La rebeli¨®n de las rederas
Las ¨²nicas trabajadoras del sector pesquero sin jubilaci¨®n anticipada acusan al Ministerio de Trabajo de ¡°discriminaci¨®n de g¨¦nero". Han pedido a Carmen Calvo que interceda
Su vida no es coser y cantar. Las mujeres que zurcen las redes en los puertos del norte de Espa?a retuercen su cuerpo horas para reparar los aparejos sin los que los marineros no podr¨ªan faenar. Pasan fr¨ªo en invierno y calor en verano, a veces a la intemperie, sin horarios fijos, ni vacaciones, ni un salario cerrado a final de mes. Cobran sobre ocho euros la hora. O apenas 24 euros por toda la jornada cuando les pagan por piezas. Y ellas ¡ª566 mujeres y 90 hombres¡ª son las ¨²nicas trabajadoras del mar que no disfrutan de jubilaci¨®n anticipada. Hartas de la situaci¨®n, acudieron al Ministerio de Trabajo a pedir cambios. En abril les dijeron que se negociar¨ªa la mejora. Despu¨¦s a?adieron que deb¨ªan negociar por ellas las cofrad¨ªas, organizaciones eminentemente masculinas donde no tienen voz ni voto. Han escrito indignadas a la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, para que interceda: ¡°Nuestros derechos son de nuevo vilipendiados por un proceder de corte patriarcal y de espaldas totalmente a las voces de las compa?eras y socias¡±.
¡°Mucho hablar todo el mundo de romper el techo de cristal y a las rederas nos lo han puesto de triple capa¡±, resume, indignada, Ver¨®nica Veres, portavoz del colectivo en Galicia, el mayoritario en Espa?a. ¡°Si este trabajo estuviera bien pagado, no lo estar¨ªan haciendo las mujeres¡±, a?ade Mar¨ªa Teresa Costales, de la Asociaci¨®n de Rederas de Bajura de Asturias. Lleva 21 de sus 61 a?os cosiendo redes. Tiene los huesos mal ¡°por culpa de la humedad¡±. Las rederas sufren dolencias en las extremidades y en la espalda por manejar los pesados aparejos y realizar movimientos repetitivos en posturas forzadas. Tambi¨¦n abundan las afecciones cut¨¢neas y oculares.
Tras el desastre del Prestige, hace casi 20 a?os, comenzaron a asociarse para mejorar sus condiciones. El ¨²ltimo paso es pedir la jubilaci¨®n anticipada que disfrutan los marineros desde hace d¨¦cadas y tambi¨¦n los estibadores o las mariscadoras. Un decreto permite que se negocie de oficio desde Trabajo o que lo haga el colectivo interesado. La Secretar¨ªa de Estado de la Seguridad Social, dependiente de Trabajo que dirige en funciones Magdalena Valerio, rechaza iniciar de oficio el procedimiento administrativo para que puedan adelantar su retiro y las emplaza a acudir a la Federaci¨®n Nacional de Cofrad¨ªas de Pescadores o a asociaciones de aut¨®nomos. Un portavoz explica que ¡°este proceso a instancias de la Administraci¨®n es muy complejo y prolongado en el tiempo¡± y que si ellas no realizan la solicitud a trav¨¦s de esta ¡°representaci¨®n acreditada¡±, el tr¨¢mite ¡°puede ser impugnado y f¨¢cilmente paralizado por un juez¡±. La Federaci¨®n Galega de Redeiras, la mayoritaria, sostiene que Trabajo ¡°promueve la desigualdad de g¨¦nero¡± al obligarles a acudir a las cofrad¨ªas de pescadores para luchar por sus derechos, seg¨²n denuncian en la carta a Calvo. ¡°Recomienda a una federaci¨®n de mujeres supeditarse al mandato y decisi¨®n de un ¨®rgano de tradici¨®n patriarcal que no entiende ni comparte las necesidades de nuestras profesionales¡±, se quejan. La Secretar¨ªa de Estado de la Seguridad Social no ha respondido a las cuestiones planteadas sobre esta posible discriminaci¨®n. El profesor de ESADE experto en pensiones Ignacio Conde Ruiz considera que podr¨ªa tratarse de una discriminaci¨®n de g¨¦nero porque son mayoritariamente mujeres y deber¨ªan tener una mejora que el resto del sector de la pesca, principalmente masculino, ya tiene. Y a?ade que esa discriminaci¨®n ¡°se amplifica porque las hacen negociar a trav¨¦s de las cofrad¨ªas, en las que no est¨¢n representadas¡±.
