Jap¨®n impondr¨¢ el estado de alerta sanitaria desde este martes
Ampl¨ªa las competencias del Ejecutivo para tomar medidas contra la pandemia
Se ven¨ªa cantando desde hace d¨ªas. El Gobierno de Jap¨®n impondr¨¢, finalmente, el estado de alerta sanitaria para las regiones m¨¢s afectadas por el coronavirus, entre ellas Tokio y Osaka, las principales ciudades del pa¨ªs. Legisladores y especialistas sanitarios hab¨ªan reclamado con urgencia la imposici¨®n de la medida como una herramienta imprescindible contra el pat¨®geno, que no deja de provocar nuevos contagios, muy especialmente en la capital nipona, que acumula 1.100 casos de los 3.700 detectados en todo el pa¨ªs, y donde se teme una saturaci¨®n de los servicios m¨¦dicos.
El estado de alerta sanitaria es fruto de una ley de 2012 que el Gobierno de Abe reform¨® tras el estallido de la Covid-19 en China, y que solo puede activarse si se considera que una epidemia pone en grave peligro la salud, la vida y la econom¨ªa. Ampl¨ªa las competencias del Ejecutivo para tomar medidas contra la pandemia, y permite que los gobernadores de las prefecturas afectadas puedan exigir a sus residentes quedarse en casa. Pero no podr¨¢ impon¨¦rselo: la legislaci¨®n japonesa no concede autoridad para ello.
La declaraci¨®n, seg¨²n ha adelantado el primer ministro, Shinzo Abe, en una reuni¨®n con la prensa, se har¨¢ p¨²blica este martes e incluir¨¢ tambi¨¦n las prefecturas de Kanagawa, Saitama, Chiba, Hyogo y Fukuoka. En principio, durar¨¢ un mes. Los expertos ¡°me han dado su opini¨®n de que ser¨ªa mejor que el Gobierno prepare el estado de emergencia porque est¨¢ aumentando el n¨²mero de contagios en las zonas urbanas y la situaci¨®n de los hospitales sufre por este peligro¡±, ha declarado Abe.
Como parte de las competencias que atribuye el estado de emergencia, las autoridades japonesas podr¨¢n pedir el cierre de los establecimientos considerados no imprescindibles y que atraigan multitudes, como los cines, los grandes centros comerciales o los karaokes. Tambi¨¦n se podr¨¢n requisar terrenos o instalaciones para dedicarlos a usos m¨¦dicos, y las empresas que queden designadas como ¡°servicios esenciales¡±, como la televisi¨®n estatal NHK, podr¨¢n ser utilizadas para la distribuci¨®n de bienes de primera necesidad o de informaci¨®n de utilidad p¨²blica.
Los gobernadores tambi¨¦n podr¨¢n ordenar a los fabricantes de medicinas y alimentos que vendan sus productos al Estado. Si estas compa?¨ªas se negaran, las autoridades podr¨ªan incautarlos por la fuerza.
El jefe de gobierno tambi¨¦n ha propuesto un paquete de ayuda por valor de unos 915 millones de euros ante la ca¨ªda de la actividad. Precisamente, el da?o que pudiera sufrir la renqueante econom¨ªa nipona hab¨ªa sido la principal raz¨®n que hab¨ªa disuadido hasta ahora a Abe de declarar una medida que se le reclamaba a gritos, en especial desde que hace dos semanas se anunci¨® el aplazamiento hasta verano de 2021 de los Juegos Ol¨ªmpicos que deb¨ªan haberse inaugurado en Tokio este julio.
Aunque el golpe parece inevitable. Un informe de Goldman Sachs que cita el peri¨®dico Japan Times indica que el cierre de Tokio durante un mes supondr¨ªa una ca¨ªda del 40% de la demanda en la capital nipona y restar¨ªa un 0,7% al PIB nacional.
Hasta ahora, Jap¨®n hab¨ªa adoptado entre sus medidas para luchar contra el coronavirus el cierre de los colegios y la petici¨®n de suspender eventos multitudinarios. Tambi¨¦n hab¨ªa recomendado el teletrabajo.
Pero esas recomendaciones cayeron, generalmente, en saco roto. La mayor parte de los empleados japoneses han continuado yendo a trabajar puntualmente, en parte por una cultura laboral que favorece el presencialismo y la resistencia empresarial a modificar sus actividades, por temor a p¨¦rdidas de ingresos. En parte por unos datos de contagio que, hasta apenas tres semanas, parec¨ªan mostrar que Jap¨®n consegu¨ªa mantener a raya el virus y animaban a los ciudadanos a seguir saliendo a la calle. Seg¨²n datos que cita Efe, en la ¨²ltima semana menos de un 10% de las empresas en Tokio hab¨ªa implantado el teletrabajo; el flujo de pasajeros en el metro de la capital solo hab¨ªa ca¨ªdo en un 30%.
Los llamamientos de la gobernadora de Tokio Yuriko Koike en los dos ¨²ltimos fines de semana para que los residentes de la capital no salieran a la calle de ser imprescindible cayeron en saco roto. Pese al cierre de numerosos lugares p¨²blicos y jardines, muchos ciudadanos han mantenido sus actividades normales.
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