Las v¨ªctimas del fundador de los Legionarios de Cristo exigir¨¢n reparaci¨®n al Estado mexicano
Ocho afectados esperan que las autoridades se pronuncien sobre los abusos y determinen los grados de afectaci¨®n para lograr reparaciones por lo que consideran da?os morales
Tras m¨¢s de una d¨¦cada de lucha legal infructuosa para encontrar justicia, ocho v¨ªctimas del sacerdote Marcial Maciel acudir¨¢n en enero a las autoridades mexicanas para exigir la reparaci¨®n por los abusos cometidos por el fundador de los Legionarios de Cristo, la congregaci¨®n cat¨®lica que ha admitido a trav¨¦s de un informe interno hecho p¨²blico el fin de semana, que el cura abus¨® sexualmente de al menos 60 menores. Las v¨ªctimas ¡ªla mayor¨ªa de ellas personas mayores a los ochenta a?os¡ª acudir¨¢n a la Comisi¨®n Ejecutiva de Atenci¨®n a V¨ªctimas (CEAV) del Gobierno de M¨¦xico para que se pronuncie sobre estos casos de abuso y determine los grados de afectaci¨®n de cara a lograr reparaciones por lo que consideran da?os morales cometidos por Maciel.
M¨¦xico aprob¨® en 2012 una Ley General de V¨ªctimas, que obliga al Estado a dar asistencia y protecci¨®n y reparar a quienes hayan sufrido violaciones a sus derechos humanos o sean v¨ªctimas de violencia. Bajo ese paraguas legal es la CEAV el organismo encargado de atender las denuncias, dar seguimiento a los casos y gestionar la reparaci¨®n a las personas afectadas. Es por lo que quienes sufrieron atropellos del?fundador de la Legi¨®n?acudir¨¢n a esta instancia con la esperanza de que se reconozcan p¨²blicamente los abusos sufridos cuando eran ni?os y puedan hallar justicia, explica Sergio M¨¦ndez, abogado de ocho v¨ªctimas de Maciel y coordinador del Litigio Constitucional de Justicia Pro Personas A.C. ¡°Son estas instancias federales las que pueden determinar los grados de afectaci¨®n y que se logre una reparaci¨®n por parte del Gobierno¡±, explica.
El abogado argumenta que en la legislaci¨®n mexicana se consideran imprescriptibles los delitos relacionados a la tortura y considera que sus representados sufrieron una forma de tortura con los abusos cometidos por el cura Maciel cuando eran menores. M¨¦ndez afirma que el Estado, al reconocer estos abusos, podr¨¢ exigir que se pidan disculpas p¨²blicas y que se pague una indemnizaci¨®n a las v¨ªctimas. Dijo que la estrategia que desarrollar¨¢ a partir de enero incluye presentar una queja ante la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de M¨¦xico, porque hasta ahora sus gestiones legales no han encontrado eco entre los juzgados federales a los que ha acudido, que han alegado que no tienen competencia para tramitar sus denuncias.
Para el exsacerdote Alberto Athie, uno de los primeros en denunciar los abusos sexuales de Marcial Maciel,?ha habido una complicidad de parte del Estado mexicano en relaci¨®n con la impunidad que afecta a las v¨ªctimas de pederastia clerical. "Las autoridades judiciales desconocen los casos o han buscado neutralizarlos hasta acabar con ellos. Hay una complicidad civil", afirma Athie, quien durante d¨¦cadas ha estudiado este tipo de abusos en el seno de la Iglesia. Athie explica que el informe presentado por los Legionarios es incompleto, porque no da los nombres de los sacerdotes acusados de pederastia, d¨®nde est¨¢n actualmente o si han sido entregados a las autoridades. Para ¨¦l, adem¨¢s, es grave que en el documento preparado por una comisi¨®n interna de la congregaci¨®n, "no se maneja adecuadamente" la pederastia clerical. "La reducen a abusos sexuales y dejan de lado todo lo que implica: s¨ª, depredadores sexuales de ni?os y ni?as, pero tambi¨¦n el encubrimiento, porque todos los casos han sido encubiertos y protegidos". El caso de Maciel, agrega, "es emblem¨¢tico, porque lo protegi¨® su congregaci¨®n mintiendo y descalificando a las v¨ªctimas, hasta que ya no tuvieron la oportunidad de hacerlo. Y todo con el apoyo del Vaticano. Desarrollaron todo un mecanismo de protecci¨®n y encubrimiento que permiti¨® que estas personas siguieran abusando de ni?os y ni?as".
