesia universal.
Heil recibe a este diario en su despacho del Bundestag en la capital alemana, donde habla sin eufemismos de la necesidad de reforma de la instituci¨®n y del optimismo que despierta el di¨¢logo alem¨¢n.
Pregunta. Ustedes exigen que las mujeres puedan ocupar cualquier cargo en la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. Han iniciado una campa?a y recogida de firmas. ?Por qu¨¦ ahora?
Respuesta. El a?o pasado se public¨® el estudio sobre abusos en el seno de la Iglesia y expuso que hay problemas estructurales. Con la moral sexual, con la formaci¨®n de curas en los seminarios¡ si no tienen experiencia ni maduraci¨®n sexual, ?c¨®mo van a explic¨¢rselo a los alumnos? Todo eso contribuye a los abusos, tambi¨¦n el hecho de que no hubiera mujeres implicadas. Una mujer, tal vez habr¨ªa dicho que no se pod¨ªa gestionar as¨ª, que no se pod¨ªa s¨ªmplemente trasladar al cura a otro sitio. Los obispos entendieron que el estudio ten¨ªa que tener consecuencias.
P. Ese fue el catalizador. ?Qu¨¦ piden ahora?
R. Hace un a?o, las mujeres cat¨®licas no ten¨ªamos una posici¨®n consensuada sobre si quer¨ªamos ser sacerdotes o no. Nuestra asamblea se reuni¨® y las representantes de las comunidades votaron por unanimidad a favor de tener los mismos derechos que los hombres en la Iglesia. Sin las mujeres, la Iglesia no funcionar¨ªa.
P. El presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Reinhardt Marx les dijo el lunes que es consciente de que hace falta moverse y que ¨¦l impulsa cambios, pero tambi¨¦n, que para que haya progreso a medida hace falta tiempo. ?Conf¨ªan en los planes de reformas de los obispos?
R. Tenemos muchas experiencia con procesos lentos [r¨ªe]. Muchas mujeres mayores se han cansado de esperar y se han alejado de la Iglesia. Pero ahora, asistimos a un nuevo momentum. Hay mucha motivaci¨®n entre j¨®venes y mayores. Nos llaman muchas mujeres para apuntarse. Hoy mismo, tres parlamentarias nos han pedido sumarse. La gente siente que ahora s¨ª puede pasar algo.
P. ?Qu¨¦ temas quieren llevar a los di¨¢logos reformistas?
R. El acceso de las mujeres a cualquier posici¨®n, la moral sexual, la anticoncepci¨®n, el reconocimiento de los divorciados, la homosexualidad...
P. Pero Roma se opone al debate alem¨¢n.
R. El problema no es el papa Francisco, el problema es la gente que le rodea. Los obispos alemanes que est¨¢n en contra del proceso corrieron a ver al Papa. El Vaticano tiene miedo de que la Iglesia alemana se separe, nos ven demasiado cerca de los protestantes. En Austria y en Suiza hay tambi¨¦n iniciativas similares a la nuestra.
P. ?Cree que hay un riesgo real de cisma?
R. No. Ese es un argumento que Roma utiliza para disciplinar a los pa¨ªses.
P. ?Han llamado a la puerta del Papa?
R. Le escrib¨ª, pero de momento no tenemos respuesta.
P. ?Por qu¨¦ creen que en Roma se oponen al camino sinodal?
R. Roma quiere que sean los obispos los que tengan la ¨²ltima palabra y no los laicos, pero nosotros tambi¨¦n debemos poder decir lo que nos de la gana. El reto ahora es influir a los obispos, pero creo que la mayor¨ªa est¨¢ con nosotras. Creo que se han dado cuenta tras el estudio de los abusos de que no se puede seguir as¨ª. Otra cosa es que pongan en marcha los cambios.
P. ?D¨®nde cree que nace la reticencia a la igualdad para las mujeres en la Iglesia?
R. Tienen que ceder poder, lo contrario es profundamente anticristiano. No hay ninguna raz¨®n teol¨®gica. Me da igual lo que pasara hace 2.000 a?os. La Iglesia siempre ha ido cambiando y la situaci¨®n de hoy es diferente. Los obispos tienen miedo de que si algo cambia, todo salte por los aires. Nosotras no peleamos por el poder, sino por la responsabilidad para poder tomar decisiones.
Antes de despedirse, Heil ofrece uno de los pins esmaltados con una cruz p¨²rpura, que las activistas cat¨®licas llevan estos d¨ªas en la solapa para dejar claro que la suya es una lucha por la reforma de las instituciones desde dentro, pero a la vez en voz alta.
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