¡°La situaci¨®n en Venecia es l¨ªmite. Todos debemos ayudarla unidos¡±
El alcalde de la ciudad italiana conf¨ªa en que la inundaci¨®n sirva para unir a todo el pa¨ªs en torno a la urbe
Venecia est¨¢ anegada. La ciudad ha vivido su peor inundaci¨®n desde 1966 y la sensaci¨®n es que ha llegado a una situaci¨®n l¨ªmite y que toca partir de cero. Las pol¨¦micas sobre el turismo, los grandes cruceros y el cambio clim¨¢tico han confluido en una cat¨¢strofe que, probablemente, podr¨ªa haberse evitado. El Gobierno italiano construye desde hace 17 a?os un sistema de diques m¨®vil que deber¨ªa frenar las embestidas del agua. Pero despu¨¦s de m¨¢s de 5.000 millones invertidos, a¨²n no est¨¢ operativa. El alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro (Mirano, 58 a?os) que ha dormido cuatro horas en las ¨²ltimas 48 y apenas se ha quitado las botas de agua, cree que es una ¡°verg¨¹enza¡± que la obra no funcione. Pero la inundaci¨®n, dice, puede servir para unir al pa¨ªs en torno a Venecia y relanzar un nuevo proyecto de ciudad para convertirla en una agencia internacional de debate sobre los efectos del cambio clim¨¢tico.
Pregunta. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n y qu¨¦ m¨¢s puede suceder?
Respuesta. Hay que tener claro que el desastre ya ha pasado. No esperamos m¨¢s. Pero desde fuera no se entiende que esto no es algo que pasa, que secamos el agua y se acab¨®. Cuando entra agua salada en las casas, en los negocios, en la actividad econ¨®mica, en el patrimonio cultural¡ crea un da?o enorme e irreversible. Hablamos de centenares de millones de euros.
P. ?Entonces descarta ya otra situaci¨®n como la del martes?
R. Tenemos otros picos de marea, pero no llegar¨¢n a una proporci¨®n de desastre como el otro d¨ªa, parecida a la del a?o pasado. Mire, coincidieron dos fen¨®menos meteorol¨®gicos muy duros provocados por el cambio clim¨¢tico. Una marea extraordinariamente alta y una superposici¨®n de dos vientos: el bora y el sirocco, que levantan mucho el mar hacia la costa y elevaron la marea astron¨®mica. Por eso tuvimos ese pico. El agua super¨® las barreras f¨ªsicas de las casas, negocios¡ e inund¨® todo el espacio de agua salada. Entr¨® en los circuitos el¨¦ctricos, las estructuras de las casas¡ Esto no se arregla sec¨¢ndolo como el agua dulce.
P. Pero el acqua alta siempre ha estado en Venecia.
R. Cierto, y para ese tipo de inundaciones nunca hemos pedido ayudas.
P. ?El centro de previsi¨®n de mareas hizo bien su trabajo? Parece que la previsi¨®n era m¨¢s baja.
R. No tiene nada que ver. Puedo hacer sonar las sirenas 20 veces, pero el agua del mar se para solo con cosas concretas. Y eso significa acabar urgentemente el sistema de barreras m¨®viles: el MOSE. Es vergonzoso que todav¨ªa no est¨¦ terminado.
P. ?Por qu¨¦ una obra que empez¨® en 2003 y en la que se han gastado m¨¢s de 5.000 millones sigue sin estar operativa?
R. A?ada otra cosa: fue proyectada en los ochenta y empez¨® a hablarse de ello tras el acqua grande de 1966. Con la ley especial y el dinero que se asign¨® entonces, empez¨® a se?alarse este proyecto como la soluci¨®n. En aquel tiempo la gente no pensaba que el nivel del mar subir¨ªa as¨ª. Me acuerdo de esos debates y hab¨ªa incredulidad sobre el tema. Pero mis predecesores, t¨¦cnicos y cient¨ªficos lo supieron ver. Y por eso creo que Venecia es un lugar ideal para convertirse en un polo de debate internacional, una agencia internacional que estudie la repercusi¨®n de los efectos del cambio clim¨¢tico en las ciudades.
