Dengue, la epidemia silenciosa que convive con el coronavirus en Buenos Aires

S.A.S vive en un barrio de clase media de Buenos Aires. Lleva tres d¨ªas en cama con fiebre muy alta, le duele todo el cuerpo y duerme horas y horas. Sospecha que se ha infectado el coronavirus, pero como no tiene tos ni problemas para respirar prefiere evitar el m¨¦dico a domicilio. Hizo bien, porque la fiebre baja en el cuarto d¨ªa; pero ahora su piel se cubre de peque?as manchas rojas. En la cl¨ªnica donde la atienden, porque ahora s¨ª tiene miedo y busca ayuda, le dicen que ha contra¨ªdo dengue, un virus transmitido por un mosquito de h¨¢bitos urbanos. S.A.S, prefiere no dar su nombre, descubre entonces que no es la ¨²nica. La capital Argentina vive el peor brote de dengue desde 2016, con 3.760 casos reportados desde enero.

¡°El coronavirus no est¨¢ instalado tanto como el dengue, que ya lleva varias semanas. Tenemos un brote que puede ser de las dimensiones del de 2016, cuando hubo 70.000 casos en Argentina y 5.000 en Buenos Aires¡±, dice Juli¨¢n Antman, gerente operativo de Epidemiolog¨ªa del ministerio de Salud de la capital argentina. A diferencia del coronavirus, que se transmite de persona a persona, el dengue necesita un intermediario. Esa funci¨®n la cumple el aedes aegypti, un mosquito de origen africano que transmite tanto el dengue como la fiebre amarilla, el zika o la chikungu?a. El mosquito contrae dengue cuando pica a un infectado y luego lo pasa cuando pica a una persona sana. Con los a?os, se ha adaptado estupendamente a las ciudades y ¡°basta una tapa de gaseosa con agua para que las larvas se desarrollen¡±, explica Antman.

S.A.S se queja de la atracci¨®n que produce en los mosquitos, que suelen ensa?arse con ella. Ahora ha pagado las consecuencias. La fiebre la ha dejado sin fuerzas y los m¨¦dicos le advirtieron que puede demorar hasta un mes en recuperase totalmente. ¡°En el cl¨ªnica que me atendieron me dijeron que el brote de este a?o era impresionante. Incluso yo conozco gente con dengue, como mi prima, y en la farmacia te cuentan de los vecinos de la cuadra que se han contagiado. Eso nunca hab¨ªa pasado¡±, dice.

El brote se siente en el barrio. Carlos Z¨¢rate tiene un comercio de art¨ªculos de limpieza. El rubro le permite sortear la cuarentena obligatoria por coronavirus, aunque abastecer el negocio le resulta cada vez m¨¢s complicado. Cada d¨ªa, a las seis de la ma?ana, se planta en la puerta de un supermercado mayorista e intenta conseguir lo que m¨¢s le piden los clientes: espirales y tabletas mata mosquitos y, sobre todo, repelente en aerosol. ¡°Espirales a¨²n quedan, pero el distribuidor no te deja comprar m¨¢s de una docena. Repelente no consigo desde finales de febrero. Y los clientes han arrasado con lo que hab¨ªa¡±, dice.

El dengue no suele ser mortal. ¡°De cada 1.000 casos, 50 ser¨¢n graves y de esos 50 podr¨¢n morir uno o dos¡±, dice Antman. El problema est¨¢ en la reincidencia. El dengue tiene cuatro serotipos diferentes. El de 2016 fue del tipo uno y este a?o circulan el uno y el cuatro. Las personas que contrajeron en el pasado un dengue tipo uno han quedado inmunizadas a ese serotipo, pero si este a?o contraen, por ejemplo, el cuatro, tendr¨¢n m¨¢s probabilidades de tener un dengue grave. ¡°El dengue grave afecta la cantidad de plaquetas y entonces se tienen m¨¢s chances de hacer hemorragias. Las manchas rojas en la piel son el primer signo de que algo hay en la sangre¡±, explica Antman.

El dengue se ha ensa?ado con los barrios de Buenos Aires con mayor¨ªa de casas bajas, que son las que suelen tener patios y hasta jardines. La estad¨ªstica reporta que el 80% de los casos de dengue se concentran en 12 de las 48 comunas de la capital argentina. El Gobierno municipal repite cada a?o que la ¨²nica manera de combatir el mosquito es evitando el agua acumulada en esos peque?os recintos al aire libre. A finales de 2019, las autoridades ya sab¨ªan que 2020 ser¨ªa un a?o de epidemia de dengue. En pa¨ªses como Brasil y Paraguay los casos se contaban de a cientos de miles y el virus no tardar¨ªa en viajar hacia el sur. Pero entonces lleg¨® el coronavirus y lo complic¨® todo.

¡°Se suma una complejidad extra al sistema de salud y a la energ¨ªa que deben poner los profesionales. Si no tuvi¨¦semos el coronavirus podr¨ªamos abordar mejor el dengue. Estamos ante una crisis enorme¡±, resume Artman. Los sanitaristas esperan que el mosquito les dar¨¢, al menos, un respiro. En junio, con la llegada del invierno austral, el aedes aegypti desparecer¨¢ de los barrios y el dengue dejar¨¢ de ser un problema. La duda es si el fr¨ªo llegar¨¢ a tiempo para que lo peor del dengue no coincida con el pico del coronavirus.

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