El pueblo pekin¨¦s que ha mantenido a raya al coronavirus
Heizhuanghu, en las afueras de la capital china, no ha tenido un solo caso de covid-19 pese a su gran poblaci¨®n flotante
La tecnolog¨ªa, la aplicaci¨®n estricta de las normativas gubernamentales y el humor han sido las herramientas principales con las que la aldea de Heizhuanghu, en las afueras de Pek¨ªn, ha plantado cara al coronavirus. Con tal ¨¦xito que se ha convertido en una localidad modelo de las autoridades de la capital: han pasado casi dos meses de cuarentena y es uno de los lugares que no ha detectado un solo caso de infecci¨®n de coronavirus, pese a que su poblaci¨®n est¨¢ formada principalmente por inmigrantes rurales, uno de los grupos m¨¢s susceptibles, por su movilidad, de contraer y transmitir la covid-19.
Pek¨ªn ha sido una de las ¨¢reas fuera de la provincia de Hubei -el foco original de la epidemia- que ha puesto en marcha medidas m¨¢s duras para controlar la transmisi¨®n del virus. Desde el 10 de febrero, a los protocolos ya existentes -prohibici¨®n de aglomeraciones, control de temperaturas en los accesos a lugares p¨²blicos, teletrabajo salvo funciones imprescindibles- a?adi¨® el control de los accesos a los complejos residenciales, barriadas y pueblos perif¨¦ricos.
Heizhuanghu, que concentra una poblaci¨®n permanente de 21.000 residentes y otra flotante de 53.000 personas m¨¢s en un ¨¢rea de 24 kil¨®metros cuadrados, cerr¨® sus entradas e instal¨® 38 puestos de control de entrada. Todos, vigilados 24 horas al d¨ªa por trabajadores comunitarios. A los residentes se les entreg¨® una tarjeta electr¨®nica personalizada, vinculada al sistema de datos ¡°Apoyo de Coraz¨®n a Coraz¨®n¡± de Pek¨ªn. Un c¨®digo QR transmite toda la informaci¨®n sobre el individuo: si se encuentra en buen estado de salud, d¨®nde ha estado, d¨®nde reside.
Bajo un cartel rojo id¨¦ntico al que presidi¨® la v¨ªdeo conferencia este martes del presidente chino, Xi Jinping, con un paciente de covid-19 en un hospital de Wuhan -¡°con la ayuda del pueblo, ganaremos decisivamente la batalla contra el virus¡±- los residentes del pueblo muestran sus tarjetas y sus rostros para que el sistema electr¨®nico y de reconocimiento facial d¨¦ luz verde a su acceso y se retire la valla que bloquea el paso a esta localidad de viviendas tradicionales de ladrillo, techos curvados y una sola planta.
Antes deben haber pasado el control de temperatura de los vigilantes comunitarios. No se permite el acceso a los no residentes: los repartidores deben dejar los paquetes a la entrada de la aldea, donde se han habilitado unas taquillas donde cada vecino puede recoger sus encargos. Se evita as¨ª el contacto, y la posibilidad de contagio.
¡°Son medidas estrictas y duras, s¨ª, pero las damos por buenas. No nos preocupa que sean duras, sino que sean efectivas. Con tal de que podamos detener el avance de la epidemia y garantizar la salud de nuestros vecinos, es lo que necesitamos¡±, asegura el teniente de alcalde y portavoz de Heizhuanghu, Tian He, en una visita organizada por el Departamento de Informaci¨®n del gobierno municipal de Pek¨ªn.
Acerca del sistema de acceso electr¨®nico, sostiene que es completamente seguro. ¡°Los datos se cargan en el sistema oficial de Pek¨ªn, no hay posibilidad de que se filtren a terceros¡±, insiste tajante.
Quienes han ido regresando de sus localidades de origen desde el final de las vacaciones del A?o Nuevo lunar han tenido que guardar cuarentena en habitaciones unipersonales desinfectadas diariamente. Si no presentan s¨ªntomas, pasan un ¨²ltimo chequeo en el ambulatorio local, donde se declara formalmente terminada la cuarentena y se les entrega el pase electr¨®nico. ¡°De esta manera evitamos la posible propagaci¨®n interna del virus¡±, explican los responsables del pueblo.
Para limitar al m¨¢ximo los desplazamientos fuera de su demarcaci¨®n, Heizhuanghu ha creado ¡°puestos temporales de abastecimiento¡± en varios de sus aparcamientos al aire libre. All¨ª, proveedores certificados suministran verduras al mismo precio que los mercados de los alrededores y protegidas por pl¨¢stico o celof¨¢n, para evitar que los alimentos puedan llevar el virus en sus superficies. En el suelo, gruesas rayas amarillas marcan el metro necesario de separaci¨®n entre comprador y comprador. Quienes, por razones de edad o de salud, no pueden acercarse reciben las vituallas en sus viviendas. Los que est¨¦n en cuarentena, tendr¨¢n a su disposici¨®n l¨ªneas telef¨®nicas y profesionales para resolver posibles crisis de ansiedad, depresi¨®n o p¨¢nico.
Para luchar contra el des¨¢nimo, la localidad cuenta con su propia f¨®rmula. Liu ¡°Mon¨®logos¡± Shihua, un artista local, ha escrito un poema, que interpreta al ritmo de unas casta?uelas tradicionales de bamb¨², para concienciar a los residentes. La balada ¡°Residentes de Chaoyang (el distrito donde se encuentra Heizhuanghu) contra el coronavirus¡± explica, a un ritmo pegadizo con ecos de trap, las recomendaciones contra la epidemia: lavarse las manos con frecuencia, llevar mascarilla, salir lo menos posible porque ¡°pronto llegar¨¢ el calor/podremos salir afuera/porque habremos derrotado al coronavirus¡±.
El teniente de alcalde Tian, no obstante, subraya que las medidas ¡°se levantar¨¢n cuando recibamos instrucciones del presidente Xi Jinping de que ya no hay el m¨¢s m¨ªnimo riesgo. No cejaremos hasta que no podamos declarar una victoria total y absoluta contra este virus¡±.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
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