P. ?Y qu¨¦ pas¨® con la obra?
R. Fue financiada de manera importante por el Estado. Pero siempre gestionada por ellos, dejando fuera a la ciudad y excluy¨¦ndola de la toma de decisiones. Es un gran error no hacer participar a los ciudadanos que viven aqu¨ª de los efectos de una obra as¨ª. Eso provoc¨® tambi¨¦n un debate que ya dura dos d¨¦cadas entre los favorables y los esc¨¦pticos del proyecto. La pol¨ªtica romana de los ¨²ltimos 20 a?os ha explotado esta divisi¨®n para financiar la obra a pedazos, a plazos¡ de manera extempor¨¢nea. Gestionaron la obra de manera vaporosa, y este es el motivo de que no est¨¦ acabada. La magistratura y la historia decidir¨¢n sobre todos los delitos que pueda haber habido y sobre si habr¨¢ valido la pena invertir tanto dinero. Yo empujo fuerte para que la terminen cuanto antes.
P. Los expertos dicen que podr¨ªa nacer vieja.
R. Siempre hay riesgos. Si me pregunta si tengo dudas, le dir¨¦ que s¨ª. Pero hoy no tenemos otra alternativa para frenar un mar alto. Pero tenemos la certeza de que hay que terminar la obra de la mejor manera y en el tiempo m¨¢s breve. La situaci¨®n en Venecia es l¨ªmite. Todos debemos ayudarla unidos.
P. Todo el mundo les mira.
R. Es muy positivo que el primer ministro, el presidente de la Rep¨²blica, toda la oposici¨®n¡ hayan declarado p¨²blicamente la voluntad de la naci¨®n de acabar la obra y de rescatar el orgullo del pa¨ªs. Esto ya no es salvar Venecia, sino la dignidad internacional que nuestro pa¨ªs merece. Es pasar de las palabras a los hechos que durante tanto tiempo hicieron de Italia un gran pa¨ªs industrial y que hoy algunos quieren poner en discusi¨®n. Nosotros estamos en primera l¨ªnea.
P. El agua entr¨® en la bas¨ªlica de San Marcos por segundo a?o consecutivo. Los responsables dicen que est¨¢ en serio riesgo. ?Qu¨¦ hacer para protegerla?
R. Acabar el MOSE y otras barreras sobre el ¨¢rea m¨¢s baja. Pero sobre todo, no perder la esperanza y ayudar a la gente que quiere resistir y ayudar. No ahuyentarlas con falsas preocupaciones. Esta es una ciudad delicada y hay que cuidarla.
P. El ingeniero jefe de San Marcos propone construir una barrera en la plaza para protegerla. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. S¨ª, hemos empezado a hablarlo. Lo importante es que trabajemos juntos.
P. El Gobierno ha concedido el estado de emergencia. ?Qu¨¦ le permitir¨¢ hacer?
R. Podremos hacer el plan oficial de costes inmediatos para poner a punto la ciudad. Por primera vez se ve que se mueve algo en Venecia. Quiz¨¢ as¨ª, a¨²n siendo un momento tr¨¢gico, estamos ayudando a toda Italia. He visto una gran unidad. En estas situaciones o te divides m¨¢s o te unes definitivamente.
P. ?Cree que esta cat¨¢strofe puede ser una oportunidad para hacer un plan que tambi¨¦n afecte a asuntos como los cruceros y ponga fin a una ¨¦poca?
R. Es algo que sugiero desde hace tiempo. Ahora el Gobierno se ha expresado con claridad y no se debe aislar, si no hacernos participar a todos. Es la ocasi¨®n para relanzar toda la ciudad; no solo la arquitect¨®nica, sino tambi¨¦n social y econ¨®mica como Murano o Marghera.
P. El principal problema de Venecia, su despoblaci¨®n, se agrava con estos fen¨®menos.
R. Perdone, pero no es as¨ª. La ciudad no se est¨¢ despoblando porque la gente se va, sino porque muere. Y eso pasa en muchos sitios. Pero Venecia tiene una caja de resonancia que lo hace sentir m¨¢s fuerte. Hay que invertir en los j¨®venes. Podemos buscar una identidad de ciudad que atraiga m¨¢s. Si la convertimos en un polo de innovaci¨®n o lanzamos la idea de la agencia sobre el agua y los factores clim¨¢ticos. El mundo entero la reconocer¨ªa como tal.
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