Dios no se deja apadrinar

?Contamina Dios cuando elige Papa? O mejor: ?contamina cuando la votaci¨®n es frustrada y se queman las papeletas a?adi¨¦ndole perclorato de potasio, antraceno y azufre, saliendo humo negro? Cuando se eligi¨® al papa Francisco, el humo blanco se debi¨®, seg¨²n el portavoz vaticano, debido a la quema de papeletas y a un dispositivo electr¨®nico instalado en una estufa que activa unos cartuchos durante varios minutos, cartuchos elaborados con clorato de potasio, lactosa y colofonia. Ajeno al Cheminova que se organiza en la plaza de San Pedro cuando hay c¨®nclave, el Papa apareci¨® este mi¨¦rcoles en la cumbre de Madrid como es com¨²n en la casa, en esp¨ªritu: ¡°?Qu¨¦ lejos est¨¢n las palabras de las acciones concretas!¡±, clam¨®. ¡°Debemos preguntarnos seriamente¡±, dijo en su carta recogida por Europa Press, ¡°si existe la voluntad pol¨ªtica de destinar con honestidad, responsabilidad y coraje, m¨¢s recursos humanos, financieros y tecnol¨®gicos para mitigar los efectos negativos del cambio clim¨¢tico, as¨ª como para ayudar a las poblaciones m¨¢s pobres y vulnerables que son las m¨¢s afectadas¡±. Era lo ¨²nico, el cristianismo, que pod¨ªa mitigar la ausencia temporal de Greta Thunberg.

Mientras tanto, la vida sigue entre sobresaltos. Juana Vegas Salamanca habla en una esquina de la Zona Verde en un d¨ªa de especial agitaci¨®n. Pertenece al Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a y su charla es v¨ªctima, como tantas actividades, de la premura con la que se ha tenido que organizar esta cita mundial. As¨ª que poca gente atiende a esta acci¨®n ecol¨®gica, pero eso solo ocurre hoy. En los papeles la cosa es diferente. Apadrina una roca acumula a estas horas 1084 personas que se encargan de 904 lugares de inter¨¦s geol¨®gico en Espa?a, 98 en Madrid y 72 en Asturias, las dos comunidades que lideran ese ranking.

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En diciembre de 2017 se puso en marcha desde el ministerio la idea de ofrecer 4.000 lugares de inter¨¦s geol¨®gico en Espa?a a gente interesada en su preservaci¨®n. Se llama Apadrina una roca pero bien podr¨ªa llamarse Apadrina un paisaje. En cualquier caso, como explica Juana Vegas, es algo que no se puede replantar: si desaparece, lo hace para siempre. El apadrinamiento es gratuito y lo ¨²nico que hay que hacer es visitar al menos una vez al a?o el lugar para reportar su estado de conservaci¨®n. Y as¨ª, cada madrina o padrino tiene la oportunidad de actuar advirtiendo en el e-mail apadrinaunaroca@igme.es de cualquier incidencia en el paraje. Por ejemplo, el hombre que escribi¨® el pasado a?o a ese buz¨®n del instituto para alertar de que un grupo de mineralogistas hab¨ªa entrado ilegalmente en la mina de las rocas volc¨¢nicas de La Celia, monumento natural de la regi¨®n de Murcia, y en su web mostraban los minerales que hab¨ªan incautado. ¡°Con el informe del padrino contactamos con la consejer¨ªa y tardaron solo tres horas en contestarnos que hab¨ªan enviado a los guardias a reponer el vallado y reforzar la vigilancia¡±, recuerda Juana Vegas.

La Celia, explican en el ministerio, es un lugar ¨²nico por su mineralog¨ªa. Las rocas volc¨¢nicas pertenecen al grupo de las lamproitas, aunque debido a su g¨¦nesis est¨¢n contaminadas con el material que han asimilado a lo largo de su ascenso y, por ello, presentan unas particularidades especiales en su composici¨®n. ¡°El aparato volc¨¢nico est¨¢ hoy d¨ªa muy deteriorado por la actuaci¨®n de fuertes per¨ªodos erosivos y solamente se pueden reconocer parte de la ra¨ªz de la chimenea volc¨¢nica y los abundantes materiales de piroclastos que la rodean¡±, explica Vegas, doctora en Ciencias Geol¨®gicas por la Universidad Complutense de Madrid.

Esto en cuanto a lo cient¨ªfico. En cuanto al folclore, anduvo por Ifema El Peque?o Nicol¨¢s con una acreditaci¨®n (da la impresi¨®n de que gente as¨ª puede aparecer en cualquier momento en un planeta nuevo debidamente acreditado, es algo asombroso) y haciendo una declaraci¨®n escandalosa: ¡°Estoy acreditado y tengo diferentes reuniones¡±. Resume la frase un muy sofisticado esp¨ªritu que, m¨¢s all¨¢ de los encuentros y los acuerdos, se concentra en decenas de personas que deambulan por ah¨ª sin m¨¢s inter¨¦s que estar y, si les dejan, hablar del tiempo. No como si estuviesen en una cumbre sino en un ascensor.