¡°La contaminaci¨®n a¨²n no atrae votos¡±
La escritora india Pallavi Aiyar alerta de que aunque el Gobierno indio emprendiera iniciativas ambientales hoy, los cambios no ser¨ªan palpables hasta dentro de 15 o 25 a?os
La escritora india Pallavi Aiyar se crio en Nueva Delhi y durante 15 a?os fue corresponsal en Pek¨ªn. De su experiencia en dos de las ciudades m¨¢s contaminadas del planeta naci¨® Choked (Asfixiados), publicado en 2016, un ensayo a caballo entre las memorias y la investigaci¨®n period¨ªstica.
Pregunta. ?Qu¨¦ puede aprender India de China?
Respuesta. China ha adoptado durante a?os medidas dif¨ªciles y ambiciosas para asegurarse de que lo peor ya ha pasado (seg¨²n datos de la NASA, entre 2010 y 2015 los valores de part¨ªculas finas o aumentaron un 13% en toda India, mientras que en China se redujeron un 17%). Si se observa la curva china, se puede deducir que en India las cosas van a ser a¨²n dif¨ªciles. Para empezar, est¨¢ menos industrializada, es m¨¢s pobre, y no va a tardar en estar m¨¢s poblada. A esto se a?ade que el sistema multipartidista, federal y democr¨¢tico es menos eficaz a la hora de poner en pr¨¢ctica las medidas que el sistema de partido ¨²nico de China. Debido a causas hist¨®ricas complejas, como el sistema de castas y el hecho de que en mi pa¨ªs no haya habido una revoluci¨®n comunista, los indios tienen menos conciencia de comunidad que sus vecinos chinos. Una ense?anza que se puede extraer f¨¢cilmente de los problemas a los que se enfrent¨® Pek¨ªn es que se trata de una lucha a largo plazo. Aunque el Gobierno empezase a emprender iniciativas coordinadas hoy mismo, pasar¨ªan entre 15 y 25 a?os antes de que los cambios fuesen palpables y duraderos. El problema es que las soluciones no se ajustan a los ciclos electorales y la contaminaci¨®n (todav¨ªa) no ha empezado a atraer votos.
P. En su experiencia, ?cu¨¢les son las similitudes entre ambas ciudades?
R. Lo m¨¢s sorprendente es con qu¨¦ facilidad el aire t¨®xico se convierte en un asunto banal. A menudo no se habla de ello. A lo sumo se considera un inconveniente con el que hay que vivir. Durante muchos a?os se neg¨® que existiese un problema. Hasta que se alcanza un punto de inflexi¨®n al que sigue la reacci¨®n contraria de p¨¢nico y desesperaci¨®n. Nueva Delhi se encuentra en ese punto, unos 10 a?os por detr¨¢s de Pek¨ªn. Para m¨ª las medidas tomadas [la semana pasada en Delhi] son un poco d¨¦j¨¤ vu.
P. ?C¨®mo afecta a la vida cotidiana la poluci¨®n extrema?
R. Se convierte en una obsesi¨®n. La gente mide constantemente los niveles de PM2,5 tanto en el exterior como dentro de su casa; todo el mundo habla de cu¨¢les son los mejores purificadores de aire y m¨¢scaras; las redes sociales se llenan de consejos, y t¨¦rminos como di¨®xido de azufre entran a formar parte del vocabulario habitual. Los padres de ni?os peque?os sufren una gran angustia. Los que pueden se marchan de la ciudad, bien definitivamente, bien para tomarse unas ¡°vacaciones de contaminaci¨®n¡± lejos del aire sucio.
P. ?En qu¨¦ sentido la sufren m¨¢s los pobres?
R. Sus viviendas est¨¢n peor aisladas y no pueden permitirse los purificadores y las mascarillas sofisticadas. Tampoco pueden decidir quedarse en casa si el aire es irrespirable, no les queda m¨¢s remedio que ir a trabajar. Residen con una frecuencia desproporcionada junto a grandes v¨ªas de circulaci¨®n, en zonas industriales o cerca de incineradoras de basura. A esto se a?ade la contaminaci¨®n del aire de las casas, m¨¢s antigua y mayor que la del aire exterior. En India, 700 millones de personas est¨¢n expuestas al humo de las chulhas, los hornillos de piedra o arcilla que utilizan excrementos de vaca y ramitas como combustible. Adem¨¢s de part¨ªculas PM2,5, mon¨®xido de carbono, di¨®xido de azufre y ¨®xidos de nitr¨®geno, las chulhas desprenden miles de contaminantes como formaldeh¨ªdo, benceno, hidrocarburos poliarom¨¢ticos y dioxinas con efectos como tuberculosis, ceguera y abortos. Seg¨²n algunos c¨¢lculos, la exposici¨®n al humo de un fuego dom¨¦stico abierto equivale a fumar 400 cigarrillos por hora. Aunque estas comparaciones tiene sus problemas, sabemos que las mujeres que cocinan a diario con biomasa aspiran m¨¢s de 10 veces la cantidad de PM2,5 establecida por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Pero como la contaminaci¨®n dom¨¦stica es un problema de los pobres, atrae mucha menos atenci¨®n.
P. ?Qu¨¦ es lo peor de vivir en una ciudad as¨ª?
R. Lo peor es al mismo tiempo la acci¨®n m¨¢s b¨¢sica e involuntaria: respirar se convierte en un peligro. Para la mayor parte de la poblaci¨®n del mundo respirar aire puro y beber agua limpia se ha convertido en un lujo al que ellos no tienen acceso.
