Seis hijos retenidos y blanqueo de dinero en la granja holandesa aislada del mundo
Gerrit-Jan van D., localizado en una finca de Drenthe, es sospechoso de aislar a su familia contra su voluntad durante casi una d¨¦cada y de ocultar decenas de miles de euros
La ruta comarcal que lleva a Ruinerwold, un pueblo de unos 4.000 habitantes al este de Holanda, es id¨ªlica. Estrechas carreteras discurren paralelas a canales con peque?as esclusas o caminos de tierra en esta zona de la provincia de Drenthe. Hay vacas y corderos rumiando en el pasto, y caballos esparcidos por los terrenos de unas granjas de aspecto primoroso. De los casi 400 granjeros originarios de la zona, dedicados al cultivo o a la cr¨ªa de animales, apenas quedan varias decenas que conviven con empresas y nuevos propietarios. Se ha diluido el sentido de comunidad. Esto explica en parte el misterio y el silencio que han reinado durante casi una d¨¦cada en una de sus fincas hasta este lunes. Seg¨²n la polic¨ªa,?Gerrit-Jan van D., de 67 a?os, llevaba recluido desde 2010 junto a seis j¨®venes, cuatro chicas y dos chicos, entre 18 y 25 a?os en la propiedad. Los presenta como sus hijos, y durante la investigaci¨®n ha pasado de posible v¨ªctima a detenido. La fiscal¨ªa lo considera sospechoso de retener a su prole contra su voluntad, perjudicando su salud, y de blanqueo de dinero. Ten¨ªa ¡°decenas de miles de euros en efectivo¡± que no ha justificado.
El detenido form¨® parte en los a?os ochenta de la Iglesia de la Unificaci¨®n. Es el nombre oficial de la secta Moon, fundada en Corea del Sur por el reverendo evang¨¦lico Sun Myung Moon. La polic¨ªa quiere comprobar si pudo haber creado una comunidad pura y aislada del mundo arrastrando a los hijos.
"Rompi¨® los lazos con nosotros"
En plena vor¨¢gine, con los expertos trazando mapas digitales de la propiedad, y las autoridades locales e inspectores de educaci¨®n buscando expedientes de la familia en sus archivos, los parientes de Gerrit-Jan van D. han remitido un comunicado a la prensa local. Afirman lo siguiente: ¡°[?l] rompi¨® los lazos con nosotros en los a?os ochenta y nos advirti¨® de que no le busc¨¢ramos. Hace ocho a?os, tres de sus hijos huyeron de la casa familiar en Hasselt [a unos 26 kil¨®metros de la granja] y se pusieron en contacto con sus t¨ªos, primos y abuelos, y con otro hijo de su padre nacido de un matrimonio anterior (¡). La familia no sab¨ªa de la existencia de m¨¢s hijos (...). La abuela muri¨® en 2017 y no fue posible encontrar a Gerrit-Jan (¡) Desde entonces, es nuestro firme deseo apoyarnos en lo posible¡±. La carta ha hecho sospechar a los investigadores que puede haber hasta diez hijos de dos esposas, extremo que la polic¨ªa espera confirmar, junto con la fecha exacta de llegada del grupo a Ruinerwold. Jan, el joven escapado el domingo, dijo que su madre falleci¨® en 2004.
La familia apareci¨® este lunes ¡°en unos espacios reducidos" de la finca "con cierres para evitar salidas¡±, explica la portavoz policial en Drenthe, Ramona Venema. Sus colegas comprueban ahora si los mensajes que escribi¨® el hermano mayor, Jan, en Facebook e Instagram en 2019 fueron un intento fallido de pedir ayuda para escapar. En esos mensajes hablaba del clima y le puso un Me Gusta a la activista medioambiental sueca Greta Thunberg. En su tercera salida de la finca a escondidas Jan, de 25 a?os, camin¨® el pasado domingo siete kil¨®metros, tom¨® unas cervezas en el bar De Kastelein, y all¨ª le cont¨® su situaci¨®n al hijo del due?o, Chris Westerbeek, que fue quien llam¨® a comisar¨ªa.