La Iglesia mexicana tambi¨¦n ha criticado el informe de los legionarios. En un mensaje pronunciado en Monterrey, al norte del pa¨ªs, Rogelio Cabrera L¨®pez, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), dijo que el informe es incompleto y que ¡°llega tarde¡±. Para el arzobispo ¡°es inexplicable que esta historia delictiva no se haya dado a conocer en m¨¢s de 70 a?os¡± y dijo que hay un ¡°silencio delictivo muy grave¡± que involucra ¡°a las autoridades en el Vaticano, los gobernantes que tuvieron noticias de estos, los mismos miembros de la Legi¨®n que no informaron o que no les permitieron informar¡±.
Sa¨²l Barrales es uno de los representados por el abogado M¨¦ndez. Sufri¨® abusos de parte de Maciel cuando ten¨ªa 13 a?os. Recuerda que en 1946 ¨¦l y otros 30 chicos ¡ª15 de ellos entre 11 y 13 a?os¡ª viajaron con el sacerdote hasta Espa?a, con una estancia de unos d¨ªas en Cuba. Despu¨¦s de embarcarse hacia Europa, el sacerdote lo llam¨® una noche a su camarote. ¡°Me dijo, ¡®ponme la mano aqu¨ª en el pecho porque siento dolor¡¯ y luego la bajaba hacia sus partes ¨ªntimas. Pronto empec¨¦ a notar sus insinuaciones. Ve¨ªa qui¨¦n le ca¨ª bien. ?l sent¨ªa simpat¨ªa por la gente g¨¹era [de piel blanca], de ojos azules, chamacos [chicos] de 10, 11 y 12 a?os¡±. Barrales tiene ahora 88 a?os y asegura que el Vaticano conoc¨ªa de los abusos de Maciel, pero que imperaba el silencio entre los j¨®venes que estudiaban para sacerdotes y las autoridades de la Iglesia en todos los niveles. ¡°Yo mismo me dec¨ªa: No puede ser que enjuicie a un ser que ha hecho tantas cosas buenas. Lo consider¨¢bamos un santo, un enviado de Dios para transformar la Iglesia¡±.
El anciano no esconde su ira al conocer el informe publicado por los Legionarios de Cristo. Dice que es ¡°una lavada de cara¡± del organismo. ¡°No es suficiente¡± ¡ªafirma¡ª ¡°la instituci¨®n debe desaparecer¡±.
El informe de los Legionarios llega en medio del estallido del caso Fernando Mart¨ªnez?en M¨¦xico, un sacerdote que abus¨® de al menos seis v¨ªctimas y al que la congregaci¨®n encubri¨® durante 50 a?os. La publicaci¨®n de una investigaci¨®n interna que admit¨ªa los esfuerzos por ocultar los abusos sexuales en un colegio de la orden en Canc¨²n?¡ªal sur del pa¨ªs¡ª ha creado una tensa situaci¨®n entre una parte de la Iglesia mexicana con la Legi¨®n. La Arquidi¨®cesis de Monterrey, liderada por el presidente del Episcopado en M¨¦xico, acompa?¨® el pasado noviembre un pedido de las v¨ªctimas para remover de la curia a quienes encubrieron al cura. En el documento se les acusa adem¨¢s de una "incapacidad para asumir decisiones apropiadas a favor de la infancia" y se se?ala que sus acciones "han acabado con la esperanza de una Legi¨®n renovada". La negativa de la congregaci¨®n, hasta el momento, a expulsar al espa?ol Eloy Bedia, uno de los acusados de acallar las denuncias contra Mart¨ªnez y recientemente ascendido en la escala legionaria, abre m¨¢s dudas que certezas sobre el proceso de limpieza interna que procura el ¨²ltimo informe.
Para Sa¨²l Barrales, a pesar de las d¨¦cadas pasadas y de la muerte de Maciel, no es tarde para que la Iglesia reconozca lo ocurrido e indemnice a las v¨ªctimas. Esa es la batalla que ha librado desde hace 12 a?os. ¡°Queremos ser reconocidos. Queremos que la Iglesia haga el esfuerzo profundo de remover a sacerdotes que tengan esas inclinaciones a cometer abusos, queremos que, si se sabe que le han desbaratado la vida a alguien, como a m¨ª, que haya una restituci¨®n econ¨®mica para poder vivir¡±, dice el anciano antes de hacer una pausa para sorber un poco del ponche caliente que bebe para aplacar el fr¨ªo que envuelve a Ciudad de M¨¦xico. ¡°El Vaticano sab¨ªa todas estas cosas, ?es el colmo que no lo quieran reconocer!¡±, comenta Barrales, que sufre c¨¢ncer de pr¨®stata y vive con una pensi¨®n de algo m¨¢s de 150 d¨®lares. ¡°Ya se muri¨® Maciel, pero este es un caso que no prescribe, es un delito y se debe aplicar la ley. No nos han hecho caso, por eso ahora vamos a acudir al ¨¢mbito civil¡ Pero sobre todo queremos que el Vaticano y la Iglesia cambien completamente¡±.
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