Ellas explican que las cofrad¨ªas nunca les han permitido ser socias de pleno derecho sino solo colaboradoras: pagan las cuotas pero no tienen voz ni voto en sus ¨®rganos de decisi¨®n. Cuenta Mar¨ªa Teresa Costales, de la asociaci¨®n asturiana, que les pidieron ayuda hace casi 20 a?os, cuando se unieron para buscar mejoras: ¡°Nos dijeron que no ten¨ªamos nada que pedir porque no ¨¦ramos socias. Despu¨¦s de eso ya no les pedimos nada m¨¢s¡±.
¡°Mostramos nuestra absoluta disposici¨®n para solicitar lo que ellas estimen oportuno, no tenemos problemas en hacer las gestiones¡±, asegura Basilio Otero, presidente de la Federaci¨®n Nacional de Cofrad¨ªas de Pescadores. Admite que no son socias de pleno derecho porque solo tienen ese estatus ¡°los pescadores o quien tiene una batea, y eso tambi¨¦n incluye a mujeres¡±. A?ade que no consiguieron la jubilaci¨®n anticipada antes ¡°porque no lo solicitaron¡±. No responde a la pregunta de si merecen esa mejora por sus condiciones de trabajo: ¡°Nosotros presentaremos la solicitud y el Instituto Social de la Marina [dependiente de Trabajo] nos dir¨¢ cu¨¢l es el baremo¡±. S¨ª destaca, no obstante, que no pasan tiempo fuera de casa, que trabajan en naves ¡°donde no les llueve¡± y que el fr¨ªo o la lluvia la sufren si les toca coser a bordo de los buques.
Tres de cada cuatro rederas trabajan en Galicia, y lo hacen a la intemperie o en naves portuarias sin ba?os. La lucha encabezada por las gallegas tiene detr¨¢s a las de Asturias y Cantabria, en situaci¨®n similar. Las de Euskadi las respaldan, aunque aseguran que en su caso las cofrad¨ªas ¡ªexclusivamente formadas por hombres¡ª, s¨ª atienden sus necesidades pese a que tampoco son socias de pleno derecho. Las 40 rederas vascas trabajan en naves con calefacci¨®n y son las asociaciones las que asumen los gastos de las instalaciones. La presidenta de la Asociaci¨®n de Neskatillas de Ondarroa, Inmaculada Peiro, explica: ¡°No podemos hablar en contra de los hombres de las cofrad¨ªas ni echamos de menos pertenecer a ellas porque atienden todas nuestras reivindicaciones. Pero apoyamos totalmente la lucha de nuestras compa?eras. M¨¢s problema para nosotras que la jubilaci¨®n anticipada es la falta de relevo generacional¡±. En esto, de nuevo, el problema es com¨²n: las j¨®venes no quieren dedicarse al trabajo de sus madres, a las que han visto salir a coser a cualquier hora, con fr¨ªo o calor por un trabajo que, en el mejor mes, apenas les permite ser mileuristas.
Las ¨²ltimas de la fila
Los oficios pesqueros feminizados sufren una clara discriminaci¨®n laboral, seg¨²n un informe suscrito por la jurista Manuela Sobrido Bretal y la economista Mar¨ªa Do Carme Garc¨ªa Negro. Adem¨¢s de que las rederas son las ¨²nicas del sector que no disfrutan de una jubilaci¨®n anticipada, el coeficiente reductor de las mariscadoras ¡ªque se usa para calcular cu¨¢nto pueden reducir su vida laboral debido a la dureza de su faena¡ª es el m¨¢s bajo. Por contra, un oficio de prevalencia masculina como el de los estibadores, muy sacrificado en origen pero hoy mecanizado, s¨ª disfruta de esta mejora laboral y en mayor grado que las mariscadoras.
Los puestos ocupados tradicionalmente por mujeres sufren una ¡°evidente discriminaci¨®n¡± a pesar de que ¡°sus condiciones sean m¨¢s duras que otros habitualmente realizados por hombres¡±, dice el informe. Y a?ade: ¡°Estos colectivos tienen que desarrollar su trabajo en condiciones penosas que afectan, sin duda, a su salud y tambi¨¦n al derecho a un bienestar id¨¦ntico al de los restantes trabajadores de este sector¡±.
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