Hay un segundo detenido. Es Josef B., de 58 a?os, un austriaco titular del contrato de alquiler de la granja. Se le considera sospechoso de retener a los j¨®venes. Fue socio del padre y los inspectores barajan la posibilidad de que acogiera a Gerrit-Jan van D., que sufri¨® un infarto cerebral en 2006 y se mov¨ªa con dificultad. Josef B. s¨ª entraba y sal¨ªa sin restricciones de la granja, aunque evitando siempre el contacto con el vecindario. La fiscal¨ªa confirma que la polic¨ªa hizo una visita al exterior de la finca en 2013 e investigan a qu¨¦ se debi¨® y si hubo m¨¢s.
Ahora que la propiedad est¨¢ vac¨ªa, los vecinos aseguran que ignoraban lo que estaba ocurriendo aunque admiten haber o¨ªdo voces de ni?os. ¡°Nadie les vio llegar e instalarse. Hay una asociaci¨®n vecinal que organiza encuentros y barbacoas, pero esa casa tiene doble valla y c¨¢maras para que no te acerques. Es verdad que se o¨ªa a los ni?os fuera, pero con las cercas no se les ve¨ªa y tampoco iban al colegio. Solo iba y ven¨ªa un hombre [Josef B.] que casi ni saludaba. Es raro que algo as¨ª pueda pasar en Holanda. Y tambi¨¦n triste¡±, dice Joan van Dijk, de regreso a su casa, que est¨¢ muy cerca. Es el ¨²nico que accede a dar su apellido y se deja fotografiar.
Otro vecino, Bernard (de 74 a?os) asegura que conoce bien la granja. ¡°Una t¨ªa y un sobrino m¨ªos residieron all¨ª de alquiler antes de que pasara esto¡±, explica. ¡°No hab¨ªa tantos ¨¢rboles tapando la casa, los han plantado ellos. Ese tipo [de nuevo Josef B.] no quer¨ªa contacto con nadie. Los vecinos cre¨ªan que pod¨ªa tratarse de una plantaci¨®n de marihuana. La pena son los ni?os, ah¨ª metidos. A final, el que se beneficia es el due?o del bar que llam¨® a comisar¨ªa, porque todo el mundo pasa por all¨ª y as¨ª hace caja. Pero que ocurra esto aqu¨ª¡¡±, lamenta, alej¨¢ndose por un sendero arbolado.
La familia residi¨® antes de 2010 en otros pueblos de la zona, y el progenitor lleg¨® a tener una tienda de juguetes de madera en Zwartsluis, a 16 kil¨®metros de la granja. La abri¨® en 2004, seg¨²n consta en la c¨¢mara de comercio holandesa. Sus antiguos vecinos recuerdan que los ni?os "iban poco a la calle¡±. En la p¨¢gina de web del comercio, ya desactivada, el padre hablaba de ¡°vivir en armon¨ªa con la naturaleza en un microcosmos familiar¡±, seg¨²n explican los medios holandeses.
A los investigadores y forenses que intentan esclarecer los hechos de la ¨²ltima d¨¦cada, les acompa?an varios psic¨®logos. Abordan con cuidado a los seis hermanos rescatados. ¡°Son mayores de edad y hablan neerland¨¦s, pero no act¨²an ni se expresan como usted y yo¡±, se?alan fuentes policiales. La polic¨ªa incluso sospecha que no todos son hijos biol¨®gicos de Gerrit-Jan van de D.
¡°La gente ya no se conoce porque solo quedan por aqu¨ª 30 o 40 de los granjeros de siempre. La sociedad cambia y se pierde el contacto¡±, asevera el due?o del bar donde se dio la voz de alarma, Henk Westerbeek, a las puertas del establecimiento. ¡°Es todo muy complejo y vamos despacio¡±, advierte la portavoz policial Ramona Venema. Esta semana no ha parado de atender a medios internacionales desplazados a la provincia menos poblada de Holanda en busca de respuestas. Ella tampoco las tiene todas a¨²n.
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