P. Con este panorama, ?qu¨¦ puede hacer el ciudadano?
R. Desde comprar equipos que mitiguen los efectos de la poluci¨®n a cambiar de h¨¢bitos de manera duradera. Sin lo segundo, lo primero es como poner una tirita en un brazo roto. Hay cinco iniciativas que se pueden llevar a cabo individualmente. Lo primero, invertir en una mascarilla de calidad. Lo m¨¢s importante es c¨®mo se adapta a la cara. Las rendijas que dejan pasar las part¨ªculas le restan eficacia. Lo segundo, en vez de abrir las ventanas para dejar que entre aire fresco, hay que aislar la casa, asegurarse de que el aire sucio se queda fuera y comprar un dispositivo para medir los niveles de contaminaci¨®n del interior. En tercer lugar, asegurarse de que la basura del vecindario se separa y se recicla en vez de ser incinerada. Cuarto, limitar el uso del coche. Y por ¨²ltimo, hay que hacer de la contaminaci¨®n del aire un tema electoral. Si los pol¨ªticos llegan a creer que el medio ambiente les puede dar votos, los cambios normativos estar¨¢n m¨¢s cerca.
P. ?Hasta qu¨¦ punto es excepcional (o no) la emergencia que se vivi¨® la semana pasada en Delhi?
R. Hace ya varios a?os que se vienen registrando niveles similares de contaminaci¨®n en la zona norte de la llanura indogang¨¦tica, que incluye la ciudad de Nueva Delhi. Principios de noviembre suele ser la peor ¨¦poca, porque es cuando se queman rastrojos para preparar los campos para la pr¨®xima temporada de siembra en los estados vecinos de Punyab y Haryana. Esto coincide con un aumento de la combusti¨®n de biomasa cuando llega el invierno (la gente quema hojas y otras materias vegetales para calentarse), as¨ª como con la inversi¨®n t¨¦rmica, que deja el aire fr¨ªo (y la contaminaci¨®n) estancado en las capas bajas de la atm¨®sfera, cerca de la superficie terrestre. Tambi¨¦n es la ¨¦poca del festival hind¨ª de Diwali, que tradicionalmente se celebra tirando petardos, lo cual a?ade una larga lista de contaminantes qu¨ªmicos a un aire de una calidad p¨¦sima. La situaci¨®n no es excepcional en absoluto. Al contrario, se ha vuelto casi tan previsible como el cambio de las estaciones. El oto?o sigue al verano, y la contaminaci¨®n sigue al oto?o.
P. C¨®mo ocurri¨® ante la Gran Niebla de Londres de 1952, ?pueden estos picos cr¨ªticos detonar medidas o estamos demasiado acostumbrados?
R. La Gran Niebla de Londres de 1952 acab¨® prematuramente con la vida de 4.000 personas, contribuy¨® a allanar el camino hacia la Ley de Aire Limpio aprobada en Inglaterra en 1956. Entre otras medidas, la nueva normativa estableci¨® ¡°¨¢reas de control de humos¡± en varias ciudades y llev¨® las centrales el¨¦ctricas fuera de los centros urbanos. La situaci¨®n actual en Nueva Delhi tambi¨¦n puede ser un acicate para que la sociedad y los pol¨ªticos emprendan por fin verdaderas acciones. La contaminaci¨®n atmosf¨¦rica es un problema de origen humano y su soluci¨®n depende de los seres humanos. Los casos de poluci¨®n grave, sumados al surgimiento de una clase media cada vez m¨¢s numerosa preocupada por la salud, y una mayor presencia en la escena internacional acabar¨¢n abriendo los ojos al problema. Pero es un proceso dif¨ªcil que requiere voluntad pol¨ªtica, conciencia ciudadana, activismo de la sociedad civil, cumplimiento por parte de las empresas e incentivos burocr¨¢ticos. Tambi¨¦n requerir¨¢ su tiempo. No es realista esperar que en un a?o o dos se vayan a producir cambios radicales.
P. Los medios de comunicaci¨®n informan a menudo de las crisis en las grandes ciudades, pero, ?tienen sentido las medidas que se limitan solo a las ciudades?
R. Una cuenca atmosf¨¦rica es una regi¨®n en la que circula el aire. El viento no obedece a los l¨ªmites de las ciudades, lo cual reclama acciones conjuntas entre regiones. Si los estados de Delhi, Haryana, Punyab, Uttar Pradesh y Rajast¨¢n no trabajan de manera coordinada para hacer frente a las principales fuentes de contaminaci¨®n -la industria, los veh¨ªculos, la agricultura y los hogares- el esfuerzo de un ¨²nico estado o una sola ciudad, por herc¨²leo que sea, no evitar¨¢ que toda la cuenca atmosf¨¦rica del norte de India se asfixie. En este momento hay que concentrar los esfuerzos en Nueva Delhi, pero en la capital es tambi¨¦n donde hay m¨¢s recursos y la poblaci¨®n est¨¢ m¨¢s sensibilizada. No obstante, seg¨²n el ¨²ltimo bolet¨ªn Indice de la Calidad del Aire publicado por la Junta Central de Control de la Contaminaci¨®n, Nueva Delhi ni siquiera es una de las 10 ciudades m¨¢s contaminadas de India.
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